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¿NOS VAN A INVADIR?

Philosophicus, 24 - 02 - 2015


Por: José Vicente Rangel

El imperio pierde la paciencia con Venezuela. Cuando el general Vincent Stewart, director de Inteligencia del Departamento de Defensa de EE.UU., compareció ante una Comisión de la Cámara de Representantes para informar sobre la estrategia de seguridad de EE.UU. en 2015, mencionó a Venezuela y pronosticó algo muy concreto: una ola de protestas violentas en el país, coincidente con las elecciones parlamentarias de este año.

 ¿Cómo lo sabe el alto funcionario? ¿Quién le suministró el dato? ¿Lo obtuvo a través de la oposición interna o de los canales que tiene el gobierno norteamericano para enterarse de lo que ocurre en la región? No deja de ser curioso que un destacado personaje del gobierno de EE.UU. –de su entramado de seguridad y defensa—, se atreva a abordar un tema delicado que, en otras circunstancias, trataría el órgano encargado de la política exterior, el Departamento de Estado. La explicación para mí está en que cada día se hace más evidente que Venezuela es considerada por el gobierno norteamericano como un asunto que compete más al ámbito militar que al diplomático. En otras palabras, que estamos en presencia de la militarización del caso. O de su "pentagonización". ¿Qué significa esto? Ante todo que para el establecimiento político-militar estadounidense la oposición venezolana no garantiza un cambio de gobierno en el país. En Washington están conscientes de su debilidad, de sus divisiones y escasa capacidad de convocatoria. 

Al mismo tiempo consideran que el chavismo conserva su fuerza, cohesión y capacidad para enfrentar dificultades. Para salir airoso, como lo ha demostrado en distintos circunstancias. Derrocar a Maduro no es fácil, y más si quienes se lo proponen no constituyen opción para la mayoría del pueblo venezolano. Al mismo tiempo, en la región el gobierno chavista cuenta con amplia solidaridad y cualquier intento por acabar con la institucionalidad democrática y con un gobierno producto de elecciones libres, provocaría un contundente rechazo. ¿Está en condiciones de hacer frente a un repudio generalizado y militante un gobierno frágil como el de Obama, que afronta graves problemas internos y complejos desafíos militares en diversas áreas del mundo? ¿Qué sentido tiene seguir escalando un conflicto que puede manejarse en el marco del diálogo? La lógica indica que el gobierno de EE.UU. debería abstenerse de incurrir en el error de apelar a aventuras. 

La lamentable experiencia en este tipo de acciones debería servirle de advertencia. No obstante, si algo demuestra la historia es que los imperios sucumben a la tentación de avasallar pueblos. No soportan que su vocación de dominio encuentre resistencia en naciones a las que desprecian. 

En tales circunstancias cunde la desesperación en sus dirigentes. Es esta la situación que se le plantea al gobierno de la primera potencia mundial respecto a Venezuela. Desde el inicio del proceso bolivariano EE.UU. está obsesionado. Sus gobiernos, Republicanos o Demócratas, embisten contra Venezuela. Han probado todos los formatos para acabar con el proceso bolivariano: golpe de Estado (11-A); sabotaje petrolero; terrorismo; guarimba; guerra económica; bloqueo parcial; financiamiento de la oposición; campañas mediáticas, y el resultado siempre fue la derrota. ¿Qué le queda por intentar? De antemano sabe, y lo ha comprobado en cada uno de esos episodios, que la revolución cuenta con sólido apoyo popular y militar. ¿Golpe de Estado exitoso sin militares? ¡Imposible! ¿Rebelión popular exitosa sin pueblo? ¡Imposible! ¿Triunfo electoral sin oposición seria? ¡Imposible! ¿Qué hacer? Solo falta intentar la invasión armada. Quizá parezca exagerado decirlo, porque se trata de algo que choca con prácticas civilizadas que hoy se exaltan, pero que a la hora de la verdad los poderosos y sus cipayos las pisotean. 

 La opción invasión -o intervención- está envuelta en la falsa defensa de los derechos humanos, la reivindicación de la Carta Democrática, el respeto a la democracia y a la libertad, cuando en realidad lo que pretenden es acabar con la soberanía nacional, los cambios sociales, devolverle el poder a las élites que lo controlaban e instaurar de una dictadura. ¿A quién engañan? Se engañan ellos, pero no la mayoría del pueblo. Por consiguiente, lo que cuenta para los venezolanos es cerrar filas y estar alertas. 

En la situación que vive el país no tiene cabida lo impredecible. Preferible es prever a flotar, irresponsablemente, en la desprevención. 

