SPAN.firstcap { font-size:250%; font-weight:bold; color:#000000; float:left; line-height:30px; width:0.75em; }

CARTA DE EVO MORALES A LOS PUEBLOS INDÍGENAS DEL MUNDO


 COMO SEGUIMIENTO A LOS ACUERDOS  DE LA CONFERENCIA MUNDIAL DE LOS PUEBLOS SOBRE CAMBIO CLIMÁTICO Y LOS DERECHOS DE LA MADRE TIERRA, EL PRESIDENTE DEL ESTADO PLURINACIONAL DE BOLIVIA EVO MORALES AYMA HACE UN LLAMADO MUNDIAL PARA NO DEJARSE SORPRENDER POR LOS CANTOS DE SIRENA DE LOS PAÍSES CAPITALISTAS QUE PRETENDEN COMERCIALIZAR NUESTROS BOSQUES.
VER   =====     http://www.cmpcc.org/
La naturaleza, los bosques y los pueblos indígenas no estamos en venta.
Hermanos indígenas del mundo: Estoy profundamente preocupado porque se pretende utilizar a algunos dirigentes y grupos indígenas para promover la mercantilización de la naturaleza y en particular de los bosques a través de la creación del mecanismo REDD (Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación) y sus versiones REDD+ y REED++.

Cada día desaparece en el mundo una extensión de bosques y selva equivalente a 36.000 canchas de fútbol. Cada año se pierden 13 millones de hectáreas de bosques y selva. A este ritmo, los bosques desaparecerán antes de fines de siglo.
Los bosques y la selva son la mayor fuente de biodiversidad. Si continúa la deforestación, miles de especies animales y vegetales se perderán para siempre. Más de tres cuartas partes del agua dulce accesible vienen de zonas de captación en bosques, de ahí que la calidad del agua empeora cuando la condición del bosque se deteriora, Los bosques constituyen una protección ante inundaciones, erosiones y desastres naturales. Proveen bienes no maderables y maderables. Los bosques son una fuente de medicinas naturales y elementos de curación aun no descubiertos. Los bosques y la selva son los pulmones de la atmósfera. El 18% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero que se producen en el mundo son provocados por la deforestación.
Es fundamental detener esta destrucción de nuestra Madre Tierra.
Actualmente, en las negociaciones de cambio climático todos reconocen que es esencial evitar la deforestación y degradación de los bosques. 
Sin embargo, para lograrlo, algunos proponen mercantilizar los bosques con el falso argumento de que sólo se cuida y conserva aquello que tiene precio y propietario.
Su propuesta es tomar en cuenta sólo una de las funciones de  los bosques, que es su capacidad de absorción de dióxido de carbono, y emitir “certificados”, “bonos” o “derechos de carbono” que se comercialicen en un mercado de carbono. De esta forma, las empresas del Norte podrán optar entre hacer reducciones de emisiones en sus países o comprar “certificados REDD” en países del Sur según su conveniencia económica.
Por ejemplo, si una empresa tiene que invertir 40 ó 50 dólares para reducir la emisión de una tonelada de C02 en un “país desarrollado”, preferirá comprar un “certificado REDD” por 10 ó 20 dólares en un “país en vías de desarrollo” para decir que ha cumplido con la reducción de emisiones de dicha tonelada de C02.
A través de este mecanismo los países desarrollados traspasarán su obligación de reducir sus emisiones a los países en vías de desarrollo, y el Sur una vez más volverá a financiar al Norte ya que esa empresa del Norte se ahorrará mucho dinero comprando “certificados” de carbono de bosques del Sur.
Pero no sólo harán trampa con sus compromisos de reducción de emisiones, sino que además darán inicio a la mercantilización de la naturaleza empezando por los bosques. Los bosques pasarán a tener precio por la cantidad de toneladas de C02 que son capaces de absorber. Los “bonos” o “derechos de carbono” que certifican esa capacidad de absorción serán vendidos y comprados como cualquier mercancía a nivel mundial.
Para asegurar que nadie afecte la propiedad de los compradores de “certificados REDD” se instaurarán una serie de restricciones que acabarán afectando el derecho soberano de los países y los pueblos indígenas sobre sus bosques y las selvas. Así comenzará una nueva etapa de privatización de la naturaleza nunca antes vista que se irá extendiendo al agua, la biodiversidad y lo que ellos denominan “servicios ambientales”.
Mientras nosotros afirmamos que el capitalismo es la causa del calentamiento global y de la destrucción de los bosques, la selva y la Madre Tierra, ellos buscan ahora expandir el capitalismo a la mercantilización de la naturaleza con el denominativo de “economía verde”.

