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Muertos de Putis descansan en paz pero falta hallar a los responsables







Foto: CNR
:: Anuncian reparaciones individuales a partir de año 2010



Putis-Ayacucho, 30/08/2009 (CNR) -- Los restos de los 92 féretros que contienen a los comuneros masacrados en la comunidad campesina de Putis, en diciembre de 1984, fueron por fin enterrados ayer, entre llantos de madres, viudas, huérfanos, cientos de deudos que llegaron hasta ese paraje olvidado de la puna ayacuchana, donde el Estado, 25 años después, parece nunca haber llegado.

El canto melancólico del arpa, el violín y los saxos acompañaron el recorrido fúnebre de los 92 ataúdes blancos que descendieron del cerro, circundando la escarpada, para llegar hasta su última morada, en un camposanto dispuesto especialmente para la ocasión en la comunidad de Rodeo, capital del centro poblado de Putis.

Las ofrendas fueron lágrimas, miradas al límpido cielo del mediodía, plegarias en quechua, y también velas, flores y sonrisas, todo revestido de un aire ceremonioso, taciturno, mientras los ataúdes ingresaban a su última morada, unos nichos pequeños, de unos 90 centímetros de altura, dispuestos en tres filas, a las faldas del cerro.

Previamente, los homenajes del viernes concluyeron en el distrito de San José de Secce —escenario del último atentado narcoterrorista, el pasado 2 de agosto— donde por la tarde se hizo un recibimiento a los féretros en la plaza de Armas, justo frente al local del municipio, todavía derruido tras la arremetida subversiva.

Pero en el entierro de ayer no están todos. La Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) reporta 123 pobladores asesinados, pero hay testimonios que aseguran que el número de fallecidos superaría los 400.

Por lo pronto, de los 92 restos sepultados, 25 son reconocidos con nombre y apellido y 3 con apellido; los demás son restos no identificados, por lo que a los pies del ataúd figura sólo un código.

‘No sé mi edad’

Leonilda Corosoto, pobladora sobreviviente de la masacre, no recuerda qué edad tiene y tampoco sabe el paradero de su madre, desde el día que ocurrió la matanza. Denuncia que hasta hoy no encuentra apoyo del Estado. “De mí sola depende la chacra y los estudios de mis hijos”, relata en quechua.

El presidente de la comunidad campesina de Putis, Fidel Quicaña Gutiérrez, es también el único profesor de la única escuela que tiene el lugar, justo detrás de las fosas que los agentes del Ejército Peruano obligaron a cavar a los pobladores hace 25 años.

Quicaña informó que en el lugar donde se cavaron las fosas que el Ejército, con engaños, dijo que se harían piscigranjas, se levantará un monumento de homenaje a las víctimas, que estará listo para el 13 de diciembre del próximo año, al cumplirse el 26 aniversario del horror. La obra se hará, según dijo, por gestión del alcalde provincial de Huanta, Edwin Bustíos.

Nery Contreras y Victoria Fernández son dos de las casi 60 personas que habitan esta comunidad, en campamentos provisionales y chozas deslucidas, sin agua potable ni luz eléctrica. Ellas cuentan que si bien se ha hecho la exhumación de las fosas de la misma comunidad, faltan por encontrar otras, en poblados como Putaqa, Pampahuasi, Muyurqu, Mayupampa y Kisurimi, donde habría unas 5 fosas de las familias de Putis, con alrededor de 30 personas cada una.

La ceremonia de entierro estuvo repleta de discursos. El secretario ejecutivo de la Comisión Multisectorial de Alto Nivel (CMAN) de la Presidencia del Consejo de Ministros, Jesús Aliaga, anunció que a partir del próximo año se entregarán reparaciones individuales a los afectados por la violencia política, y Putis, al ser una de las poblaciones más vejadas, tendrá un trato prioritario.

El siguiente paso

El alcalde del centro poblado de Putis, Gerardo Fernández, agradeció en quechua, mientras el presidente de la Asociación de Afectados por la Violencia en Putis, Lorenzo Quispe, lamentó que pese a la paz que encuentran las almas de Putis, aún no informe de los responsables de la masacre.

De la misma opinión fue el director nacional de la organización Paz y Esperanza, Germán Vargas, quien emplazó a que el Ministerio Público haga las investigaciones para hallar a los autores de una de las más atroces matanzas de la guerra interna. “Hoy cerramos un capítulo importante, pero abrimos una puerta para alcanzar plenamente la justicia”.

