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Stiglitz fue Tutor de la Tesis doctoral de Firmenich‏

EL ECONOMISTA PREFERIDO DE CRISTINA ASESORÓ AL EX MONTONERO
Stiglitz fue tutor de la tesis doctoral de

              Firmenich
Durante la tarde de este lunes, la presidenta Cristina Kirchner encabezó un acto junto al Nobel de Economía estadounidense Joseph Stiglitz, como parte de acto inaugural de un seminario donde ambos expusieron sobre "Políticas para superar la crisis de endeudamiento soberano".


Lo que pocos saben es que Stiglitz también prestó su conocimiento para la elaboración de la tesis doctoral de Mario Firmenich, exjefe guerrillero y uno de los fundadores de la organización Montoneros.
Firmenich, se licenció en economía en la Universidad de Buenos Aires en febrero de 1996, tras abandonar la política y salir de prisión. Se recibió con el mejor promedio de su promoción: 8,97. Sin embargo, el Consejo Directivo de la Facultad de Ciencias Económicas le negó la medalla de oro por intervención el centro de estudiantes de la facultad, liderado por la agrupación radical Franja Morada.
En 1999, en Barcelona, Firmenich consiguió doctorarse en Economía bajo el patrocinio del propio Joseph Stiglitz, tutor de su tesis —aunque sin intervención académica—.
Stiglitz es uno de los economistas favoritos de la Cristina, quien se ha encargado de citar en varias oportunidades sus opiniones sobre la situación económica nacional. “Con la guía del FMI, los resultados fueron desastrosos”, opinó el Nobel en la visita que hizo al país el año pasado.
David Goldberg
Tribuna de Periodistas

NOAM CHOMSKY. En la sombra de Hiroshima

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El 6 de agosto, aniversario de Hiroshima, debería ser un día de reflexión sombría, no sólo acerca de los sucesos terribles de esa fecha en 1945, sino también sobre lo que revelaron: que los seres humanos, en su dedicada búsqueda de medios para aumentar su capacidad de destrucción, finalmente habían logrado encontrar una forma de acercarse al límite final. Los actos en memoria de ese día tienen un significado especial este año. Tienen lugar poco antes del 50 aniversario del momento más peligroso en la historia humana, en palabras de Arthur M. Schlesinger Jr, historiador y asesor de John F. Kennedy, al referirse a la crisis de los misiles cubanos. Graham Allison escribe en la edición actual de Foreign Affairs que Kennedy ordenó acciones que él sabía aumentarían el riesgo no sólo de una guerra convencional, sino también de un enfrentamiento nuclear, con una probabilidad que él creía de quizá 50 por ciento, cálculo que Allison considera realista. Kennedy declaró una alerta nuclear de alto nivel que autorizaba a aviones de la OTAN, tripulados por pilotos turcos (u otros), a despegar, volar a Moscú y dejar caer una bomba. Nadie estuvo más asombrado por el descubrimiento de los misiles en Cuba que los hombres encargados de misiles similares que Estados Unidos había emplazado clandestinamente en Okinawa seis meses antes, seguramente apuntados hacia China, en momentos de creciente tensión. Kennedy llevó al presidente soviético Nikita Krushov hasta el borde mismo de la guerra nuclear y él se asomó desde el borde y no tuvo estómago para eso, según el general David Burchinal, en ese entonces alto oficial del personal de planeación del Pentágono. Uno no puede contar siempre con tal cordura. Krushov aceptó una fórmula planteada por Kennedy poniendo fin a la crisis que estaba a punto de convertirse en guerra. El elemento más audaz de la fórmula, escribe Allison, era una concesión secreta que prometía la retirada de los misiles estadunidenses en Turquía en un plazo de seis meses después de que la crisis quedara conjurada. Se trataba de misiles obsoletos que estaban siendo remplazados por submarinos Polaris, mucho más letales. En pocas palabras, incluso corriendo el alto riesgo de una guerra de inimaginable destrucción, se consideró necesario reforzar el principio de que Estados Unidos tiene el derecho unilateral de emplazar misiles nucleares en cualquier parte, algunos apuntando a China o a las fronteras de Rusia, que previamente no había colocado misiles fuera de la URSS. Se han ofrecido justificaciones, por supuesto, pero no creo que soporten un análisis. Como principio acompañante de esto estaba que Cuba no tenía derecho de poseer misiles para su defensa contra lo que parecía ser una invasión inminente de Estados Unidos. Los planes para los programas terroristas de Kennedy, Operación mangoose (mangosta), establecían una revuelta abierta y el derrocamiento del régimen comunista en octubre de 1962, mes de la crisis de los misiles, con el reconocimiento de que el éxito final requerirá de una intervención decisiva de Estados Unidos. Las operaciones terroristas contra Cuba son descartadas habitualmente por los comentaristas como travesuras insignificantes de la CIA. Las víctimas, como es de suponerse, ven las cosas de una forma bastante diferente. Al menos podemos oír sus palabras en Voces desde el otro lado: Una historia oral del terrorismo contra Cuba, de Keith Bolender.

