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Golpe de Estado en Chile, 11 de septiembre de 1973

11 de septiembre (Chile)

La Fuerza Aerea bombardea La Moneda
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La Fuerza Aerea bombardea La Moneda

El 11 de septiembre de 1973 el Ejército Chileno abortaba con fuerza criminal la experiencia socialista del gobierno de la Unidad Popular encabezado por el presidente Salvador Allende, lo que implicó su muerte y la de miles de chilenos.

Este golpe de Estado significaría una experiencia inédita y el oscuro preludio de lo que hasta hoy seguiría haciendo Estados Unidos en el resto de América Latina.

A continuación, un breve recorrido por los mil días de gobierno socialista en Chile y los sucesos relacionados con el golpe de Estado del 11 de septiembre.

Unidad Popular para un Gobierno Popular

Era la consigna central y el imperativo básico que unió y movilizó a todos los sectores de izquierda y progresistas en el año 69 en Chile. Un amplio movimiento cultural se sumó a la campaña aportando creatividad y entusiasmo. Surgieron así las brigadas muralistas, de teatro, canto y las más variadas expresiones del arte que participaron activamente en la campaña.

La juventud, mayoritariamente asumió una posición de avanzada. Como decía Allende: "Ser joven y no ser revolucionario es hasta una contradicción casi biológica”.

La elaboración del programa de gobierno de la Unidad Popular quedó plasmado en el plan de las cuarenta medidas.

El 22 de Enero de 1970, la Unidad Popular proclamó como candidato único a la presidencia a Salvador Allende. Todo el tiempo y las fuerzas fueron dedicadas a la campaña: reuniones, mítines, salidas casa por casa, preparación de lienzos y pinturas; fue un quehacer permanente, que creció en intensidad a medida que se acercaba el 4 de Septiembre de ese año, día de las elecciones.

Para cerrar la campaña en Santiago se realizó una gran concentración en la Alameda (Avenida principal), con grandes marchas que convergían desde los cuatro puntos cardinales.

La Alameda era prácticamente un mar humano, desde Plaza Italia hasta Estación Central y también las calles aledañas, hasta que llegó la noche del 4 de Septiembre de 1970 y ganó el Chicho.

El primer intento fascista por detener la asunción de Allende al gobierno fue el asesinato del General René Schneider, hasta ese momento Comandante en Jefe del Ejército, un día antes de que se decidiera su mayoría en el Congreso. Fue ejecutado por un comando derechista que dirigía el general Roberto Vioux e inducido por los norteamericanos a fines de Octubre.

El 22 de octubre, día de la votación en el Congreso, fue tenso. Voto a voto de los parlamentarios se fue esclareciendo la ratificación de las elecciones del 4 de Septiembre.

Los resultados fueron 153 a favor de Salvador Allende, 35 en contra y 7 abstenciones. El pueblo lo celebró con alegría en todo el país.

Salvador Allende es el primer presidente marxista en la historia de la humanidad que llega al gobierno por las propias reglas institucionales del sistema burgués.

El Gobierno Popular

Y comenzó la historia del intento inédito, de avanzar en la construcción del Socialismo por la vía no armada. Se reanudaron las relaciones diplomáticas con todos los países socialistas. Especial significación tuvo el restablecimiento de las relaciones con Cuba, lo que ayudaba a romper el injusto bloqueo impuesto a la isla por EE.UU.

Se profundizó la Reforma Agraria, con la expropiación de tierras. El Gobierno Popular puso fin al latifundio en 1972 y se inició la nacionalización del cobre que culminó con la votación favorable en el Congreso, incluso de los partidos de la Derecha, lo que a su vez, indicaba lo justo de esa reivindicación histórica.

Comenzó la creación de la llamada área de propiedad social de la economía, con la expropiación, o más bien, la compra por parte del estado de las 100 principales empresas. También se nacionalizó la Banca privada, asestando un duro golpe a la oligarquía financiera. Este conjunto de medidas estructurales, revolucionaron al país.

