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Amplían a 60 días el plazo para investigar proceso de reconstrucción


Lima, 02/12/2009 (CNR) -- La Comisión de Fiscalización del Congreso aprobó ampliar en 60 días el plazo para terminar con la investigación de las presuntas irregularidades en el proceso de reconstrucción del sur.

De acuerdo a la ley, el pedido de ampliación aún debe ser aprobado por el Pleno del Congreso. La sustentación de la secretaria técnica de este grupo de trabajo señala que el proceso investigativo “no se ha cumplido”.

Alega que aún las autoridades de los sectores involucrados con el proceso no remiten a la comisión los documentos que se necesitan para esclarecer su participación en el mismo.

Tampoco se cuenta con la manifestación de todos los funcionarios responsables de las diversas fases de recaudación, ejecución, y adquisición de servicios y bienes en el proceso de reconstrucción.

A su turno, los congresistas Pedro Santos y David Perry señalaron que existen cuantiosas donaciones en bienes y efectivo proveniente del extranjero y de empresas peruanas que no han sido registradas oficialmente como parte de los recursos que se destinaron al proceso de reconstrucción.

El monto de los recursos para las labores de reconstrucción alcanza los 547 millones de nuevos soles; empero, a dos años del terremoto apenas se han ejecutado 289 millones.

La solicitud fue aprobada por unanimidad, toda vez que los congresistas presentes en la sesión expresaron su descontento ante el informe preliminar que iba a ser votado.

El informe que presentó la comisión -y que resume el trabajo efectuado hasta el momento- fue calificado por los congresistas como “especulativo, impreciso y lleno de vaguedades”.

¿Existe margen para la hipocresía y la mentira?

Martes, 02 de Diciembre del 2,009

(Tomado de Cubadebate)

Estados Unidos, en su lucha contra la Revolución Cubana, tuvo en el gobierno de Venezuela su mejor aliado: el eximio don Rómulo Betancourt Bello. No lo sabíamos entonces. Había sido electo Presidente el 7 de diciembre de 1958 y, sin asumir todavía el cargo, el 1º de Enero de 1959 triunfó en Cuba la Revolución. Semanas después, tuve el privilegio de ser invitado por el Gobierno provisional de Wolfgang Larrazábal para visitar la Patria de Bolívar, que tan solidaria había sido con Cuba.

Pocas veces en la vida vi más calor de pueblo. Las imágenes fílmicas se conservan. Avancé por la amplia autopista que sustituyó el sendero asfaltado por donde me habían conducido la primera vez que viajé a Venezuela en 1948, de Maiquetía a Caracas, los conductores de vehículos más temerarios que conocí nunca.

Esa vez escuché la rechifla más sonora, prolongada y embarazosa en mi larga vida cuando me atreví a mencionar el nombre del recién electo y no posesionado Presidente. Las masas más radicalizadas de la Caracas heroica y combativa habían votado abrumadoramente contra él.

El "ilustre" Rómulo Betancourt era mencionado con interés en los círculos políticos del Caribe y América Latina.

¿Cómo se explica? Había sido tan radical en su mocedad, que a los 23 años ingresó como miembro del Buró Político del Partido Comunista de Costa Rica, desde 1931 hasta 1935. Eran los tiempos difíciles de la Tercera Internacional. Del marxismo-leninismo aprendió la estructura de clases de la sociedad, la explotación del hombre por el hombre a lo largo de la historia y el desarrollo de la colonización, el capitalismo y el imperialismo en los últimos siglos.

El año 1941, junto a otros líderes de izquierda, fundó en Venezuela el Partido Acción Democrática.

Ejerció la Presidencia provisional de Venezuela desde octubre de 1945 hasta febrero de 1948, en virtud de un golpe de Estado cívico militar. Marcha de nuevo al exilio cuando el ilustre escritor e intelectual venezolano Rómulo Gallegos fue electo Presidente Constitucional y derrocado casi de inmediato.

La maquinaria bien engrasada de su partido lo elige Presidente en las elecciones del 7 de diciembre en 1958, después que las fuerzas revolucionarias venezolanas, bajo la dirección de la Junta Patriótica que presidió Fabricio Ojeda, derrocó la dictadura del general Pérez Jiménez.

