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MUERTES MATERNAS:CUANDO LA SALUD DEJA DE SER UN DERECHO

SEMLAC -SERVICIO DE NOTICIAS DE LA MUJER DE LATINOAMÉRICA EL CARIBE.
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En los medios rurales pobres e indígenas del Perú, el 45 por ciento de mujeres mueren en los 60 días siguientes de haber dado a luz, mientras que las mujeres embarazadas fallecen debido a distintos factores que el gobierno debería contemplar, como falta de acceso a atención obstétrica de urgencia, falta de información sobre salud materna y personal del servicio de salud que conozca y hable en lengua indígena.

Estos son solo algunas de las novedades que trae el informe "Deficiencias fatales. Las barreras a la salud materna en Perú", que Amnistía Internacional dio a conocer el 5 de julio.

El documento analiza los elevados niveles de mortalidad materna y evalúa el impacto de las últimas políticas adoptadas por el gobierno para hacer frente a esta problemática.

Silvia Loli, directora ejecutiva de Amnistía Internacional en Perú, dijo a SEMlac que más allá de las acciones que viene realizando el Estado, las cifras sobre morbi-mortalidad materna casi no se han movido en los últimos años.

"Y estamos hablando de un problema serio porque no son solamente números, son personas y hay un conjunto de sus derechos como el derecho a la vida y a la no discriminación que están siendo violentados", remarcó.

En Perú, el índice de mortalidad materna es uno de los más altos de América Latina, según datos oficiales, mueren 185 mujeres por cada 100.000 nacidos vivos, pero de acuerdo a las Naciones Unidas el número es aún mayor, 240 por cada 100.000 nacidos vivos.

Según el informe, la mayoría de las muertes son de mujeres del medio rural, pobres e indígenas que mueren por descuido real, por causas prevenibles.

"Esa es una preocupación porque obviamente hay una situación de discriminación en el acceso a la salud como derecho y por lo tanto a la igualdad y a la identidad cultural", señaló Loli.

"Hemos recomendando que el Estado, conociendo los lugares de mayor mortalidad materna, haga una inversión especial en espacios de atención de las emergencias obstétricas las 24 horas del día, con personal entrenado a los que se le respeten sus derechos, muchos de los servidores de salud tienen una precaria calidad laboral, algunos viven dentro de la propia posta de salud", explicó.

El estado peruano en la Conferencia Internacional de Población y Desarrollo de El Cairo (1994), se comprometió a reducir en tres cuartas partes la mortalidad materna para el 2015 y "ahora en el nuevo plan señala que va a reducir en un 25 por ciento, es decir se está poniendo metas mucho mas discretas, lo que supone que la inversión publica no va a ser muy grande", lamento Loli.

El Ministerio de Salud (MINSA) en el mes de mayo presentó el Plan Estratégico Nacional para la Reducción de la Mortalidad Materna Perinatal 2009-2015, que tiene como fin impulsar y otorgar integralidad a las acciones dirigidas a la reducción de la mortalidad materna y perinatal en el Perú.

En esa oportunidad el jefe de gabinete de asesores del MINSA, Fernando Campos Alcázar, destacó que este instrumento fortalecerá aún más los objetivos del milenio fijados por el Estado al 2015, que es la reducción de las tasas de mortalidad materna a 66 por 100 nacidos vivos, y la de mortalidad perinatal a 16 en la misma proporción.

En esa presentación, la encargada de la Estrategia de Salud Sexual y Reproductiva, Lucy Del Carpio, explicó que las principales causas de muerta materna perinatal son la hemorragia (41%), seguido por la toxemia (19%), infección (6%), aborto (6%), parto obstruido (1%) y otros motivos (25%).

De momento, no ha habido reacción ni de esta dependencia ni de ninguna otra autoridad del Ministerio de Salud sobre las cifras y cuestionamientos del informe. SEMlac trató infructuosamente de entrevistar a alguna autoridad del sector pero la respuesta fue que la prioridad actual es atender la emergencia de la gripe A/H1N1.

EL OCASO DE ESTADOS UNIDOS Y SU MODELO

La política básica en las grandes empresas de Estados Unidos es como la matriz de la globalización: a) maximizar las ganancias con fábricas en el extranjero o importar partes para evitar el costo de empleados y proveedores nacionales. b) bajar aranceles para no gravar las ganancias de las empresas que importan sus propios productos. c) estimular sin descanso el consumo inmediato – adentro y afuera- para vender más y ganar más. d) apoyar y subsidiar esas políticas en todo el mundo. Son políticas que no toman en cuenta el ingreso del consumidor y se ocupan sólo de la ganancia de empresas que ya son apátridas.

Esa política destruyó el ahorro, redujo la infraestructura industrial y provocó una desocupación. Esos desempleados dejaron su área de competencia y fueron absorbidos, en condiciones precarias, por empresas de servicios. Se hablo entonces de una sociedad post-industrial como si fuera un progreso; total, los servicios son intangibles y algo nebulosos, muchos no requieren conocimientos, basta poder vender algo, como “productos” financieros.

La crisis real no son los millones de millones (trillions) en valores que se hicieron humo. Esas eran cifras aparentes: cotizaciones en bolsa, trampas contables o pirámides financieras, que son las ganancias típicas del sistema. La crisis real es el creciente desempleo y el empleo precario; la del norteamericano abrumado por deudas, que ya no puede comprar más y perderá su casa. Los ricos estafadores de Wall Street y Londres están bien y todo el mundo político se ocupa de su prosperidad, pero los ricos no bastan para mantener el nivel de consumo.

La baja del consumo implica disminución de importaciones. El gran mercado de Estados Unidos, cuyo encanto sedujo con TLCs a los gobernantes de algunos países latinoamericanos y a otros tontos más lejanos, no existe más; se perdió apostándole a la “Economía de la Oferta”, en el Casino Financiero de Wall Street.