“Lo que ha obtenido Repsol de su ministro enamorado, es que bajo el mismo contrato de venta de gas a la Comisión Federal de Electricidad de México, pueda re-vender el gas ahora en España, con un precio mayor. Gasta mucho para atravesar el Atlántico, pero gana mucho más, pues el Pacto Secreto sólo es posible si incluye desde ahora la autorización y compromiso de la Comisión Federal de Electricidad de México (CFEM) y del Estado del Perú, vía Perupetro y el MEM, aceptando que las condiciones del contrato de venta de gas a la CFEM le permitan re-vender el gas como propiedad absoluta de Repsol-Perú LNG”, dijo Dammert.
Un capítulo de este arreglo secreto con los exportadores, sería, señaló, la reciente decisión de la estatal Perupetro que ha autorizado que el consorcio prosiga la exportación de gas, esta vez con destino a España, hacia donde se dirigirán en los próximos dos o tres meses por lo menos siete embarques del carburante, en volúmenes de 121,437.803 m3 cada uno.
Este envío con el argumento de que el precio de venta en España es de US$ 7 el millón de BTU, con lo que se obtendría una regalía que supera el promedio que pagamos los consumidores nacionales y con lo cual el ministro de energía y Minas, Pedro Sánchez, ya habría cumplido el objetivo del DS 039-2010-EM promulgado por el gobierno para obtener una regalía más alta por el gas de Camisea que se exporta a precio de regalo y que dio inicio a una presunta renegociación del contrato.
Sin embargo, Dammert dijo que la “tramposa” renegociación, reducida a sólo las regalías, de acuerdo al DS 039, permitirá obtener únicamente migajas de entre US$ 30 a 40 millones de dólares anuales, que durante toda la exportación llegarían a US$ 900 millones. Este monto, sumado a los 1,135 millones que contempla el contrato actual por regalías e impuestos, totalizaría US$ 2,000 millones de aportes al fisco en 15 años de contrato.
Sostuvo que se trata de migajas, porque en contraste, la empresa exportadora Repsol -Perú LNG, obtendrá en el mismo tiempo sobreutilidades por cerca de US$ 21 mil millones de dólares. Mientras tanto, añadió, los peruanos nos veremos obligados a sacar de nuestros bolsillos en todo este período de exportación más de US$ 43 mil millones, para sustituir el gas con petróleo (equivalente a US$ 84 el barril).
Es indudable que en estos momentos existe un desabastecimiento en el mercado nacional, que se estima en 700 millones de pies cúbicos por día (MMPCD) y frente a las evidencias, el gobierno y sus socios no pueden esconder el escándalo de que el Perú LNG/Repsol compra a US$ 0.53 el gas que destina a la exportación, mientras los peruanos pagamos US$ 3 para comprar el gas que ellos nos venden.
El pacto
La parte sustancial de este pacto, señaló Dammert, ha sido el que el gobierno le permita al consorcio exportador variar ilegalmente el contrato de venta del gas, así como el destino de la exportación.
“Desde hace tiempo se sabía que el destino del gas a México era una mascarada, porque tanto el gobierno como Repsol-Perú LGN conocían que la planta de Manzanillo (en México), no empezaría a funcionar, sino a fines del 2011, y que recién el 2014 podría asumir los 500 MPCD, comprometidos por 15 años en el contrato de exportación de los 4,2 TCF de los lotes 88 y 56 de Camisea”, explicó el especialista.