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La población de Gaza, atacada a diario, sobrevive bajo mínimos

03-01-2009
said khatib - (AFP)

GAZA - Trabajadores humanitarios, residentes y personal médico dibujan un panorama sombrío de la supervivencia en la franja de Gaza, con los aviones de combate israelíes bombardeando a diario y una población que teme ser invadida en cualquier momento.
Las aguas residuales se estancan en las calles de Gaza, el precio del pan se ha triplicado en la última semana y los médicos temen operar por si hay cortes de luz y nunca saben si tendrán anestesia para la próxima intervención.
Max Gaylard, coordinador de un programa humanitario de la ONU en los territorios palestinos, describe una situación de emergencia: "Las escuelas están cerradas, la población se queda en casa, faltan alimentos... los hospitales y clínicas están absolutamente colapsados". "De media hay un ataque aéreo cada 20 minutos y se intensifican de noche", añade Gaylard, quien precisa que los lanzamientos de cohetes palestinos a Israel "es indiscriminado y van en aumento".
La mayoría de las casas sólo tienen agua corriente una o dos horas cada cinco días y la electricidad es aún más escasa puesto que a la única central eléctrica que existe en la franja ya no le queda combustible.
La ONU denunció que no quedan alimentos en los mercados. "La situación actual en Gaza es espantosa y escasean numerosos alimentos básicos", aseguró Christine van Nieuwenhuyse, representante del Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU en los territorios palestinos. Se necesitan unos 9 millones de dólares (6,4 millones de euros) para "responder a las necesidades alimentarias" básicas, calculó la funcionaria en un comunicado divulgado en Roma, sede del PMA.
"Para aliviar el sufrimiento de las familias que viven cerca a las zonas afectadas por los conflictos", la agencia onusiana dispuso "un programa de distribución urgente de pan en Beit Hanun" para 3.000 familias.
"Ahora es desesperante. Las canalizaciones fueron voladas y hay todo tipo de residuos por las calles. Hoy hubo un funeral y llevaron el cuerpo por las calles que desprendían un olor muy desagradable", explica a la AFP Hatem al-Aynun, residente en Beit Hanun.
Esta ciudad de más de 20.000 personas, próxima a la frontera donde las fuerzas israelíes se han concentrado en masa, ha sido objeto de repetidos bombardeos. Israel considera que desde ella se lanzan muchos cohetes hacia el territorio hebreo.
Según un informe publicado el viernes por la ONU, las principales cañerías de agua y aguas residuales en Beit Hanun fueron bombardeadas cinco veces en las últimas 48 horas y siete pozos fueron "gravemente dañados y no pueden reconstruirse por la continuación de los bombardeos".
En la franja de Gaza hay 1,5 millones de personas, el 80% de las cuales depende ahora de la ayuda alimentaria. Menos de una veintena de panaderías continúan abiertas, aunque casi no pueden producir por la falta de harina y gas. Pese a las recomendaciones de Hamas, algunos comerciantes aprovechan los ataques para aumentar los precios. Algunos pagan por el pan hasta el triple de lo que costaba hace una semana.
"Hay colas de hasta tres horas para conseguir pan, pero si falta la harina, la gente se queda sin nada", asegura Parek Babra, que trabaja para la ONG Relief International. "Muchas personas están ahora almacenando alimentos: latas de conserva, aceite y cualquier cosa que pueda ser necesaria en caso de invasión (terrestre por parte de Israel), aunque personalmente creo que no va a suceder", opina. "No ha habido gas de cocina durante dos meses. En el mercado negro cuesta 10 veces su precio normal", denuncia.
"Hay mucha gente que no puede comer todos los días", declara por su parte a la AFP Mohamed Ali, trabajador de la organización Oxfam.
La media docena de hospitales de Gaza no puede hacer frente a la avalancha de pacientes y los cadáveres desbordan las salas habituales y se amontonan en los pasillos. En el principal hospital de Ciudad Gaza se producen cortes de energía de al menos 20 horas cada día. Los quirófanos funcionan con la ayuda de generadores eléctricos de emergencia. "Aunque nos han llegado medicamentos en los últimos días, no hay suficiente anestesia", asegura un médico bajo el anonimato del hospital de Shifa.
La ONU calcula que un millar de aparatos médicos han quedado inutilizables en los hospitales de Gaza en el último año y medio debido al bloqueo israelí y a los ataques aéreos de la última semana.
Parek Babra resume la situación de los habitantes de Gaza: "No tenemos nada, necesitamos de todo".

La impunidad uniformada


César Lévano
El presidente Alan García pidió ayer que no nos acostumbremos “a generalizar y ver en cada uniformado un sospechoso de abuso o latrocinio”.

García generaliza.

A ningún peruano se le ocurre que todos los uniformados son abusivos o ladrones.

Lo que pasa es que él defiende a quienes sí lo son.

García generaliza a favor de ciertos generales que han cometido violación de los derechos humanos o que no han dado debida cuenta de fondos asignados para fines institucionales.