Cuando a fines de enero de 1959 hablé en la Plaza del Silencio, donde se reunieron centenares de miles de personas y mencioné por pura cortesía a Betancourt, se produjo la colosal rechifla que conté contra el Presidente electo. Para mí fue una verdadera lección de realismo político. Tuve luego que visitarlo, por ser el Presidente electo de un país amigo. Encontré a un hombre amargado y resentido. Era ya el modelo de gobierno "democrático y representativo" que necesitaba el imperio. Colaboró todo lo que pudo con los yankis antes de la invasión mercenaria de Girón.

Fabricio Ojeda, sincero e inolvidable amigo de la Revolución Cubana, a quien tuve el privilegio de conocer e intercambiar con él ampliamente, después me explicó mucho sobre el proceso político de su Patria y la Venezuela con la cual soñaba. Fue una de las numerosas personas que aquel régimen, totalmente al servicio del imperialismo, asesinó.

Ha transcurrido desde entonces casi medio siglo. Puedo dar testimonio del cinismo excepcional del imperio contra el que nos hemos enfrentado infatigablemente los revolucionarios cubanos, como dignos herederos de Bolívar y Martí.

Durante el tiempo transcurrido, desde los días de Fabricio Ojeda, el mundo ha cambiado considerablemente. El poder militar y tecnológico de ese imperio ha crecido; también su experiencia y su ausencia total de ética. Sus recursos mediáticos son más costosos y menos subordinados a normas morales.

Acusar al líder de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez, de promover la guerra contra el pueblo de Colombia, desatar una carrera armamentista, presentarlo como productor y promotor del tráfico de droga, reprimir la libertad de expresión, violar los derechos humanos y otras imputaciones similares, son acciones repugnantemente cínicas, como todo lo que ha hecho, hace y promueve el imperio. La realidad no puede olvidarse nunca, ni dejar de reiterarse; la verdad objetiva y razonada es el arma más importante con la cual martillar sin descanso en la conciencia de los pueblos.

El gobierno de Estados Unidos, es necesario recordarlo, promovió y apoyó en Venezuela el golpe de Estado fascista del 11 de abril del 2002 y, tras su fracaso, puso todas sus esperanzas en un golpe petrolero, apoyado con programas y recursos técnicos capaces de liquidar cualquier gobierno, subestimando al pueblo y a la dirección revolucionaria de ese país. Desde entonces ha conspirado sin cesar contra el proceso revolucionario venezolano, como ha hecho y lo sigue haciendo contra la Revolución en nuestra Patria durante 50 años. A Venezuela, con los enormes recursos energéticos y otras materias primas que posee, obtenidos a ínfimos precios, y la propiedad transnacional de las grandes instalaciones y servicios, le interesa a Estados Unidos controlarla mucho más que a Cuba.

Aplastada a sangre y fuego la Revolución en Centroamérica, y mediante golpes de Estado sangrientos y represivos los avances democráticos y progresistas en Suramérica, el imperio no podía resignarse a la construcción del socialismo en Venezuela. Se trata de un hecho real, innegable e inocultable para quien posea un mínimo de cultura política en América Latina y el mundo.

Es conveniente recordar que ni siquiera después del golpe de Estado promovido por Estados Unidos, en abril del 2002, el gobierno de Venezuela se armó. El barril de petróleo valía apenas 20 dólares, ya devaluados, desde que en 1971 Nixon suspendió su conversión en oro, casi 30 años antes de que Chávez llegara a la Presidencia. Cuando tomó posesión, el petróleo venezolano no alcanzaba los 10 dólares. Posteriormente, cuando los precios se elevaron, dedicó los recursos del país a programas sociales, planes de inversión y desarrollo, y a la cooperación con numerosas naciones del Caribe y Centroamérica y otras de economías más pobres en Suramérica. Ningún otro país ofreció tan generosa cooperación.

No compró un solo fusil durante los primeros años de su gobierno. Hizo, incluso, algo que ningún otro país habría hecho en condiciones de peligro para su integridad: suspender legalmente la obligación de cada ciudadano honesto y revolucionario de defender con las armas su país.

Pienso más bien que la República Bolivariana tardó bastante en adquirir nuevas armas. Los fusiles de infantería que disponía eran los mismos desde que hace más de 50 años, el Gobierno Provisional del almirante Larrazábal, me obsequió un fusil automático FAL el penúltimo mes de la guerra, en noviembre de 1958. Venezuela siguió disponiendo de ese tipo de armamento de infantería varios años después de la toma de posesión de Chávez.

