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Esclavos en pleno siglo XXI


Más de mil familias viven esclavizadas en el Chaco, Bolivia. Los indígenas, entre ellos ancianos y niños, trabajan más de doce horas diarias sin recibir pago alguno. La situación es vista con preocupación por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.


Históricamente a nivel mundial, la problemática de la esclavitud y la servidumbre, se supone, es un asunto resuelto hace varios siglos. Pero en Bolivia el problema está más vigente que nunca.
En el Chaco boliviano, que abarca los sureños departamentos de Chuquisaca, Tarija y Santa Cruz, desde hace varias décadas, cientos de familias guaraníes que residen en esta región, viven bajo un sistema de servidumbre y semiesclavitud basado en la sobreexplotación de la fuerza de trabajo familiar.

Estas personas, pertenecientes a las llamadas comunidades cautivas, realizan en haciendas trabajos forzados por más de doce horas diarias, sin pago alguno o acceso a derechos básicos como la educación, la sanidad, la libertad de movimiento y a la propiedad de la tierra.

La comunidad guaraní, la tercera más numerosa de los pueblos indígenas de Bolivia, actualmente cuenta con una población de 170 mil personas, de las cuales más de mil familias viven empadronadas en situación de esclavitud por hacendados de las provincias Luis Calvo y Hernando Siles, de Chuquisaca; Gran Chaco y O'Connor, de Tarija, y en la cordillera en el Alto Parapetí, en Santa Cruz.

"Es una vergüenza que en la Bolivia del siglo XXI siga existiendo la esclavitud", opina el Capitán Grande del Consejo de Capitanes Guaraníes de Chuquisaca, Efraín Balderas, al lamentar que todavía existan comunidades cautivas de su pueblo en al menos cinco provincias de tres departamentos del país altiplánico y que en su conjunto abarcan a 15 municipios.

Balderas, alto y de tez morena, es un líder indígena que hasta su adolescencia trabajó como peón en una de las haciendas chuquisaqueñas bajo un régimen de explotación laboral. Pero que tuvo la suerte de estudiar y conseguir a través de la educación esa libertad que cientos de familias de su pueblo aún anhelan.

La situación de los guaraníes en el sur de Bolivia es vista con preocupación por organismos internacionales como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), la Organización de Estados Americanos (OEA) y Organizaciones No Gubernamentales (ONG).

La realidad

La cifra concreta del número de guaraníes en el Chaco boliviano es diversa, y lo es más la de aquellos que están en situación de esclavitud. Lo cierto es que, sin duda, sus vidas son muy precarias y las relaciones laborales con los dueños de las haciendas en las que trabajan, aún en contra de su voluntad, son poco claras ya que los pagos en su mayoría se hacen en especie y no en dinero, con cuentas que se transmitían de generación en generación.

Estos indígenas y sus familias trabajan más de doce horas diarias sin recibir salario, sino retribuciones irregulares en especie.

Rogelio Molina, empleado de la hacienda Iguembito, ubicada en el municipio de Huacareta, en la provincia Hernando Siles del departamento de Chuquisaca, cuenta que tiene "treinta y tres años" trabajando "para Federico Reynaga (propietario), como mi padre trabajó para el padre del hacendado".

En este tiempo, Rogelio comenzó ganando tres bolivianos (0,3 dólares) como vaquero o cuidador de ganado vacuno. Para mantener a sus 13 hijos lograba una renta de 200 ó 150 bolivianos (cerca de 20 dólares al mes): "Me descontaba lo que sacábamos arrocito, eso anotaba", dice, y recuerda que las labores domésticas realizadas por su esposa en la hacienda nunca merecieron reconocimiento alguno. "Ni un centavo, nunca le han pagado".

Los llamados "ajustes" son el resultado de la suma en la que se consignan ítems como "adelantos" o "pedidos" de víveres para comer, que por lo general arrojan cifras rojas para los empleados guaraníes, por lo que terminan con deudas en lugar de ganancias.

Y es que los términos laborales que se conocen obedecen a "arreglos" por un pago jornal incomprensiblemente saldado una vez al año. Situación que no sólo varía de acuerdo con la hacienda, sino de acuerdo con condiciones de género y etarias: las mujeres ganan la mitad que los hombres, y los niños y los ancianos la mayor parte de las veces no ganan nada.

Fortunato Silva y Victoria Méndez, padres de ocho hijos, por su parte reciben por sus faenas uno o dos kilos de arroz en la hacienda de Crispín Pérez, también ubicada en Huacareta.

En Chuquisaca, donde hay más casos de guaraníes esclavizados, asombrosamente se reproduce una situación que se creía desaparecida. Y es que hay reportes de que los trabajadores reciben latigazos si no cumplen con su tarea. Si bien esto no es generalizado, existen casos documentados con vídeos que sí ocurren.

Algunos "cautivos", incluso, duermen en galpones y no pueden salir de la hacienda. "Los patrones prohiben que las familias que viven en sus haciendas se comuniquen con organismos y les coartan la educación o las condiciones sanitarias mínimas", denunció Justo Molina, presidente del Consejo de Capitanes de Chuquisaca , quien denunció la "violación de los derechos humanos" que viven numerosas personas de su comunidad y explicó que el 90 por ciento de esta población es analfabeta.

Precisamente, el analfabetismo es la principal causa del sometimiento de los hacendados sobre los indígenas guaraníes, ya que, al no saber leer ni escribir, no sólo están impedidos de acceder al conocimiento e información sobre sus derechos, sino que tampoco pueden ejercer ningún control sobre sus cuentas y libros de deudas que son llevados por los patrones.

Al analfabetismo se suma el desconocimiento de sus derechos que les asiste y no les permite deliberar con el patrón sus condiciones laborales, ni ninguna otra situación que les afecte.

Las condiciones precarias de trabajo y —por consiguiente— de vida de familias guaraníes sometidas a una situación laboral signada históricamente por el abuso y por la marca de la servidumbre y el patronazgo, que las ha hecho cautivas en su propia tierra, son prácticas aún vivas en el Chaco boliviano, como si el tiempo, y la modernidad, nunca hubiera pasado por esas tierras.

Esclavos desde la infancia

La esclavitud en el Chaco también se extiende a los niños. Las niñas comienzan como domésticas en las haciendas y luego se quedan como cocineras, mientras que los varones inician como mozos de mano, es decir, realizan mandados menores para los hacendados y luego, de grandes, trabajan la tierra. En la mayoría de los casos, no reciben pagos por sus trabajos.

La "crianza" de los niños implica el inicio temprano de la faena en las haciendas, como Virginia Parare, hija de trabajadores de la propiedad Iguembito, en Chuquisaca, quien comenzó de niña como doméstica y a los 15 años se volvió cocinera.

Un ejemplo más evidente es el de Rosi Silva, empleada de la hacienda Voyguazú, de Juan Ortiz; ella y su hermano menor fueron "cedidos al patrón": "Mi mamá nos ha entregado a los dos, mi hermano se ha quedado con el patrón y tiene 12 años". Al ser consultada sobre si desean salir de la hacienda comento, con un aire de desesperanza, que "él también –al igual que ella– quiere salir pero no lo dejan, él quiere estudiar".

Y es que la escuela está prohibida para estos infantes, así como salir de las haciendas.

La situación jurídica de los niños y menores de edad es incierta, pues muchos se encuentran sujetos a los patrones mediante inciertos nexos de padrinazgo.

En muchos casos, los guaraníes se dirigen al hacendado como "papi" o "mami", y muchos de ellos, según estudios ejecutados por el despacho de Justicia, llevan el apellido de los patrones.

"Yo les he criado, su papá y mamá han muerto, y se han quedado con nosotros", explica Humberto López, propietario de la hacienda El Vilcar, quien aseguroo que ésa es la razón de que tenga una familia de guaraníes a su servicio.

Las relaciones de servidumbre se difuminan con las relaciones de parentesco: "Ya me he acostumbrado a ellos (a los patrones) como papá, como mamá, como abuelitos", comentó Eriberta Montes. "Aquí nomás me quedaré con los abuelitos hasta que se mueran", añadió resignada la guaraní que creció en la hacienda y que ahora tiene seis hijos, que tal vez sean otro eslabón más que perpetúe el trabajo de su madre y sus abuelos.

Sin embargo, la amabilidad del trato entre empleador y empleado tiene límites concretos, cuando se ve el lugar donde Eriberta y sus pequeños duermen: en un patio trasero de la hacienda donde los cueros de oveja les sirven de camas.

Con el tiempo el mundo de los niños es igual al de los adultos. Pero lo más asombroso, es que muchos terratenientes se llevan a las niñas a partir de 7 años a las ciudades y las hacen regresar a la propiedad con hijos para que también trabajen para ellos, según denunció Justo Molina.



¿Cómo se fabrican los "comunicados" de Bin Ladem?

La farsa de colgar un video desde una página Web con la supuesta decapitación del ciudadano Nicholas Berg el miércoles 12 de Mayo del 2004 es solo una muestra que la CNN y la FOX NEWS no vigilan sus fuentes y se convierten en mansos seguidores de las operaciones de manipulación que a diario practican en la CIA.
La"connotación informática" de Al Qaeda y el uso mediático del "terrorismo".Por ejemplo como se "construyen " los comunicados de Bin Laden,es otro boton de como nos han convertido en consumidores de comunicación televisiva basura.Analice el excelente artículo del investigador Manuel Freytas y cuide lo que ve.REDACCION AQUIJE INFORMA.
Por Manuel Freytas (*)
Experto en Comunicación estratégica

Todo el proceso de "terrorismo mediático" con Al Qaeda y Bin Laden, desde el 11-S en adelante, se desarrolló en los medios de comunicación, principalmente en las cadenas televisivas, que trasmiten en vivo las imágenes de destrucción que a través de un ida y vuelta -feed baack- generan masivamente la psicosis terrorista a escala planetaria.
Sin la "globalización de la imagen" a Washington y a la CIA les hubiera sido imposible crear la figura de Bin Laden como el mítico "enemigo número uno de la humanidad" tras la voladura de las Torres Gemelas, iniciando así la era de la utilización del terrorismo mediatizado como estrategia y sistema avanzado de manipulación y control social.

Pero otro costado del "terrorismo con Al Qaeda" tiene su base de operaciones en Internet desde donde las agencias y cadenas controladas por la CIA recogen los célebres "comunicados" de Bin Laden y la red Al Qaeda y los distribuyen por todo el planeta.

"Al Qaeda" es la palabra árabe que se usa para designar las bases de datos de las computadoras: así se la empezó a utilizar, y así ingresó en la mitología del "terrorismo" creado por la CIA para controlar y manipular el cerebro alienado y masificado de lo que hoy se denomina "humanidad".

Cuando se decía, "tal persona pertenece a Al Qaeda", en realidad lo que se decía era que estaba en la base de datos de los que la CIA mandaba a combatir a Afganistán contra los soviéticos, de los cuales Bin Laden, por ser el representante de la dinastía Saudí que financiaba la operación, tenía una cierta jerarquía superior.

Las grandes empresas de computación de USA: Microsoft, Intel, Hewlett-Packard, están íntimamente vinculadas y controladas por la CIA y el Departamento de Defensa que las contrata y financia todos sus desarrollos de tecnología de punta.
Todos los recursos humanos y tecnológicos de estas empresas, además de los propios de la CIA y las otras gigantescas agencias de inteligencia de USA están, como es lógico, a disposición de la administración de turno en Washington, para ser utilizados dónde y cuándo lo necesite el Imperio.

Como se sabe, el modus operandi en Internet siempre es el mismo: "Al Qaeda" cuelga un comunicado en la red y "avisa" a las agencias y cadenas para que lo publiquen, luego la CIA y los expertos en Washington "certifican" su autenticidad.