Los sucesos de octubre de 1962 son ampliamente aclamados como la mejor hora de Kennedy. Allison los ofrece como una guía sobre cómo restar peligro a conflictos, manejar las relaciones de las grandes potencias y tomar decisiones acertadas acerca de la política exterior en general. En particular, los conflictos actuales con Irán y China.

El desastre estuvo peligrosamente cerca en 1962 y no ha habido escasez de graves riesgos desde entonces. En 1973, en los últimos días de la guerra árabe-israelí, Henry Kissinger lanzó una alerta nuclear de alto nivel. India y Pakistán han estado muy cerca de un conflicto atómico. Ha habido innumerables casos en los que la intervención humana abortó un ataque nuclear momentos antes del lanzamiento de misiles por informes falsos de sistemas automatizados. Hay mucho en que pensar el 6 de agosto. Allison se une a muchos otros al considerar que los programas nucleares de Irán son la crisis actual más severa, un desafío aún más complejo para los formuladores de política de Estados Unidos que la crisis de los misiles cubanos, debido a la amenaza de un bombardeo israelí. La guerra contra Irán está ya en proceso, incluyendo el asesinato de científicos y presiones económicas que han llegado al nivel de guerra no declarada, según el criterio de Gary Sick, especialista en Irán. Hay un gran orgullo acerca de la sofisticada ciberguerra dirigida contra Irán. El Pentágono considera la ciberguerra como acto de guerra, que autoriza al blanco aresponder mediante el empleo de fuerza militar tradicional, informa The Wall Street Journal. Con la excepción usual: no cuando Estados Unidos o un aliado es el que la lleva a cabo. La amenaza iraní ha sido definida por el general Giora Eiland, uno de los máximos planificadores militares de Israel, “uno de los pensadores más ingeniosos y prolíficos que (las fuerzas militares israelíes) han producido. De las amenazas que define, la más creíble es que cualquier enfrentamiento en nuestras fronteras tendrá lugar bajo un paraguas nuclear iraní. En consecuencia, Israel podría verse obligado a recurrir a la fuerza. Eiland está de acuerdo con el Pentágono y los servicios de inteligencia de Estados Unidos, que consideran la disuasión como la mayor amenaza que Irán plantea. La actual escalada de la guerra no declarada contra Irán aumenta la amenaza de una guerra accidental en gran escala. Algunos peligros fueron ilustrados el mes pasado, cuando un barco estadunidense, parte de la enorme fuerza militar en el Golfo, disparó contra una pequeña nave de pesca, matando a un miembro de la tripulación india e hiriendo a otros tres. No se necesitaría mucho para iniciar otra guerra importante. Una forma sensata de evitar las temidas consecuencias es buscar la meta de establecer en Oriente Medio una zona libre de armas de destrucción masiva y todos los misiles necesarios para su lanzamiento, y el objetivo de una prohibición global sobre armas químicas –lo que es el texto de la resolución 689 de abril de 1991 del Consejo de Seguridad, que Estados Unidos y la Gran Bretaña invocaron en su esfuerzo por crear un tenue cobertura para su invasión de Irak, 12 años después. Esa meta ha sido un objetivo árabe-iraní desde 1974 y para estos días tiene un apoyo global casi unánime, al menos formalmente. Una conferencia internacional para debatir formas de llevar a cabo tal tratado puede tener lugar en diciembre. Es improbable el progreso, a menos que haya un apoyo público masivo en Occidente. De no comprenderse la importancia de esta oportunidad se alargará una vez más la fúnebre sombra que ha oscurecido el mundo desde aquel terrible 6 de agosto.