Fue el Gobierno de Estados Unidos el que decretó el desarme de Venezuela, cuando prohibió el suministro de piezas para todo el equipamiento militar yanki que tradicionalmente había vendido a ese país, desde aviones de combate y transporte militar hasta comunicaciones y radares. Es sumamente hipócrita acusar ahora a Venezuela de armamentismo.

Por el contrario, Estados Unidos suministró miles de millones de dólares en armas, medios de combate, transporte por aire y entrenamiento a las Fuerzas Armadas de la vecina Colombia. El pretexto fue la lucha contra la guerrilla. Puedo dar testimonio de los esfuerzos del presidente Hugo Chávez en la búsqueda de la paz interna en ese hermano país. Los yankis no sólo suministraron armas, sino que inyectaron sentimientos de odio contra Venezuela a las tropas que entrenaban, como hicieron en Honduras a través de la Fuerza de Tarea basificada en Palmerola.

Estados Unidos suministra a las unidades de combate, donde dispone de bases militares, el mismo uniforme y equipamiento que a las tropas intervencionistas de su país en cualquier lugar del mundo. No necesitan soldados propios, como en Iraq, Afganistán o el norte de Pakistán, para planear actos de genocidio contra nuestros pueblos.

La extrema derecha imperialista, que controla los resortes fundamentales del poder, emplea mentiras descaradas para disfrazar sus planes.

La abogada y analista venezolano-estadounidense Eva Golinger, demuestra cómo los argumentos estratégicos empleados en el mensaje enviado en mayo del 2009 al Congreso de Estados Unidos para justificar una inversión en la base de Palanquero, son alterados totalmente en el acuerdo por el que Estados Unidos recibe esa misma base junto a otras numerosas instalaciones civiles y militares. El documento enviado al Congreso el 16 de noviembre, titulado: "Addendum para reflejar los términos del Acuerdo de Cooperación en Defensa entre Estados Unidos y Colombia, firmado el 30 de octubre del 2009, es completamente alterado", explica la analista. "No se habla ya de la ‘misión de movilidad’ que ‘garantiza el acceso a todo el continente de Suramérica, con la excepción de Cabo de Hornos’. También han cambiado toda referencia a operaciones de ‘alcance global’, ‘teatros de seguridad’ y aumento de la capacidad de las Fuerzas Armadas estadounidenses para realizar una ‘guerra de forma expedita’ en la región", escribe la aguda y bien informada analista.

Es obvio, por otra parte, que el Presidente de la República Bolivariana está batallando arduamente por superar los obstáculos que Estados Unidos ha creado a los países latinoamericanos, entre ellos, la violencia social y el tráfico de drogas. La sociedad norteamericana no fue capaz de evitar el consumo y el tráfico de las mismas. Sus consecuencias afectan hoy a muchos países del área.

La violencia ha sido uno de los productos más exportados por la sociedad capitalista de Estados Unidos a lo largo del último medio siglo, a través del empleo creciente de los medios masivos de comunicación y la llamada industria de la recreación. Son fenómenos nuevos que la sociedad humana no había conocido antes. Tales medios podrían ser utilizados para crear nuevos valores en una sociedad más humana y justa.

El capitalismo desarrollado creó las llamadas sociedades de consumo y con ello engendró problemas que hoy no es capaz de controlar.

Venezuela es el país que más rápidamente está llevando a cabo los programas sociales que pueden contrarrestar esas tendencias sumamente negativas. Los colosales éxitos alcanzados en los últimos Juegos Deportivos Bolivarianos lo están demostrando.

En la reunión de UNASUR, el Canciller de la República Bolivariana, planteó con gran claridad el problema de la paz en el área. ¿Cuál es la posición de cada país ante la instalación de bases yankis en el territorio de Suramérica? No solo constituye una obligación de cada Estado, sino también una obligación moral de cada hombre o mujer consciente y honesta de nuestro hemisferio y del mundo. El imperio debe saber que en cualquier circunstancia los latinoamericanos lucharán sin descanso por sus derechos más sagrados.

Existen problemas todavía más graves e inmediatos para todos los pueblos del mundo: el cambio climático; tal vez el peor y más urgente en este instante.

Antes del 18 de diciembre, cada Estado deberá adoptar una decisión. De nuevo el ilustre Premio Nobel de la Paz, Barack Obama, deberá definir su posición sobre el espinoso asunto.