La reacción fue brutal: se inició un bloqueo económico internacional por parte de EE.UU. con el congelamiento de las ventas del cobre en el exterior, mientras que en Chile, la reacción implementó el sabotaje interno, el acaparamiento de mercaderías, insumos y repuestos. Las campañas de prensa de desprestigio, los llamados y presiones de la derecha y el imperio a las Fuerzas Armadas (FF.AA.) para que asestaran un golpe de estado, fueron cada día de mayor intensidad.

En las elecciones parlamentarias de marzo de 1973, la UP obtuvo el 45% de los votos. Se hundió el tinglado urdido durante la campaña electoral por la oposición de derecha DC-PN que pretendía obtener los dos tercios en las cámaras para decretar la ilegitimidad del Gobierno de Allende.

No les quedaba otra opción que recurrir el golpe militar. Hicieron un intento en Junio del 73, el "Tanquetazo" que fracasó. Pero fue una demostración de a qué estaban dispuestos y también de la incapacidad de contrarrestar un golpe sin tener armas para defender al Gobierno Popular.

La intentona golpista sería el acicate para continuar con la subversión, el terror y todo tipo de maniobras desestabilizadoras.

El 29 de julio asesinaron al edecán de Allende, el comandante Araya Peters, a la vez que seguían las presiones contra los uniformados leales al Gobierno.

Las mujeres de algunos oficiales, en unión a los derechistas, protagonizaron una manifestación en contra de Carlos Prats, Comandante en Jefe del Ejército, logrando que el mismo renunciara a su cargo, nombrándose en su lugar a Augusto Pinochet, quien asume el 22 de agosto.

El Congreso, con mayoría demo-derechista, aprobó un voto que planteó la inconstitucionalidad del Gobierno Popular; ello le otorgó a los golpistas la legitimidad para el golpe de Estado.

La última manifestación de masas de la UP se realizó el 4 de Septiembre de 1973, al cumplirse tres años del triunfo electoral. Fue una maciza demostración de respaldo de los sectores populares con más de un millón de manifestantes. Diversas columnas de trabajadores, estudiantes y pueblo en general marcharon frente al Palacio Presidencial bajo la consigna "Apoyar, apoyar al Gobierno popular". La derecha y la DC minimizaron esa manifestación y siguieron con más fuerza su campaña de desestabilización del Gobierno Popular.

El 11 de septiembre de 1973

Los blindados asaltaron las calles de Santiago
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Los blindados asaltaron las calles de Santiago

En principio el golpe estaba planificado para el 15 ó 16 de septiembre con el fin de camuflar su preparación con la movilización de tropas de la tradicional parada militar del 19 de septiembre, aunque después se anticipó para el día 11. La reacción no podía permitir que Allende lanzara la convocatoria a un plebiscito nacional para dirimir la situación en la Universidad Técnica el día 11. Por ello los confabulados rápidamente se concertaron para adelantar la realización del golpe. El "Tanquetazo" les había servido de experiencia para el golpe definitivo. Tenía que ser rápido y cruento desde el inicio. Había que bombardear la Moneda si no se rendían antes.

El golpe comenzó de madrugada, con el alzamiento de la Armada. Luego se desencadenó en todo el territorio y en todas las direcciones una vorágine incontenible de golpes de mano del Ejército, la Armada, la Aviación y también Carabineros. Lo tenían todo planificado para dar un golpe avasallador y fulminante.

No hubo espacio ni tiempo para la maniobra. No se podía dejar que la UP se reorganizara y defendiera. Los planes de defensa del Gobierno Popular fueron absolutamente sobrepasados.


El zarpazo yanqui del golpe

La orden del golpe fue dada por Richard M. Nixon, secundada por Henry Kissinger. La preparación del golpe de estado en Chile y demás países latinoamericanos fue impartida desde la Escuela de las Américas instituida en 1946 con sede en Fort-Amador y transferida luego a Fort-Gullik en 1949 en la zona del Canal de Panamá y desde 1963 bajo el mando del comando Sur del Ejército de los Estados Unidos.

