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LA INAUGURACIÓN SERÁ EN EL COLISEO DEPORTIVO UNIVALLE

Cochabamba/ BOLIVIA
Viernes, 16 de abril de 2,010



Organizadores de la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra informaron que la inauguración del encuentro se desarrollará en el coliseo deportivo de la Universidad del Valle (Univalle) porque tiene capacidad para albergar a 5 mil espectadores.

La decisión fue tomada en la mañana de ayer después de una reunión de las comisiones de trabajo de la Conferencia con el presidente del Estado Plurinacional, Evo Morales Ayma, durante su visita a la sede.

El acto de inauguración será transmitido a otros dos espacios por televisión y pantallas gigantes y también en canal abierto por medio de Bolivia TV.

El salón principal del Hotel Regina, lugar inicialmente previsto para la inauguración de la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra, ya no será el lugar donde se lleve a cabo ese acto, luego que se verificara que el espacio es insuficiente para la cantidad de asistentes.

Se informó que el número de inscritos que asistirán a la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra sumó 13.152 hasta ayer.

Entre estas personas que participarán en los grupos de trabajo y paneles se cuentan a organizaciones sociales y representantes gubernamentales que vienen desde 136 países de los cinco continentes del mundo. En la lista se cuenta a 9.265 participantes de Sudamérica.

Las causas estructurales de la crisis climática



Las mayores concentraciones de gases contaminantes se dieron en los últimos 40 años en coincidencia con el neoliberalismo.

Elizabeth Peredo Beltrán


Fundación Solón


Hablar de la crisis climática es hablar de la crisis del sistema capitalista o más bien de la crisis del mundo a raíz del sistema capitalista y del colonialismo que durante siglos explotaron sin límites los recursos naturales, las culturas de los pueblos, sus saberes y conocimientos, y las fuerzas de trabajo de miles de millones de personas, de aquellas que sostienen con su esfuerzo y sus energías la vida de las sociedades del mundo. Así, el cambio climático, que a estas alturas puede considerarse como uno de los mayores crímenes cometidos contra la humanidad y contra la Madre Tierra, es el síntoma más claro y paradigmático de una crisis civilizatoria que ha tocado límites.

Un crimen que —contrariamente a las versiones ingenuas ampliamente difundidas en las que todos seríamos culpables— tiene responsables con nombre y apellido: sus siluetas se ven transitando de las gerencias de las fábricas a los bancos, de los hoteles de lujo a los tribunales de arbitraje, de los gabinetes de gobiernos vendidos a los proyectos de “mal desarrollo”, de las conferencias de la OMC, Banco Mundial y FMI a las sesiones diarias de la bolsa, de los campos despojados y territorios destruidos a los ghettos de opulencia de los pocos ricos del mundo y que con sus decisiones y afán de lucro no dudaron en poner en riesgo la vida de miles de millones de seres humanos, de miles de especies vivas, de innumerables ecosistemas en el planeta.

Todo este entramado de sistemas de explotación de las riquezas en el mundo ha generado la mayor concentración de Gases de Efecto Invernadero de la historia y provocado, por tanto, un incremento de la temperatura global que ya excede la capacidad de la atmósfera y del planeta para controlarlo y regularlo, ha sobrepasado toda posibilidad natural y sólo una acción drástica de cambio de paradigmas podrá ejercer un cambio. Sus impactos no afectan a todos por igual, son los países del Sur, los países llamados en desarrollo y los grupos más pobres y vulnerables de las sociedades los que sufren sus consecuencias de manera inclemente.

El 80% de las emisiones globales es producido por las industrias, la energía y el consumo desmedido de los países más ricos y más desarrollados que reúnen el 20% de la población mundial. América Latina es responsable apenas del 10,3% de las emisiones globales. Esta diferencia en las emisiones entre países desarrollados y países en desarrollo no ha sido controlada ni antes ni ahora, a pesar de haberse alertado sobre este peligro hace más de 15 años y de haberse firmado el Protocolo de Kioto destinado a este fin. De los 191 países que han firmado el Protocolo, uno de los más poderosos y contaminadores (EEUU: 20,2%) se ha negado sistemáticamente a ratificarlo, junto a varios otros que en las negociaciones de la Convención no realizan compromisos verdaderos para reducir sus emisiones e incluso pretenden escapar del cumplimiento que les exige el Protocolo de Kioto archivándolo y buscando un acuerdo frágil y antidemocrático, sin mecanismos de control como es el Entendimiento de Copenhague de diciembre de 2010. El peso vinculante de los acuerdos a favor de la humanidad y el medio ambiente es mínimo comparado con el peso vinculante de la fuerza del capital que tiene sus propios acuerdos e instituciones.