Rafael Goto, del Consejo de Reparaciones, entregó tres certificados simbólicos de reparaciones colectivas. Fernando Carvalho, en representación del ex presidente de la CVR, Salomón Lerner, invocó a que el Museo de la Memoria no debería construirse sólo en Lima sino en otras provincias del país.

También hablaron Renol Pichardo, alcalde de San José de Secce, Edwin Bustíos, burgomaestre de Huanta, y Jhony Jurado, de la Coordinadora Nacional de Organizaciones Afectadas por la Violencia.

El viento helado de Putis rasguña las mejillas, pero ese frío no es suficiente para apagar la esperanza que desde ayer late en cada corazón de los hijos de este poblado, que aún reclaman justicia.

Tito Jiménez- Enviado especial

ONU declara a Evo Morales "Héroe Mundial de la Madre Tierra"

La organización mundial consideró al mandatario boliviano el máximo exponente del amor a la Pachamama. También se distinguió a Fidel Castro, que fue nombrado “Héroe Mundial de la Solidaridad”, y al presidente difunto de Tanzania, Julius Nyerere, nominado “Héroe Mundial de la Justicia Social”.

La Asamblea General de las Naciones Unidas nombró hoy al presidente de Bolivia, Evo Morales, “Héroe Mundial de la Madre Tierra” por considerarlo máximo exponente y paradigma del amor a la Pachamama, palabra aymara que significa “madre tierra”.

La distinción fue entregada por el presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), el nicaragüense Miguel D’Escoto, quien señaló que el primer presidente indígena de Bolivia fue distinguido junto a otros dos líderes del mundo que encarnan valores dignos.

Morales comparte la distinción con el líder histórico de la revolución cubana, Fidel Castro, que fue nombrado “Héroe Mundial de la Solidaridad”, y con el presidente difunto de Tanzania, Julius Nyerere, nominado “Héroe Mundial de la Justicia Social”.

“Reconociendo que el máximo exponente y paradigma de amor a la madre tierra en este mundo es el presidente Evo Morales, constructor de la nueva hermana república plurinacional de Bolivia e insigne luchador por la verdadera democracia y paz”, señala la resolución de la ONU.

Morales, por su parte, señaló que el reconocimiento es para los pueblos originarios y sus antepasados, que siempre defendieron los derechos del planeta Tierra.

“Gracias al padre Miguel D’Escoto por su visita, a su esfuerzo para traer un reconocimiento. No es un reconocimiento a Evo Morales, es un reconocimiento a nuestros antepasados, a pueblos originarios antes de la colonia, durante la colonia, durante la república. Siempre nuestros hermanos han defendido la Madre Tierra”, dijo.

El mandatario aseguró que la experiencia de Bolivia al plantear “vivir en armonía con la defensa de la Madre Tierra”, tiene repercusión a nivel internacional y es un reconocimiento a los antepasados.

“Esas comunidades donde no hay egoísmo, en esas comunidades donde no hay individualismo, en esas comunidades donde no hay ambición. Saludo las palabras del padre cuando dice que hay que recuperar las vivencias en comunidad, esas vivencias de los pueblos indígenas originarios”, agregó.

Morales logró el pasado 22 de abril que la ONU declare esa fecha como Día Internacional de la Madre Tierra, y que la comunidad internacional se sume a la devoción y el respeto milenario de los pueblos andinos por la Pachamama.

Honduras: CANCILLERES DEL SICA EXIGEN RESTITUCIÓN INMEDIATA DEL PRESIDENTE ZELAYA

Lunes 31-ago, en la OEA - Atención!!! HONDURAS

San José.- Los cancilleres del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) reunidos este jueves en San José, hicieron público un Comunicado Conjunto en el que reiteran “el total e incondicional apoyo de sus gobiernos, al restablecimiento inmediato del orden constitucional en Honduras, que conlleva a la restitución del Presidente José Manuel Zelaya Rosales”.