Por sus aulas pasaron oficiales y suboficiales de los ejércitos de la mayor parte de los países latinoamericanos. Permitió formar ideológica y militarmente a más de 45.000 oficiales de 22 países Latinoamericanos, en especial donde la subversión era considerada de primera magnitud, en particular Brasil, Uruguay, Argentina, Chile, Bolivia y Paraguay. Entre sus alumnos estuvieron los generales golpistas Viola y Videla (Argentina), Somoza (Nicaragua), Pinochet (Chile), Stroessner (Paraguay), Banzer (Bolivia), Melgar Castro (Honduras), Carlos Humberto Romero (El Salvador)


Cronología del DIA 11 SEPTIEMBRE DE 1973

6:00 Los barcos de la Armada, que habían zarpado el día anterior para participar de la Operación Unitas, regresan a Valparaíso. Efectivos navales ocupan las calles del puerto, la Intendencia y las plantas de la Compañía de Teléfonos de Viña y Valparaíso. En Santiago, el Comandante en Jefe de la Armada es detenido en su domicilio.

6:30 Un oficial de Carabineros de Valparaíso informa a la residencia presidencial de Tomas Moro de la situación en el puerto. En el Ministerio de Defensa ya se encuentra reunido todo el alto mando golpista presidido por el vicealmirante Carvajal. El general Pinochet se ha instalado en la escuela de Telecomunicaciones de Peñalolen y el general Leigh, en la Academia de Guerra de la Fach en Las Condes. El general Mendoza, que ha dado su propio golpe en Carabineros, se encuentra en el edificio de la institución en calle Amunategui.

7:30 Acompañado de su guardia personal, Allende llega a La Moneda que ya se encuentra rodeada por las tropas rebeldes. En los minutos siguientes, numerosos funcionarios de gobierno ingresan al Palacio.

8:00 En su primera alocución por radio, Allende informa al país del levantamiento que el supone restringido a la Armada en Valparaíso. Quince minutos después las radios de oposición transmiten en cadena la primera proclama de las Fuerzas Armadas. Efectivos militares destruyen los equipos de Radio Nacional y allanan la radio de la Universidad Técnica. Las torres transmisoras de radio Corporación y radio Portales son bombardeadas.

9:00 Después de tratar inútilmente de comunicarse con los tres Comandantes en Jefe, Allende tiene claro que todas las fuerzas armadas están coludidas en el golpe y que han sido decapitados los mandos de aquellas armas cuyos jefes le guardaban fidelidad. Entonces empiezan a sentirse los primeros disparos como producto del enfrentamiento entre efectivos golpistas y francotiradores instalados en los edificios públicos del sector.

9:20 Allende habla por última vez a través de Radio Magallanes. Con emotivas palabras, en lo que sabe será su último discurso público, Allende se despide del pueblo que lo eligió Presidente.

10:00 Los tanques comienzan a disparar intensamente contra La Moneda desde donde los defensores responden el fuego, obligando a los asaltantes a replegarse. Allende rechaza las intimaciones de rendición de Carvajal y el ofrecimiento de sus edecanes militares de un avión para partir al exilio. La guardia presidencial de Carabineros abandona el Palacio. Sólo el Director de Carabineros, general Sepúlveda Galindo, permanece hasta minutos antes del bombardeo.

11:00 A instancias del Presidente, un grupo de mujeres, entre las que se cuentan sus hijas, y algunos funcionarios de gobierno abandonan el Palacio. En Sumar, el Comité Político de la UP decide no resistir: los trabajadores deberán abandonar sus centros de trabajo y regresar a sus hogares.

