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BARATTINI LA MINISTRA CHILENA QUE SI IMPULSARA EL CUMPLIMIENTO DEL CONVENIO 169

PHILOSOPHICUS,  sabado 08 deNoviembre del 2,014

Liderar el proceso de creación de un Ministerio no es tarea sencilla, cumplir con la voluntad presidencial de que su nacimiento sea llevado a cabo con participación ciudadana todo un desafío, más cuando la cultura-política de hacer partícipe a los pueblos en los procesos de transformación legislativa e institucional de la Nación,  han estado limitados a la representatividad de los partidos.
Barattini no la tiene fácil, y así se lo han hecho ver artistas del país quienes desean una participación más activa y entienden el valor de la creación de institucionalidad en la materia.
También los pueblos originarios, con quienes deberá implementar el Convenio 169 de la OIT, al pie de la letra, -cosa inédita en Chile-, donde su vulneración ha sido constatada ya tantas veces por Naciones Unidas sin respuestas efectivas de avanzar hacia un reconocimiento por parte del Estado de nuestra multiculturalidad y derecho a la autodeterminación.
La Ministra: bailarina, feminista, gestora cultural, activista social y que en su juventud militara en las células comunistas, ha sido criticada de falta de horizonte político. Pero no, parece tener la película bastante clara: que para tener una institucionalidad robusta esta debe hacerse “desde abajo hacia arriba”.

-¿Cómo entiende la cultura más allá de las artes y cómo va a vincular el trabajo del Ministerio en el proceso de creación de la Reforma de Educación?
-Cultura es trasversalmente toda la expresión de una tradición,  de una memoria, de la identidad y sus expresiones en una comunidad. Hay una dimensión antropológica que no podemos dejar de lado y este Ministerio se ha ocupado históricamente de la creación artística en su dimensión de oferta cultural y el acceso, pero hoy tenemos un desafío de diversificar la función del Ministerio más allá de la cultura como creación artística y estética. En el nuevo proyecto de Ley, concibe esta institucionalidad como Ministerio de Cultura, Arte y Patrimonio.
Y concretamente nuestra relación con la reforma es por medio de una mesa técnica coordinada por Gonzalo Muñoz  y estamos preparándonos para la segunda parte de la reforma y sus contenidos,  pensando en una nueva escuela pública para Chile,  que reincorpore las artes al currículo y no solo a éste sino a la experiencia educativa de los ciudadanos.

Hay una defensa muy fuerte de las autonomías regionales y locales y  programas que eran maravillosos 10 años atrás,  hoy son vistos y consideradas como programaciones demasiadas verticales que llegan de Santiago empaquetados y hay reticencia a reproducir esquemas como esos

El Consejo tiene varios instrumentos que son muy puntuales a los que se accede por concurso, pero ello es muy parcial y tenemos que construir nuevas políticas educacionales vinculadas a las artes y la cultura con un carácter de universal.