Ya que aceptó la responsabilidad de recibir el Premio, tendrá que cumplir la demanda ética de Michael Moore cuando conoció la noticia: "¡ahora gáneselo!". ¿Es que acaso puede?, me pregunto. Cuando la exigencia unánime de los círculos científicos es que las emisiones de dióxido de carbono deben ser reducidas en no menos del 30% con relación a su nivel de 1990, Estados Unidos ofrece solo reducir el 17% de lo que emitía en el 2005, lo que apenas equivale al 5% del mínimo que exige la ciencia a todos los habitantes del planeta para el 2020. Estados Unidos consume el doble por habitante que Europa, y supera las emisiones de China, a pesar de los 1 338 millones de ciudadanos con que cuenta este país. Un habitante de la sociedad más consumista emite decenas de veces más CO2 per cápita que el ciudadano de un país pobre del Tercer Mundo.

En solo 30 años adicionales, no menos de nueve mil millones de seres humanos que poblarán el planeta requieren que la cifra de dióxido de carbono que se emita a la atmósfera sea reducida a no menos del 80% de lo que se emitía en 1990. Tales cifras se comprenden con amargura por un número creciente de líderes de países ricos; pero la jerarquía que dirige al país más poderoso y rico del planeta, Estados Unidos, se consuela a sí misma afirmando que tales pronósticos son invenciones de la ciencia. Se sabe que en Copenhague, a lo sumo, se aprobará seguir discutiendo para poner de acuerdo a más de 200 Estados e instituciones que deben dirimir los compromisos, entre ellos, uno importantísimo: quiénes y con cuántos recursos contribuirán los países ricos al desarrollo y el ahorro energético de los más pobres. ¿Acaso existe margen para la hipocresía y la mentira?

Fidel Castro Ruz
Noviembre 29 de 2009
7 y 15 p.m.

El 4º poder y su legitimidad en las democracias latinoamericanas

02-12-2009



Con este artículo doy secuencia al anterior, donde abordé los tres blancos permanentes para la lucha por la democracia en la comunicación social en el Continente. En el texto que sigue expongo una visión histórico-estructural de nuestra lucha. Ese frente en específico –el de los medios alternativos y populares– gana su importancia y status, porque en América Latina aumenta un fenómeno de transmisión ideológica, en la segunda mitad de la década de los 80 y triplica su fuerza los años 90. Se trata de la profusión, en ancha escala, de las premisas del pensamiento único neoliberal, transmitido a través de los lenguajes y estéticas de los conglomerados económicos, cuyos productos son los bienes simbólicos del propio capitalismo.

Ese tema, muy sensible e importante para todo y cualquier proyecto de profundización de la democracia directa y participativa (combatiendo y derrotando el modelo liberal-burgués), ganó la agenda política brasileña en el segundo semestre del año. Entramos el último mes de 2009 y nos encontramos delante de un desafío. El Brasil irá a debatir el nuevo marco regulatorio de la comunicación social, confrontando a representantes de las empresas privadas, del sector estatal y de un mosaico de movimientos populares en la 1ª Conferencia Nacional de Comunicación (Confecom). Si hay algún consenso entre los delegados de las entidades del movimiento por la democracia en la comunicación, es la constatación de que este sector de la sociedad precisa ser democrático e inclusivo. Por lo tanto, no es posible regirlo bajo la lógica del oligopolio, la clase de mercado típica del capitalismo a partir del último cuarto del hoy lejano siglo XIX.

Además de este consenso que atraviesa los diversos matices de la izquierda, existen otros. Desde la más blanda y conciliadora corriente gobernista hasta aquella que aún cree e intenta acumular fuerzas para un proceso de ruptura. Ningún colectivo que discuta y debata la democracia en la comunicación social ve a los medios privados como legítimos para intermediar, balancear y anteponer las mil versiones del cotidiano de nuestras sociedades complejas. En términos clásicos de la política, los conglomerados de comunicación ya no pueden ejercer uno de sus papeles del pacto liberal-conservador que crea la moderna república occidental.