De esta manera, el "mensaje" (estúpido y fundamentalista como todos los mensajes de Al Qaeda) colgado en una web desconocida se multiplica y repite infinitamente por todo el planeta dando "credibilidad" a su contenido y haciendo realidad el axioma de Mac Luhan: el medio es el mensaje.

La prueba de la complicidad de las grandes cadenas con las operaciones de la CIA con "Al Qaeda" es precisamente la difusión de esos mensajes como si fuera "información objetiva", otorgándoles de esa manera verosimilitud y credibilidad.

Los especialistas saben que cuando el sistema quiere anular y/o neutralizar a un enemigo real, lo primero que hace es "silenciarlo" en los medios de comunicación. Lo que no existe en los medios, no existe en la vida real ("el medio es el mensaje", Mac Luhan).

Por lo tanto, Bin Laden, un producto "terrorista" salido de los laboratorios de la CIA tomó consistencia a partir de su difusión masiva y planetaria repetida desde el 11-S hasta aquí.En casos de atentados reales (11-S, 11-M, 7-J, etc) el proceso de "miedo al terrorismo" es alimentado a su vez por las grandes agencias y cadenas internacionales que se encargan de difundir por todo el planeta, y como si fuera una novela de espionaje, versiones, trascendidos, comunicados, cartas, videos con nuevas amenazas, "información secreta" sobre grupos terroristas, pistas "árabes", etc., etc., cuya usina matriz, en la mayoría de los casos, se encuentra en los sótanos de planificación de la CIA.

La cuestión del "uso mediático del terrorismo", por lo cíclica y repetitiva revela por sí sola la manipulación, burda y ridícula, para los expertos, se ha convertido en una tarea burocrática para los periodistas y "analistas" descerebrados que la difunden por todo el mundo.

En realidad, si la mayoría promedio estadístico de los periodistas del sistema son alienados e ignorantes, no sucede lo mismo con los gerenciadores top de las grandes agencias y cadenas, quienes generalmente son agentes encubiertos captados y utilizados por la CIA.

No son pocos los expertos y los estudiosos que sostienen que los grandes holding mundiales de prensa utilizan una "cara negra de la información" subvencionada por el Pentágono y la CIA, y que es sólo conocida y negociada por los grandes ejecutivos y responsables de esos consorcios.

O sea que esa operatoria de contratar información encubierta de la CIA y el Pentágono, forma parte de la "política de mercado" de esos consorcios comunicacionales, que no están para decir la verdad sino para expandir ganancias por medio del comercio de la información.

Por supuesto que en estas transacciones con los grandes pulpos de de la información mundial no intervienen representantes de la CIA o del Pentágono en forma directa, sino que se realizan con intermediación de las "empresas pantalla" contratadas para ese fin.

Esa operatoria se da tanto con la "información" de los atentados reales (como os del 11-S, 11-M, 7-J, etc) como con los comunicados y asesinatos virtuales, como sucede a menudo con los secuestrados en Irak.

La más célebre de estas operaciones "cruzadas" en la red fue el video con la escenificación de la supuesta decapitación de Nicholas Berg, un ciudadano estadounidense, a manos de un grupo islámico, que se difundió originalmente por las cadenas televisivas Fox News, CNN y BBC, norteamericanas las dos primeras e inglesa la tercera.

El documento se conoció el día 12 de mayo de 2004 causando conmoción mundial, y al día siguiente su "autenticidad" fue confirmada por la CIA quien señaló que el autor de la decapitación era el "terrorista" jordano Abu Musab al-Zarqawi.

En una metodología calcada de su propio accionar, cada vez que sucede un caso de "terrorismo", y que se viene repitiendo desde el 11-S hasta acá, la Central de Inteligencia Americana (CIA) confirmó que Abu Musab al-Zarqawi, un jordano acusado de tener vínculos con la red Al-Qaeda, fue quien decapitó al estadounidense Nicholas Berg.

Tras el análisis de la voz y el video, los funcionarios de la CIA "llegaron a la conclusión" de que fue Zarqawi el que hablaba y que "la persona que habla en el video es la misma que empuña el cuchillo", según lo informaron varias agencias en las últimas horas del jueves 13.

La existencia de este video -según varias fuentes- fue dada a conocer por los corresponsales de la agencia de prensa Reuters,en Dubai, el día 12 de mayo de 2004.

Supuestamente, y sin saber quien les avisó, las cadenas Fox, CNN, y BBC tomaron, una hora más tarde, las imágenes del sitio Web http://www.al-ansar.biz/, y comenzaron su difusión masiva por todo el planeta.

Misteriosamente, y después de ser tomadas sus imágenes por las tres grandes cadenas, el video "desapareció" del servidor donde se encontraba alojado, por lo que el resto de las cadenas -incluidas las árabes- no pudieron difundir dicho documento.

Esta situación generó que el monopolio de la difusión del video con la supuesta decapitación quedara centralizado en Fox News, CNN y BBC, identificadas por los expertos como tradicionales usinas mediáticas de la CIA.

El sitio de Internet donde originalmente se publicó el video estaba albergado en el hosting de una sociedad ubicada en Malasia. Ante la avalancha de internautas y el enorme flujo de conexiones, esta última lo retiró del sitio de Internet de manera que en la actualidad este video no existe más.

El nombre de dominio, o sea la propiedad de la dirección de Internet pertenecía a la Arab Press House, una respetada sociedad de prensa con sede en Londres y sin vínculo alguno con los islamistas.

Posteriormente en el sitio Web árabe La Voz de Aztlan
http://www.aztlan.net/berg_abu_ghraib_video.htm se publicaron estudios y evidencias que demostraron, a través de un análisis de las tomas, que el video que exhibía la decapitación del rehén estadounidense Nicholas Berg era una falsificación.

Si bien a través del proceso posterior a la invasión de Irak, las operaciones de la CIA con el "terrorismo mediático" y el "terrorismo informático" fueron habituales, el caso de la "decapitación" de Nicholas Berg fue el único en que se demostró (a través de investigaciones en la red) la falsedad de la ejecución.

Pero, y a pesar del "descrédito" sembrado por los especialistas y estudiosos, estas operaciones se siguen repitiendo con cíclica regularidad, tanto en los medios de comunicación como en la red.

Y esto se explica únicamente por la complicidad de las grandes agencias y cadenas que las publican y titulan burocráticamente como si fuera "información objetiva" y sin ningún análisis o comparación histórica.

La leyenda "Bin Laden y Al Qaeda" fue construída en laboratorios encubiertos de comunicación estratégica de la inteligencia norteamericana desde donde se diseñan los planes de Guerra Psicológica a ser ejecutados por las grandes estructuras mediáticas de comunicación masiva, infiltradas por la inteligencia de las operaciones psicológicas (OPS).

El nuevo soldado, y su vez blanco táctico de las operaciones psicológicas, es el individuo-masa (las mayorías planetarias) modelado a partir de la ideología consumista y nivelado planetariamente como estrategia de mercado por las trasnacionales capitalistas.

El alienado programado (AP) no está programado para pensar (desarrollo reflexivo) sino para consumir productos capitalistas por medio de consignas (eslóganes) y de imágenes mediáticas sin ninguna relación entre sí.

Así como el AP (universalizado y nivelado como un sólo modelo para todo el mundo) compra elecciones, jabones, mundiales de fútbol, telemarketing, teléfonos celulares, espectáculos, moda fashion, musica "latina", así también compró -y sigue comprando- "terrorismo" y adrenalina inducidos por televisión.
Y como "el medio es el mensaje" (el que certifica la credibilidad en la mente alienada del AP) Bin Laden y Al Qaeda tienen cuerda para rato.

UD. ES UN ALIENADO PROGRAMADO Y NO LO SABE

Guerra de Cuarta Generación -

El mundo imperializado está en guerra, y el nuevo teatro de operaciones, la batalla final, se desarrolla en su cabeza. Teóricamente, Ud. , como el resto de la humanidad, es un AP (Alienado Programado) teledirigido como si fuera un soldado por operaciones psicológicas invisibles. En este capítulo, los conocimientos y principios básicos para que Ud. desarrolle su propio testeo para descubrir en que lugar de la trinchera está situado.

Por Manuel Freytas
1. GUERRA IMPERIAL
A. Principios estratégicos (controlar para dominar)
Para aproximarnos a la comprensión de lo que los estrategas militares y los expertos en comunicación estratégica definen como Guerra de Cuarta Generación es preciso, primero, ingresar a una enmarcación global de la "Guerra" como concepto significante y evolutivo-transformacional de la historia humana.
En primer lugar, debemos precisar que la Guerra de Cuarta Generación fue concebida, en sus aspectos teóricos-prácticos, como una guerra de conquista (también diseñada como antídoto contra la guerra de liberación), por estrategas y expertos en comunicación estratégica del campo imperial-capitalista de la era trasnacional.
Por lo tanto, la Guerra de Cuarta Generación es una variante emergente de la evolución estratégica, doctrinaria y operacional, de las guerras imperiales desarrolladas a lo largo de la historia como principio de la dominación del hombre por el hombre que rigió, sin excepción, en todas las civilizaciones dominantes conocidas hasta ahora, incluido el sistema capitalista, como su último estadio de desarrollo.
En segundo lugar, y según lo que surge como comprobación fáctica y estadística de cualquier estudio estratégico, las guerras imperiales no se hacen para matar, sino para controlar y dominar.
(Cuando esgrimimos el concepto "guerra" nos referimos, claro está, a las guerras de conquista, y no a las guerras de resistencia que los pueblos y sociedades fueron oponiendo a las civilizaciones imperialistas, y que no es materia de este trabajo).
En tercer lugar, la destrucción material y los genocidios humanos que producen las guerras (de conquista imperial) vienen como consecuencia de la búsqueda de control y dominio sobre un oponente que resiste, y no al revés.
Las guerras (de conquista imperial) no se planifican para matar, sino para apoderamiento de un objetivo estratégico siguiendo la motivación imperialista central de controlar para dominar, y su concepto de aplicación va desde territorios hasta sociedades y hombres.
El que planea una guerra de conquista no lo hace para matar, sino que lo hace con un objetivo estratégico de controlar y dominar blancos de apoderamiento trazados de antemano, sean territorios (guerra militar), recursos económicos y mercados (guerra económica), países y sociedades (guerra social), o mentes (guerra psicológica).
El objetivo estratégico de cualquier guerra de conquista (sea de orden militar, económico, político, o psicológico) es el de controlar para dominar.
El control del oponente es la base del dominio, a nivel del hombre y su entorno primero, y de los sistemas (políticos, económicos y sociales) que rigen las sociedades, después.
Cuando el primer hombre primitivo controló y dominó por medio de la fuerza a otro, estaba estableciendo el principio de la dominación del hombre por el hombre que rigió el desarrollo de todas las civilizaciones imperialistas conocidas hasta ahora, y cuya máxima expresión de desarrollo estratégico se da con el sistema capitalista.
Toda acción de dominación del hombre por el hombre (implícita en la guerra de conquista imperial) se rige por un axioma estratégico: para dominar, primero hay que controlar por medio de la guerra.
Por eso la dinámica funcional de la historia humana (en todos sus estadios) se rige por las estrategias de control y dominación desarrolladas por medio de las guerras imperiales.
La búsqueda del control y el dominio, a su vez, definen el carácter imperialista de las distintas civilizaciones que fueron marcando la evolución y el trazado de la historia humana a partir del dominio hegemónico.