El texto del documento es el siguiente:

COMUNICADO CONJUNTO

Los Ministros de Relaciones Exteriores del Sistema de la Integración Centroamericana o sus representantes, reunidos en Costa Rica el 27 de agosto de 2009,


Tomando en cuenta

La Declaración Especial sobre la Situación en Honduras del Consejo de Ministros de Relaciones Exteriores del SICA, de 28 de junio del presente año; La Declaración Especial de los Jefes de Estado y de Gobierno del SICA sobre las Medidas Políticas Inmediatas a ser Tomadas ante la Situación en Honduras, adoptada el 29 de junio de 2009; la Resolución CP/RES.953 (1700/09) del Consejo Permanente de la OEA sobre la Situación Actual de Honduras; la Resolución de la Asamblea General de la ONU sobre la Situación Actual en Honduras: Quebrantamiento de la Democracia; la Declaración de los Jefes de Estado y de Gobierno del Grupo de Rio a favor de la restitución del orden constitucional, el estado de derecho y las autoridades legalmente constituidas, en la República de Honduras; el “Acuerdo de San José para la Reconciliación Nacional y el Fortalecimiento de la Democracia en Honduras” del 2 de julio de 2009; el Informe de Observaciones Preliminares de la Visita a Honduras de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, de 21 de agosto de 2009 y la Declaración de la Comisión de Cancilleres de la OEA que visitó Honduras de 25 de agosto de 2009.

ACUERDAN

1. Reiterar el total e incondicional apoyo de sus gobiernos, al restablecimiento inmediato del orden constitucional en Honduras, que conlleva a la restitución del Presidente José Manuel Zelaya Rosales.

2. Apoyar la convocatoria a la Sesión Especial del Consejo Permanente de la OEA, a celebrarse el próximo lunes 31 de agosto de 2009, con el fin de que este organismo formule nuevas propuestas y acciones tendientes a restablecer el orden constitucional en Honduras y reiterar que no se reconocerá ningún gobierno que surja de esta ruptura constitucional.

Unasur: halcones, timoratos/as y revolucionarios

Por: Carlos Aznárez

Realmente es un gran avance esto de poder ver en directo las grandes cumbres de nuestros presidentes latinoamericanos. Permite observarlos tal cual son, expuestos, con sus grandezas, que las hay, y sus defecciones, que no sobran.

Lo visto y oído en la Cumbre de Unasur en Bariloche es un indudable ejemplo de ello.

Los bloques perfectamente delimitados dentro de lo que se muestra (y en algunos aspectos lo es, por lo menos en su gran mayoría), como la unidad de los que gobiernan en el sur del continente.

Allí está el discurso autoritario de Uribe Vélez, el hombre de la parapolitica, el generador del militarismo ilegal que proviene desde la época en que fundara las “Convivir”, semilla de lo que luego fueron (y aún son) las Autodefensas de Colombia, que tanto terror y muerte sembraron en el país. Se queja Uribe en Bariloche de que los demás presidentes no lo comprenden en su lucha contra el narcotráfico y el “terrorismo”. Precisamente él, que pactó con los grandes carteles colombianos, la inclusión de gobernadores, alcaldes, diputados y concejales que responden directamente a las indicaciones de los narcos. Gimotea Uribe compasión a sus colegas de Unasur, diciéndoles que las bases gringas son necesarias para terminar con ese flagelo y el de la guerrilla, y como si fuera un mago de circo de pueblo, advierte muy suelto de cuerpo: “necesitamos ese apoyo para terminar con quienes nos han asesinado líderes sindicales”. Lo dice sin pestañar, sabiendo mejor que nadie que esos dirigentes del pueblo fueron ejecutados por su propio ejército, legal o ilegal, qué mas da.

“Con esta situación de inestabilidad, producto de los asesinatos de los terroristas, los que más sufren son los pobres”, dice el mandamás, apuntalado por su canciller Bermudez (otro que debe el cargo a la parapolítica), y no explica por qué son los pobres de toda Colombia los que le reclaman a gritos que no insista con su política de hambre y terror, por qué son los indígenas de los cuatro puntos del país que marchan una y otra vez en mingas de resistencia exigiendo paz sin cementerios, sin desforestación, sin trasnacionales que les arrasan sus tierras ancestrales, sin motosierras ni pelotones de fusilamientos.

