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11 de Septiembre: Caras del terrorismo en Estados Unidos‏

11 septiembre / Fuente original: Cubadebate
 
Por: José Luis Méndez Méndez
 
Voladura del Barco La Coubre, en La Habana, el 4 de marzo de 1960.Ha transcurrido una década desde el aciago 11 de septiembre de 2001, cuando el terrorismo golpeó a la nación norteamericana, desde entonces la cruzada de la lucha contra ese flagelo librada por el gobierno de Estados Unidos ha ocasionado cientos de miles de muertos y heridos en todo el mundo.
El terrorismo de Estado ha sido utilizado por administraciones estadounidenses, durante más de medio siglo, como instrumento de su sostenida agresión contra Cuba.
Emigrados cubanos como mercenarios fueron captados, entrenados, armados y dirigidos para ser utilizados en la ejecución de cientos de actos de terror en Cuba, contra sus intereses, personal y de otros países en el mundo. Paradójicamente ninguno de estos criminales son considerados terroristas, ni sus organizaciones están incluidas en las numerosas listas que cada año confecciona Estados Unidos para certificar quién es terrorista y quién no.
Sin embargo Cuba, que ha sufrido el terrorismo durante más de cinco décadas, hace treinta años que aparece en una de esas listas como supuesto país patrocinador del terrorismo según la versión norteamericana.
Más incomprensible resulta conocer que Estados Unidos después de Cuba ha sido el país más afectado por el propio terrorismo ejecutado por los mercenarios de origen cubano refugiados en su territorio, protegidos, amparados y tolerados. Más de 330 actos de terror han ejecutado estos terroristas dentro del territorio norteamericano, diez de sus ciudades han conocido la violencia de los anticubanos. En New York donde el 11 de septiembre próximo se conmemorará la trágica fecha, los criminales anticubanos han realizado 81 hechos de ese tipo.
El 11 de septiembre de 1976, Omega-7 colocó una bomba que estalló contra el barco soviético Iván Shepotkov en New Jersey. La misma organización en igual fecha pero de 1980, preparó un comando de Omega-7, que asesinó al diplomático cubano Félix García Rodríguez, hecho todavía impune. Esta formación terrorista se había creado el 11 de septiembre de 1974 inspirada y en honor al primer aniversario del golpe de estado castrense que llevó el fascismo a Chile, después de derrocar y asesinar a su presidente constitucional.
El mismo día del año siguiente estos extremistas, que acostumbraban a actuar el 11 de septiembre,  colocan una bomba que estalló en el Consulado de México en Miami, Florida y otra similar en el Consulado del mismo país en New York e incendió un medio de comunicación en Miami.
El terrorismo dentro de Estados Unidos tiene varias caras, el perseguido por sus gobiernos en los más oscuros confines de la tierra, que ha servido como pretexto para invadir países, asesinar masivamente y el tolerado, que permite que los extremistas anticubanos operen con entera libertad, que puedan organizarse, recolectar fondos, amenazar con nuevas acciones, que da abrigo al terrorista internacional Luis Posada Carriles, cuyas relaciones con la CIA datan, como agente pagado, desde marzo de 1965 y que fuera declarado inocente  en abril de 2011 de cargos menores después de un proceso amañado, que se dilató por más de seis años.
Las autoridades cubanas han sido consecuentes en su lucha histórica contra el terrorismo, condenaron de inmediato los terribles acontecimientos de septiembre de 2001, han firmado todos los convenios, tratados y acuerdos para enfrentar al terrorismo internacionalmente. Cuando no se actuaba cooperadamente para enfrentar ese mal en América Latina y el Caribe, Cuba firmó acuerdos para combatir la piratería aérea y marítima y el terrorismo con Canadá, Venezuela, México, Colombia y Estados Unidos en 1973.
El estado de necesidad permanente ha sido un imperativo para salvaguardar la seguridad nacional de Cuba y proteger la de otros países, incluido Estados Unidos. Informaciones obtenidas han permitido preservar la vida de ciudadanos norteamericanos entre estos a algunos de sus presidentes, han sido trasladadas oportunamente a las autoridades estadounidenses como las entregas hechas en junio de 1998, hoy desaparecidas de los archivos del FBI,  de abundantes datos que alertaban sobre los planes e intenciones de los terroristas anticubanos para realizar actos de ese corte.
Mientras esta voluntad de cooperar se materializaba y se esperaba que fuesen neutralizados, el 12 de septiembre de ese propio año un grupo de luchadores antiterroristas fueron detenidos, procesados y condenados a injustas y elevadas penas de prisión, lo cual envió un claro mensaje de respaldo de las autoridades para los grupos violentos de Miami. Este año cumplirán 13 años de confinamiento particularmente cruel, privados de derechos elementales de acceso a su defensa, a recibir visitas de familiares, a conocer y acceder a recursos legales  a su favor y aislados por un muro de silencio, que impide que se conozca su realidad, la cual se tergiversa, pero ante estas adversidades se mantienen dignos, con elevada moral y con la convicción de que serán liberados y regresarán a la Patria con el deber cumplido frente al terrorismo, que en Estados Unidos tiene varias caras.