B. Evolución (De la Guerra Militar a la Guerra Psicológica)
Desde la prehistoria hasta la actualidad, todas las civilizaciones dominantes se valieron de la guerra imperialista para controlar y dominar:
A) Territorios (espacio físico)
B) Recursos naturales (espacio económico)
C) Sociedades (espacio social)
D) Individuos (espacio mental)
Por lo tanto, la historia de la humanidad es la historia del imperialismo y de la dominación del hombre por el hombre (en distintos estadios), cuyas estrategias fueron evolucionando de lo simple a lo complejo:
A) Guerra militar (conquista territorial) = Control político
B) Guerra económica (conquista de recursos) = Control económico
C) Guerra Social (conquista de las sociedades) = Control social
D) Guerra Psicológica (conquista de las mentes) = Control ideológico

Los imperios antiguos (Grecia, Roma) sólo habían llegado a la conquista territorial (guerra militar) y a la conquista de recursos (guerra económica), y apenas habían tocado el primer estadio de la guerra social (conquista de la sociedad), imponiendo sus idiomas o sus creencias religiosas en los territorios conquistados (caso del latín con Roma, o caso de la religión católica con los imperios de la Edad Media).

Con el Imperio del sistema capitalista, la guerra por el dominio y el control completa el ciclo evolutivo con la guerra social (conquista de las sociedades) y la guerra psicológica (conquista de las mentes).

Esta instancia de guerra por el control y el dominio de las sociedades y de las mentes, se posibilita por el advenimiento de la Revolución Industrial en el siglo XIX, que luego condujo a la Revolución Tecnológica e Informática del siglo XX.

Es decir que la guerra por el dominio y control de las sociedades y de las mentes, sólo se produjo a partir de la interacción funcional de la tecnología (medios de comunicación) y de la informática (electrónica y computación) orientada a un objetivo de control y dominio mediante una estrategia comunicacional.

Esos tres factores (medios de comunicación, electrónica y computación, y estrategias comunicacionales) posibilitaron que la guerra por el control y el dominio imperial capitalista tocara su máximo estadio de desarrollo estratégico: la Guerra de Cuarta Generación.

2. GUERRA DE CUARTA GENERACIÓN
(El control y la conquista de las mentes)
A. La Guerra Psicológica (Principios estratégicos)
Guerra de Cuarta Generación (Fourth Generation Warfare - 4GW) es el término usado por los analistaas y estrategas militares para describir la última fase de la guerra imperialista de conquista, en la era de la tecnología informática y de las comunicaciones globalizadas.

Si bien la Guerra de Cuarta Generación cuenta con un nivel de desarrollo militar contenido en los principios teóricos de su doctrina escrita por estrategas militares, a partir de la década del 80, nuestro trabajo solo tocará los aspectos de desarrollo social de la misma.

El desarrollo tecnológico e informático, la globalización del mensaje y las capacidades para influir en la opinión pública mundial, convirtieron a la Guerra Psicológica mediática en el arma estratégica dominante de la 4GW, a la que se agrega una variante "contraterrorista" tras los ataques explosivos del 11-S en EEUU.

De esta manera, y a partir del 11-S norteamericano, la "Guerra Psicológica" (con su variante la "Guerra Contraterrorista") conforma la columna vertebral estratégica de la Guerra de Cuarta Generación, con los Medios de Comunicación convertidos en los nuevos ejércitos de conquista.

La Guerra Psicológica conforma el estadio superior de las estrategias de control y dominación ensayadas hasta ahora por los sistemas imperialistas (dominación del hombre por el hombre) que se fueron sucediendo hasta llegar al sistema capitalista.

En la Guerra Psicológica (columna vertebral de la Guerra de Cuarta Generación, sin uso de armas) las operaciones con unidades militares son sustituidas por operaciones con unidades mediáticas.

La Guerra Psicológica, a su vez, nace en un particular estadio del capitalismo caracterizado por una revolución en el campo de las ciencias sociales y de la comunicación estratégica.

Dicha revolución se complementa con una revolución en el campo de la tecnología de las comunicaciones y de la informática, creando las bases para una comunicación estratégica globalizada basada en principios científicos.

A su vez las técnicas científicas de comunicación, potenciadas a escala masiva y planetaria por los grandes conglomerados mediáticos del capitalismo, crearon las bases para su utilización en estrategias de manipulación y de control social desarrolladas a partir de los objetivos de la dominación imperial-capitalista.

Esta situación creó las bases operativas y estratégicas para el control y dominio de las sociedades y países, sin recurrir a la utilización de la guerra militar.

De esta manera (y con pocas excepciones como Irak y Afganistán, y otros objetivos en carpeta del Imperio, como Irán y Siria) la actual guerra imperialista por apoderamiento de mercados y países ya no se desarrolla en el plano de la conquista militar-territorial, sino en el plano de la conquista psicológica-social instrumentada mediaticamente.
Los nuevos gerentes de enclave en el mundo dependiente (los políticos modernos) sustituyen cada vez más la represión y el control por medios policiales, por la represión y el control por medio de operaciones mediáticas con aplicación de consignas de "criminalización" de los conflictos sociales.
En su definición técnica, "Guerra Psicológica", o "Guerra sin Fusiles", es el empleo planificado de la propaganda y de la acción psicológica orientadas a direccionar conductas, en la búsqueda de objetivos de control social, político o militar, sin recurrir al uso de la armas.
Los ejércitos militares, son sustituidos por grupos operativos descentralizados especializados en insurgencia y contrainsurgencia, y por expertos en comunicación estratégica y psicología de masas.
El desarrollo tecnológico e informático de la era de las comunicaciones, la globalización del mensaje y las capacidades para influir en la opinión pública mundial, convirtieron a las operaciones de acción psicológica mediática en el arma estratégica dominante de la 4GW.
Como en la guerra militar, un plan de guerra psicológica está destinado a: aniquilar, controlar o asimilar al enemigo.
La guerra militar y sus técnicas se revalorizan dentro de métodos científicos de control social, y se convierten en una eficiente estrategia de dominio sin el uso de las armas.
A diferencia de la Guerra Militar convencional, la Guerra de Cuarta Generación no se desarrolla en teatros de operaciones visibles.
No hay frentes de batalla con elementos materiales: la guerra se desarrolla en escenarios combinados, sin orden aparente y sin líneas visibles de combate, los nuevos soldados no usan uniforme y se mimetizan con los civiles.
Ya no existen los elementos de la acción militar clásica: grandes unidades de combate (tanques, aviones, soldados, frentes, líneas de comunicación, retaguardia, etc).
Las bases de planificación militar son sustituidas por pequeños centros de comando y planificación clandestinos, desde donde se diseñan las modernas operaciones tácticas y estratégicas.
Las grandes batallas son sustituidas por pequeños conflictos localizados, con violencia social extrema, y sin orden aparente de continuidad.

Las grandes fuerzas militares son sustituidas por pequeños grupos operativos (Unidades de Guerra Psicológica) dotados de gran movilidad y de tecnología de última generación, cuya función es detonar desenlaces sociales y políticos mediante operaciones de guerra psicológica.

Las unidades de Guerra Psicológica son complementadas por Grupos Operativos, infiltrados en la población civil con la misión de detonar hechos de violencia y conflictos sociales.

Las tácticas y estrategias militares, son sustituidas por tácticas y estrategias de control social, mediante la manipulación informativa y la acción psicológica orientada a direccionar conducta social masiva.

Los blancos ya no son físicos (como en el orden militar tradicional) sino psicológicos y sociales. El objetivo ya no apunta a la destrucción de elementos materiales (bases militares, soldados, infraestructuras civiles, etc), sino al control del cerebro humano.

Las grandes unidades militares (barcos, aviones, tanques, submarinos, etc) son sustituidas por un gran aparato mediático compuesto por las grandes redacciones y estudios de radio y televisión.

El bombardeo militar es sustituido por el bombardeo mediático: Las consignas y las imágenes sustituyen a las bombas, misiles y proyectiles del campo militar.

En la Guerra sin Fusiles, la Guerra de Cuarta Generación (también llamada Guerra Asimétrica), el campo de batalla ya no está en el exterior, sino dentro de las mentes.

Las operaciones ya no se trazan a partir de la colonización militar para controlar un territorio, sino a partir de la colonización mental para controlar una sociedad.

El objetivo estratégico ya no es el apoderamiento y control de áreas físicas (poblaciones, territorios, etc.) sino el apoderamiento y control de la conducta social masiva.

Las unidades tácticas de combate (operadores de la guerra psicológica) ya no disparan balas sino consignas direccionadas a conseguir un objetivo de control y manipulación de conducta social masiva.

B) Soldados invisibles (Alienados Programados-AP)
En su desarrollo mediático-social, los jefes y oficiales de Estado Mayor de la Guerra Psicológica (4GW) ya no son militares, sino expertos comunicacionales en insurgencia y contrainsurgencia, que sustituyen a las operaciones militares por las operaciones psicológicas (OPS).

Ya no desarrollan sus planificaciones en unidades o cuarteles militares, sino en laboratorios encubiertos de comunicación estratégica donde se diseñan los planes de Guerra Psicológica a ser ejecutados por las grandes estructuras mediáticas de comunicación masiva, infiltradas por la inteligencia de la OPS.

El nuevo soldado, y su vez blanco táctico de las operaciones psicológicas, es el individuo-masa modelado a partir de la ideología consumista nivelada planetariamente como estrategia de mercado por las trasnacionales capitalistas.

En la Guerra Psicológica, la potencia de fuego del soldado militar es sustituida por la potencia social del individuo-masa con su conducta manipulada hacia objetivos de control y dominación social, fijados por el capitalismo trasnacional para conquistar mercados y controlar a las sociedades consumistas.

Manipular, controlar, y convertir a este individuo-masa en potencia social direccionada con fines de control y dominio político-social es el objetivo estratégico clave de la Guerra Psicológica.
Mediante la manipulación y direccionamiento de conducta por medios psicológicos el individuo-masa se convierte en "soldado cooperante" de los planes de dominio y control social establecidos por el capitalismo trasnacional y la potencia imperialista regente.
Es a la vez, víctima y victimario, de las operaciones psicológicas, ya que se convierte en una célula consumista-trasmisora tanto de planes de consumismo capitalista como de planes de control y represión social manipulados sin el uso de las armas.
Por ejemplo:
El movimiento piquetero (desocupados) de la Argentina fue desactivado, virtualmente sacado de la calle y condenado socialmente, a partir de consignas que lo asociaban con la vagancia, la violencia, y el desorden, hábilmente recreadas y manipuladas por las estructuras mediáticas del sistema.

El blanco de esas consignas era el AP (Alienado Programado), tanto de clase alta, media o baja, que a través de esas consignas machacadas día y noche en su cabeza, terminó viendo al piquetero como el enemigo número uno de la sociedad.

Esto permitió al gobierno de Kirchner encarcelar a sus dirigentes y mandar a reprimirlos policialmente con total impunidad, e indiferencia por parte de la sociedad de los AP.

De esta manera, y a través de este ejemplo, se verifica la doble condición de víctima, y la vez victimario, del Alienado Programado (AP) a partir del consumismo, no ya de productos sino de eslóganes y titulares recreados por el consumismo informativo.
B) Colonización mental
(Del "consumismo de productos" al "consumismo de información")
El individuo-masa, o AP (Alienado Programado), se desarrolla en la primera fase de las operaciones psicológicas orientadas a imponer la sociedad de consumo capitalista en las áreas dependientes del Tercer Mundo, a fines de la década del 50, y experimenta su máximo nivel de desarrollo con el advenimiento de la era de las comunicaciones globalizadas a fines de los 80.
El Alienado Programado (AP) es el prototipo de "hombre universal" modelado por las políticas niveladoras consumistas impuestas por las trasnacionales capitalistas a escala planetaria.