Laberinto 

Tan pronto Maduro pidió a la Unasur y a la Celac intermediar con el gobierno norteamericano para colocar en el terreno político y diplomático el diferendo con EE.UU., Washington negó tal posibilidad e invocó la bilateralidad. De manera persistente el gobierno venezolano le ha propuesto dialogar al de EE.UU. sin obtener respuesta. Es decir, que el gobierno de Obama no quiere ni lo uno ni lo otro. ¿Qué quiere? Por ahora mantener la tensión mientras avanza el plan desestabilizador. Los miembros de la Unasur y la Celac estarán ante una prueba de fuego: apoyar o no a Venezuela en la defensa de la soberanía y la constitucionalidad. Lo que significa en lenguaje coloquial, o corren o se encarama. 

 En la actitud de EE.UU. influye la campaña electoral que está en marcha. Cuba deja de ser tema para la derecha y el lugar lo ocupa Venezuela. Obama cede a las presiones de los lobbys y la ultraderecha, y pretende neutralizarlos agitando el fantasma venezolano. También influye la convicción de que la oposición carece de músculo. Que no es opción. Cada día hay más decepción en los círculos gobernantes de EE.UU. porque lo que les llega de la oposición interna son solicitudes de ayuda económica y no informes sobre sus avance organizativo y crecimiento. A lo cual se agrega que la división en el sector es inocultable. 

La caída de los precios del petróleo tiene efectos desoladores para quienes los manipulan. Por un lado introduce una cuña entre el gobierno norteamericano y aliados consecuentes como Arabia Saudita. Para esta nación el precio de 40 dólares es una tragedia. Pero el efecto más impactante –aparte del geopolítico— es la ola de despidos en EE.UU. La cesantía se dispara. Ejemplo: la compañía GE Oil & Gas anunció, en un estudio reciente, que para mediados de este año Texas habrá perdido 128 mil empleos asociados al crudo. Igual ocurrirá en estados como Dakota del Norte, Alaska, Oklahoma, California.

 Las consecuencias de la crisis pican y se extienden. Los líderes “guarimberos” del año pasado se quitan ahora las máscaras y llaman a "un acuerdo nacional para la transición". Se trata de la proclama que serviría de plataforma a la violencia que se avecina, según el pronóstico del general Vincent Steward, director de Inteligencia del Departamento de Defensa de EE.UU. Un año después de la violencia terrorista de la oposición, son exaltadas tales acciones. ¿Cómo confiar en esa oposición? 