Cuatro atentados terroristas que cambiaron al mundo‏

El combate al terrorismo y a la red Al Qaida provocó dos conflictos bélicos
Un hombre observa las montañas de escombros de acero y hormigón en las que se convirtieron las Torres Gemelas del World Trade 
 
CARMEN MARÍA RODRÍGUEZ , MARIÁNGELA LANDO BIORD 
 
EL UNIVERSAL
 
Domingo 11 de septiembre de 2011  12:00 AM
 
Los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra Estados Unidos afectaron a los cinco continentes, desde Haití hasta Namibia. La forma de viajar, la manera de reaccionar imprevistos, el tipo de vestimenta o el Dios al que se le reza. Todo está marcado por esos ataques.

Se le tiene miedo a todo: Al terrorismo, a lo desconocido, a las religiones no judeo-cristianas, a lo que "luce diferente".

Un bolso o maletín extraviado provoca movilización policial antes inimaginable.

A la hora de viajar, es necesario llegar a los aeropuertos tres horas antes de la partida del vuelo.

No se pueden llevar líquidos en el equipaje de mano, excepto pequeñas cantidades.

Los viajeros, sin importar su edad, se someten a revisión física o por escáner corporal.

El equipaje es chequeado con rigurosidad, sobre todo en líneas aéreas estadounidenses o en vuelos destinados a EEUU.

Las autoridades son más exigentes a la hora de otorgar visados, no solamente por el terrorismo, sino también por la inmigración ilegal.

En Estados Unidos se creó el departamento de Seguridad Interior, y todos los organismos de seguridad y de investigación (263 en todo el país, incluidos la Oficina Federal de Investigación, FBI, y la Agencia Central de Inteligencia, CIA) trabajan coordinados, y comparten informes y datos.

EEUU aumentó en 250% sus gastos en servicio secreto (75.000 millones de dólares), citó The Washington Post.

Tan solo el departamento de Seguridad Interior cuenta con 230.000 funcionarios.

Al menos 119.044 personas fueron detenidas por ser sospechosas de terrorismo en una década en 66 países y 35.117 resultaron condenadas. Tan solo en Estados Unidos fueron arrestadas 2.934 personas y 2.468 fueron condenadas por terrorismo, según AP.

Se establecieron prisiones como el centro de detención de Guantánamo, en Cuba, para mantener tras las rejas a sospechosos de terrorismo y prisioneros de las guerras en Afganistán y en Irak. Hasta 2008 había desfilado por el centro 800 personas de 46 países.

Caza al terrorista

Pero los ataques terroristas del 11S no solo generaron una respuesta preventiva ante futuros eventos de este tipo. También se puso en marcha una ardua persecución detrás del número uno de Al Qaida, Osama bin Laden, que terminó en mayo de este año con la muerte del terrorista a manos de un comando SEAL de EEUU en Pakistán.

Dos guerras, altos gastos en equipo militar y el refuerzo en seguridad de todas las embajadas arrojaron un resultado de tres trillones de dólares destinados para la captura del líder terrorista, quien era blanco de Estados Unidos desde hacía 15 años, según un reporte del periódico The Atlantic.

El 15 de septiembre de 2001, Afganistán reconoce que Bin Laden está en su territorio pero se niegan a expulsarlo. El 5 de octubre el terrorista llama a la yihad en un video. Dos días después comienza la guerra en Afganistán.

Pero el arrogante tono del video nada tenía que ver con la realidad del islamita para esa fecha. Las bombas caían en las montañas de Tora Bora donde el líder yihadista se escondía, pero Bin Laden logró llegar Pakistán debido a la decisión del Pentágono de no desplegar tropas estadounidenses. Tras el milagroso escape, se llegó ofrecer una suma de 50 millones de dólares por el terrorista.

Bin Laden permaneció oculto durante más de nueve años, hasta que gracias a un operativo de inteligencia que duró dos años, se determinó el paradero del terrorista en Paquistán.

23 Navy SEALs ingresaron al país en dos helicópteros especialmente adaptados para no ser detectados por los radares en la frontera. Al llegar a Abbottabad descendieron y entraron a la fortaleza, donde dieron muerte al hombre que había logrado escabullirse durante casi 10 años. La operación saldó la deuda de la Casa Blanca con los estadounidenses.

Los atentados del 11 de septiembre de 2001 exacerbaron un sentimiento antimusulmán que, aunque no era nuevo en Estados Unidos, ha alcanzado niveles preocupantes en los años posteriores a los ataques.

El año pasado, la oposición de muchos neoyorquinos a la construcción de una mezquita y un centro cultural islámico cerca de la Zona Cero disparó las alertas en torno a la pregunta de hasta qué punto siguen vigentes en EEUU los principios de tolerancia religiosa y cultural.

El propio presidente Barack Obama se jugó una carta en pro de la defensa de la libertad de culto cuando se manifestó de acuerdo con el proyecto. No obstante, la polémica continúa.

En marzo de este año, el presidente del Comité de Seguridad Nacional del Congreso, Peter King, promovió una investigación sobre "la amenaza terrorista" que representa "el crecimiento" del radicalismo musulmán.

La propuesta del veterano congresista por Nueva York levantó la furia de la comunidad islámica, que argumenta que son "estigmatizados" y "demonizados". Sin embargo, encuestas contrastan con esta posición.

Un estudio de Gallup de principios de este año arrojó que para el 52% de los estadounidenses la investigación de King es acertada, mientras que 38% opinó que no lo es.

Pero si bien los expertos alertan que la sociedad norteamericana vive una "crisis de identidad" que contradice valores fundamentales, también es cierto que ello es reforzado por la clase política con fines electorales.