EL AP no está programado para pensar (desarrollo reflexivo) sino para consumir productos capitalistas por medio de consignas (eslóganes) y de imágenes sin ninguna relación entre sí.
Utilizando técnicas y estrategias de la Guerra Psicológica, los laboratorios estratégicos de comunicación publicitaria comenzaron a modelar al individuo-masa (el AP) a partir del surgimiento de la sociedad de consumo capitalista en los años 50.

Un AP está programado para consumir: desde productos, espectáculos, modas, hasta presidentes (gerentes de enclave de las trasnacionales capitalistas) vendidos por medio de técnicas de marketing y de campañas electorales manipuladas por operaciones psicológicas.

A excepción de los casi tres mil millones de marginados de la sociedad de consumo capitalista, que no alcanzan los niveles de supervivencia, el resto de la sociedad mundial (tanto en el mundo dependiente como en el mundo de las potencias capitalistas dominantes) está programada a partir de una estructura piramidal de AP (individuos-masa) nivelados por la ideología del consumo capitalista.

Un AP es un nivelado universal por la cultura del consumo.
El consumo (no el pensamiento razonado con lógica de qué y para qué), rige y parametra sus pautas de comportamiento social e individual.
Un AP de Asia, Africa, o Latinoamérica (más allá del idioma y la raza) viste de la misma manera y consume los mismos productos que un AP de EEUU o de Europa.
Ropa, cortes de cabello, música, fútbol, deportes, creencias, modas, gustos consumistas, estereotipos de conducta social, son nivelados por igual en los AP por las trasnacionales capitalistas que han convertido al planeta en un "gran mercado".
Un AP (Alienado Programado), técnicamente, es una terminal de consumo para abrir nuevos mercados y nuevas fuentes de ganancia capitalista a escala planetaria.
Así como la acelerada concentración y centralización del poder capitalista trasnacional impuso la incorporación masiva de la informática para la toma de decisión económica, la sociedad de consumo requirió de la utilización en gran escala de la publicidad comercial destinada a crear las bases psicosociales del consumismo.

La manipulación psicológica con el consumismo desarraigó al individuo-masa de los valores de su propia cultura, historia y tradiciones de origen, y lo convirtió en un alienado universalizado y sin conciencia.
El colonizado mental, el AP, el individuo-masa, es un lumpen social cuya máxima ambición es emigrar de su país de origen hacia los grandes centros consumistas del Imperio, como está ocurriendo en Europa y en la frontera con México.
El máximo objetivo de un AP es consumir sin interrogarse sobre los fenómenos de genocidio económico y las lacras sociales emergentes de la explotación del hombre por el hombre, a los que vive en forma alienada, sin vincularlos al sistema capitalista, del que que tampoco sabe de que se trata.
Un AP, es la célula y la materia prima emergente de las operaciones psicológicas trazadas para el control y direccionamiento de conducta con fines colonizadores que lo despojó de todo atisbo de pensamiento reflexivo y de conciencia social.
Un AP de clase baja es un declasado sin patria (exactamente la contrapartida del proletario revolucionario con conciencia social emergente de la Revolución Industrial) que sirve como carne de cañón y mano de obra barata (cuando consigue trabajo) de las trasnacionales, también sin patria, extendidas por los cuatro puntos cardinales del Planeta.
Un AP, de clase media o alta, también es un desclasado sin patria que alimenta (desde el vértice y el medio de la pirámide) las estructuras gerenciales, políticas, burocráticas y/o profesionales del sistema capital-imperialista trasnacionalizado.
Pero antes que nada, un AP (más allá de cualquier grupo de pertenencia clasista) es un alienado social construido a la imagen y semejanza de las trasnacionales y sus necesidades de mercado.
En este cambio sutil de las matrices mentales y culturales de las sociedades dominadas subyace la culminación de un minucioso proceso de colonización psicológica-cultural, cuyo objetivo central se orienta a borrar las fronteras entre el dominador y el dominado.
El perfeccionamiento del AP fue simultáneo a la destrucción de los Estados nacionales por medio de la imposición del "libre mercado", la "apertura económica" y las privatizaciones de empresa públicas impulsadas por el capitalismo trasnacional desde Washington, en la década del 90.
La etapa de la "colonización de las sociedades" con el consumo de productos, comenzada en la década del 60, posibilitó la era de la "colonización mental" con el consumo de información perfeccionada con el advenimiento masivo de Internet y de las comunicaciones globalizadas en la década del 90.
Cuando el sistema capitalista trasnacional, por medio del consumo, niveló un "modelo único de pensamiento", sentó las bases psicosociales para el control político-ideológico por medio de la información periodística manipulada por operaciones psicológicas .
De manera tal, que el control de las sociedades, en la primera etapa, por medio de la publicidad, posibilitó la segunda fase: el control ideológico, a través del consumo de información periodística, también nivelado a escala planetaria por el aparato mediático controlado por las trasnacionales del Imperio.
Con la nivelación consumista se establecen las bases para el AP consumidor de "órdenes psicológicas" manipuladas a través de la información fragmentadora y "anti-reflexiva" del llamado "periodismo espectáculo".
De esta manera el AP, se convierte en la célula terminal del sistema de colonización mental nivelado a escala universal por el aparato mediático-informativo controlado por el capitalismo trasnacionalizado.
Sin la primera fase de colonización de las sociedades por medio del consumismo, la colonización de la mente del hombre por medio de la información manipulada, hubiera sido imposible.
C) Objetivo estratégico
(La función de la Guerra Psicológica)
Los nuevos proyectos geopolíticos de conquista imperialista en la era trasnacional de las comunicaciones requieren de sofisticadas estrategias de Guerra Psicológica para su imposición sin el uso de las armas.
Los fines prescriptos por la estrategia de dominación con la Guerra Psicológica son los mismos que se utilizan con la guerra militar: dividir, atomizar, controlar al individuo-masa de las sociedades dependientes (el AP). Es la lógica de Maquiavelo aplicada por medios científicos y tecnológicos.
La Guerra Psicológica librada en el plano de la comunicación estratégica y de las grandes estructuras mediáticas (los nuevos ejércitos de conquista) no se hacen por la conquista misma, sino en la búsqueda de un objetivo estratégico orientado en los intereses económicos de las potencias y las trasnacionales capitalistas.
La función de la Guerra Psicológica imperial-capitalista actual se orienta en tres objetivos claves:
1) Conquista de mercados emergentes (sociedades y países periféricos), mediante la imposición de la "cultura consumista" nivelada y globalizada por los medios masivos de comunicación, actuando sobre la psicología del hombre AP convertido en individuo-masa.
2) Control y dominación social (en los países dependientes), orientado a la represión y/o neutralización de conflictos sociales que amenacen el desarrollo de los planes empresariales y la acumulación y expansión de la ganancia capitalista trasnacional.
3) Disputas ínter-potencias por los mercados, destinada a sustituir a la guerra militar por áreas de influencia (también por conquista de mercados) enterrada con la guerra Fría.
Una plan de Guerra Psicológica, no se hace con soldados y armas militares sino con medios de comunicación e individuos masificados (los AP) nivelados universalmente por los mismos estereotipos culturales y sociales.
El mensaje mediático nivela y masifica al individuo universal en una sola frecuencia comunicacional.
La realidad es sustituida por la percepción de la realidad a través del mensaje mediático-periodístico convertido en consignas, eslóganes y títulos, antes que en pensamiento reflexivo totalizado.
A través de la manipulación psicológica y el control ideológico, la sociedad civil, el individuo-masa suplanta a los soldados militares en el campo de batalla.
En la Guerra Psicológica, la potencia de fuego del soldado militar es sustituida por la potencia social del individuo-masa con su conducta manipulada hacia objetivos de control y dominación social, fijados por el capitalismo trasnacional para conquistar mercados y controlar a las sociedades consumistas.
Manipular, controlar, y convertir a este individuo-masa en potencia social direccionada con fines de control y dominio político-social es el objetivo estratégico clave de la Guerra Psicológica de última generación.

D) Las operaciones psicológicas
(Falsa percepción de la realidad)
Veamos un ejemplo de operación psicológica con el "terrorismo":
Después de los atentados en Londres las cadenas televisivas y los grandes diarios titulaban en molde "catástrofe": "Los ataques terroristas en Londres desatan el temor mundial", o el "El terrorismo amenaza al mundo", rezaban algunos de esos titulares.
Los titulares iban acompañados de imágenes catastróficas, con caos y terror reflejados en los rostros de los que lograron escapar de los atentados en el metro de Londres.
Esas imágenes y titulares fueron repetidos hasta el infinito durante las primeras veinticuatro horas, con las grandes cadenas trasmitiendo en vivo, mientras los conductores y analistas recreaban sin cesar las consignas de "miedo al terrorismo".
La operación psicológica-mediática se complementaba con funcionarios que, desde Bush y Blair para abajo, acusaban de los atentados al "terrorismo internacional" y advertían sobre la "amenaza de nuevos ataques".

