Los inspectores de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas verifican los datos sobre el complejo químico-militar de Siria. Damasco entregó la correspondiente información a instancias de la ONU. Se sabe ya que parte de las armas químicas se encuentra en forma de componentes que es posible desactivar in situ. Para ello es posible usar, por ejemplo, instalaciones móviles que algunos países occidentales tienen. Pero existen también otras variantes, asevera Vladímir Yevséev:
—La primera consiste en sacar los tóxicos del país, lo que requiere negociaciones aparte. Otra variante es enterrarlos provisionalmente. Por ejemplo, colocarlos en una mina y cubrirla con hormigón, limitando el acceso a la misma.
Vladímir Yevséev estima que sacar las armas químicas de Siria, cuestión que se discute hoy día, es un proceso muy complejo. El ejército sirio no controla las vías de transporte y para una carga tan peligrosa es indispensable organizar la escolta y la defensa tanto por tierra como por aire.
Amén de esto, según informaciones de la prensa rusa, EEUU se ocupa actualmente de la búsqueda de países dispuestos a recibir y destruir en su territorio agresivos químicos. Los vecinos de Siria —Turquía y Jordania— por el momento no están listos para participar en este proyecto. Se examinan dos otras posibilidades, pero sus nombres no se han divulgado.
En este contexto, Yevséev no descarta que en el último análisis de su destrucción se ocupe Rusia, teniendo en cuenta que en su territorio hay dos plantas de tal género.
Según la opinión de los expertos, EEUU puede insistir en que los tóxicos sean retirados de Siria. Y si en esto surge un problema, podría provocar una vuelta de la situación a la opción militar norteamericana de solución de la crisis siria.
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Nota: Las opiniones expresadas por el autor no necesariamente coinciden con los puntos de vista de la redacción de La Voz de Rusia.