Fuente: 

Otorgan premio a Chávez en Italia‏


                      Presidente Hugo Chávez
Con el “Premio Internacional de Cultura Re Manfredi”, fue galardonado el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez por su loable labor a favor de la “Igualdad y la Economía Social, así lo dio a conocer el Ministerio del Poder Popular para Relaciones Exteriores (Mppre) en su sitio web.
El Premio Internacional lo concede una fundación de voluntariado popular que nace en el año 1992 y que cuenta con patrocinantes y colaboradores como, la Región de Puglia, de la Provincia y de la Cámara de Comercio de Foggia y de la ciudad de Mafredonia, en Italia. Las categorías del premio son: Poesía, Teatro, Periodismo, Literatura, Economía Social, Cinematografía, Investigación Científica, Moda y Deporte.
La distinción la recibió el embajador de Venezuela en Italia, Julián Isaías Rodríguez Díaz, en nombre del Mandatario venezolano, quien declaró que el Líder Bolivariano está llevando alegría su pueblo, “que es un pueblo que lucha de manera distinta con un presidente progresista”.
En este sentido, el Gobierno Bolivariano desarrolla una serie de programas sociales, educativos, de salud, deportivos, laborales y culturales, que contribuyen a elevar la calidad de vida de la población más vulnerable, históricamente excluida, para así establecer parámetros de igualdad y desarrollo, en reducción de los niveles de pobreza extrema, políticas reconocidas por los organismos internacionales como el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD.
El PNUD, en su último informe, señala a Venezuela como uno de los países con mayor desarrollo social, cumpliendo de esta manera con parte de las Metas del Milenio.

En el 67 aniversario del crimen contra Hiroshima y Nagasaki‏

Por Patricia Barba Ávila
“Sean capaces siempre de sentir, en lo más hondo, cualquier injusticia realizada contra cualquiera, en cualquier parte del mundo. Es la cualidad más linda del revolucionario.” Ernesto “Che” Guevara