En la realidad, durante el 7-J habían detonado tres bombas matando a 57 personas en Londres, con un efecto destructivo circunscripto a un pequeño radio de la ciudad.
Ante el titular de la CNN: "el terrorismo causa otra tragedia mundial" por la muerte de 57 británicos, si la mente fragmentada y bombardeada del AP nivel promedio estadístico realizara correctamente la operación información-procesamiento-síntesis, concluiría que solo en Irak mueren todos los días esa cantidad de personas, y ninguna cadena titula: "El Imperio norteamericano causa otra tragedia mundial".
Y ni que hablar del efecto que causaría en la mente de un AP un bombardeo mediático, en vivo, y durante las 24, con un titular de la CNN y de las otras cadenas que dijese, por ejemplo: "Tragedia mundial: Cada tres segundos un niño muere de hambre en el mundo".
Pero ese titular nunca va a aparecer ni va ser objeto de un bombardeo mediático por parte de la CNN y las otras cadenas, sencillamente, porque los hambrientos no son materia de utilización de operaciones psicológicas con fines de control social, que realiza el mismo sistema de poder que produce los hambrientos.
El atentado del 7-J fue localizado en Londres, pero el bombardeo mediático posterior con imágenes y consignas de terror (difundidas en vivo y simultáneamente por todo el planeta), potenció el miedo haciendo que que el televidente sufriera sus efectos como si hubiera ocurrido en su barrio.
De esta manera, los efectos de la manipulación psico-mediática del hecho terrorista ocurrido en Londres, con sólo tres bombas detonadas a distancia, se multiplicó infinitamente (casi como una bomba nuclear) borrando las fronteras entre realidad e irrealidad.
Por el mismo mecanismo psicológico con que el individuo-masa (mujer u hombre) vive una película o telenovela como si fuera su propia realidad, la inducción mediática masiva del terror por vías psicológicas, hizo que la mayoría viviera el hecho terrorista (solo circunscripto a un sector de Londres), como si el terrorismo y la "amenaza terrorista" fueran parte integrante de su realidad diaria.
De esta manera, y mediante la potencia niveladora y globalizadora de la imagen y de las consignas mediáticas el hecho particular (el ataque a Londres) se convirtió en un hecho general masivo falsamente percibido por las mayorías niveladas por la comunicación globalizada.
El individuo-masa, el AP, manipulado psicológicamente, incorporó una realidad ajena y localizada (el ataque terrorista con tres bombas en Londres) como si hubiera ocurrido en su barrio o en el living de su casa.
La realidad se convirtió en percepción mediática de la realidad y desató una "conducta de terror" manipulada a distancia por los operadores psicológicos de la Guerra de Cuarta Generación.
Las imágenes, títulos y consignas disparados en forma de "bombardeo mediático" hicieron que el televidente recreara su propios miedos en el ataque terrorista de Londres, lejano y distante de su realidad existencial concreta.
Desde que Bush y el Imperio estadounidense instalaron la "guerra contraterrorista" (una variante táctica de la guerra psicológica) tras los atentados terroristas del 11-S, no ocurrió ningún otro ataque en suelo norteamericano.
En el orden internacional, no ocurrieron más de 10 atentados terroristas en todo el mundo, entre los que deben computarse los más mediatizados: el 11-M español, y el 7-J británico.
No obstante esta realidad, estadísticamente localizada y circunscripta, las sociedades norteamericana y mundial incorporaron masivamentete el "miedo al terrorismo" y la "amenaza terrorista" como parte de su realidad diaria.
Por otra parte, todos los sondeos revelan que, tras un bombardeo mediático con imágenes y consignas de miedo, no solamente la sociedad norteamericana, sino la europea y el resto de la sociedad mundial, priorizan el terrorismo como la principal amenaza que acecha a la humanidad.
Estudios posteriores a las presidenciales norteamericanas de noviembre de 2004, demostraron que la aparición de Bin Laden amenazando a EEUU en un video, difundido a pocas horas de los comicios, fue clave para arrimar votos indecisos a la candidatura por la reelección de Bush.
Este es el mejor ejemplo de como, a través de las operaciones psicológicas mediáticas globalizadas, se induce un hecho lejano y localizado (el ataque terrorista) como si fuera la mayor amenaza que azota a la humanidad sin distinción de países.
De esta manera se hace realidad el objetivo clave de la Guerra Psicológica: convertir al individuo-masa (Alienado Programado-AP) en "soldado cooperante" de los planes imperiales de control y dominio social, tanto en el Imperio como en el mundo dependiente.
E) Plan de Guerra Psicológica
(Niveles tácticos interactivos)
En un plan estratégico de Guerra Psicológica, los operativos de la OPS (Operaciones Psicológicas) diseñan y ejecutan planes y estrategias de control social, en tanto que los Grupos Operativos Especiales (GOE) diseñan y ejecutan planes y estrategias de conflictos y detonantes sociales como complementos operativos de la OPS.
Operativamente, la Guerra Psicológica se desarrolla en tres niveles tácticos-interactivos:
A) Un Plan de Conflicto = Detonante Primario
B) Un Plan de Operación Psicológica = Manipulación y Objetivo
C) Un Plan de Acción Política = Aprovechamiento y Beneficiario
Veamos un ejemplo práctico:
A) Plan de Conflicto: Unidades OPS de la CIA y el Mossad detonan una provocación religiosa contra la comunidad islámica internacional operando la publicación de caricaturas ofensivas de Mahoma en la prensa europea. Simultáneamente (y en forma interactiva) los GOE, infiltrados entre grupos fundamentalistas islámicos, detonan protestas violentas contra las caricaturas de Mahoma, con muertos, heridos y quemas de embajadas en Europa, Asia, África y Medio Oriente. Objetivo Táctico: detonar el conflicto y crear el contexto de las operaciones psicológicas.

B) Plan de Operación Psicológica:Unidades OPS infiltradas en las grandes cadenas mediáticas operan un plan de consignas y de imágenes (bombardeo mediático) articulado en dos movimientos tácticos: 1) difusión potenciada de las imágenes con los hechos más violentos protagonizados por los grupos infiltrados por los GOE. 2) Acompañamiento de las imágenes con titulares y comentarios que contienen tres consignas clave: "violencia (islámica)", "guerra religiosa (islámica)", "protestas violentas (islámicas)", que se encuentran simultáneamente en todas las cadenas acompañando a las imágenes con disturbios, edificios ardiendo y represión con muertos y heridos. El "islamismo fundamentalista" es el protagonista central en el bombardeo mediático durante una semana. Objetivo Táctico: vincular al mundo islámico con la violencia, la guerra y el desorden social.

C) Plan de Acción Política:Simultáneamente a las protestas violentas y a las imágenes y consignas manipuladoras difundidas a escala planetaria, Bush y sus funcionarios de primer nivel (Cheney, Rumnsfeld y Condoleeza Rice), asesorados por OPS del equipo estratégico de la Casa Blanca, salen a denunciar a Irán como el instigador principal de los disturbios violentos con muertos, heridos, e incendios de embajadas.Sincronizadamente, el Estado Mayor militar y el gobierno de Israel (por medio de sus principales funcionarios) también denuncian a Irán como el principal responsable de las protestas religiosas violentas.Washington y Tel Aviv, en sus denuncias, también asocian, sutilmente, a Irán con un plan de "terrorismo nuclear". Objetivo Táctico: situar a Irán como promotor de un plan del "fundamentalismo islámico violento" desatado en todo el mundo.
D) El Resultante:El resultante se define por una verificación del objetivo buscado con el plan OPS: sondear el consenso (dentro y fuera de EEUU) para un ataque militar a Irán.Tras una semana de acción mediática combinada de las operaciones A, B, y C, dos sondeos revelaban que casi dos tercios de la sociedad norteamericana respaldaba un ataque militar de EEUU a Irán.Los dos sondeos (realizados respectivamente por el Centro Pew y Los Angeles Times) indicaban también que la misma cantidad de estadounidenses (casi dos tercios) consideraban a Irán como "la amenaza número uno", por delante de China, Irak y Corea del Norte.Un 82 por ciento aseguró que, de completar con éxito el enriquecimiento de uranio, Irán facilitaría armamento nuclear terroristas.De realizarse en Europa, seguramente los sondeos arrojarían resultados parecidos. Las mediciones de los OPS son secretas.E) Clave de la operación: El plan OPS con las caricaturas sirvió como modulo experimental y operación de testeo para un plan estratégico de Guerra Psicológica orientado, en su primera fase, a "preparar el terreno" (consenso internacional y estadounidense) para una operación militar contra Irán argumentada en dos consignas y una conclusión: "Terrorismo Nuclear"+"Violencia Islámica" = "Peligro Irán".

AGUA Y PODER



Resumen:
La construcción de un Estado judío en Palestina adquirió desde su inicio una relación directa con la agricultura y con ello el agua ganaba todo su peso específico. La proclamación del Estado de Israel y la primera guerra árabe-israelí cambió totalmente la realidad política, territorial, demográfica y también respecto a los recursos hídricos de Palestina, ya que buena parte de su territorio quedaba fuera de la cuenca del Jordán y era muy árido.
La desviación de agua del Jordán hacia el Neguev mediante el Acueducto Nacional entraba en claro conflicto con los intereses árabes, tanto en calidad del agua como en cantida. Es entonces cuando la negociación sobre el agua adquirió una doble dimensión técnica y política. La vía funcionalista para la solución del problema árabe israelí había fracasado y, de la misma forma, también se hizo evidente que sin un acercamiento político previo no habría acuerdo sobre los recursos hídricos en la cuenca del Jordán.
Descriptores: Historia/ Relaciones Internacionales/ Negociaciones Internacionales/ Recursos hídricos/ Escasez de agua/ Derechos sobre las aguas/ Distribución del agua;/Sobreexplotación/ Grupos étnicos/ Asentamientos humanos/ Contaminación de ríos/ Contaminación del agua.

Identificadores: Árabes/ Palestinos/ Conversaciones de Paz árabe-israelíes/ Río Jordán/ Río Yarmuk/Palestina.

Topónimos: Oriente medio/ Países árabes/ Israel/Jordania/
Ferran Izquierdo Brichs
Profesor de Relaciones Internacionales (Universitat Autònoma de Barcelona)Artículo publicado en la revista Ecología Política nº 15 (Barcelona, 1998) pag. 67-78.

La próxima guerra en Oriente Medio se librará por el agua (Butros Ghali, 1985).

La única cuestión que volverá a llevar a Jordania a la guerra es el agua (Rey Hussein de Jordania,
1990).

Oriente Medio y sobre todo la cuenca del río Jordán se han convertido, al tiempo que crecía la preocupación por los conflictos ambientales y su análisis en términos de seguridad, en un ejemplo repetido de la posible derivación violenta de los conflictos por la escasez de recursos, y específicamente por el agua. Así, no es raro leer que los conflictos por el agua de las cuencas del Eufrates y Tigris, del Jordán y del Nilo tienen un alto potencial de escalada violenta por tener objetivos incompatibles respecto a un recurso crecientemente escaso, a lo que se le añaden percepciones incompatibles a nivel identitario que agudizan la contraposición entre árabes y no árabes: los tres sistemas fluviales están controlados en sus fuentes principales por no árabes.
Estas afirmaciones introducen algunos elementos centrales de la discusión:
1. ¿Realmente hay un alto potencial de escalada violenta en estos conflictos?;
2. ¿Hasta qué punto es el agua una causa de guerras pasadas y futuras en la región, o una variable más a tener en cuenta pero no causal?;
3. ¿Quién controla el agua? Contradiciendo a Grasa, el control del agua está más relacionado con la estructura de poder de los distintos subsistemas que con la posición de cada actor en la cuenca: por ejemplo, el agua del Nilo está controlada por Egipto, a pesar de estar situado en la cuenca inferior; otro ejemplo lo tenemos en Israel, que controló el agua del Jordán desde 1948, si bien no consiguió una posición dominante en la cuenca superior hasta junio de 1967.
Por esta razón, la estabilidad de los subsistemas que constituyen las cuencas y, sobre todo, la estabilidad de las relaciones de poder en estos subsistemas tendrá una relación directa con la potencialidad de escalada violenta.
El análisis de los puntos dos y tres nos debería permitir dar una respuesta a la primera pregunta y, para ello, nos centraremos en la cuenca del Jordán, la que ha sufrido más episodios de violencia relacionada de alguna forma con los recursos hídricos.
Sionismo, agricultura y agua: una ecuación política
La construcción de un Estado judío en Palestina, la esencia del sionismo, adquirió desde su mismo inicio una relación directa con la agricultura. El socialsionismo llevaba en su raiz ideológica el trabajo físico en la tierra ligado al socialismo utópico, lo que, en las condiciones del Yishuv, tenía racionalidad económica y política.
El objetivo del sionismo, tal como expresaría Chaim Weizmann durante la negociación de la Paz de París, era crear en Palestina un Estado "tan judío como Inglaterra inglesa.
Para conseguir esta juevización un primer paso esencial era la ocupación de la tierra por parte de la inmigración judía, que tenía que ser real y efectiva.
De esta forma, la agricultura adquiría un triple rol fundamental en el sionismo: a nivel ideológico en el socialsionismo, político en la construcción del Estado y la ocupación del territorio y económico para asegurar la autosuficiencia alimentaria y la viabilidad del Estado judío. Y con la agricultura el agua ganaba todo su peso específico.
La importancia del agua en la colonización judía de Palestina se puso de manifiesto desde el mismo inicio y, ya a finales del siglo pasado, se vio que las opciones eran pocas: el norte de Palestina con las fuentes del Jordán y el río Litani, o el Nilo. Un informe de 1871 contenía la primera referencia a la posibilidad de que Palestina y el Neguev absorvieran una inmigración de millones de judíos desviando el agua del norte de la región hacia el sur.
En 1903 se estudió el proyecto, de sionistas y británicos, de desviar agua del Nilo hacia el Sinaí donde se establecerían colonias judías, rechazado por el gobierno egipcio como una amenaza para el futuro agrícola del país.
El crecimiento de la inmigración judía durante el mandato británico supuso una mayor presión sobre la tierra y la vida económica y, también, sobre los recursos hídricos. Muy pronto las estimaciones de las necesidades de agua de la población local, en oposición a las de los recién llegados, se convirtieron en una cuestión política en el debate sobre la inmigración en Palestina. Distintos proyectos, financiados por árabes o por sionistas, debatían sobre la suficiencia de los recursos. Los más importantes fueron el Plan Ionides, financiado por el gobierno transjordano y que negaba que hubiera bastante agua para construir un nuevo Estado basado en la inmigración; y el Plan Lowdermilk, que defendía que había recursos para cuatro millones de inmigrantes utilizando el agua del río Litani, que no pertenece a la cuenca del Jordán y que es puramente libanés.
La proclamación del Estado de Israel, y la primera guerra árabe-israelí, que supuso el reparto de Palestina, cambió totalmente la realidad política, territorial, demográfica y también respecto a los recursos hídricos de Palestina.

