Por: Dimas Jack Soria
El reflejo de pobreza que presento de la Comunidad Nativa de Canta Gallo Etnia SHIPIBA de Ucayali
asentada en nuestra capital a tan solo medio kilometro de Palacio de
Gobierno, con una población de 550 personas, mitad de ellos son niños de
cero hasta 13 años y viven en completo abandono con severa desnutrición
crónica sin que haya un interés del gobierno peruano en dotar de una
mejor política para erradicar los cuadros de dolor y olvido de estos
peruanos auténticos.
Niños cocinando expuestos al peligro del gas otros a leña pero la
situación no cambia todo es desolador y triste, algunos no tienen su
cocina y tienen que alquilarlas por horas.
No cuentan con los
servicios básicos de agua y desagüe solo disponen de un baño desastroso
para toda esa población y pagan un nuevo sol semanal para ocupar dicho
servicio.
Las familias no cuentan con dinero ni trabajo no reciben apoyo del
gobierno y sus necesidades lo hacen a campo abierto incluso los niños
son expuestos involuntariamente al peligro de caerse al rio Rímac y a
depravados y adictos que viven junto a los basurales.
El jefe de la comunidad Nativa de Canta Gallo Ricardo Franco Aguanari
asegura que no han venido a la ciudad de Lima, por que se les antoja, si
no por la necesidad de sobrevivir y por haber perdido gran parte de sus
bosques que fueron arrasadas por madereros y empresas trasnacionales
entregadas en concesión por el gobierno, las empresas nunca cumplen con
el plan de manejo de los bosques y con ello exterminaron su alimentación
natural como el pescado, venados, Carachupas entre otros animales a
consecuencia de la contaminación de los ríos y la depredación
indiscriminada de los bosques.