Y esta situación ha puesto al planeta y sus habitantes al borde del abismo. Las emergencias por desequilibrios climáticos se han multiplicado por 40 veces en el último tiempo y cada catástrofe es una herida por la que vemos desangrar la vida y en la que se hace evidente la desgarradora vulnerabilidad de los más pobres, de los pueblos indígenas, de las mujeres, los viejos y los niños ante las calamidades producidas por la crisis climática. Sólo en estos días hemos lamentado más de 300 muertos y desaparecidos en las favelas de Brasil por las torrenciales e inusuales lluvias que inundaron el estado de Río de Janeiro y obligaron a los alcaldes cariocas a pedir que se desconecten las centrales nucleares instaladas en Angra do Reis, por su enorme peligrosidad para la población.

Hace poco, en la región andina de Bolivia y Perú se han lamentado pérdidas de más de un centenar de vidas por las catástrofes de derrumbes e inundaciones en el Cusco, el Oriente boliviano y otras regiones, al tiempo que se derriten nuestros glaciares, fuente de vida e identidad cultural. Mientras que en otras regiones se han vivido periodos de sequía severos que han matado miles de cabezas de animales. Europa y América del Norte no han escapado a las inundaciones y tormentas de nieve inusuales en su magnitud este último invierno. Mientras que la silenciosa desaparición de Venecia es un efecto evidente del cambio climático del que todavía no se habla.

DEUDA CLIMÁTICA E HISTÓRICA

Los gases de efecto invernadero (GEI) se han ido concentrando en la tierra desde la Revolución Industrial, pero las mayores concentraciones de GEI se han dado durante los últimos 40 años en coincidencia con el despliegue del neoliberalismo. Y han sido fundamentalmente los países desarrollados —los más ricos y aquellos que iniciaron la conquista del mundo sometiendo a sus pueblos a la colonización de sus territorios, al exterminio de sus habitantes, a la negación de sus culturas— los que se han beneficiado de esa explotación de combustibles fósiles, de riquezas minerales, de la biodiversidad y del conocimiento local. Son ellos los principales responsables de la crisis climática, mientras que los países del Sur global son los que más sufren sus consecuencias.

Así, los países del Norte tienen una enorme deuda ecológica y climática que pagar a las naciones pobres, debate que se ha reflejado en el proceso de la Conferencia de Cambio Climático de las NNUU, que evidenció una de las relaciones más inequitativas y desequilibradas de nuestra civilización.

Los países en desarrollo plantean que la única forma de pagarla es con reducciones de emisiones drásticas que paguen la deuda acumulada y mitiguen efectivamente los cambios producidos, pero que además dejen el espacio atmosférico libre para el desarrollo equitativo de los países en desarrollo, es decir, transferencia sustantivas de fondos al Sur para enfrentar los costos de adaptación, para contribuir a la mitigación del cambio climático mediante el uso de tecnologías adecuadas, por lo tanto de transferencias de tecnologías fuera de las reglas de comercio privatizadoras.

Ruptura del equilibrio

Otra de las bases estructurales del cambio climático está en la forma en que se concibe el desarrollo y el propio desarrollo sostenible cuya definición se concentra en mantener condiciones para las futuras generaciones; pero al no contar con una visión holística de interrelaciones vitales con la naturaleza no necesariamente incluye o presupone un equilibrio con la Madre Tierra: “Satisfacer las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer las posibilidades de las del futuro para atender sus propias necesidades” (UN). Por lo tanto, el concepto y la práctica del “desarrollo sostenible” han sido articulados con los enfoques mercantilistas y extractivistas, pues la sostenibilidad se ha definido en un estrecho enfoque androcéntrico, extractivista y predominantemente basado en el consumo de fuentes fósiles.

En el trasfondo de esto yace la ruptura de la civilización humana con la naturaleza que propició la cultura occidental capitalista en la que la tierra no es vista más que como un “recurso” y un territorio de ocupación. Informes serios afirman que la intervención humana ha superado las propias fuerzas de la naturaleza y se constituyen en un verdadero peligro para los innumerables equilibrios logrados por la evolución para la habitabilidad de las especies en siglos.

De ahí el enorme valor de todos los procesos locales y movimientos sociales que en el mundo están intentando resignificar la Naturaleza con el concepto de Madre Tierra, y reafirmando aquello que la naturaleza no es un “recurso”, es “nuestro hogar”, es nuestra Madre Tierra.

CONTROL DE TERRITORIOS

Finalmente se deberá analizar, en la perspectiva de las causas estructurales, el control de territorios. El cambio climático está produciendo en el mundo una reconfiguración geopolítica debido al desplazamiento y movilidad de personas a gran escala, pérdidas de territorios, procesos de deglaciación que permitirán el acceso a riquezas naturales ahora valoradas por su valor económico como el petróleo y los minerales.

Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), se estima que más de 200 millones de personas serán, en pocas décadas (2050), migrantes climáticos desplazados y buscando en el mundo un lugar donde vivir. Ya en la actualidad alrededor de 40 millones de gente ha sido desplazada de sus lugares de origen por impactos de la minería y la industria altamente contaminante. Mientras que, sin ninguna sensibilidad, las grandes potencias y los países en desarrollo endurecen sus leyes de migración y desarrollan planes perversos de reclutamiento étnico para admitir a jóvenes extranjeros en sus países.

Hace más de una década, se decía que había más de 25 millones de personas obligadas a abandonar sus territorios por motivos medioambientales como la contaminación, degradación de suelos, sequías y desastres naturales. Hoy los ‘refugiados medioambientales’ son más que los refugiados por persecución política y por guerras. (OIM).

Pero lo curioso de todo es que en lugar de flexibilizar las reglas de inmigración, los países desarrollados se han dedicado a construir cada vez más reglas y prácticas draconianas para evitar y controlar la migración a un límite inaudito, como el muro de la vergüenza entre Estados Unidos y México y la Directiva Retorno de la Unión Europea. A esto se suman las numerosas manifestaciones xenófobas y casi fascistas que se generan a partir de estos enfoques. En Estados Unidos se han puesto en marcha programas para controlar a los inmigrantes mexicanos que involucran a la población civil estadounidense (mediante la formación de patrullas) e incluye vigilancia electrónica fronteriza (monitores de TV). En Italia se han registrado vergonzosos disturbios xenófobos contra los inmigrantes.

Esto cuestiona profundamente los llamados acuerdos de integración que se multiplican por el mundo pero sólo para facilitar la circulación de mercancías y crear condiciones cada vez más favorables para las inversiones y fortalecer matrices energéticas “petroadictas”, extractivistas, expoliadoras de recursos naturales, pero no encaran el tema de la circulación y los derechos humanos y laborales de las personas. Pero que sobre todo no promueven una verdadera adaptación de sus contenidos a la emergencia climática, a la crisis global que no sólo provocará catástrofes que requerirán de grandes montos de dinero para atenuarlos, sino de infraestructuras y normas para encarar la migración por razones climáticas y financieras, fruto de la deuda histórica del Norte con el Sur y consecuencia de las políticas vigentes de acumulación de riquezas.

Lo bueno de todo es que la crisis global, y en particular la crisis climática, han puesto en evidencia la necesidad de cambiar el mundo, de cambiar los paradigmas, de buscar restablecer el equilibrio con la Madre Tierra y de eliminar las profundas inequidades e injusticias de un sistema que se come el mundo de a pedacitos. La fuerza de los pueblos está ahora a prueba para resignificar la vida en el planeta y fortalecer la solidaridad y la justicia.

Pueblos indígenas tienen la palabra


En el grupo de trabajo debatirán los líderes originarios sobre la cultura de la vida, filosofía, cosmovisión y espiritualidad milenaria.

Como parte de las discusiones de la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra, se incluyó el grupo de trabajo Nº 7, dedicado a los pueblos indígenas, en el que participarán personalidades relacionadas con los estudios de la migración en el mundo.

Debido al movimiento migratorio de los pueblos del campo a la ciudad y a la mezcla de idiosincrasias culturales, la sociedad moderna ha perdido conocimientos que antes eran sagrados para los pueblos originarios.

El 12 de octubre de 2007, la ONU promulgó la Declaración de los Derechos de los Pueblos Indígenas y a partir de ello se redactó el documento denominado Mandato de los Pueblos Indígenas, en el que se insta a la comunidad mundial a construir un mundo basado en la cultura de la vida, en la identidad, filosofía, cosmovisión y espiritualidad milenaria de los pueblos indígenas originarios, aplicando los conocimientos y saberes ancestrales.

Este grupo tendrá la presencia de dirigentes indígenas de Canadá, México y Estados Unidos, quienes sufrieron la colonización de los europeos de manera similar a la de los países de Sudamérica, con la diferencia de que en esos países los pueblos originarios viven aislados en reservas.

Uno de los casos más lamentables es el de Leonard Peltier, un dirigente de la etnia Oglala Sioux que fue encarcelado inocentemente acusado de asesinato. Hasta el momento, este líder indígena cumple ya 26 años de presidio y no se ha hecho nada por reivindicar su inocencia.

Pero Norteamérica no ha sido el único territorio en el que se han cometido abusos contra los pueblos indígenas, sino todos aquellos que han sido víctimas de la colonización capitalista. Por ello, en el mandato de los pueblos indígenas también se pide “sustituir los actuales modelos de desarrollo basados en ese sistema económico de la mercancía y la explotación del ser humano y los recursos naturales”.

