Este artículo lo escribí el 16 de setiembre del año 2008. Vuelvo a publicarlo, esta vez lo hago como un inmenso dolor y deber moral para pronunciarme contra la brutal masacre ocurrida el 5 de junio contra los hermanos Awajun y Wampis, por haber tenido el coraje de rechazar las normas legislativas que amparan el tratado de libre comercio con los Estados Unidos, que viola la Constitución Política , el Convenio 169 de la OIT y la Declaración Sobre Derechos de los Pueblos Indígenas de Naciones Unidas.
Al leerlo usted comprenderá que Alan García y su gabinete siempre conocieron que los pueblos indígenas amazónicos exigían desde ya la derogatoria de los decretos legislativos y apostaban por un desarrollo sostenible que respete sus patrones y estilos culturales, en particular, su relación con la madre naturaleza.
El gobierno de Alan García no ha resuelto los problemas que mantiene con los pueblosindígenas de la Amazonía. Este 19 de setiembre de 2008, los dirigentes indígenas esperan la decisión final que el Ejecutivo tomará respecto a la derogatoria de los decretos legislativos, anulados en la Comisión de los Pueblos Amazónicos, Andinos y Afroperuanos como por el pleno del Congreso. Un dirigente del Pueblo Awajun dijo que tenía muy pocas esperanzas de que el Gobierno cambiara su dura posición al respecto por los intereses económicos que representa. Luego, insistió en señalar que pacientemente habían esperado porque ese fue el compromiso asumido por los pueblos indígenas.
Lo cierto es que el Estado Peruano en vez de avanzar en la reivindicación de los derechos indígenas, como lo están haciendo otros países de la Región Latinoamericana , está retrocediendo con la aprobación de las normas inconstitucionales que atentan los compromisos y las declaraciones internacionales, que los pueblos indígenas amazónicos no están dispuestos aceptar.
El alzamiento indígena emprendido en agosto nos revela que el Perú empieza a vivir un momento distinto de su historia. Los pueblos indígenas ya no son invisibles. Sus acciones emprendidas han puesto al descubierto a miles de indígenas que defienden sus territorios, sus recursos, su trabajo, sus familias su vida entera
La paralización amazónica fue sabiamente planificada. Primero, los indígenas decidieron levantarse en Bagua y Utcubamba (Amazonas), Datem del Marañón (Loreto) y en el distrito de Echarate, de la provincia de La Convención (Cusco) cuando sintieron que sus bosques, sus ríos y sus sagrados territorios estaban siendo amenazados con el paquete de normas del gobierno. Segundo, la lucha amazónica fue asumida por más de 300 mil habitantes de las 1,279 comunidades tituladas de la selva ubicadas en 13 millones de hectáreas, y tercero, los pueblos indígenas de la amazonía saben que sus luchas son contra el modelo neoliberal que el gobierno promueve y que pone en peligro sus vidas y sus territorios.
En este contexto, los indígenas peruanos fueron capaces de poner en jaque al gobierno de García. Con lanzas y flechas, caras y cuerpos pintados demostraron estar en guerra y poner en peligro el desarrollo de zonas económicas estratégicas en el país: bloquearon ríos, cerraron las instalaciones petroleras y tomaron la central hidroeléctrica de Muyo, en Amazonas.
¿Cómo respondió el gobierno de Alan García?
El gobierno, sin embargo, ha desvirtuado la lucha indígena y en su afán de intimidar manifestó que detrás de las acciones estaban organizaciones no gubernamentales (ONG) y los partidos de izquierda. Nada más absurdo. Y si así lo hubiera sido ¿cuál es el problema? Pero, es más, intentó dividirlos sentando en una misma mesa a Alberto Pisando, presidente y líder de la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (AIDESEP) y artífice de la gesta indígena con César Sara Sara, un representante de la Confederación de Nacionalidades Amazónicas del Perú (CONAP) que el año pasado junto a Daniel Saba de Perú Petro ofertaron las concesiones de los lotes 132, 133, 136 y 139 de hidrocarburos a las corporaciones extranjeras. Recordemos que lo que en Houston Texas, Sara Sara sostuvo:
"Durante muchos años nos han mostrado que el Estado y las empresas son enemigos de los pueblos indígenas. La organización CONAP está listo con los brazos abiertos para recibirles... Y queremos que la experiencia del gas de CAMISESA sea un modelo para Perú y para la humanidad." (Servindi: 25 de mayo del 2007).