-¿Pero existe alguna propuesta específica?
-Lo que hay es una voluntad política de que las artes y las humanidades retornen de lleno al currículo escolar del cual fueron expulsadas paulatinamente en largos años de un modelo educacional que queremos superar, un modelo de educación pensaba en formar ciudadanos trabajadores más que ciudadanos integrales. Con el ministro Eyzaguirre está ese consenso, pero aún estamos viendo los temas estructurales como es el erradicar el lucro en la educación.
-Entendida la cultura como un modo de vida que adopta una comunidad, y entendidos los embates del modelo neoliberal sobre la cultura, ¿De qué forma este Ministerio se va hacer cargo de la transformación social?
-Creo que estamos en un país donde está ocurriendo una gran trasformación social. Las demandas de la ciudadanía son claras y las políticas públicas tienen que ser capaces de intersectar e interpretar esas demandas de cambio. Nosotros, tenemos que hacernos cargo de una nueva forma de concebir las políticas culturales donde se reconozca el rol del Estado, donde tengamos que superar la lógica del individualismo y la competencia para acceder al arte. Hay que “desfondarizar” la cultura, esta no puede estar sometida totalmente a la concursabilidad. Donde finalmente tienes un conjunto de proyectos que no dialogan, que no arman red, y así no es posible. Debemos re concebir y hacer una reingeniería del sistema de financiamiento e inversión pública en cultura.
-A su juicio ¿Debiese haber entonces más asignación directa a los artistas, a los centros culturales, menos burocracia?
-Por su puesto, tenemos que crecer en un sistema de subvención pública, trasparente, con indicadores, con resultados, no puede ser una obligación para el artista, tiene que haber autonomía para el  actuar con su dinero, cada uno haciendo lo suyo, tenemos que tener compromiso con la democratización de la cultura, quien recibe fondos tiene que retribuir a la sociedad, tiene que ser capaz de entrar en diálogos con otros y ayudar al Estado a generar nuevas audiencias,  por ejemplo. Concretamente vamos hacia un aumento de las subvenciones para el 2015 y esto se está viendo con el Ministerio de Desarrollo Social pues necesitamos dotar al nuevo Ministerio de programas e instrumentos que hoy no tiene.
-Me imagino para llegar hoy donde no se está llegando…
-Hoy hay mucha organización entre la cultura y las artes, hace pocos presentamos el fondo en la Legua, un territorio dañado por la exclusión y el narcotráfico donde vimos al  grupo Raipillán que es un movimiento de más de 300 personas organizadas en torno a la música folclórica, la tirana lo latinoamericano, entonces te das cuenta de que si sales del centro te encuentras con múltiples manifestaciones culturales que quieren un mejor trato por parte del Estado. Chile está repleto de bandas, de animación social en los territorios y ellos requieren una mayor atención de este Ministerio. Espero también para ellos tener novedades para el año que viene, pues esas organizaciones muchas veces tienen que competir con artistas de excelencia en una cancha que no está pareja.
-¿Qué pasó con programas como Creando Chile Mi Barrio, es necesario reinstalar programas similares?
-Esa es una muy bonita experiencia que se recuerda en regiones y lo he podido ver. Hoy hay una consciencia en los territorios por la descentralización, hay una defensa muy fuerte de las autonomías regionales y locales y programas que eran maravillosos 10 años atrás,  hoy son vistos y consideradas como programaciones demasiado verticales que llegan empaquetados desde Santiago. Hay reticencia a reproducir esquemas como esos.

Nuestro trabajo es por la cultura como un derecho, como un elemento de inclusión

-Bajo la mirada de una mayor horizontalidad y mayor participación en el diseño, por ejemplo de las políticas públicas, en la creación del Ministerio ¿De qué forma se está integrando a los actores sociales, a los artistas y creadores?
-El Ministerio es la creación de una institucionalidad y es clave el desde abajo, hacia arriba. Vamos a llegar al parlamento con la indicación sustitutiva y con el programa más consultado y debatido que se ha presentado nunca en el parlamento, todavía quedan varios meses. Ya hemos hecho encuentros en regiones, tuvimos una consulta por Internet bien interesante, nos hemos reunido con gremios y generado muchísima opinión. Levantamos el primer periodo muy rápido,  pues hay una demanda a que nos apuremos, y hay críticas sobre todo de los pueblos originarios en los modos que se estaba llevando a cabo. Entonces habrá una nueva  consulta a los pueblos y será bajo los estándares del Convenio 169 de la OIT y es parte de la decisión de la Presidenta en esta nuevo trato con  los pueblos originarios, lo que  está significando un gran aprendizaje para este consejo y la construcción de una institucionalidad más dialogante.
-Se ha hecho público por prensa una crisis de relaciones con la Unión Nacional de Artistas UNA, ¿Qué me dice al respecto?
-Tenemos demandas de mayor participación aún. Hicimos el proceso de consulta pero lo hicimos express pues queríamos cumplir con los plazos. Nos hemos reunido con ellos y creo que el impase ha sido superado pues la nueva consulta bajo el convenio de la OIT nos abre nuevos plazos y con la UNA fijamos una serie de reuniones para que ellos puedan aportar más al proyecto. Aún nos quedan 6 meses.
-¿Sigue la participación entonces para la creación del Ministerio?
Sigue, sigue. De hecho con la comisión de la cultura de la Cámara decidimos hacer un seminario grande en el mes octubre sobre los contenidos del Ministerio. Mi esperanza es que lleguemos a presentarlo en diciembre con cantidad importante de instancias de diálogo, un proyecto legitimado por la sociedad civil y espero que eso acorte los plazos dentro del Parlamento, aunque de seguro también habrá sus detractores.
-¿Y cómo están las relaciones del Consejo con el Parlamento?
-Los parlamentarios ya tenían avanzado en la comisión respecto del proyecto anterior, ellos venían en un proceso legislativo y nosotros lo hemos detenido para incluir la indicación sustitutiva que va aparejada de este proceso participativo, para ellos también es una novedad y hay que cumplir muy bien con los estándares de los que exige el convenio y no hacer una consulta para la foto, pues eso se va a devolver.
Entrevista a Claudia Barattini-6