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GOBIERNO PERUANO DESCONOCE EXISTENCIA Y DERECHOS DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS‏

La Ley de Consulta Previa a los pueblos indígenas ha sido observada por el Ejecutivo. La discusión sobre estas observaciones no resiste mayor análisis jurídico puesto que se ha colocado lo político en primer plano. La terquedad del gobierno en seguir desconociendo ya no solo los derechos, sino, la inexistencia de los pueblos indígenas pone en riesgo la democracia y en el sentido de país. Se amenaza, así, no solo los derechos de las comunidades nativas, sino, coloca en riesgo el respeto a los derechos humanos de todos y todas.

En primer término, las observaciones colocan especial acento “al derecho al veto”, cuando en ningún momento los pueblos indígenas han planteado esto como punto de discusión y cuando el Convenio 169 no lo considera como parte del proceso de consulta. La ley contempla el consentimiento. El gobierno deliberadamente ha colocado este tema para “desinformar a la opinión pública, y desacreditar los alcances y la naturaleza de la ley”.

Por ello, lo que parecería ser una coincidencia, resulta más que preocupante el hecho que hace unos días el Tribunal Constitucional haya resaltado en su sentencia sobre el Decreto legislativo 1089, el derecho al veto. Se pretende reducir la consulta a este postulado, inexistente desde los tratados internacionales y que ha sido materia resuelta en las etapas previas a la construcción de la ley hasta su aprobación por el pleno.

Denunciamos el propósito del Gobierno de intentar perpetuar la imposición de proyectos sobre la voluntad de los pueblos indígenas, contra toda la institucionalidad democrática nacional e internacional que vela por los derechos de los mismos, so pretexto de “tener la última palabra” tras un artificial argumento del “ derecho al veto”.

De igual manera, en otro punto, si el gobierno ha persistido sistemáticamente, desde que asumió mandato, de crear paralelismos a las organizaciones representativas de los pueblos indígenas a nivel nacional, ahora pretende algo más deplorable: intenta clasificar quienes son pueblos indígenas y quienes no, en términos identitarios y territoriales. Así, intenta dividir la costa y la sierra, respecto de la selva. Elimina la referencia a que las comunidades campesinas puedan ser consideradas “pueblos indígenas”( costa y sierra) en relación a la población nativa amazónica.

En esa misma línea, se busca que la ONPE establezca y verifique la “representatividad” y “legitimidad” de los representantes de los pueblos indígenas, cuando lo que le corresponde el Estado es el reconocimiento de las comunidades nativas y no, prácticamente, la creación de estas.

Así, una vez más, el gobierno demuestra su vocación autoritaria, racista y discriminatoria, que desconoce los derechos de los pueblos indígenas, la misma ceguera y empecinamiento que provocaron el baguazo. Como señala el miembro del Foro Permanente de la ONU, para las cuestiones indígenas de América Latina, “el Presidente de la República y el Gobierno del Perú defraudan a los pueblos indígenas y a la comunidad internacional” .

Sobre los otros 5 puntos observados, las organizaciones indígenas se pronunciarán en los próximos días ante la opinión pública nacional e internacional.

Lima, 22 de junio de 2010.

Perú- Grupo de trabajo por la aprobación de la Ley de Consulta a los Pueblos Indígenas (0051)- (01) 463-3300 / (0051)- (01) 991134815 / (0051) (01) 997-5948

Bolívar y la construcción de los Estados Nacionales en la Patria Grande

Un día como hoy 22 de junio, a 184 años de camino histórico en esta América Nuestra de cada día, se celebraba en este magno Salón Capitular del antiguo Convento de San Francisco la reunión inaugural del sueño de la unidad latinoamericana: el Congreso Anfictiónico, convocado por El Libertador un 7 de diciembre de 1824.

En su convocatoria diría Bolívar: “El día que nuestros plenipotenciarios hagan canje de sus poderes, se fijará en la historia diplomática de América una época inmortal. Cuando después de cien siglos, la posteridad busque el origen de nuestro derecho público y recuerden los pactos que consolidaron su destino, registrarán con respeto los protocolos del Istmo. En él encontrarán el plan de nuestras primeras alianzas, que trazará la marcha de nuestras relaciones con el universo. ¿Qué será entonces el Istmo de Corinto comparado con el de Panamá?”...

La anfictionía de la América Hispana, en Bolívar, estuvo desde sus orígenes enlazada con la necesidad de afianzar las conquistas alcanzadas en el campo de la guerra liberadora. Se vinculaba así, a la defensa de nuestros intereses comunes frente a las potencias que amenazaban con recuperar sus dominios perdidos en el Nuevo Continente; al robustecimiento de la amistad entre los nuevos Estados, y a fundamentar sobre sólidas bases la posesión del territorio y las relaciones internacionales. Fue desde este ángulo un acto necesario en la “Hoja de Ruta” de la lucha independentista de nuestros países; pero también, una visual adelantada de integracionismo continental, concebido bajo los principios de la creación de Estados-Naciones libres, de la igualdad de condiciones en las relaciones entre países, del mutuo apoyo a las soberanías nacionales y de la solidaridad americana. Todo lo contrario a la visión “panamericanista”, levantada también por ese entonces con raíces en la Doctrina del “Destino Manifiesto”, que cambiaba un patrón de colonialismo por otro.