12:00 Bombarderos de la Fach arrojan durante quince minutos mas de veinte bombas explosivas sobre el viejo edificio, el que empieza a arder por el ala norte, frente a la calle Moneda. En tierra, las tropas lanzan bombas lacrimógenas al interior: el ambiente se vuelve irrespirable. El periodista Augusto Olivares se suicida en una de las dependencias del Palacio. Minutos más tarde, los aviones proceden a bombardear la casa presidencial de Tomas Moro. Enfrentamientos en la Universidad Técnica, en industrias y poblaciones arrojan decenas de muertos y cientos de detenidos. Las embajadas comienzan a llenarse de asilados.

13:30 Al mando del general Palacios, efectivos militares entran en La Moneda mientras una larga fila de detenidos comienza a abandonar el lugar. En el segundo piso, después de una intensa balacera, el Presidente Allende muere con una metralleta en sus manos en el Salón Independencia.

15:00 Un nuevo bando de la Junta Militar conmina a 92 personeros del gobierno y políticos de la UP a entregarse en el plazo de una hora en el Ministerio de defensa. Arsenio Pupin, Claudio Gimeno, Eduardo Paredes, Enrique Huerta y todos los guardias personales de Allende, son trasladados al regimiento Tacna de donde desaparecen para siempre.

16.00 Bomberos llega a sofocar el incendio de La Moneda que solo lograra ser extinguido al anochecer. El cuerpo de Allende, cubierto con un choapino boliviano, es retirado por efectivos militares y trasladado al Hospital Militar.

18.00 Comienza el toque de queda en todo el país. Los detenidos de Santiago empiezan a llegar al Estadio Nacional y los de Concepción son trasladados a la Isla Quiriquina.

A esta hora, todos los focos de resistencia han sido aplastados y la Junta de Gobierno controla todo el territorio nacional.

Salvador Allende : Ultimos mensajes

Santiago de Chile, 11 de septiembre de 1973
Santiago, 11  septiembre 1973
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Afiches y  murales. Gráfica política 1970 - 1973
Afiches y murales. Gráfica política 1970 - 1973

7:55 A.M. Radio Corporación

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Habla el Presidente de la República desde el Palacio de La Moneda. Informaciones confirmadas señalan que un sector de la marinería habría aislado Valparaíso y que la ciudad estaría ocupada, lo que significa un levantamiento contra el gobierno, del gobierno legítimamente constituido, del gobierno que está amparado por la ley y la voluntad del ciudadano.

En estas circunstancias, llamo a todos los trabajadores. Que ocupen sus puestos de trabajo, que concurran a sus fábricas, que mantengan la calma y serenidad. Hasta este momento en Santiago no se ha producido ningún movimiento extraordinario de tropas y, según me ha informado el jefe de la Guarnición, Santiago estaría acuartelado y normal.

En todo caso yo estoy aquí, en el Palacio de Gobierno, y me quedaré aquí defendiendo al gobierno que represento por voluntad del pueblo.

Lo que deseo, esencialmente, es que los trabajadores estén atentos, vigilantes y que eviten provocaciones. Como primera etapa tenemos que ver la respuesta, que espero sea positiva, de los soldados de la patria, que han jurado defender el régimen establecido que es la expresión de la voluntad ciudadana, y que cumplirán con la doctrina que prestigió a Chile y le prestigia el profesionalismo de las Fuerzas Armadas. En estas circunstancias, tengo la certeza de que los soldados sabrán cumplir con su obligación. De todas maneras, el pueblo y los trabajadores, fundamentalmente, deben estar movilizados activamente, pero en sus sitios de trabajo, escuchando el llamado que pueda hacerle y las instrucciones que les dé el compañero Presidente de la República.


8:15 A.M. Radio Corporación
Trabajadores de Chile:

Les habla el Presidente de la República. Las noticias que tenemos hasta estos instantes nos revelan la existencia de una insurrección de la Marina en la provincia de Valparaíso. He ordenado que las tropas del ejército se dirijan a Valparaíso para sofocar este intento golpista. Deben esperar la instrucciones que emanan de la Presidencia. Tengan la seguridad de que el Presidente permanecerá en el Palacio de La Moneda defendiendo el gobierno de los trabajadores. Tengan la certeza que haré respetar la voluntad del pueblo que me entregara el mando de la nación hasta el 4 de noviembre de 1976.