Tanto Transjordania -la futura Jordania- como Israel tenían un problema acuciante de agua al que había que hacer frente. Jordania tuvo que afrontar un de los momentos más críticos de su economía. Alrededor de 450.000 palestinos expulsados de Israel se refugiaron en el territorio jordano.
Al ser en su mayoría campesinos y jornaleros, la agricultura era la única vía para ocuparlos que no exigía una inversión inaccesible en formación y en bienes de equipo. Así, el desarrollo agrícola se convirtió en un objetivo central de la política económica jordana a pesar de que las perspectivas no eran prometedoras. La agricultura jordano-palestina era básicamente de secano y el terreno con lluvia suficiente para el cultivo muy limitado, por lo que se imponía la transición al regadío e, imprescindiblemente, la búsqueda de nuevas fuentes.

El nuevo Estado de Israel debió afrontar la cuestión del agua inmediatamente. Buena parte de su territorio quedaba fuera de la cuenca del Jordán y era muy árido. A pesar de que la población total de Israel no creció en los primeros años, las costumbres de los inmigrantes europeos eran mucho más consumidoras de agua que las de la población indígena,sobre todo en lo referente a la agricultura, lo que incrementó la presión sobre los recursos.
La agricultura jugó un papel fundamental en la absorción de la inmigración, en la producción de alimentos y en la colonización efectiva del territorio del que se había expulsado a la población palestina. Además, a la dimensión ideológica, política y económica de la agricultura y el agua se les añadía una nueva dimensión: la seguridad, pues las colonias agrícolas eran la mejor forma de consolidar la población en áreas dispersas y de crear zonas defendibles.

Las primeras medidas que tomó el gobierno israelí respecto al agua dejaron claro que la carestía no era un elemento determinante en la política a seguir, a pesar de la nacionalización de los recursos hídricos y el racionamiento de su uso. El agua pasó a ser responsabilidad del Ministerio de Agricultura y de dos compañías -Mekorot y Tahal- encargadas de la planificación y desarrollo de las políticas y proyectos hidrológicos.
El accionariado de estas compañías: la Agencia Judía, el Fondo Nacional Judío, la central sindical Histadrut, y su relación con el Ministerio de Agricultura, hacen evidente que el peso de la gestión del agua caía en los grupos de presión agrícolas y promotores de la inmigración, lo que, por una parte, ha venido obstaculizando hasta la actualidad un uso eficiente y con racionalidad económica del agua, y por otra parte, ha sustentado la dimensión ideológica y política de los recursos hídricos en Palestina.

La precariedad del armisticio y el fracaso de las conversaciones para la negociación de acuerdos de paz, llevaron a la planificación unilateral de la gestión y desarrollo de los recursos hídricos. La pieza central de los planes israelíes fue la desviación de agua del Jordán hacia el Neguev mediante el Acueducto Nacional. Este tuvo que esperar por razones financieras y políticas. El punto desde donde debía tomarse el agua del Jordán -Jisr Banat Yaqub- estaba situado en la zona desmilitarizada entre Israel y Siria, y se temía que las obras provocaran protestas sirias y la condena internacional, tal como sucedía con el drenaje de Hulah y la expulsión de la población palestina de la zona.

El Acueducto Nacional se convirtió inmediatamente en uno de los principales focos de conflicto entre israelíes y árabes. Por una parte el desvío del agua del Jordán entraba en claro conflicto con los intereses árabes, tanto en calidad del agua como en cantidad: se calcula que el Acueducto ha privado de agua fresca a un total de 40.000 dunums y ha impedido el desarrollo completo de otros 80.000.
Por otra parte, el agua desviada se utilizaría para colonizar el territorio reclamado por los palestinos y del que habían sido expulsados, además de consolidar un Estado que no reconocían, por lo que el rechazo sería total principalmente entre la población palestina.

¿Funcionalismo o realismo?
La política de Estados Unidos en los años cincuenta en Oriente Medio, tenía el objetivo de frenar la penetración soviética acercándose a los Estados de la región mediante la ayuda económica y el distanciamiento respecto a las políticas coloniales de Francia y el Reino Unido. Sin embargo, para mantener buenas relaciones con los Estados árabes, el conflicto con Israel era un escollo. En la Administración americana había división de opiniones sobre como afrontar la política de Oriente Medio. El Secretario de Estado, John Foster Dulles, era partidario de buscar un acuerdo político entre árabes e israelíes, mientras que el Director de Operaciones Exteriores, Harold Stassen, y Eric Johnston creían que sería más efectivo usar el factor económico siguiendo el ejemplo europeo.

Eric Johnston, enviado especial del Presidente Eisenhower, llegó a Oriente Medio en 1953 con el objetivo inmediato de solucionar el problema de los refugiados palestinos. Los palestinos expulsados se convirtieron en el meollo del conflicto en los primeros años. Los Estados árabes, en las conversaciones de Lausana en 1949, habían dado muestras de que estaban dispuestos a aceptar a Israel siempre que hubiera cesiones israelíes tanto a nivel territorial como respecto al retorno de palestinos expulsados sin embargo, el rechazo israelí a cualquier concesión hizo imposible la negociación más allá de los armisticios. La mediación de Johnston tenía tres objetivos: aliviar la carga financiera que suponía la aportación estadounidense a la UNRWA; facilitar el asentamiento de los refugiados a través del desarrollo agrícola del Valle del Jordán; y, una vez solucionado el problema de los refugiados, buscar un acercamiento político entre árabes e israelíes a partir de los acuerdos sobre la gestión del agua, siguiendo criterios funcionalistas.

La negociación sobre el agua pronto adquirió una doble dimensión técnica y política.
El primer obstáculo que se tenía que salvar eran las diferencias de principios entre las dos partes: Israel había planificado su desarrollo basándose en el desvío de agua fuera de la cuenca natural del Jordán, mientras que los árabes, apoyándose en las prácticas más extendidas del Derecho, se oponían a este desvío. La desconfianza entre las partes también dificultaba el diseño de un plan para el Valle del Jordán, pues ni los árabes ni Israel querían dejar en manos del otro volúmenes importantes de agua que pudieran ser utilizados para hacer futuros chantajes. Finalmente, la principal dificultad a nivel técnico sería la discusión de las cuotas a repartir para unos y otros. No obstante estos escollos la negociación a nivel técnico llegó a buen puerto y se consiguió un acuerdo que debía ratificar el gobierno israelí y la Liga Arabe.

La dimensión política del plan fue percibida inmediatamente por la opinión pública árabe: "¿Qué interés pueden tener los árabes en hacer posible y más fácil para Israel la creación de su futuro, cuando creen que el Estado se ha fundado a expensas de los árabes y que cuanto más poderoso crezca y más población tenga, más grande será el peligro para los árabes? (...) Claramente se concluye que bajo la apariencia de un informe puramente técnico el Plan Johnston esconde la realidad de un programa político para una solución parcial sino completa del problema palestino (...) No podemos concebir como los árabes pueden cooperar en un proyecto que no sólo mejoraría las condiciones económicas del millón de judíos que han ocupado sus casas sino que además ayudaría a atraer a otro millón para ocupar más".

En realidad, lo que estaba sobre la mesa era el reconocimiento de Israel y las líneas de demarcación como fronteras definitivas, así como la imposibilidad del retorno palestino a sus tierras. El rechazo público al Plan Johnston creció con grandes manifestaciones en Jordania y Egipto y la Liga Árabe con Gamal Abdel Nasser al frente, a pesar del acuerdo técnico, no pudo aceptar la dimensión política que suponía. La vía funcionalista para la solución del problema árabe israelí había fracasado y, de la misma forma, también se hizo evidente que sin un acercamiento político previo no habría acuerdo sobre los recursos hídricos en la cuenca del Jordán.

Agua y poder
El fracaso de la negociación impulsó la gestión unilateral de los recursos hídricos.
El proyecto más polémico -el Acueducto Nacional israelí- se convirtió en una prioridad para el gobierno de Tel Aviv. El punto técnicamente adecuado para la toma de agua y para su traslado por gravedad estaba situado en la zona desmilitarizada entre Israel y Siria, sobre la cual ninguno de los dos países tenía soberanía, por lo que el gobierno de Damasco protestó ante el Consejo de Seguridad cuando Israel inició las obras y consiguió el veto de la URSS. Los Estados Unidos concedieron ayuda financiera para el desarrollo de las infraestructuras hidrológicas a condición de que respetaran el Plan Johnston y de que Israel esperara dos años antes de reemprender las obras en Jisr Banat Yaqub.

El gobierno Israelí, no obstante, consideró que el Acueducto Nacional era un elemento fundamental para la construcción y consolidación del Estado naciente, indispensable para colonizar el Neguev -fronterizo con Egipto y la zona más desprotegida-, y que se debía realizar lo antes posible y a cualquier precio. Tel Aviv era perfectamente consciente de las implicaciones políticas y de seguridad del proyecto, lo que explica que las decisiones se tomaran en un comité especial en el que participaban los altos funcionarios de los ministerios de Asuntos Exteriores, Defensa, y Finanzas, más el ministro de Agricultura y los consejeros de Tahal, y en las deliberaciones importantes intervenían incluso los ministros y Ben Gurion.
El gobierno israelí, presionado por el Ministerio de Agricultura, al frente del cual estaba el halcón Moshe Dayan, aceleró las obras del acueducto aunque para ello hubiera que pagar un alto precio económico y hacer frente a las protestas árabes. La decisión principal fue trasladar la toma de agua al lago Tiberias, bajo soberanía israelí pero situado a -213 metros bajo el nivel del mar, lo que obliga a bombear el agua y supone un enorme consumo de energía.

Las obras, que se mantuvieron en secreto hasta 1959, provocaron el rechazo árabe en cuanto se hicieron públicas. La Liga Arabe preparó un proyecto para desviar el agua de las fuentes superiores del Jordán, que nacían en el sur de Líbano y los Altos del Golán sirios. Durante tres años las dos partes se estuvieron amenazando con usar la fuerza si la otra realizaba sus proyectos, pero mientras que los israelíes continuaron trabajando, los árabes esperaron a que entrara en funcionamiento la primera fase del Acueducto Nacional en 1964 para empezar a poner en práctica sus decisiones.
La primera cumbre de la Liga Arabe, reunida en El Cairo en 1964, aprobó el inicio de las obras del desvío del agua de las fuentes del Jordán, lo que provocó la inmediata respuesta militar israelí paralizando los trabajos y ayudando a alimentar la tensión en la región. De esta forma, Israel pasaba a ejercer el control indirecto sobre toda la cuenca superior del Jordán.

