Después de varios días de silencio, el mandatario no respondió como estadista ante agresividad chilena.

Le faltó talla. Dijo que lo mejor era mirar, comprender y callar mientras Foxley se mandaba con todo.
CASO CERRADO:
También la ministra de Justicia, Rosario Fernández, en su condición de encargada del despacho de Relaciones Exteriores, se encargó de confirmar que la incomodidad suscitada por las palabras de Foxley son un “capítulo cerrado” para el gobierno. “Ya el canciller se ha pronunciado y también lo han hecho las autoridades chilenas, por lo tanto considero sano, saludable y bueno que las cosas vuelvan a su normalidad”, señaló.
El presidente Alan García asumió ayer una incomprensible actitud de extremada prudencia y debilidad frente a la reciente intromisión del canciller chileno, Alejandro Foxley, en un debate interno del país, antes que comportarse como un verdadero estadista y expresar en nombre del pueblo peruano una nota de protesta por la actitud del canciller chileno. “Lo mejor ante eso es mirar, comprender y callar”, señaló. Después de varios días de silencio, García dedicó ayer largos minutos de la entrevista a RPP para tratar de justificar la reacción del canciller chileno, pidiendo calma y serenidad al país y sorprendiendo con una nueva tesis respecto a nuestra relación con el vecino del sur, al sostener que los agravios se explican por la cercana presentación de la Memoria peruana ante la Corte Internacional de La Haya por el diferendo marítimo, como si ello no tuviera su propia dinámica en la justicia internacional. García dijo que no hay que caer en el juego previsible que en este momento existe por la próxima presentación de nuestro escrito de la demanda ante la Corte Internacional de La Haya. Olvidando también su famosa estrategia de “cuerdas separadas” (en que lo político camina separado de lo comercial), explicó que los continuos desplantes de las autoridades chilenas hay que verlos “desde la perspectiva del que está avanzando más rápido, del que ha tomado la iniciativa de hacer un reclamo jurídico internacional de alto nivel y entonces los actores políticos internos de Chile tienen que justificarse ante su opinión pública”.
Justificó a Foxley
La extensa disertación presidencial estuvo dirigida en una buena parte a tratar de explicar el comportamiento del canciller chileno, Alejandro Foxley, quien dijo que en el Perú existen políticos “anclados en el siglo antepasado” al referirse a quienes acá se oponen al Tratado de Libre Comercio suscrito con Chile, palabras que por cierto han sido respaldadas por el portavoz de La Moneda como expresiones oficiales. García explicó que tenemos con Chile una inevitable relación compleja, más aún cuando estamos en momentos de presentar los tres volúmenes de nuestro reclamo jurídico de límites marítimos ante La Haya. “A partir de ese momento ya se desencadena el análisis de los jueces mundiales y estamos seguros que ellos le darán la razón al Perú más adelante”. “Frente a eso es natural que el que lleva las relaciones internacionales de Chile (Foxley) tenga que dar su palabra y justificarse ante la población que le dirá: ¡Por qué se ha dejado usted adelantar por el Perú, cómo es posible que el Perú esté creciendo más rápido!”, expresó el presidente.