Deben permanecer atentos en sus sitios de trabajo a la espera de mis informaciones. Las fuerzas leales respetando el juramento hecho a las autoridades, junto a los trabajadores organizados, aplastarán el golpe fascista que amenaza a la patria.


Radio Corporación (Fragmento)

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... En ese bando se insta a renunciar al presidente de la república. No lo haré. Notifico ante el país la actitud increíble de soldados que faltan a su palabra y a su compromiso. Hago presente mi decisión irrevocable de seguir defendiendo a Chile, su prestigio, en su tradición, en sus normas jurídicas, su constitución. Señalo mi voluntad de resistir con lo que sea, a costa de mi vida, para que quede la lección que coloque ante la ignominia y de la historia a los que tienen la fuerza y no la razón.

En este instante señalo como una actitud digna, que aquí está junto a mí el director titular de Carabineros, general José María Sepúlveda. Y que en este instante los aviones pasan sobre La Moneda, seguramente la van a ametrallar. Nosotros estamos serenos y tranquilos. El holocausto nuestro marcará la infamia de los que traicionan la patria y el pueblo


8:45 A.M. Radio Corporación
Compañeros que me escuchan:

La situación es crítica, hacemos frente a un golpe de estado en que participan la mayoría de las Fuerzas Armadas.

En esta hora aciaga quiero recordarles algunas de mis palabras dichas el año 1971, se las digo con calma, con absoluta tranquilidad, yo no tengo pasta de apóstol ni de mesías. No tengo condiciones de mártir, soy un luchador social que cumple una tarea que el pueblo me ha dado. Pero que lo entiendan aquellos que quieren retrotraer la historia y desconocer la voluntad mayoritaria de Chile; sin tener carne de mártir, no daré un paso atrás. Que lo sepan, que lo oigan, que se lo graben profundamente: dejaré La Moneda cuando cumpla el mandato que el pueblo me diera, defenderé esta revolución chilena y defenderé el gobierno porque es el mandato que el pueblo me ha entregado. No tengo otra alternativa. Sólo acribillándome a balazos podrán impedir la voluntad que es hacer cumplir el programa del pueblo. Si me asesinan, el pueblo seguirá su ruta, seguirá el camino con la diferencia quizás que las cosas serán mucho más duras, mucho más violentas, porque será una lección objetiva muy clara para las masas de que esta gente no se detiene ante nada.

Yo tenía contabilizada esta posibilidad, no la ofrezco ni la facilito.

El proceso social no va a desaparecer porque desaparece un dirigente. Podrá demorarse, podrá prolongarse, pero a la postre no podrá detenerse.

Compañeros, permanezcan atentos a las informaciones en sus sitios de trabajo, que el compañero Presidente no abandonará a su pueblo ni su sitio de trabajo. Permaneceré aquí en La Moneda inclusive a costa de mi propia vida.


9:03 A.M. Radio Magallanes
En estos momentos pasan los aviones. Es posible que nos acribillen. Pero que sepan que aquí estamos, por lo menos con nuestro ejemplo, que en este país hay hombres que saben cumplir con la obligación que tienen. Yo lo haré por mandato del pueblo y por mandato conciente de un Presidente que tiene la dignidad del cargo entregado por su pueblo en elecciones libres y democráticas.

En nombre de los más sagrados intereses del pueblo, en nombre de la patria, los llamo a ustedes para decirles que tengan fe. La historia no se detiene ni con la represión ni con el crimen. Esta es una etapa que será superada. Este es un momento duro y difícil: es posible que nos aplasten. Pero el mañana será del pueblo, será de los trabajadores. La humanidad avanza para la conquista de una vida mejor.

Pagaré con mi vida la defensa de los principios que son caros a esta patria. Caerá un baldón sobre aquellos que han vulnerado sus compromisos, faltando a su palabra ... roto la doctrina de las Fuerzas Armadas.