Pero es lógico, Uribe fue a Bariloche a jugar un rol y lo cumplió desde la A a la Z, ayudado por otro genocida regional, obeso e insolente. También se dio el lujo de que lo escuchen reivindicar las bases injerencistas de EEUU y sus ironías contra el discurso demoledor pronunciado por Hugo Chávez en el mismo recinto. García tiene a su cuenta las masacres de los penales de Lurigancho, del Frontón y recientemente la del Bagua amazónico, pero como es un “demócrata” (palabra mentirosa que se usa últimamente para disfrazar las peores atrocidades contra los pueblos), tiene luz verde y la usa a discreción. Sin embargo, como todo energúmeno que lleva una camisa negra debajo de su traje de alpaca, se pasa de la raya y quiere quedar tan bien con el amo y con los patrones del amo, que pisa el cordón del ridículo al querer convencer al auditorio de que “Uribe es un gran patriota latinoamericano”, de la talla de Santander.

En esas dos intervenciones del tandem Uribe-García quedó graficado el bloque de los halcones, de quienes rinden pleitesía a Washington y sus directrices, pero también a sus propias oligarquías criollas, que cada tanto, cuando no actúan con la ferocidad que les piden, les propinan un buen tirón de orejas y les amenazan con reemplazarlos por otros como ellos pero menos desgastados.

En realidad, estos halcones eran lo más usual en años anteriores, cuando no existía Unasur ni la Cumbre de Río, pero sobraba con la OEA que un día lejano expulsó de su seno a la Isla de la dignidad y en cuyo recinto, discursos como los de los presidentes de Colombia y Perú, eran moneda corriente.

Ahora, las cosas han cambiado, y esto es lo que siempre hay que tener en cuenta a la hora de hacer balances, para no caer en el derrotismo y seguir embistiendo contra el enemigo principal. Hagamos memoria, y pensemos: ¿cuándo pudimos ver en un foro como el de Bariloche, a un presidente como Hugo Chávez, que sin pelos en la lengua marcó a fuego a las apetencias imperiales citando precisamente un documento del propio gobierno estadounidense, más precisamente el “Libro Blanco del Comando de Movilidad Aérea y Estrategia Global de Bases de Apoyo”. Ese paper al que no han necesitado guardar en secreto, por propia prepotencia, y en el que se explicita la estrategia militar intervencionista de tal forma, que hasta los mandatarios más anodinos de la región tuvieron que abrir la boca sorprendidos y aceptar que la cosa viene brava.
“Palanquero”, dijo Chávez y describió el rol que va a jugar esa base militar yanqui (a la que Uribe no califica de tal) para desde allí amenazar la seguridad de la región. El documento no miente, al decir que es una “localidad de seguridad de cooperación”. Según el Comando Sur, partiendo de Palanquero, aviones de gran alcance y poder destructivo (incluso con capacidad de invisibilizarse) podrán cubrir toda la región, exceptuando algunas zonas en Chile y Argentina.

Siguiendo el hilo de lo que estaba mostrando como evidencia, Chávez sentenció, con lógica, que esta actividad imperial no va sólo contra el narcotráfico (cómo podría ir si los que la amparan son los propios presidentes del narco) ni la insurgencia, sino que es parte del proyecto estadounidense para salvar su propia existencia en función de lo que han hecho siempre: apoderarse de las riquezas naturales de todos los países que controlan.

Con el mismo énfasis y similar coherencia, hablaron luego Rafael Correa y Evo Morales, los que a esta altura pudieran ser calificados como los tres mosqueteros de la dignidad latinoamericana en esa reunión patagónica. Y aquí vale un paréntesis: cuando se tiene claro hacia dónde se marcha en cuestiones de política continental, y a la vez se cuenta con la suficiente audacia y valentía para no amilanarse ante los poderosos, el resultado es un discurso como el de estos tres mandatarios. Con un Correa discutiéndole a Uribe en su propia cara (con luz y taquígrafos) si realmente las FARC son, como él afirma, terroristas o no. Y aclaró: “cuando los colombianos venían por miles, a refugiarse en mi país, se decía que eran fuerzas insurgentes, y ahora se dice que son terroristas”, contestando a la prepotencia uribista que amonestaba tanto a Chávez como a Correa el hecho de considerar a la insurgencia una“fuerza beligerante·.

Mención aparte fue el discurso de Evo, que en el lenguaje llano y sencillo, con que hablan los pueblos originarios, contó al mundo lo que la presencia militar yanqui significó para los bolivianos y sobre todo para el campesinado cocalero. Dio ejemplos propios, contó actuaciones intervensionistas, explicó cómo a los propios hombres y mujeres de su organización sindical les habían asesinado, torturado, detenido, demonizado (“por rojos y comunistas”) estos sujetos que para el presidente Uribe son necesarios para garantizar su gobernabilidad.