La lucha por el agua sólo fue una más de las causas de la guerra de junio de 1967, no obstante, sí se puede creer que a largo plazo las conquistas israelíes de 1967 tuvieron una gran repercusión en el conflicto por los recursos hídricos. Con la guerra de junio de 1967 Israel pasó a dominar y administrar directamente toda la cuenca del río Jordán, excepto la orilla oriental al sur del lago Tiberias, sobre la cual continuó ejerciendo un control indirecto e interfiriendo en su desarrollo. La importancia del agua en la guerra de 1967 se manifiesta en la Orden Militar 92, dictada inmediatamente después de terminar la guerra, con la que la autoridad militar israelí ponía bajo su control todos los recursos hídricos de los territorios ocupados.

La guerra de 1967 y la conquista territorial israelí imprimió un nuevo carácter al conflicto por el agua. La victoria israelí demostró el papel hegemónico a nivel militar del Estado judío en la región; sin embargo, el gobierno de Tel Aviv también sintió la frustración de no poder trasladar esta hegemonía al nivel político al no poder imponer su paz. A inicios de los setenta, los Estados árabes del frente habían aceptado la resolución 242 del Consejo de Seguridad de las NNUU y, con ello, reconocían el derecho a la existencia de Israel dentro de las fronteras de 1949. Así, el contencioso árabe-israelí se trasladó a los territorios ocupados en 1967 y, más tarde, también al sur de Líbano.
La consolidación de Israel, por su posición de fuerza y por el reconocimiento de los Estados árabes, despojó de gran parte de su carga política y de seguridad a los recursos hídricos consumidos por los israelíes dentro de la línea verde[Línea de demarcación dibujada en los acuerdos de armisticio de 1949]. Sin embargo, la política israelí de colonización de los Altos del Golán, Cisjordania y la Franja de Gaza trasladaron a estas zonas los mismos elementos que habían impedido la negociación sobre los recursos hídricos con anterioridad: junto con la tierra se expropiaba el agua que se utilizaría para colonizar estos territorios, haciendo cada vez más irreversible la expansión de Israel y la pérdida de suelo árabe. Esta situación es particularmente grave en Cisjordania, por la importancia de sus aguas subterráneas y por su centralidad en cualquier solución política del problema palestino.
La dimensión palestina del conflicto
Los palestinos de Cisjordania consumen alrededor de 110 millones de metros cúbicos por año (Mmc), según los datos proporcionados por Tahal, o 120-130 Mmc según los investigadores palestinos. El suministro está totalmente supeditado a las cuotas que asigna la autoridad israelí, por lo que no se puede hablar de déficit en Cisjordania sino de necesidad de negociar la distribución de los recursos con Israel y Jordania. Algunos autores, basándose en las aguas subterráneas y los derechos sobre el agua del río Jordán, llegan a cifrar el agua renovable de un futuro Estado palestino en 1080 Mmc. La agricultura de regadío ha estado sometida a fuertes restricciones bajo las autoridades israelíes, hasta el punto que la superficie irrigada disminuyó de un 27% de la superficie cultivada, antes de la guerra de 1967, a menos del 7% en la actualidad.
A pesar de ello, el sector agrícola consume más del 70% del agua y las necesidades futuras se estiman muy superiores.
Los recursos hídricos en la Franja de Gaza se encuentran actualmente en una clara situación de déficit. El suministro depende totalmente de los acuíferos, que tienen una recuperación natural de poco más de 60 Mmc para un consumo de más de 100 Mmc, con lo que las aguas subterráneas están en peligro tanto por la pérdida de calidad debida a la entrada de agua marina como por la pérdida de volumen. Más del 10% del agua del acuífero excede el límite de salinidad y se calcula que en el año 2010 será el 20%. También en esta zona es el sector agrícola el mayor consumidor.

Los asentamientos de colonos en los territorios ocupados son uno de los elementos más desestabilizadores en la fase actual del conflicto. La política de colonización de los territorios ocupados evolucionó de los objetivos geoestratégicos de los gobiernos laboristas al objetivo demográfico de los gobiernos del Likud. Los primeros asentamientos y las expropiaciones más importantes de terreno se situaron en el Valle del Jordán, lo que supuso un golpe durísimo a la agricultura palestina. La segunda oleada de colonos, desde el año 1977, se asentó cerca de la línea verde con el objetivo de integrar los territorios ocupados, principalmente Cisjordania incluyendo Jerusalén Este, en la realidad israelí tanto demográfica como territorial. La política de infraestructuras en la zona se ha planificado con los mismos objetivos, ahogando las infraestructuras palestinas y sustituyéndolas por una organización que completa la israelí.
Un segundo efecto no tan evidente de esta política de hechos consumados es que muchos de los asentamientos están situados en la zona de realimentación del acuífero occidental, de forma que los israelíes no sólo han creado una nueva línea que desplaza la línea verde, sino que además han conseguido el dominio físico de su principal fuente de agua.

Los asentamientos de colonos judíos en los territorios ocupados no serían posibles sin la expropiación de tierra y agua. En el año 1990 se calculaba que más del 50% del territorio, en muchas ocasiones las mejores tierras de cultivo, había pasado a manos israelíes, y el proceso continúa en la actualidad. Las restricciones en el consumo de agua se dieron desde el mismo día de la ocupación. Los objetivos de estas restricciones eran proteger el consumo israelí del acuífero occidental e impedir el desarrollo agrícola palestino, pues podía hacer la competencia a la agricultura israelí y de los colonos, además de reservar buena parte de los recursos hídricos para la colonización judía de los territorios.

El consumo total de los colonos judíos en Cisjordania es difícil de calcular ya que no hay cifras oficiales y las que ofrecen los autores son muy dispares, aunque es evidente que se puede hablar de un consumo per cápita entre cinco y diez veces superior al de los palestinos. En la Franja de Gaza la diferencia es todavía más brutal. Esta política de expropiación del agua y la tierra tiene un claro reflejo en la superficie de cultivo irrigada en Cisjordania: los palestinos cultivan alrededor de 1,7 millones de dunums, de los cuales 104.000, el 6%, son de regadío; mientras que los colonos cultivan 563.000 dunums, de los cuales 389.000, el 69%, es de regadío.
Otro factor importante es que todas las nuevas infraestructuras relacionadas con el agua, incluso las que sirven a las comunidades palestinas, están controladas desde los asentamientos convirtiéndose en un nuevo instrumento de dominación.

Se puede apreciar, pues, que el conflicto por el agua en los territorios ocupados palestinos tiene una dimensión política y también ideológica para las dos partes, lo que hace imposible un acuerdo sobre los recursos sin un acuerdo político anterior. Para la derecha nacionalista israelí los territorios ocupados forman parte de la Tierra de Israel por lo que se deben colonizar de la misma forma que se hizo con Israel y, para ello, se necesita el agua. Para los palestinos, después de reconocer a Israel dentro de sus fronteras de 1949, todas sus esperanzas se centran en crear un Estado palestino en los territorios ocupados, lo que implica recuperar el territorio expropiado y acceder a su explotación, para lo cual se necesita el agua. Un Estado palestino necesitará la agricultura para su desarrollo económico y para facilitar el asentamiento de aquellos refugiados a los que se permita el retorno. Así, se puede comparar el papel que jugó el agua en el sionismo y la creación del Estado de Israel con el que juega en el nacionalismo palestino.

Más discutible es la dimensión de seguridad del agua de Cisjordania y, en este aspecto, también del agua del Golán. El gobierno y la derecha israelíes han justificado en más de una ocasión el mantenimiento de la ocupación de Cisjordania y de los Altos del Golán por su situación estratégica respecto al agua. En el Golán nace el río Banias, uno de los principales afluentes del Jordán, y el acuífero occidental cisjordano es una de las más importantes fuentes de agua para Israel.
Sin embargo, aun sin discutir el derecho de Israel a este agua, se puede ver que el control no depende de la ocupación física de las fuentes, sino de la relación de poder entre las partes, y la hegemonía militar israelí no permite pensar ni en un ataque árabe para conseguir el dominio del agua, ni en que Israel, incluso retirando su ejército, se vea obligado a ceder el control, tanto de la cantidad como de la calidad, de los recursos hídricos más allá de lo que decida en una negociación.[Sin embargo, la militarización de la política exterior israelí, al igual que el "síndrome del holocausto", impulsa la propensión del sistema político a aceptar el worst case scenario thinking de los militares, lo que, en muchas ocasiones, conduce a entender la seguridad solamente como control militar directo, reflejándose en la voluntad de dominio físico de las fuentes de agua.

La agricultura: entre el desarrollo económico y la seguridad alimentaria
El problema de la seguridad ecológica o, más concretamente, de la seguridad hidrológica, presenta distintos aspectos que se deben estudiar por separado "Amarga agua dulce: los conflictos por recursos hídricos", Ecología Política, nº 8, hace un análisis de estas diversas dimensiones de la seguridad en relación a los recursos hídricos, aunque omite el estudio de la relación del agua con variables políticas, ideológicas o de seguridad en el sentido que son tratadas en el presente artículo.
Una dimensión que tiene un peso cada vez mayor es el uso que se da al agua y su relación con la escasez de los recursos.
La agricultura es la gran consumidora de agua en todas las regiones del mundo con problemas de recursos hídricos. La relación de la agricultura con el agua a nivel de gestión es un problema de enfrentamiento entre dos seguridades buscadas por muchos Estados, sobre todo en los países en vías de desarrollo: la seguridad alimentaria y la seguridad en el suministro de agua, que en regiones con carestía de recursos hídricos son excluyentes.

Las prioridades para la seguridad hidrológica se pueden concretar en tres bloques básicos: autosuficiencia en agua potable para el uso doméstico, presente y futura; reservas subterráneas para casos de emergencia; y sistemas alternativos de suministro. Evidentemente, el agua de regadío no entra en ninguna de estas prioridades.

El coste también es un problema importante en relación con la agricultura, pues crece con la carestía ya que cada vez es más caro mantener un sistema de precios que subvencione el consumo de agua para regadío, y más si hay que recurrir a alternativas tecnológicas o a la importación para aumentar el suministro de recursos hídricos. Así, en las zonas con carestía de agua aparece una ecuación inevitable: la eficiencia económica de la agricultura disminuye a medida que crecen la población y sus necesidades.

Hasta ahora, el problema de la agricultura y el agua no se ha enfocado hacia la disminución del volumen total de agua consumida sino hacia el incremento de la productividad por unidad de agua -de la eficiencia en relación al agua- manteniéndose los volúmenes totales. Reducir el sector agrícola implica un cambio en la estructura económica que no se puede hacer a corto plazo sin pagar un precio muy alto para los programas de ajuste. Sin embargo, como hemos visto, aun sabiendo que las necesidades mínimas de agua obligarán a hacerlo antes del 2020, los palestinos no se pueden plantear el futuro económico si no es con un crecimiento del sector agrícola a corto plazo, los jordanos continúan promoviendo planes expansivos y los israelíes, a causa del poder del lobby agrícola, no reducen el regadío.

La agricultura ha jugado un papel básico en el desarrollo económico y político de Israel, pero en la actualidad su peso económico es bajo: 7,6% del PIB; 3-4% de las exportaciones; 5,3% de la fuerza de trabajo. Cabe señalar, sin embargo, que provee más del 90% de la demanda doméstica.
Más del 50% de la superficie de cultivo es de regadío, explotando prácticamente la totalidad del suelo irrigable. Muchos de los cultivos son de uso intensivo de agua y la mayoría de ellos son ineficientes si se tiene en cuenta su coste. El agua está subsidiada por el Estado hasta el punto que se está pagando por debajo del coste de la electricidad necesaria para producirla.