Para conseguir el apoyo a esta propuesta de mercantilización de la naturaleza algunas entidades financieras, gobiernos, ONGs, fundaciones, “expertos” y empresas intermediarias están ofreciendo un porcentaje de los “beneficios” de esta mercantilización de la naturaleza a los pueblos indígenas y a las comunidades que viven en los bosques nativos y la selva.
La naturaleza, los bosques y los pueblos indígenas no estamos en venta.
Por siglos los pueblos Indígenas hemos vivido conservando y preservando los bosques nativos y la selva. Para nosotros los bosques y la selva no son objetos, no son cosas que uno puede poner precio y privatizar. No aceptamos que se reduzca a los bosques nativos y selvas a una simple cantidad mensurable de carbono. Tampoco aceptamos que se confunda los bosques nativos con simples plantaciones de una o dos especies de árboles. Los bosques son nuestro hogar, son la casa grande donde coexisten plantas, animales, agua, suelo, aire puro y seres humanos.
Es fundamental que todos los países del mundo trabajemos juntos para evitar la deforestación y degradación de los bosques y la selva. Es una obligación de los países desarrollados, y es parte de su deuda climática y ambiental, contribuir económicamente a la preservación de los bosques, pero NO a través de su mercantilización. Hay muchas formas de apoyar y financiar a los países en vías de desarrollo, a los pueblos indígenas y a las comunidades locales que contribuyen a la preservación de los bosques.
Los países desarrollados gastan decenas de veces más recursos públicos en la defensa, la seguridad y las guerras que en el cambio climático. Incluso durante la crisis financiera muchos han mantenido e incrementado sus gastos militares. No es admisible que aprovechando de las necesidades de las comunidades y las ambiciones de algunos dirigentes y “expertos” indígenas se pretenda involucrar a los pueblos indígenas en la mercantilización de la naturaleza.
Todo mecanismo de protección de los bosques y la selva debe garantizar los derechos y la participación indígena, pero no porque llegue a haber participación indígena en REDD podemos aceptar que se ponga precio y se negocie en un mercado mundial el carbono de los bosques y las selvas.
Hermanos indígenas, no nos dejemos confundir. Hay quienes nos dicen que el mecanismo de mercado de carbono en REDD será voluntario. Es decir que el que quiere podrá vender y comprar, y el que no lo desee se podrá marginar. Nosotros no podemos aceptar que con nuestro consentimiento se cree un mecanismo en el que voluntariamente unos vendan a la Madre Tierra mientras otros miran cruzados de manos.