Orígenes de la función de los medios en la democracia liberal-conservadora

Todo empieza en el nacimiento de este sistema. Más precisamente por el concepto de la división de poderes de las repúblicas o monarquías constitucionales después de la Revolución Gloriosa (Inglaterra-Escocia-Gales, el proceso se inicia en 1640, tiene su ápice entre 1685-1689, cuyo sistema fundante nace en 1694) y la Revolución Popular en Francia (1789-1799). Habría como mínimo tres poderes, siendo dos de ellos elegidos de alguna forma. A saber, el Poder Ejecutivo (en la mayoría de las veces elegido de forma directa o indirecta); el Poder Legislativo (el Parlamento electo en prmordialmente a través del voto, con barreras de renta, de clase y de género) y el Poder Judicial (donde los magistrados tendrían algún criterio meritocrático para el ejercicio de su función). En esta constelación de balances, chequeos y “equilibrios”, cabrían a la prensa libre el ejercicio del 4º Poder. Este, no electo, sería ejercitado por el mayor número de ciudadanos alfabetizados y alimentaría una esfera pública de debates y polémicas.

En teoría ésta sería la función de los medios en general, y del periodismo en particular, para el arreglo de los poderes de tipo liberal-burgués. Aún si en algún momento de la historia este tipo-ideal habermasiano de sociedad llegó a materializarse, esto ya no se cumple más. Ya con el advenimiento de la sociedad de masas, los ejercicios de atributos de las industrias culturales se hacen otros, siendo portadores y transmisores de cultura en la forma de estética y representación, transitando y haciendo circular bienes simbólicos que refuerzan los cimientos del sistema capitalista. El modelo evoluciona y la inexorable marcha de las fusiones de conglomerados de capitales hace de la censura corporativa una regla explícita aunque no dicha. Ya en la década de los 60 del siglo XX, los sectores más lúcidos de la izquierda afirmaban que “el sentido común es la condensación de las ideas dominantes”. La fusión entre circulación de mercancías, significación de valores y la fabricación de consensos da la base de los quehaceres de los grupos mediático-culturales en el Occidente del mundo.

En Latinoamérica los medios vendieron la imagen de estar contra la censura

En nuestro continente, el mito de la prensa como bastión de la libertad resiste un poco más. Los embates entre los regímenes dictatoriales militares y las actividades periodísticas y artísticas refuerzan el papel de la censura de Estado a través de la excepción. Pasadas las dictaduras los medios de comunicación recobran su importancia para la garantía de gobernabilidad y pasan a ser el bastión en la lucha del tipo restauración conservadora, hacia el desmonte de los servicios públicos suministrados por el aparato del Estado Nacional-Desarrollista o lo que de él restara.

Con el advenimiento de la reacción neoliberal en Inglaterra y los Estados Unidos (con la victoria respectiva de Thatcher y Reagan) y la derrota del Bloque Soviético y del Capitalismo de Estado (con la excepción de la China que se alía a los EUA ya los años 80), los enemigos visibles de los conglomerados de comunicación de masas pasan a ser los derechos históricos de las mayorías latino-americanas, con atención especial en la posibilidad de destrucción de los derechos adquiridos por la clase trabajadora después de más de cuarenta años de enfrentamiento (de la última década del siglo XIX a los primeros treinta años del XX).

Como afirma el investigador y periodista franco-tunecino Serge Halimi, se tratan de los “nuevos perros de guardia”, multi funcionales, poliglotas y, más que engreídos de su función de contencioso del sistema como lo es. O sea, estos comunicadores están convencidos ideológicamente de su rol en el sistema y muy enorgullecidos de ello. Las élites de editorialistas, presentadores y directores de redacción contribuyen a la poca percepción del pueblo, aún desorganizado. El modus operandi del capitalismo periférico en el Continente atraviesa el modus vivendi y la capacidad de percepción de las mayorías analfabetas, semianalfabetas y, en el caso brasileño, con déficits históricos de cognición.

Es de la naturaleza de la política que los sectores más organizados identifiquen sus enemigos estratégicos. Es por eso que las propuestas de sistemas de comunicación convergente bajo control social se oponen desde las propias entrañas al modelo privado. No hay convivencia pacífica posible. Delante de este terreno fértil, a pesar de la resistencia popular que siempre ocurre, el arsenal de los medios corporativos crea eufemismos nefastos como “flexibilización”, “modernización de las relaciones de trabajo”, “costo Brasil o costo país” (cuanto el empresariado tendrá que invertir para abrir un negocio rentable en nuestros países), “agilidad en los licenciamientos ambientales” y otras barbaridades. Invitan el pueblo a bailar en la democracia liberal y después expulsan simbólicamente del baile los elementos indeseables. No por casualidad, los conglomerados de medios están organizados en estructuras como la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), en el Grupo Diarios América (GDA), entre otras alianzas. Ellos son hoy, en el capitalismo cognitivo, el enemigo más visible de los agentes sociales en lucha.