Este grupo de trabajo es el espacio a través del cual se canalizará la participación plena y efectiva, la voz, la sabiduría y el reclamo de nuestros orígenes hoy presentes en los pueblos y naciones indígena originarias. Impulsar y promover la visión, prácticas y relacionamiento de los pueblos indígenas en armonía con la naturaleza, y compartir sus propuestas sobre cambio climático y defensa de la Madre Tierra.

Objetivos y preguntas

OBJETIVOS DEL GRUPO

Recuperar y revalorizar nuestras raíces indígenas originarias para hacer frente a los problemas del cambio climático y contribuir a restablecer la armonía con la naturaleza. Acordar medidas para garantizar los derechos de los pueblos indígenas en el marco de las negociaciones, políticas y medidas para enfrentar el cambio climático.

PREGUNTAS


¿Cuáles son las visiones, formas de vida y conocimientos tradicionales que debemos recuperar y revalorizar de nuestro origen indígena para hacer frente a los problemas del cambio climático?

¿Qué medidas son necesarias para garantizar los derechos de los pueblos indígenas en las negociaciones y políticas sobre el cambio climático?

Colombianos presentan demanda colectiva contra Chiquita

Jueves 15 de Abril de 2010

LOS TITULARES DE HOY

EL RESTO DE LA HORA DE DEMOCRACY NOW!

  • El ecologista y fundador de 350.org Bill McKibben habla sobre su nuevo libro “Eaarth: Making a Life on a Tough New Planet”

    Eaarthbk

    Poco antes de la celebración de la cumbre indígena en Bolivia sobre el cambio climático y de la esperada presentación en el Senado de un proyecto de ley sobre el clima, hablamos con una de las primeras personas en hacer sonar la alarma sobre el calentamiento global. Hace veinte años, el ecologista Bill McKibben escribió “El fin de la naturaleza”, pero sus advertencias fueron mayormente ignoradas. Ahora que la gente empieza a tener que lidiar con los efectos inevitables del cambio climático y hacer frente a un planeta Tierra que de repente se derrite, se seca, se vuelve ácido, se inunda y arde de modos nunca vistos, Bill McKibben ha escrito "Eaarth: Making a Life on a Tough New Planet” (Una Tierra nada más: cómo vivir en este nuevo y difícil planeta), un nuevo libro que habla sobre lo que tenemos que hacer para sobrevivir en este desafiante nuevo mundo.

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  • En el Día de la Declaración de Impuestos, el informante de UBS encarcelado, Bradley Birkenfeld, solicita clemencia al presidente Obama

    Ubs

    Un ex directivo del gigante bancario suizo UBS que puso al descubierto el mayor plan de evasión de impuestos en la historia de Estados Unidos le pidió hoy clemencia al presidente Obama, en coincidencia con el Día de la Declaraión de impuestos (Tax Day), el último día disponible para la mayoría de la población para pagar sus impuestos sobre la renta. En enero, Bradley Birkenfeld comenzó a cumplir una sentencia de cuarenta meses de prisión a pesar de haber ocupado un papel clave a la hora de sacar a la luz el escándalo bancario. Birkenfeld acudió por primer vez a las autoridades estadounidenses en 2007 y comenzó a brindarles información secreta sobre el modo en que UBS ayudaba a miles de estadounidenses a evadir impuestos ocultando miles de millones de dólares en cuentas secretas en Suiza.

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  • Binghamton, NY, recibe el Día de Declaración de Impuestos con la instalación en la alcaldía de un contador que va indicando el costo de las guerras de Irak y Afganistán

    Ryan-b-ny

    Siguiendo con nuestra cobertura sobre el Día de Declaración de Impuestos, Tax Day, hablamos con el alcalde de Binghamton, NY, Matt Ryan. El alcalde Ryan ha tomado una decisión poco habitual para recordarles a los vecinos de la localidad el creciente costo de las guerras. A principios de la semana que viene, la ciudad de Binghamton prevé instalar un gran contador digital en la fachada de la alcaldía que indicará el costo de la guerra. El contador mostrará que los residentes de la ciudad ya han gastado 138 millones de dólares en ambas guerras desde 2001.

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  • Una pacifista de 12 años de edad de Des Moines, Iowa, enfrenta una acusación de invasión de la propiedad por haber participado en una manifestación contra la guerra en la oficina del senador Harkin

    Frankie-renee

    Hablamos ahora sobre dos pacifistas de Des Moines, Iowa, que son madre e hija. La semana pasada, Renee Lynn Espeland fue acusada de “contribuir a la comisión de actos delictivos por parte de un menor” después de que su hija de doce años de edad, Frankie Hughes, se negara a abandonar la oficina del senador Tom Harkin mientras se manifestaba contra la asignación de fondos para la guerra incluida en el actual proyecto de ley de presupuesto. Esta semana, la policía de Des Moines retiró los cargos contra Espeland, pero su hija sigue acusada de invasión de la propiedad.

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