Fuente: Últimas Noticias

ESPAÑA: “RECUPERACIÓN”, UN INSULTO PARA QUIENES SUFREN LA CRISIS

Philosophicus, 24-02-2015

Por: Xavier Caño Tamayo 

Hace unos días, en el Museo Guggenheim de Bilbao, en una reunión de poderosos de la economía nacional e internacional, Mariano Rajoy, presidente del gobierno español y del PP, proclamó la salida de la crisis, la recuperación de España y la vuelta al crecimiento. El anuncio fue jaleado por representantes del FMI, OCDE, Comisión Europea, Eurogrupo y medios de persuasión al servicio del sistema y antes denominados medios informativos. Sin embargo, contra tan onanista auto complacencia, autobombo y discurso triunfal se alza la tozudez de los hechos, que desmontan incluso los más sofisticados juegos malabares con macro cifras económicas. ¿Por qué ahora el anuncio solemne de esa nunca vista recuperación? Porque habrá cinco elecciones en 2015 en el Reino de España. En Andalucía, municipales, autonómicas, en Catalunya y de diputados. Por eso nos venden esa descarada ficción económica, porque entramos en tiempo electoral. Para quienes se aferran al régimen bipartidista podrido cada vez más antisocial y antidemocrático, tiempo de engaño, de embuste, de exageración, de camuflaje, de disfraz, de manipulación. En ese contexto cabe ubicar la reunión del Guggenheim y sus delirantes conclusiones. Pero lo cierto es que no hay recuperación. Ni en pintura. Para la mayoría de población lo que hay es menos empleo, más inseguro, de peor calidad y con salarios más bajos. Al inicio de 2009 había 19 millones y medio de empleados y empleadas que cotizaban a la seguridad social y hoy la población activa solo es poco más de 16 millones setecientos mil puestos de trabajo. Sin embargo, la población general apenas ha disminuido un millón. Por tanto ha descendido el empleo. Cuando el PP ganó las elecciones hace tres años, la protección del desempleo era 67%, pero hoy solo es 57%. El empleo es más precario, como demuestra que los contratos de jornada completa solo son 8% del total. Eso es un hecho. Aunque tal vez la recuperación la vean las élites en el más de medio millón de desahucios habidos en este país. O quizás esa recuperación sea la expulsión de vecinos de sus viviendas sociales en Madrid porque el ayuntamiento las ha vendido a un fondo buitre. O acaso vean la recuperación en los servicios de urgencias sanitarias hacinados, incluso con pacientes en camas por los pasillos, porque esos servicios han quedado desmantelados tras los abundantes despidos de personal. Y la lista sigue. Aunque tal vez la recuperación sea más visible para la gran patronal en los miles de contratos-basura de la contrarreforma laboral del gobierno. Contratos por los que se trabajan treinta horas semanales por 400 euros mensuales. O consideran recuperación que haya contratados de 24 horas, despedidos y vuelta a contratar días después para ser despedidos de nuevo a las 24 horas. Todo ese trampantojo de precariedad ha generado una nueva categoría social: trabajadores pobres. Personas con empleo que necesitan ayuda para poder comer los últimos días del mes, no pueden poner la calefacción y han de vivir y dormir envueltos en abrigos y mantas. Pobreza energética lo llaman. Esa pobreza, según la Organización Mundial de la Salud, causa 7.000 muertos en invierno en España. Personas por debajo del umbral de la pobreza que, según informa Cáritas, ya son en España más de una quinta parte de población de los que casi tres millones no tienen techo o habitan en viviendas indignas. Además de que esa ciudadanía en riesgo de pobreza no cesa de aumentar. Vivir en riesgo de pobreza es no poder comer proteínas (carne, pollo, pescado) por lo menos cada tres días, no poder tener calefacción en casa, no tener lavadora ni teléfono y no disponer de unos pocos euros para gastos imprevistos, entre otras carencias graves. Lo ha resumido el profesor José María Mella. En España, hay una caída incesante de salarios, empleo precario generalizado, pobreza desconocida desde hace tiempo, acusada discriminación de la mujer, alta desnutrición infantil, hambre, elevado fracaso escolar, reducción de inversión pública en educación y tasa de paro del 55% en jóvenes de 15 a 29 años. Pero hay aumento incesante de rentas del capital, mientras los salarios se reducen a 400 o 600 euros al mes, hay más de dos millones y medio de parados de larga duración y en 1.800.000 de familias nadie tiene trabajo. ¿Recuperación? ¿Crecimiento? Pretender que existen es insultar a la ciudadanía. 