Hoy, independiente de las ganas o la cara dura de los ejecutivos de grupos de medios (las familias oligárquicas que controlan los medios en cada país) o las transnacionales de telefonía (como Telefónica de España, Claro/Slim, Portugal Telecom, France Telecom, entre otras), su legitimidad como 4º poder está más que sacudida. Al largo plazo, vencer esta lucha es afirmar otro modelo de democracia.



Bruno Lima Rocha es politólogo (dr.), docente universitario y milita en el frente de medios del Elaopa.org

El Comercio mundial acelera la crisis climática


02-12-2009


Ecologistas en Acción denuncia con el informe “Cambiemos el Comercio, no el Clima” los impactos del llamado “libre” comercio en el Cambio Climático


Con motivo de la 7ª Conferencia Ministerial de la Organización Mundial de Comercio (OMC), que se llevará a cabo en Ginebra del 30 de noviembre al 2 de diciembre de 2009 – y pocos días antes de la crucial Cumbre del Clima de la ONU en Copenhague, Ecologistas en Acción evidencia en un informe la relación entre liberalización comercial y Cambio Climático.

Las conclusiones del informe “Cambiemos el Comercio, no el Clima” son claras y contundentes: el sistema mundial del llamado “libre” comercio es una de las causas fundamentales para el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) que provocan el calentamiento global. El 89,3% del total de las emisiones de GEI mundiales se originan en la industria, el uso de la energía, la deforestación y la agricultura industrial. Aun así, los acuerdos internacionales sobre comercio e inversiones impulsan la expansión de los sectores industriales con uso intensivo de energía, el aumento de la extracción y procesamiento de combustibles fósiles y la expansión de la agricultura intensiva. Todas estas actividades contribuyen a la destrucción de sumideros que regulan el clima, como los bosques.

Además, el transporte internacional es responsable de una parte importante de las emisiones de GEI. Cerca de 60% del petróleo usado en el mundo se consume en las actividades del transporte motorizado que depende en un 95% de combustibles fósiles. Lo que genera entre 20-25% del total de las emisiones, aunque en los países industrializados esta cifra alcanza el 66%. Haber puesto en práctica las obligaciones comerciales adquiridas en la Ronda de Uruguay de la OMC supuso un incremento del 70% (sobre los niveles de 1992) del transporte de mercancías.

Al mismo tiempo, la OMC y las distintas reglas internacionales de comercio y inversión impiden una respuesta rápida y efectiva de las administraciones públicas al cambio climático, como se señala en el informe elaborado por la red internacional “Nuestro Mundo no está en Venta”, de la que Ecologistas en Acción es miembro. Las normas sobre los derechos de propiedad intelectual, por ejemplo, encarecen las tecnologías limpias, el sistema de patentes de seres vivos monopoliza en empresas privadas los genes para plantas resistentes al Cambio Climático y limita así la posibilidad de control público del proceso de adaptación, y la liberalización de los servicios energéticos relentiza el cambio hacía fuentes de energía renovable. Las negociaciones sobre el Acceso al Mercado No Agícola (NAMA) está siendo utilizado para cuestionar medidas contra el Cambio Climático como “obstáculos no arancelarios” y el Acuerdo sobre Agricultura frustra los intentos de proteger y promover la producción y el consumo local y a pequeña escala de alimentos. Incluso, las claúsuras sobre subsidios de la OMC restringen o impiden que se preste apoyo financiero público al desarrollo de energías y tecnologías limpias.

“La liberalización comercial es una amenaza para el desarrollo de medidas que intenten frenar el Cambio Climático”, explica Tom Kucharz, de Ecologistas en Acción. “El gobierno español tiene que decidir entre combatir el Cambio Climático o seguir impulsando políticas que representen únicamente los intereses económicos de una minoría y que causan sistemáticamente crímenes de lesa humanidad como el hambre, la pobreza, falta de agua, desplazamiento forzado y enfermedades curables”.