Pero como el escenario abarca mucho más que a halcones y revolucionarios, después la audiencia televisiva o radial tuvo que enterarse los matices del otro gran bloque regional. El de los que no son ni una cosa ni otra. O mejor dicho, a veces son anodinos, otras, pisan la raya de la transgresión y hasta parece que se embanderan con los revolucionarios, y en la mayoría de las ocasiones, destilan tal mediocridad en sus discursos y accionar, que se convierten en funcionales de los halcones, o mejor dicho, de los titiriteros de estos últimos.

Claro que hay matices, y vale la pena empezar por los más peligrosos en sus estrategias zigzagueantes. ¿Les suena Lula?. ¿Observaron su rostro en Bariloche, sus gestos de enfado con el presidente Correa, o bajar la vista cuando Chávez lo convocaba a unirse al pelotón de los más airados? ¿Escucharon sus desplantes, su impaciencia por irse de alli, porque, claro, la TV lo estaba exponiendo tal cual es, y tal cual lo sufren los campesinos sin tierra de Brasil, o quienes pelean contra la destrucción del medioambiente, o se hacinan en las favelas de la muerte agobiados por la miseria? Desde hace rato, Lula aboga –compite, es la palabra justa- por ser la referencia regional que ensombrezca la gestión de un Hugo Chavez, por ejemplo (aunque por razones de Estado y necesidad de no quebrar la necesaria unidad por la que se aboga, el gobernante venezolano jamás lo va a confesar), Lula hace actuar a Brasil y sus propias multinacionales como Petrobras, en innumerables oportunidades, como un subimperio, y en ese sentido, si tiene que pactar negocios con el imperio (como el de los agrocombustibles) en contra de lo que marca el sentir general de la región, no le tiembla el pulso. Y en esta jornada de Bariloche, Lula jugó mal para el concierto de unidad latinoamericana, actuó ladinamente, detractando a los que quieren cambios en serio, sumando puntos a la canasta de Uribe, dejando en claro que a él le importa tres cominos lo que con tanta paciencia relató Chávez sobre el Comando Sur. Y vaya que le debería importar (y nos consta que a muchos militares brasileños sí les preocupa) porque entre los territorios codiciados por Washington está nada menos que la Amazonia. Lula quiso dejar en ridículo al bloque revolucionario con sus airadas manifestaciones de fastidio, pero finalmente tuvo que incluir su firma en el manifiesto final, que no tuvo –lamentablemente- el tono de radical condena a las bases que exigen las circunstancias.

Dijimos Lula, y también decimos Bachelet. La mujer de hierro contra los mapuches, la que manda los carabineros para asesinar a los comuneros de ese pueblo originario, la que hace encarcelar a los que luchan por sus tierras. Esa misma que hizo apalear a los estudiantes secundarios y universitarios (los famosos pingüinos) o a los obreros levantiscos. Bachelet, la falsa componedora, que abogó en Bariloche (como lo hace en casi todos los foros en que participa) por que los asesinos se amiguen con los que defienden a los pueblos del continente. Discurso hueco, hipócrita, y por lo tanto poco creible, y sumamente desechable.

Y luego están los otros, suficientemente mezclados como para confundir aún más al respetable público: Lugo, el ex sacerdote que juraba dar la vida por el campesinado al que hoy le sigue negando la reforma agraria, y cada tanto autoriza a sus gendarmes para que los apaleen si reclaman tierra y libertad, el jefe de Estado que ha firmado pactos con Uribe para cooperación policial en la lucha contra el narcotráfico, y con el Alba, coalición que integra, para no quedarse fuera de juego en el reparto económico solidario. Lugo, que también quiso oficiar de componedor de lo que no se puede componer, y en su afán de quedar bien con Dios y con el diablo, patinó hacia la nada, desaprovechando la oportunidad de enrolarse en la fila de los que defienden la soberanía de este continente sin cortapisas.