Fuente: Centro de Colaboraciones Solidarias

GRECIA Y EL APOCALIPSIS

Philosophicus, 24-02-2015 

Por: Miguel Angel Ferrer

Hasta ahora, mediados del mes de febrero, nada está definido sobre el asunto griego. La troika no cede en sus pretensiones de que el país helénico continúe sujeto al programa de austeridad diseñado por la élite del poder europeo, y el gobierno griego no está dispuesto ni en condiciones políticas, sociales, culturales y, sobre todo, económicas de continuar en el marco de la austeridad ordenada por Berlín y sus secuaces. Atenas ha propuesto abrir un compás de espera de seis meses para dar tiempo a una negociación serena, sin premuras y mutuamente beneficiosa. Las cabezas del eurogrupo no han respondido. De modo que la moneda está en el aire, pero la respuesta no puede demorar mucho. Y ante la firmeza mostrada por el gobierno heleno, cabe suponer que el plazo solicitado sea concedido. Pero en ese caso o en el contrario pueden irse vislumbrando los posibles escenarios. Un posible escenario, acaso el más indeseable para las dos partes es la salida de Grecia del sistema monetario del euro. No necesariamente de la Unión Europea como gran acuerdo de libre tránsito de mercancías, capitales y personas. Sólo del sistema monetario conjunto. Ahí está, como modelo clarísimo el caso del Reino Unido, que siendo miembro de la Unión Europea (UE) no se encuentra dentro del sistema monetario del euro. ¿O alguien ignora que ese gigante de la UE tiene y mantiene su propia moneda, la celebérrima libra esterlina? ¿Qué podría pasar? Realmente nada. En realidad sería una situación inédita que implicaría un prolongado periodo de ajustes internos y externos de índole comercial, monetaria, política y financiera. Algo semejante, pero al revés, del largo lapso de ingreso y adaptación al euro que vivió Grecia en las últimas décadas. ¿Que habrá problemas y dificultades? Claro. Pero nada técnicamente imposible de ser resuelto satisfactoriamente. Y nada comparable, por ejemplo, con una guerra civil o con una invasión extranjera. Ahí están los casos de la desintegración de la antigua Yogoslavia. Eso sí fue una catástrofe, un verdadero cataclismo social que produjo incontables sufrimientos a la población de esa región del planeta. Y aún así, esas comunidades se sobrepusieron a la hecatombe y siguen viviendo. El Apocalipsis no existe. O al menos no es eterno. Parece claro, por lo demás, que ahora mismo Ucrania vive momentos mucho más difíciles de los que podría vivir Grecia si sale del sistema monetario del euro. E incluso en la hipótesis de que los helenos tuvieran que salir, por decisión propia o expulsados, de la Unión Europea. ¿Va a cesar la producción? ¿Se va a extinguir el comercio nacional e internacional? Los compradores extranjeros del aceite de oliva griego van a dejar de consumirlo? ¿Se va a extinguir ese mercado? ¿La familias griegas van a dejar de trabajar y de comer? ¿Y de vestir y de calzar? Ahí está como ilustrativo ejemplo histórico el caso cubano cuando el desmoronamiento de la antigua Unión Soviética. De un día para otro, literalmente de la noche a la mañana, Cuba perdió a su mayor socio comercial, el que representaba el 80 por ciento de su comercio exterior. ¿Y qué pasó? Que tras un período más o menos prolongado de penurias y bajo una dirección valiente y sabia, la economía cubana se recuperó totalmente. De modo que en el peor de los escenarios Grecia saldría adelante. Más libre y más soberana. Y daría, sin proponérselo, un ejemplo al resto de los miembros del sistema euro que hoy son tratados por la troika como vasallos. Si la élite del poder europeo se empeña en doblegar a Grecia, el tiro puede salirle por la culata. Recuérdese que siempre y para todos, es mejor un mal arreglo que un buen pleito. 