¿Es que los indígenas se niegan al desarrollo y a la modernidad...?
Los indígenas peruanos en reiteradas oportunidades han sostenido que no están contra la modernidad, aspiran a que las normas de la inversión estén orientadas al desarrollo del mercado y que adquiera los productos que las comunidades nativas producen.
Pero, los indígenas el concepto de desarrollo está vinculada a una visión de equilibrio con el medio ambiente. Por eso, formulan una agricultura de subsistencia, sostenible, que respete los ciclos productivos de la tierra y no la sobreexplote porque la Amazonía es un territorio frágil. También se plantean un manejo sostenible de los bosques, de los ríos, de las plantas medicinales.
En una reciente entrevista con admirable la claridad e inteligencia, Gil Inoach, dirigente destacado de AIDESEP señaló no estar de acuerdo con el discurso que trata de mostrar que el progreso solo será posible cuando los territorios indígenas sean expuestos en el mercado de libre. Al respecto con profundidad de análisis el líder del Pueblo Awajun señala:
"Esa modalidad de sujeción ya la hemos experimentado en el tiempo de la colonia -aunque en modalidad distinta, pero igual de denigrante- y sabemos perfectamente hacia que dirección nos lleva. En cambio hay otra forma de promocionar una economía local sostenible a las comunidades al incorporar tecnologías externas apropiadas para la innovación y el desarrollo que afianzarán nuestros conocimientos para transformar los recursos con nuestra propia dinámica y creatividad. Esta política encaminará el surgimiento de nuevos empresarios indígenas y la asociación de estos empresarios con el mercado nacional y de exportación, sea en alianza con los inversionistas o solos. (...). Es equivocada la decisión gubernamental de sostener que para salir de la pobreza hay que arrendar o hipotecar las tierras comunales". (Entrevista del 28 de agosto del 2008)
El gobierno de Alan García se ha comprometido para este próximo viernes promulgar la derogatoria de las leyes sobre la propiedad de los territorios comunales, si esto no ocurriera los pueblos indígenas de la Amazonía desconocerán al presidente de la República y han de expulsar a los representantes del Estado, así lo dio ha conocer Alberto Pisando, presidente de AIDESEP:
"Vamos a rechazar su sistema de educación, de salud. Nuestros hijos no asistirán a los colegios del Estado. No vamos a permitir que se hagan las explotaciones petroleras en nuestras tierras. Si las compañías quieren ingresar será la muerte para ambos lados. No nos están dejando otra alternativa" ( La Primera , 1º de setiembre del 2008)
Mientras tanto, la Tercera Cumbre Amazónica se desarrolla en Yurimaguas, Ucayali entre el 20 y 21 de setiembre, donde se evalúa lo actuado por el movimiento indígena y define la plataforma indígena.
En Lima, los dirigentes indígenas amazónicos no cesarán en su empeño de hacer efectivo el respeto a las diferencias, a la existencia de diversas culturas, identidades y modos de vida conjugándolos con las normas de inversión en que ganen las comunidades nativas de la Amazonía.
Antes de terminar de escribir esta humilde reflexión, vayan mis sinceras felicitaciones a los amigos y hermanos indígenas que me enseñaron una nueva forma de mirar la vida, a todos los pueblos indígenas amazónicos por sus grandes instrucciones y porque nos están señalando el camino que habrá de seguir nuestro país.
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*Linda Lema Tucker es socióloga y trabaja desde hace nueve años en temas relacionados al reconocimiento de los derechos colectivos de los pueblos indígenas, en particular de la amazonía. Actualmente está trabajando un libro que próximamente ha de publicar.