De Tabaré poco y nada se puede decir. Tuvo un acierto, al mencionar Malvinas como ejemplo (algo que también hizo Cristina Fernández), y en condenar las bases, pero su discurso pacifista sonó tan hueco y carente de realidad que, como viene ocurriendo en todo su mandato, quedó sumamente expuesto como el color gris de su traje habitual. Y para colmo, cuando las papas quemaban, y el bando de los halcones arreciaba en sus ataques contra el trio Chávez-Correa-Morales, decidió marcharse anticipadamente, argumentando una excusa baladí (que tenía que inaugurar un instituto contra el cáncer cuyos fondos provienen precisamente de la revolución bolivariana a la que no tuvo el coraje de defender ni estas circunstancias tan álgidas). No sea que se comprometiera demasiado, él, que firmó con los gringos un TLC llamado TIFA o recibió con toda pompa a mister Bush mientras los pueblos del continente y también el uruguayo, lo repudiaban en las calles, o le dio todo el poder a Botnia para contaminar a su gusto las aguas uruguayas y argentinas. Se fue rápido Tabaré y ni siquiera se notó su ausencia.

Cristina Fernández es un capítulo aparte, o un cuarto bloque si se quiere. Lo es la política exterior argentina, que está llena de luces y sombras. Un día, abrazos con Chávez, Correa y Evo, lo que es de aplaudir, y otro, alianza con el discurso imperial en condenar a Irán (por ostensible presión sionista) o reivindicar (otra vez) el retorno al seno del FMI. Y en politica interna, acaba de enviar al Parlamento una ley imprescindible para recuperar el espacio radioléctrico y ponerlo al servicio de la sociedad civil y no de los holdings empresarios como actualmente ocurre.
Con el tema Colombia, Argentina, el gobierno argentino ha jugado correctamente en cuanto a respaldar las gestiones de Piedad Córdoba durante los contactos con las FARC por el intercambio de rehenes, pero desbarranca en igualar, repetidamente en sus discursos, a los asesinos del paramilitarismo con los revolucionarios insurgentes. En Bariloche, Cristina empezó con buen pie, y se sumó al discurso condenatorio de las bases, incluso dando por oficial y creíble el documento del Comando Sur, ante la bravata de un Alan García que lo minimizaba para atacar por elevación a Chávez. Sin embargo, al final, se sumó al sermón “bachelista” de tratar de componer lo incomponible, más preocupada por los tonos de voz y las palabras que se cruzaban los mandatarios, que por el contenido de la discusión. No obstante, de todas y todos los que podríamos encuadrar en el tercer bloque, la presidenta argentina mantuvo el discurso menos hipócrita, lo que no es poco en estas circunstancias, y por eso la colocamos al margen de los tres grupos anteriores.

En fin, Unasur mostró lo que son todos y cada uno de quienes gobiernan este territorio que hoy es tan apetecible a los generales del Pentágono. A diferencia de lo que ocurría hasta ahora, se pudo ver lo que antes se ocultaba y manipulaba. Ese es, un importante avance, sobre todo porque nos permite evaluar posiciones y no esperar que nos la cuente la patria mediática manipuladora.

El resultado de la reunión es un tibio manifiesto, que muestra que la unidad se salva pero que no tiene la consistencia que necesita la difícil hora que vive el continente, en que como bien dice Hugo Chávez, están soplando vientos de guerra, mientras Fidel, el sabio y combatiente, advierte el peligros de las ambiciones desenfrenadas del imperialismo.

Para muchos presidentes y presidentas de la región, el problema no parece tan importante, hay una actitud irritante de “finalmente esto no va con nosotros, son cosas de Chávez”. De alli, que la prensa y el establishment uribista (el de Colombia o el de Argentina, qué mas da) festeje el resultado final de la contienda de Bariloche y en algún articulo se insinúe que esto le permitirá ser reelegido al actual habitante del Palacio Nariño.

Para los pueblos, para quienes pelean a diario contra la prepotencia económica de las trasnacionales y la militarización de la región por parte de EEUU o sus cómplices locales, quedó claro lo que pasó en Bariloche y no tienen dudas en qué lugar de la foto colocarse: bien, pero bien lejos de los halcones y los timoratos. Si se quiere cambiar en serio, el único camino es el de quienes les plantan cara al imperialismo, aunque las consecuencias de ese digno gesto cause sacrificios y no pocos dolores en el cuerpo y en el alma. La resistencia del pueblo hondureño, que ya cumplió dos meses de acciones contra el golpismo, es un ejemplo de esto mismo.