Hoy se cumplen 67 años de un crimen de lesa humanidad todavía impune, como lo son cientos de actividades de una crueldad inaudita perpetradas por gobiernos como el norteamericano que por décadas se ha auto-publicitado como el paladín de la justicia y la democracia y se ha atribuido unilateralmente y con la complicidad de organismos como la ONU y la OEA, la facultad de vigilante del mundo, pese a que se cuentan por centenas de miles las víctimas de sus bombardeos, ataques e invasiones.
No cabe duda que vivimos en un mundo en el que los asesinos se pasean libremente como si fuesen próceres mientras miles de inocentes mueren y padecen cárcel, exilio y tortura. Vivimos en un mundo en el que los delitos son premiados y los valores como la ética y la integridad moral son castigados. Y es por este absurdo de absurdos, que el brutal bombardeo por órdenes de Harry Truman los días 6 y 9 de agosto de 1945, que provocaron la muerte en Hiroshima de 140,000 y en Nagasaki de 80,000 japoneses, permanece impune y sólo es citado como una efeméride más de las que difunden los medios como parte de su programación. Nada más, como quien anuncia, con congelada y robótica sonrisa, masacres, muerte e infortunio en noticieros transformados en shows mercadotécnicos.
Y como si este crimen de crímenes no hubiese originado suficiente sufrimiento, décadas después todavía seguían falleciendo seres humanos de leucemia y otras modalidades de cáncer debido a las radiaciones emitidas por las bombas lanzadas contra esas dos ciudades japonesas. Adicionalmente, también han nacido niños con malformaciones como microcefalia entre otras.
Así, bajo la égida de los anti-valores como la codicia, la crueldad, la mentira y la manipulación, seguimos atestiguando la muerte y el sufrimiento de mineros, campesinos, indígenas y comunicadores valientes y honestos en un número alarmante tanto en México como en otros países hermanos. No sólo llevamos registrados en nuestro país más de 60,000 muertos como resultado de una guerra que el gobierno calderonista ha publicitado como “combate al crimen organizado” cuando en realidad ha sido dirigida contra la población en el marco del Plan Mérida, sino que virtualmente todos los días, a lo largo y ancho de nuestra nación, nos enteramos del deceso de decenas de trabajadores de las minas de carbón, además del fallecimiento por hambre y enfermedades curables de cientos de hermanos en las comunidades indígenas, que se suman al asesinato y represión de decenas de periodistas, mientras que el cartel delictivo disfrazado de gobierno mexicano continúa promoviendo su imagen y disfrutando de una vida palaciega en total impunidad.
Ni la ONU, ni la OEA, ni la OIT ni la OMS, entre otras organizaciones, han podido o querido solucionar esta situación generalizada y masiva de permanente violación del mismísimo derecho a la vida, ya que su propia existencia depende de los millonarios subsidios que la clase gobernante de los países miembros les destinan para “parecer” que actúan y se preocupan, porque justamente de eso se trata: de apariencias; de simular que se protege y respeta los derechos humanos…sólo parecer. Así pues, se crea comisiones, procuradurías, etc, que sólo engrosan una burocracia onerosa e inútil mientras que los presupuestos para la salud, la educación, la vivienda son reducidos por órdenes de una entidad creada supuestamente para apoyar la economía de las naciones: el Fondo Monetario Internacional, llamado con toda razón “el Fondo Más Infame”. Esta situación brutal prevalece lo mismo en las naciones del “tercer mundo” que en las mal llamadas del “primer mundo” como los E.U. e Inglaterra.
Hoy como ayer, los dictadores y criminales son apoyados por el cartel financiero internacional mientras que los gobiernos democráticamente electos son atacados mediante actividades desestabilizadoras o golpes de estado, como ha sido el caso de Guatemala, Chile, Argentina, México, Honduras, etc., a contrapelo de lo que sucede con sujetos acusados de crímenes de lesa humanidad como Ernesto Zedillo y Felipe Calderón, a quienes se les recibe con bombo y platillo en el vecino país. No es de extrañar, por tanto, que bajo el dominio de los poderes fácticos y cabilderos que controlan tanto el Congreso como la Casa Blanca, ocurran hechos terribles como asesinatos en escuelas y salas de cine perpetrados por adolescentes, jóvenes y ex miembros del ejército enloquecidos por el salvajismo que viven en las invasiones y ataques a naciones cuyo único pecado es su aspiración a la soberanía.
Somos testigos también del encarcelamiento y tortura al que están siendo sometidos Bradley Manning, Oscar López Rivera, los Cinco Cubanos, Mumia Abu-Jamal, etc., y la persecución infame de ciudadanos respetables y respetados como Julian Assange, Lucía Morett, Lydia Cacho, entre otros, mientras que asesinos y delincuentes como George W. Bush, Tony Blair, José María Aznar, Silvio Berlusconi, Carlos Salinas, por nombrar sólo algunos, disfrutan de las fortunas derivadas de la sangre y sufrimiento de sus víctimas.
Sí, sin duda alguna, el mundo está al revés y está en manos de los pueblos su enderezamiento para construir una sociedad de naciones hermanadas por la solidaridad, el respeto y la igualdad entre todos sus miembros. Ahora, en que la potencia de las bombas de hidrógeno es 100 veces mayor a la de las lanzadas contra Hiroshima y Nagasaki, es que la resistencia pacífica pero firme de los ciudadanos en el planeta, logre terminar con la crisis económica, moral y política que padecemos antes de que nuestra destrucción sea inevitable.
Los pueblos que no aprenden de su historia, están condenados a repetirla.