Frente a estas visiones reduccionistas y mercantilistas de los bosques y la selva, los pueblos indígenas junto a los campesinos y movimientos sociales del mundo debemos luchar por las propuestas de la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra:
1) Manejo integral de los bosques nativos y la selva tomando en cuenta no sólo su función mitigadora de emisiones de CO2 sino todas sus funciones y potencialidades evitando confundirlos con simples plantaciones.
2) Respeto a la soberanía de los países en vías de desarrollo en la gestión integral de sus bosques.
3) Pleno cumplimiento de los derechos de los pueblos indígenas establecidos en la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, el Convenio 169 de la OIT y otros instrumentos internacionales; reconocimiento y respeto a sus territorios; revalorización y aplicación de los conocimientos indígenas para la preservación de los bosques; participación y gestión de los bosques y la selva por los pueblos indígenas.
4) Financiamiento de los países desarrollados a los países en vías de desarrollo y a los pueblos indígenas para el manejo integral de los bosques como parte de su deuda climática y ambiental. No establecimiento de ningún mecanismo de mercado de carbono o de “incentivos” que conlleve a la mercantilización de los bosques y selva.
5) Reconocimiento de los derechos de la Madre Tierra que comprende los bosques, la selva y todos sus componentes. Para restablecer la armonía con la Madre Tierra, el camino no es ponerle precio a la naturaleza sino reconocer que no sólo los seres humanos tenemos derecho a la vida y a reproducirnos, sino que también la naturaleza tiene derecho a la vida y a regenerarse, y que sin la Madre Tierra los seres humanos no podemos vivir.
Hermanos indígenas, junto a los hermanos campesinos y a los movimientos sociales del mundo, debemos movilizarnos para que las conclusiones de Cochabamba sean asumidas en Cancún y para impulsar un mecanismo de ACCIONES RELATIVAS A LOS BOSQUES basado en estos cinco principios, manteniendo siempre en alto la unidad de los pueblos indígenas y los principios de respeto a la Madre Tierra que por siglos hemos preservado y heredado de nuestros antepasados.

Domingo,07 de Noviembre del 2,010
En la página Web  http://www.cmpcc.org/ se publicó originalmente esta carta del Presidente Evo Morales el 6 de Octubre del 2,010.

Una mirada estratégica


Antonio Peredo Leigue
Noviembre 7, 2010

Hemos recibido ya dos tomos de la estrategia revolucionaria del Comandante Fidel Castro. Nos da importantes enseñanzas para las luchas emprendidas por nuestros pueblos, recorriendo otros caminos, con el propósito de llegar a las mismas metas, de cumplir los mismos objetivos. Es la estrategia que utilizó, primero, para enfrentar la ofensiva de las fuerzas batistianas y, después, inmediatamente después, lanzar la contraofensiva que lo llevó sin obstáculos, hasta el mismo Santiago de Cuba.

El 2 de diciembre de 1956, 83 guerrilleros desembarcaron en Los Cayuelos. Desde el primer momento fueron hostigados por la dictadura y sus fuerzas, en hombres y armas, se redujeron dramáticamente. Pero se hicieron fuertes en la Sierra Maestra y, en las ciudades, el Movimiento 26 de Julio muchas veces, sintió que las condiciones estaban dadas para iniciar una huelga general que derrocara a Fulgencio Batista. Lo plantearon más de una vez y, aunque Fidel no estaba conforme con la medida, tuvo que acceder. El resultado fue la derrota de la huelga, traicionada por los dirigentes de la CGT, la que además no encontró una respuesta vigorosa, como esperaban los militantes del M-26, por el temor a la represalia dictatorial.

Transcurría mayo de 1978. En la montaña, con escasas pero combativas fuerzas, la guerrilla había alcanzado un dominio casi total sobre la Sierra Maestra. Envalentonado por el fracaso de la huelga, el régimen ordenó una ofensiva para sacar a los guerrilleros de la Sierra y terminar con su resistencia. Pero, año y medio en el terreno, donde habían instalado una escuela y un hospital, una zapatería y una armería, una radio y hasta una pequeña editora de “El Rebelde”, hacía que los guerrilleros conocieran en detalle el terreno.

Fidel organizó la defensa dejando que avancen para entramparlos en los lugares que convenían. Desde tres frentes avanzaron las tropas de la dictadura y hubo un momento en que estuvieron nada más que a siete kilómetros de distancia entre sí; pero ese fue un trecho insalvable, porque allí estaban los pelotones de la guerrilla. La proporción de diez bajas del ejército a una de la rebelión, es insuficiente. Fue mucho mayor la diferencia y la tropa desorganizada de la dictadura tuvo que retirarse.