Esta situación del sector agrícola -menos del 50 por ciento del sector es económicamente eficiente- sólo se entiende si se conoce la fuerza del lobby que lo representa y el papel ideológico y estratégico que jugó la agricultura en el proceso de consolidación del nuevo Estado. El rol político de la agricultura facilitó la organización del lobby, que puede actuar sobre todos los factores necesarios para la agricultura (tierra, agua, capital y trabajo), los cuales, en Israel, son todos susceptibles de manipulación política. Por esta razón, y debido también al sistema político y de partidos israelí y la debilidad de los gobiernos, el lobby agrícola puede tener una gran influencia en el proceso negociador sobre el agua y sobre las relaciones comerciales con sus vecinos árabes, de forma que sea difícil redistribuir los recursos hídricos y reducir el regadío israelí.

El peso de la agricultura en la economía jordana es bajo: 6,8% del PIB y 7,6% de la fuerza de trabajo.[Beschorner (1992-a: 16)] Sin embargo, este bajo peso relativo no es consecuencia de una economía desarrollada en los otros sectores, como en Israel, sino de las dificultades para desarrollar el regadío y la productividad agraria. La superficie de regadío es inferior al 10% de la superficie cultivada, pero produce más del 40% de la producción agraria total, el 70% del valor bruto de la producción agraria y el 85% de las exportaciones agrarias. Se puede ver, así, que en el caso de Jordania el sector agrícola podría expansionarse y recuperar mucho peso relativo y absoluto dentro de la economía si conseguía más agua.

La agricultura todavía constituye el núcleo de la economía en los territorios ocupados de Palestina: 39% del PIB en 1992 y el 47% de la población activa. Sin embargo, las restricciones sobre el consumo de agua impuestas a los palestinos por la autoridad israelí, así como las expropiaciones y desvío de agua a los asentamientos y a Israel, limitan el uso agrícola del agua hasta el punto que los cultivos de regadío sólo se extienden a una quinta parte de la superficie irrigable.
Es evidente, pues, que el futuro de la agricultura palestina y, en buena parte, de toda la economía de los primeros años de la futura Entidad Nacional Palestina, dependerá de las cuotas de agua que se consigan en la negociación sobre los recursos hidricos.

Un primer objetivo de la agricultura, más allá de su eficiencia económica, es la seguridad alimentaria. En Oriente Medio, a pesar de los problemas relacionados con el agua, todos los gobiernos están inmersos en programas para garantizar la producción de alimentos. En el pasado fue Israel el primero en planificar la agricultura dentro del marco de la "defensa total": la agricultura no es sólo importante para colonizar y proteger así zonas fronterizas, sino que también es básica para reducir los efectos de posibles embargos, bloqueos o presiones comerciales.
Pero la idea de seguridad alimentaria no se queda sólo en Israel sino que, desde la Guerra del Golfo Pérsico y el embargo a Iraq y la política seguida por la comunidad internacional en Libia y Haití, está ganando cada día más fuerza en muchos países del Sur y, sobre todo, en una zona conflictiva como Oriente Medio. Sólo así se pueden comprender los proyectos faraónicos de algunos gobiernos para conseguir más agua para regar, o que, a pesar de la carestía y de los problemas que comportan con los Estados vecinos, se estén llevando a cabo programas de expansión agrícola.

El valor de la agricultura no se reduce a la independencia alimentaria, también es importante para la evolución de algunas sociedades con economías en desarrollo: frena la inmigración urbana y ayuda a crear polos regionales de desarrollo. Estos argumentos se añaden al valor propiamente económico de la producción agrícola, fundamental para la balanza comercial exterior, y también para mitigar el paro y para facilitar la acumulación de capital necesaria para desarrollar los otros sectores de la economía, sobre todo en Palestina y Jordania que tienen economías en vías de desarrollo y un crecimiento demográfico de los más altos del mundo. En Israel, con una economía ya desarrollada, el factor económico no es tan importante, pero juega el factor político del peso del lobby agrícola que impide la planificación de la agricultura según criterios de eficiencia económica o según las necesidades hidrológicas.

El aplazamiento de la elección entre seguridad alimentaria y seguridad hidrológica se convierte en un factor de inestabilidad futura y de peligro para las relaciones entre los países que comparten la cuenca: cuanto más alto sea el precio del agua más encarnizada será la lucha; cuanto más corto sea el plazo para el cambio estructural más costoso y desestabilizador será y mayor la tentación de presentar el problema como de distribución injusta del agua entre los Estados coribereños.

Así, vemos que se enfrentan dos realidades contradictorias. El desarrollo económico a corto y medio plazo de Palestina y Jordania no permite pensar en reducciones drásticas del sector agrícola, pero las necesidades mínimas de agua obligarán a ello. La cooperación entre los países de la cuenca a nivel económico y de gestión de recursos, permitiría facilitar la transición de un modelo económico a otro. Israel, que está más preparada económicamente para reducir su agricultura, debería liberar el agua que dedica al regadío y permitir que la utilizaran los palestinos mientras desarrollan los otros sectores de su economía. La realidad, sin embargo, no parece ir en esta dirección, ya que en los acuerdos que se están negociando los israelíes están imponiendo fuertes limitaciones a la agricultura palestina y no parecen dispuestos a admitir reducciones del volumen de agua que consumen.

Conclusiones
Analistas palestinos e israelíes, basándose en el concepto de "necesidad mínima de agua" que va más allá del consumo doméstico e incluye el consumo para las actividades públicas y comerciales como hospitales, escuelas, servicios, comercio e industria, hacían un predicción de déficit para estas necesidades mínimas en el año 2020, incluso habiendo eliminado el consumo agrícola.
El debate sobre la potencial tendencia hacia la violencia de los conflictos por los recursos hídricos se ha planteado hasta la actualidad sobre una base que no afecta la relación del agua con la supervivencia directa de la población. Si nos planteamos la seguridad hidrológica desde una perspectiva diferenciada de la seguridad alimentaria, debemos estar de acuerdo en que ninguna región, ni tan siquiera la cuenca del río Jordán, ha llegado todavía a una crisis de supervivencia, por lo que no se pueden hacer predicciones directas sobre la base de la experiencia, aunque sí se pueden apuntar tendencias.

Así, a la segunda de las preguntas iniciales podemos responder que a pesar de que las implicaciones ideológicas, políticas y de defensa de los recursos hídricos han exacerbado el conflicto por el agua hasta convertirla en uno de los factores que condujeron a guerras, la seguridad hidrológica tal como la hemos definido no ha sido una causante directa de las guerras habidas en la región, sino estas implicaciones ideológicas, políticas y de defensa. El peso de estos elementos también se ha manifestado en la imposibilidad de llegar a acuerdos sobre la gestión del agua hasta haber llegado a un mínimo de acuerdo político.
El fracaso de la mediación Johnston expresaba la dificultad para utilizar la gestión de los recursos hídricos en un sentido funcionalista, sin embargo la negociación del acuerdo jordano-israelí, en el verano de 1994, permitió ver que una vez superadas estas implicaciones la avenencia no sólo fue mucho más fácil, sino que incluso se llegó a usar el agua para medidas de creación de confianza en el momento de negociar una paz mal aceptada por la opinión pública jordano-palestina.
contencioso por los recursos hídricos se negoció antes de la firma del Tratado de paz y durante la negociación, en momentos de sequía y carestía en Jordania, Israel cedió agua para aliviarla No obstante, aun en las relaciones con Jordania, la cooperación en proyectos conjuntos y el avance hacia la creación de interdependencias está condicionada por la solución del conflicto palestino-israelí.

El caso palestino es distinto pues, como hemos visto, todavía conserva todas las implicaciones políticas e ideológicas que pueden exacerbar el conflicto por el agua. Esto no significa, sin embargo, que sea probable una salida violenta, pues la relación de poder entre los dos actores no permite pensar en ello.

La hegemonia militar israelí sobre la cuenca se ha expresado en el control de las fuentes de agua y el mantenimiento del statu quo desde 1967. Desde la perspectiva israelí el conflicto por el agua en la cuenca del Jordán ha terminado, y su política actual se dirige a la plasmación de iure de este statu quo. Por esta razón, el enfoque que quiere dar a las negociaciones no es de redistribución de los recursos, sino de aumento de la producción de agua.

Podríamos, pues, responder a la pregunta inicial diciendo que, tal y como se plantean en la actualidad, no hay un gran potencial de escalada violenta en los conflictos por los recursos hídricos en la cuenca del Jordán. Esto no significa, sin embargo, que el acuerdo y la cooperación sean fáciles, al menos mientras no se haya llegado a una solución política del conflicto de Israel con los palestinos, con Siria y, también, con Líbano.

No obstante, haciendo un ejercicio de optimismo, se puede imaginar un futuro en el que los recursos hídricos sirven para profundizar la paz en la región desde una perspectiva funcionalista, una vez establecidos unos mínimos que comprenden: la normalización de las relaciones entre los distintos actores de la cuenca; el desarrollo económico de Palestina y Jordania sin dependencia del sector agrario; y la cooperación multilateral.
Los acuerdos sobre la gestión de cuencas hidrográficas internacionales nos permiten distinguir entre tres tipos básicos:
1. Cooperación centralizada.
2. Cooperación descentralizada (desarrollo federal).
3. Distribución cooperativa (desarrollo unilateral).
El modelo ideal de gestión de los recursos hídricos es el de cooperación centralizada, con una planificación global e integral, centralización de los datos, trascendiendo las jurisdicciones locales y gobernada por una autoridad supranacional. Está claro que la gestión centralizada necesita unas condiciones que lo permitan: un alto grado de cooperación política y de integración con una fuerte tradición negociadora; la percepción de los Estados de que la cooperación da más beneficios que el desarrollo unilateral; el interés de los Estados tiene que ser similar, igual que las características geográficas e hidrográficas; las economías tienen que ser lo más complementarias posible; todos los Estados de una cuenca deben participar, directa o indirectamente, en el acuerdo.

La gestión federal es el producto de dos factores enfrentados: la eficiencia y la soberanía. Se basa en el reparto del agua según las necesidades de los Estados y con proyectos comunes (pantanos, reservas, etc.); en la centralización de los datos; y en una gestión institucionalizada sobre una base intergubernamental. Las condiciones básicas son la voluntad de negociar directa o indirectamente y la percepción de salir más beneficiados que con la gestión unilateral.

El desarrollo unilateral con acuerdo de distribución se basa en la partición del sistema: cada Estado se apropia de algunos afluentes y tiene soberanía absoluta sobre ellos. El acuerdo mínimo es sobre el plan de partición y sólo se comparten los datos básicos. No necesita ningún tipo de organización ni contactos especiales fuera de los canales diplomáticos, aunque sí es imprescindible una cierta voluntad de negociar, que el sistema hidrográfico se preste a ello y que no sean necesarios cambios fronterizos. En el desarrollo unilateral no hay beneficios compartidos más allá de evitar el conflicto.

Es evidente que el modelo de cooperación centralizada es el más lejano de las condiciones políticas y económicas de los Estados de la cuenca del río Jordán. En la situación actual, incluso un acuerdo de distribución es un paso positivo. No obstante, cuanto más se acerquen los convenios, tanto a nivel bilateral como multilateral, al modelo de gestión centralizada más arraigará la paz en la región. La razón es que el campo de la gestión hidrológica, por la globalidad sectorial, por la necesidad de coordinar políticas concretas, por las infraestructuras comunes y por la dependencia de un recurso básico como es el agua -lo que implica un alto grado de confianza entre las partes-, es el que más se presta a crear el tipo de relaciones e interdependencias defendidas por la óptica funcionalista.

Esta claro que la realidad actual todavía está muy lejos de estas esperanzas, pero una buena señal de que el agua puede ser útil en esta dirección son la multitud de proyectos de cooperación y desarrollo que se proponen o que, en vez de premoniciones de guerra, se escriba del "agua como factor de cooperación israelo-árabe".

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