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EL ISLAM NO ES EL PROBLEMA

Philosophicus, 10-01-2015


Por: Álvaro Astray
 
Soldado musulmán defiende una Iglesia de los ataques del ISIS en Siria
 
 
Tras los últimos acontecimientos en Francia y España, donde han tenido lugar amenazas de bombas y un asalto islamista con fusiles a la sede de un semanario (1), comienza a desatarse una ola de anti-islamismo por Europa, criminalizando a todos los fieles musulmanes. La pregunta es clara, ¿quién sale beneficiado con esta criminalización? En primer lugar los nacionalistas islamófobos, aquellos que por oponerse a la islamización de Europa se venden a otras potencias extranjeras.
El otro gran beneficiado es el atlantismo. Gracias a esta criminalización puede tener a la opinión pública de su parte para acabar con “el enemigo musulmán”. Y esto lo usarán para acabar con su instrumento en Oriente Medio, el ISIS, como para acabar con regímenes incómodos para su poder, como la Siria baasista o la República Islámica de Irán. Los europeos con conciencia crítica debemos plantearnos varias cuestiones. La primera es saber diferenciar entre las ramas del islam, para evitar ser engañados.
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La mayoría de suníes y chiitas –incluida las rama esotéricas como el sufismo-, practican su religión con fe, sin imponerla al resto, y respetando a las distintas creencias. Un ejemplo claro es el régimen sirio, donde creyentes musulmanes y cristianos conviven pacíficamente, y tras el ataque financiado por occidente a su país, lo defienden frente a las ratas salafistas. También tenemos al régimen chiita de Irán, que está ayudando a los cristianos atacados por el Estado Islámico (2).
La secta wahabita, también conocidos como salafistas o takfiríes, es la que nos debe preocupar. Esta secta es muy popular en Arabia Saudí, al estar muy ligada a su familia real. Tras el descubrimiento de petróleo en 1938 en su territorio, ha dedicado mucho dinero a difundir su mensaje. Entre su interpretación rigurosa y falsa del Islam se encuentra la difusión de la yihad exterior, es decir, de conquistar territorios de infieles, incluídos los que ellos llaman falsos musulmanes y pasar por el cuchillo a todo el que se oponga. Las ramas principales del islam dan importancia solo a la yihad interior, que es un cambio espiritual con uno mismo.
Esta secta wahabita es la que financia la construcción de mega-mezquitas en Europa, y la que quiere la islamización de nuestro continente, y es contra la que hay que luchar. Sin embargo, el verdadero islam, el que se mantiene en sus fronteras es un fuerte aliado geopolítico y geoestratégico. Es un contrapeso al poder del atlantismo en la zona, y lo podemos ver claramente en Irán o Siria, ambas atacadas por el imperialismo de una u otra forma. También era un ejemplo la Iraq baasista o la Libia de Gadafi, ambos países convertidos en estados fallidos y nidos de terroristas tras la eliminación de sus gobiernos socialistas y nacionales.

Fuente:Tribulaciones Metapolíticas