En ese momento, Fidel Castro pudo cantar victoria, afianzar su posición en todo el macizo de la Sierra Maestra y esperar los resultados del Segundo Frente, en la región de Guantánamo comandado por Raúl Castro.

Pero Fidel se puso a organizar la contraofensiva. Esta vez tenían que participar todas las fuerzas y, mediante mensajes escritos, se dirige a cada uno de los comandantes que están en otros lugares. De agosto a diciembre de 1958, no sólo que se hizo fuerte en la Sierra, ni esperó resultados del Segundo Frente, sino que inmediatamente ordenó la formación de dos columnas que entregó a Camilo Cienfuegos y Che Guevara quienes, en heroica campaña, recorrieron cientos de kilómetros para llegar a sus destinos, hostigados por la aviación enemiga. Fue la columna del Che que, en Santa Clara, en una audaz emboscada, destruyó el refuerzo enemigo y la dictadura se derrumbó. Ocurrió el 30 de diciembre de 1958. Al día siguiente, Fidel entraba triunfante en Santiago y, el 1 de enero de 1959, Batista huía del país y las fuerzas de la dictadura entregaban sus armas a los rebeldes.

La guerra es la continuación de la política, dice Clausewitz. Por lo tanto, las enseñanzas van en ambos sentidos. En este caso, las lecciones son extraordinarias. Si hemos ganado las elecciones y las consultas populares en siete oportunidades en un lapso de cuatro años, es porque conocíamos el terreno en que nos movíamos, al detalle. El enemigo debió entrar en ese terreno, de mala gana, pero confiado en que contaba con armas suficientes para vencernos. De nada le sirvieron esas armas. Hemos seguido emboscándolo de diverso modo. El siguiente paso es pasar a la contraofensiva.

Se trata, así lo muestra Fidel, de llevar a nuestros mejores cuadros con sus columnas fortalecidas en el combate, a los lugares donde el enemigo se cree dominante. No es cuestión de ganar una batalla y retirarse. Tenemos que alcanzar, definitivamente, la guerra en ese punto y asentarnos seriamente en el terreno. Un solo hombre, recorriendo esa vasta zona, donde el enemigo se ha hecho fuerte, es insuficiente.

Hay que tomar en cuenta el discurso de Fidel Castro, el 1 de enero de 1959, en Santiago de Cuba, advirtiendo al pueblo sobre los peligros que corría la Revolución en el momento de su triunfo. Decía Fidel: “Esta vez, por fortuna para Cuba, la Revolución llegará de verdad al poder. No será como en el ’95 que vinieron los americanos y se hicieron dueños de esto. Intervinieron a última hora y después ni siquiera dejaron entrar a Calixto García que había peleado durante 30 años, ni quisieron que entrara en Santiago de Cuba. No será como en el ’33 cuando el pueblo empezó a creer  que una Revolución se estaba haciendo, vino el señor Batista, traicionó la Revolución, se apoderó del poder e instauró una dictadura por once años. No será como en el ’44, año en que las multitudes se enardecieron creyendo que al fin el pueblo había llegado al poder, y los que llegaron al poder fueron los ladrones. Ni ladrones, ni traidores, ni intervencionistas. Esta vez sí que es la Revolución”.

Hay muchas cosas que aprender de ese proceso tan apretado, tan impaciente y, a la vez, tan sereno y meditado que llevó a cabo Fidel Castro y la guerrilla de la Sierra Maestra. Un lema que recorrió el continente en los años ’60, decía que los Andes será la Sierra Maestra de América Latina. Hagamos posible que, desde los Andes, baje hasta los llanos, el verdadero proceso de la revolución que encabeza el presidente Evo Morales.