Con la liberalización de los bienes y servicios ambientales, prevista en Ginebra, la OMC pretende promover las “falsas soluciones” al Cambio Climático, tales como los mercados de carbono, los agrocombustibles industriales a gran escala, y los mal llamados “Mecanismos de Desarrollo Limpio”, con las que se pretende crear uno de los mercados financieros especulativos de materias primas más grandes del mundo. “Ello retrasa peligrosamente la transición necesaria hacía un modelo económico post-petróleo y con bajas emisiones de GEI”.

Por otra parte, la negociación de la UE de tratados comerciales con decenas de países de África, Asia y América Latina, resultaría en pérdidas económicas en términos de recaudación de aranceles y, por ende, estos países tendrían menos capacidad todavía para sobrellevar los impactos del Cambio Climático.

Diez años después de la "Batalla de Seattle”, cuando más de 100.000 personas exigían el desmantelamiento de la OMC, el balance de las políticas de dicho organismo y de todos los acuerdos de libre comercio es catastrófico, sobre todo para la población más vulnerable y el medio ambiente en el mundo. Tras 15 años de oposición a las políticas de la OMC, la sociedad civil internacional ha rebautizado la OMC como la «Organización Mundial de las Crisis».

“Vamos a impedir la conclusión de la Ronda de Doha porque necesitamos girar 180 grados en el sistema mundial de comercio como condición previa para definir las estrategias contra el Cambio Climático en Copenhague”, concluye Tom Kucharz, “y eso implica la desaparición de la OMC, parar las negociaciones de tratados comerciales bilaterales de la UE y revertir los existentes”.

Ecologistas en Acción estará presente en las movilizaciones contra la OMC Ginebra. Como contraparte de la red internacional “Nuestro Mundo no está en Venta” recordará al gobierno español su responsabilidad dentro de la actual crisis alimentaria, financiera y climática.

Documentos adjuntos http://www.ecologistasenaccion.org/spip.php?article16002

Congreso hondureño se pronunciará sobre retorno de Zelaya

Miércoles 2 de Diciembre de 2009

LOS TITULARES DE HOY


EL RESTO DE LA HORA DE DEMOCRACY NOW!

  • Más guerra: Obama anuncia su plan de enviar otros 30.000 efectivos a Afganistán

    Obama-address

    El presidente Obama anunció este martes que enviará otros 30.000 efectivos estadounidenes a Afganistán en los próximos meses, elevando el total de tropas estadounidenses de ocupación en Afganistán a más de 100.000 soldados. Obama, que se refirió a la guerra diciendo que “no es sólo la guerra de Estados Unidos”, prometió que empezaría con la retirada de los soldados a mediados de 2011.

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  • El representante Kucinich habla sobre la guerra de Afganistán: “Estamos actuando como una versión actual del imperio romano”

    Kucinich-web

    Luego del anuncio del presidente Obama de su plan para intensificar la guerra en Afganistán, hablamos con el congresista de Ohio Dennis Kucinich. “Estados Unidos se está endeudando cada vez más”, afirma Kucinich. “Tenemos dinero para Wall Street y dinero para la guerra pero no tenemos dinero para el empleo… para la salud pública. Tenemos que empezar a preguntarnos ‘¿Por qué la guerra es una prioridad, pero las necesidades básicas de los ciudadanos de este país no lo son?’”

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  • Andrew Bacevich, veterano de Vietnam y docente, habla sobre el plan de Obama para la guerra: “El presidente ha sacado conclusiones equivocadas de su visión de la historia de la guerra”

    Bacevich-web
    Andrew Bacevich, un coronel retirado y veterano de la guerra de Vietnam que pasó veintitrés años en el ejército de Estados Unidos, responde al plan del presidente Obama de enviar 30.000 efectivos más a Afganistán. Bacevich es profesor de historia y relaciones internacionales en la Universidad de Boston y autor de “The Limits of Power: The End of American Exceptionalism” (Los límites del poder: el

    fin del excepcionalismo estadounidense).

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  • Nir Rosen: “Hemos hecho que los talibanes queden bien”

    Rosen-dn-web

    Nir Rosen, periodista independiente y colaborador de Centro para la Ley y la Seguridad de la Universidad de Nueva York, responde a la decisión del presidente Obama de intensificar la guerra en Afganistán. Rosen ha informado sobre Irak y Afganistán desde 2003. Sus artículos más recientes cubren la situación actual de las ocupación estadounidense en Irak y Afganistán.

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