En LA PRIMERA nos podemos jactar de defender las instituciones castrenses y policiales, y los derechos personales y colectivos de militares y policías.

Denunciar los malos manejos no es lastimar a las instituciones.

Es, al contrario, defenderlas, y proteger, además, los dineros destinados a los miembros de ellas. Ejemplo clamoroso es el de los altos mandos del Ejército denunciados por comerciar el combustible destinado a unidades castrenses.

Señalar la responsabilidad del vicepresidente Luis Giampietri en la matanza de El Frontón no apunta contra el honor de la Marina de Miguel Grau.

García defiende a los malos militares, porque está coludido con ellos en acciones que ofenden la dignidad de los institutos militares.

Es García el mandatario que ha dictado un decreto que autoriza a militares y policías a disparar contra manifestantes, y que garantiza impunidad a los uniformados de pistola suelta.

Afirma García que las denuncias contra abusos o delitos de soldados y policías debilitarán “su ánimo para cumplir su misión de defendernos”.

Lo que quiere, en realidad, es envalentonar a los antedichos para que no vacilen a la hora de disparar.

En la misma dirección marchan las palabras del ministro de Defensa, Ántero Flores-Aráoz, pronunciadas en la ceremonia de reconocimiento del jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, general EP Francisco Contreras.
Dijo el ministro que en las zonas declaradas en emergencia las Fuerzas Armadas “pueden intervenir y detener a personas sindicadas como narcoterroristas y luego ponerlas a disposición de la fiscalía”.
Pero ha ocurrido que, como en tiempos de Fujimori, primero se dispara y después se averigua.

O se detiene a campesinos que nada, absolutamente nada, tienen que ver con narcos o subversivos.

Después los liberan por falta de pruebas.
¿Por qué los apresaron si no las tenían?Hubo una época en el Perú en que un abismo de odio separaba a civiles y militares.

El gobierno del general Juan Velasco produjo el portento de un reacercamiento.

Tengo la clara percepción de que Sendero Luminoso volvió a abrir la brecha, y, con sus excesos violentistas, dio alas a la represión y fomentó la derechización, auspiciada desde Washington, del Ejército.

A partir de eso, Alan García auspicia un clima de guerra civil, y por eso quiere lanzar a los militares contra los civiles.

Miren quien habla

Oposición critica insólita propuesta de un presidente que gobierna de espaldas al país.
García dice ahora que quiere trabajar con “intachables”.

El presidente García salió a decir ayer que el gobierno está abierto a la participación de las diferentes agrupaciones políticas, para impulsar el desarrollo y hacer frente a la crisis financiera, aunque con determinadas condiciones que dieron pie a críticas de la oposición.

“Reitero al comenzar el 2009: todo aquel que tenga una buena idea, una capacidad de gestión y una vida intachable tiene abiertas las puertas del gobierno; todo aquel que diga este camino es mejor que el otro que se sienta convocado para trabajar directamente”, dijo.Las reacciones de representantes de la oposición no se hicieron esperar. “¿El presidente va a calificar quién tiene una vida intachable? ¿Él es el fiscal supremo de la moral? Hasta la fecha, no se puede conversar con este gobierno porque uno es buena gente cuando dice que el gobierno está haciendo bien las cosas; pero cuando hay críticas, uno se convierte en un mal político, sin calidad moral”, dijo el legislador Isaac Mekler.

El congresista dijo que García no tiene ningún interés de escuchar porque “para enfrentar la crisis, por ejemplo, el Partido Nacionalista hizo propuestas que no han sido atendidas ni contestadas. Si no saben lo que es la democracia es porque son un gobierno autista y primero que mire en el espejo para decir quién tiene vida intachable y quién no”.

A su vez, el congresista Luis Galarreta, de Unidad Nacional, calificó la invitación presidencial como un “doble discurso” porque su partido también hizo recomendaciones ante las carencias del Plan Anticrisis y “en lo que respecta a la conducta intachable, eso debe comenzar en Palacio de Gobierno”.