Fuente: Rebelión

EL PLAN CHINO DE “SALIR FUERA” PROSPERA EN AMÉRICA LATINA

Philosophicus, 24-02-15

Por: Francisco Herranz 

La iniciativa de China para mejorar las relaciones económicas y comerciales con el exterior ha sido un rotundo éxito y ha hecho posible que la presencia del gigante asiático en América Latina sea considerada ya un hecho normal y corriente. Han pasado 15 años desde que el Gobierno de China decidiera lanzar una estrategia que bautizó como "Salir fuera" (走出去, zouchuqu) para mejorar las relaciones económicas y comerciales con el exterior en aquellas áreas de interés común. La iniciativa ha sido un rotundo éxito y ha hecho posible que la presencia del gigante asiático en América Latina sea considerada ya un hecho normal y corriente. Los vínculos multilaterales se han profundizado tanto en estos años que ya no le resultó curioso a nadie que el presidente chino acudiera en julio del año pasado, en calidad de destacado invitado, a la cumbre regional de la CELAC celebrada en Brasilia. Es cierto que Xi Jinping se encontraba precisamente esos días en tierras brasileñas, como parte de una visita de Estado, pero su presencia en la reunión de la Comunidad de Estados Latinoamericanos no fue nada casual, sino el solemne certificado de que China desempeña un rol esencial en el desarrollo de la economía de esta parte del mundo. Xi realizó una gira inusualmente intensa por cuatro países latinoamericanos —Brasil, Argentina, Venezuela y Cuba- que fue considerada por la agencia oficial china Xinhua como "histórica y trascendental". En la cita de la CELAC, Xi propuso un esquema 1+3+6, es decir, "un plan, tres motores y seis campos", para profundizar la cooperación entre ambas partes. "Un plan" se refiere a la elaboración de un Plan de Cooperación entre China, América Latina y el Caribe para 2015-2019, con el fin de lograr "el crecimiento inclusivo y el desarrollo sostenible". "Tres motores" se refiere al comercio, las inversiones y las finanzas, con los cuales se pretende promover el desarrollo de la cooperación y elevar, en un margen de 10 años, el volumen del intercambio comercial a los 500.000 millones de dólares anuales, frente a los 261.600 millones de dólares de 2013. Resumiendo, duplicar la cifra. Y "seis campos" se refiere a la energía, la construcción de infraestructuras, la agricultura, la manufactura, la innovación tecnológica y la tecnología de la información. Esa fórmula representa las líneas maestras de la política de cooperación China-Latinoamérica, una política que se apoya en un extenso programa de inversiones para las empresas de la región a lo largo de la próxima década. El objetivo es aumentar las inversiones acumuladas hasta los 250.000 millones de dólares en el mismo plazo. La fructífera visita de Xi, que un año antes estuvo en Costa Rica y México, refleja la creciente y efectiva relevancia que tienen América Latina y el Caribe para China, tanto en el ámbito político como económico y global. De hecho, los hombres de negocios chinos no se han expandido aún más por la parte central del continente debido al histórico contencioso político-militar que sigue librando China con Taiwán tras la guerra civil librada entre comunistas y nacionalistas hace más de 60 años. La primera considera a la segunda una provincia china más, pero Taiwán todavía mantiene relaciones diplomáticas plenas con una docena de estados centroamericanos, entre ellos Nicaragua, Panamá y Honduras. Gracias al impulso de Xi y a una reciente visita de la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, se han encarado proyectos de infraestructuras multimillonarios como el desarrollo de una nueva central nuclear argentina (sería la quinta de ese país) o la construcción del Ferrocarril Bioceánico que uniría los puertos de Brasil y de Perú en el Pacífico. Esta nueva línea de transporte reduciría sustancialmente el tiempo y los costes de la exportación de grano y otras materias primas a los consumidores chinos. La presencia china en América Latina llega al “punto de no retorno” Además del capítulo de las infraestructuras, otro de los aspectos donde más se aprecia la aportación oriental es el de la transferencia tecnológica. Su cooperación ha sido esencial, por ejemplo, en la investigación del espacio y su consiguiente comercialización. Por ejemplo, Brasil habría tardado mucho más tiempo en desarrollar un programa de satélites de observación terrestre propio, como el actual proyecto CBERS, suscrito por ambas partes ya en 1988, es decir, bastante antes de que naciera la estrategia "Salir fuera". El área del espacio -donde China sigue siendo uno de los cinco grandes junto con Estados Unidos, Rusia, Japón y la India- se ha convertido en uno de los pilares fundamentales de la cooperación industrial con distintas naciones latinoamericanas. Brasil es un buen modelo de esta fuerte alianza, pero también destaca la asociación estratégica integral labrada con el Gobierno de Caracas. Gracias a la ayuda técnica prestada por la Academia China de Tecnología Espacial (CAST, según sus siglas en inglés), los venezolanos pueden presumir ahora de poseer dos satélites y de pensar en un tercero. Algo que no pueden hacer sus vecinos colombianos. Lo mismo les ocurre a los bolivianos que están viendo cómo recuperan poco a poco la inversión realizada -y los créditos solicitados- para controlar el primer satélite de telecomunicaciones propio, el Túpac Katari, llamado así en honor del líder indígena aimara que se enfrentó a los conquistadores españoles en el siglo XVIII. En muchas ocasiones, la experiencia adquirida por los ingenieros locales vale más que una buena inyección de dinero. En este contexto de amistad no es extraño pues considerar que Venezuela, Argentina y Cuba se hayan dirigido ya a sus socios chinos para buscar ayuda financiera, dados los serios apuros económicos que atraviesan. Lo que no está claro es hasta qué punto ha respondido China a estas necesidades. Hay informes de que China ha ayudado a Venezuela aplazando pagos de crédito a futuro y ofreciendo nuevos préstamos. Hay indicios de que China está aumentando moderadamente la inversión en Cuba y mandando nuevos capitales a Argentina. En general, los vínculos entre China y América Latina se desarrollaron durante un período de bonanza económica. Hoy, el panorama es radicalmente distinto. El crecimiento chino ha caído por debajo del 7%, mientras que la coyuntura que viven Venezuela o Argentina suena muy preocupante. Por desgracia, parece que la desaceleración ha llegado para quedarse en la región pues varios obstáculos estructurales globales están frenando y complicando la reactivación económica. La pregunta del millón es saber cuáles serán las consecuencias que tendrán este cambio de circunstancias en las futuras relaciones. ¿Cómo evolucionarán durante un período en que el crecimiento y la prosperidad de ambos está en riesgo y en que los fuertes intereses económicos mutuos que los unían se están debilitando? ¿Qué sucederá con las relaciones cuando tanto China como Latinoamérica no sigan siendo un fuerte mercado para sus exportaciones recíprocas? Estas dos preguntas se las formulaba en un reciente artículo Peter Hakim, presidente emérito del think tank Diálogo Interamericano, un reconocido centro de análisis de políticas e intercambio de información en el Hemisferio Occidental. Lo más probable, se contestaba el propio Hakim, es que China y Latinoamérica encontrarán "soluciones pragmáticas" porque "tienen una experiencia considerable en trabajar juntos y están ahora mejor equipados que nunca". 

Fuente: Sputnik