El pueblo debe estar alerta y vigilante. No debe dejarse provocar, ni debe dejarse masacrar, pero también debe defender sus conquistas. Debe defender el derecho a construir con su esfuerzo una vida digna y mejor.


9:10 A.M. Radio Magallanes

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Seguramente, ésta será la última oportunidad en que pueda dirigirme a ustedes. La Fuerza Aérea ha bombardeado las torres de radio Portales y radio Corporación. Mis palabras no tienen amargura sino decepción. Que sean ellas un castigo moral para quienes han traicionado el juramento que hicieron: soldados de Chile, comandantes en jefe titulares, el almirante Merino, que se ha autodesignado comandante de la Armada, más el señor Mendoza, general rastrero que sólo ayer manifestara su fidelidad y lealtad al Gobierno, y que también se ha autodenominado Director general de carabineros. Ante estos hechos sólo me cabe decir a los trabajadores: ¡Yo no voy a renunciar!

Colocado en un tránsito histórico, pagaré con mi vida la lealtad al pueblo. Y les digo que tengo la certeza de que la semilla que hemos entregado a la conciencia digna de miles y miles de chilenos, no podrá ser segada definitivamente. Tienen la fuerza, podrán avasallarnos, pero no se detienen los procesos sociales ni con el crimen ni con la fuerza. La historia es nuestra y la hacen los pueblos.

Trabajadores de mi patria: quiero agradecerles la lealtad que siempre tuvieron, la confianza que depositaron en un hombre que sólo fue intérprete de grandes anhelos de justicia, que empeñó su palabra en que respetaría la Constitución y la ley, y así lo hizo. En este momento definitivo, el último en que yo pueda dirigirme a ustedes, quiero que aprovechen la lección: el capital foráneo, el imperialismo, unidos a la reacción creó el clima para que las Fuerzas Armadas rompieran su tradición, la que les enseñara el general Schneider y reafirmara el comandante Araya, víctimas del mismo sector social que hoy estará en sus casas esperando con mano ajena, reconquistar el poder para seguir defendiendo sus granjerías y sus privilegios.

Me dirijo a ustedes, sobre todo a la modesta mujer de nuestra tierra, a la campesina que creyó en nosotros, a la obrera que trabajó más, a la madre que supo de nuestra preocupación por los niños. Me dirijo a los profesionales de la patria, a los profesionales patriotas que siguieron trabajando contra la sedición auspiciada por los colegios profesionales, colegios de clases que defendieron también las ventajas de una sociedad capitalista.

Me dirijo a la juventud, a aquellos que cantaron y entregaron su alegría y su espíritu de lucha. Me dirijo al hombre de Chile, al obrero, al campesino, al intelectual, a aquellos que serán perseguidos, porque en nuestro país el fascismo ya estuvo hace muchas horas presente; en los atentados terroristas, volando los puentes, cortando las vías férreas, destruyendo los oleoductos y los gaseoductos, frente al silencio de quienes tenían la obligación de proceder.

Estaban comprometidos. La historia los juzgará.

Seguramente Radio Magallanes será acallada y el metal tranquilo de mi voz no llegará a ustedes. No importa. La seguirán oyendo. Siempre estaré junto a ustedes. Por lo menos mi recuerdo será el de un hombre digno que fue leal con la patria.

El pueblo debe defenderse, pero no sacrificarse. El pueblo no debe dejarse arrasar ni acribillar, pero tampoco puede humillarse.

Trabajadores de mi patria, tengo fe en Chile y su destino. Superarán otros hombres este momento gris y amargo en el que la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor.

¡Viva Chile! ¡Viva el pueblo! ¡Vivan los trabajadores!

Estas son mis últimas palabras y tengo la certeza de que mi sacrificio no será en vano, tengo la certeza de que, por lo menos, será una lección moral que castigará la felonía, la cobardía y la traición.