Muere otro dirigente de Hamas por bombardeos israelíes contra Gaza

Gaza, 3 ene (PL) El grupo palestino Hamas confirmó hoy la muerte de Abu Zakaria Al-Jamal, el segundo alto dirigente abatido por bombardeos israelíes contra Gaza dos días después de que Nizar Rayyan pereció en circunstancias similares en Jabaliya.
Un vocero del Movimiento de la Resistencia Islámica (Hamas) informó que Al-Jamal era uno de los jefes de las Brigadas Ezzedine al-Qassam (su ala armada) y murió por las heridas recibidas en una incursión de la aviación hebrea contra su vivienda la pasada madrugada.
El deceso se produjo en momentos en que los israelíes continúan los ataques, por octavo día consecutivo, contra este territorio palestino, y lanzaron volantes en la ciudad instando a la población a evacuar sus lugares de residencia en previsión de otras acciones armadas.
Residentes y analistas locales denunciaron que se trata de una guerra psicológica contra los palestinos y dirigida a generar una revuelta contra la dirigencia de Hamas en la franja costera.
Además de instalaciones gubernamentales, unidades policiales y supuestos lugares de entrenamiento de grupos islamistas, los ataques han sido dirigidos contra edificios de vivienda, universidades, escuelas, mezquitas y otros habitados o frecuentados por civiles.
Dado el hacinamiento de inmuebles y la destrucción generada por la agresión israelí, la población civil asegura sentirse sin opciones reales para evadir las bombas, siquiera cuando acude a los rezos del viernes o al entierro de las víctimas.
Si bien el gobierno de Tel Aviv autorizó ayer la salida de unos 440 extranjeros o palestinos con doble ciudadanía por Erez, el resto de los cruces fronterizos permanecen bloqueados y el de Rafah, limítrofe con Egipto, permite sólo el paso de algunos heridos.
Al entrar en su segunda semana, la agresión hebrea totalizó unos 700 ataques por aire y mar contra la franja costera, con saldo de 437 muertos y más de dos mil 250 heridos, un gran número de ellos civiles, según fuentes médicas y de la ONU.
En el mismo período los palestinos lanzaron varias decenas de cohetes y obuses de mortero, algunos con alcance sin precedentes de unos 40 kilómetros y con el saldo de cuatro israelíes muertos, uno de ellos un soldado.

rl/ucl

La obediencia como crimen


César Hildebrandt


Hace 50 años un psicólogo norteamericano llamado Stanley Milgram hizo un experimento destinado, en suma, a demostrar que el ser humano es un borrego peligroso.

El experimento consistió en lograr que unos voluntarios aplicaran supuestas descargas eléctricas a otros supuestos voluntarios (que en realidad eran actores cómplices del experimento).

Milgram quería saber si los “picaneadores” obedecerían a su autoridad de médico hasta el punto de causar daño a sus víctimas.

El asunto empezaba con 150 voltios –lo que ya era una teórica barbaridad-. Milgram, que enseñaba en Yale y sabía qué cosa era ser cruel exigiendo notas y plazos, se quedó estupefacto.

Con 150 voltios simulados, el actor que fingía ser sujeto pasivo del experimento se retorcía de dolor y gritaba como un animal desesperado.

Entonces el verdugo miraba a Milgram buscando su asentimiento.

Milgram decía que sí con la cabeza y luego ordenaba:-Doscientos voltios.

El 82,5% de los voluntarios que oficiaban de torturadores prefirió obedecer antes que actuar según el mandato de su conciencia.

Y siguió administrando su obediencia debida hasta los 200, los 250, los 300, los 350, los 400 y los 450 voltios (a este último rango de sadismo llegó exactamente el 79% de los sujetos de la experimentación).

Milgram estaba horrorizado.

Había ideado esta prueba a raíz del asunto Adolf Eichmann, un nazi particularmente asesino que juraba ante la corte de Jerusalén que lo condenó a la horca que él sólo había cumplido órdenes y que no había tenido alternativa.

Milgram quería saber hasta qué punto el ser humano promedio podía ser un instrumento dócil de la autoridad –de cualquier autoridad- en “condiciones ideales y con la impunidad garantizada”.

Pues bien, comprobó empíricamente que el primate superior de la escala puede torturar a otro primate si recibe órdenes de la persona adecuada y si esas órdenes parecen estar respaldadas por un bien superior.

En el caso del Experimento de Milgram –que así llegó a llamarse en los anales de la psicología- ese bien superior era, aparentemente, comprobar el umbral del dolor y la posibilidad de rastrear sus verdaderos efectos en los sujetos pasivos del test.

Todos los voluntarios que obedecieron a pesar de su evidente disgusto parecieron tener una inteligencia promedio.

No hubo datos de esa naturaleza sobre el 17,5% de voluntarios que decidió desobedecer y largarse, en ocasiones a gritos, de tan sombrío “laboratorio”.

Pero aquí no acaba el asunto.

Lo más interesante es que el experimento de Milgram acaba de ser repetido, bajo condiciones menos duras y con menor dosis de manipulación quizá, por el psicológo Jerry Burger, de la Santa Clara University.

Y los resultados, según publica la revista American Psychological Association, son apenas dos puntos porcentuales menos que los que Milgram obtuvo en 1961.

O sea que cuando se mata en Gaza a mujeres, niños y viejos; cuando se mata en Islamabad cuantiosamente; cuando se barre del mapa una pequeña aldea en las afueras de Kabul; cuando, en fin, el primate mayor de este planeta convierte al odio en causa y a la muerte en lección y a Dios (a cualquier Dios) en Gran Secuaz, debemos pensar no sólo en la triste infantería que aprieta el gatillo sino en los peces gordos que dan la orden.

El Experimento de Milgram y su reciente repetición son una prueba: la humanidad que produjo a Beethoven y a Joyce también es una inmensa manada de homicidas anuentes, miríadas de corderos dirigidos por lobos.

La obediencia puede ser el peor de los crímenes.