¿Qué rumbo tomó este magno cónclave?... Paraguay, víctima de la tiranía de José Gaspar Rodriguez de Francia se encontraba aislado de todo contacto exterior, sumido en la autarquía. Uruguay no figuraba como Estado independiente. Chile estaba al borde del caos y la anarquía; recordamos que O’Higgins, revolucionario promotor del ideal anfictiónico había sido desplazado por el poder de los latifundistas a causa de sus medidas anticlericales. Los gobernantes de las Repúblicas Unidas del Río de la Plata, presididos por Bernardino Rivadavia, comerciante porteño que se opusiera a la campaña de José de San Martín contra los realistas del Perú, nunca fueron proclives a la invitación; y en la propia Bogotá avanzaba ya, con pies de hierro, la más alta conspiración contra El Libertador. Entre los que asistieron, Perú presentó un proyecto de pacto o confederación americana, en tanto que la Gran Colombia, los Estados Unidos Mexicanos y Centroamérica presentaron otro, resultando finalmente unos tratados que nunca fueron sancionados por ningún gobierno. En otras palabras, disensiones entre países hermanos, problemas internos en las repúblicas recién nacidas, tirantez entre los delegados, conspiraciones de las potencias expansionistas; todo se sumó para que las cosas no ocurrieran en la forma como se habían concebido. Quizás el mayor triunfo fue el de lograr poner bajo un mismo techo, la diversidad de problemáticas que se derivaban de nuestras independencias de la colonia, encendiéndose desde ese entonces una antorcha que, si bien no ha llegado aún a su meta, no ha dejado por tanto de iluminar el encuentro y el diálogo sobre nuestros problemas y soluciones, en el convulsionado andar de la historia continental.

Mucho se ha analizado este resultado desde diversos planos del conocimiento político. Nos interesa sin embargo, en la ocasión de celebrar el Bicentenario, abordarlo desde la perspectiva de los fenómenos complejos que envolvían el nacimiento de nuestras repúblicas; de las fortalezas y debilidades que presentaba la construcción de los Estados Nacionales; de la formación de una conciencia nacional, especialmente en la sociedad esclava y feudal de América; de la herencia estructural política, económica y social que transfería la colonia a la revolución liberal. El fondo de la discusión es que, para que hubiese integración de naciones, primero tenían que existir las naciones y la edificación de Estados con pleno goce de su independencia y soberanías nacionales.

Si se entiende por “nación” aquella comunidad histórica de personas caracterizadas por una estable comunión de vida económica, de idioma, territorio y carácter nacional que se manifiesta en las peculiaridades de la cultura y del régimen de vida de la colectividad, el Estado-nación es entonces el instrumento básico de poder político que da organicidad a dicha comunidad, bajo un orden que expresa por lógica sistémica, a su clase social dominante. La nación no es así, un simple concepto académico; sino un fenómeno histórico-concreto que se produce como resultado de determinadas condiciones de la sociedad. Específicamente surge en el periodo de la liquidación del fraccionamiento feudal y del desarrollo de las relaciones capitalistas, cuando se fortalecen los nexos económicos entre diversas zonas y se forma en el seno del territorio un mercado extenso y único.

Preceden a la nación las comunas y se va formando por la unión de diferentes etnias, mediante la conectividad y dinámica que ofrecen los flujos del llamado “mercado nacional”. La circulación de mercancías es así, un proceso vital para forjar las bases de la nación; y como los dirigentes de este intercambio son los mercaderes capitalistas no lo señores feudales, ni el campesinado, la formación de los vínculos nacionales será fundamentalmente la de los vínculos que establezcan los “burgueses”, o sea la nueva clase desafiante del andamiaje feudal. Desde este punto de vista, el nuevo Estado, que debe transformar la hegemonía económica de la clase ascendente en hegemonía política, desempeñará un papel irremplazable en la consolidación de la nación.

Con estas premisas de fondo, es preciso recordar que la historia de la colonia hispánica estuvo siempre dominada por los remanentes de la organización feudal de la sociedad europea. José Carlos Mariátegui nos describe con gran precisión la característica de este proceso, en su monografía “El problema de la tierra” (1928). Dice:

“Mientras en Norteamérica la colonización depositó los gérmenes de un espíritu y una economía que se plasmaban entonces en Europa y a los cuales pertenecía el porvenir, a la América española trajo los efectos y los métodos de un espíritu y una economía que declinaban ya y a los cuales no pertenecía sino el pasado”.

Más adelante nos agregará que España, después de la epopeya de la conquista, no nos mandó casi nobles, sino clérigos y villanos; con lo cual difícilmente se creaban los antecedentes de una consistente sociedad burguesa. El hecho indiscutible es que el colonialismo español no llegó a nuestras tierras para formar una comunidad económica de desarrollo, sino para extraer materia prima y productos con destino a Europa.

Bolívar en su “Discurso de Angostura” no le escatima palabras a esta dura dificultad del pasaje colonial:

“Nuestra suerte [dice] ha sido siempre puramente pasiva, nuestra existencia política ha sido siempre nula y nos hallamos en tanta más dificultad para alcanzar la Libertad, cuanto que estábamos colocados en un grado inferior al de la servidumbre; porque no solamente se nos había robado la Libertad, sino también la tiranía activa y doméstica”.

Esta “tiranía activa y doméstica”, para Bolívar, era de primordial importancia en la formación de una casta dirigente política organizadora; pues debía darnos la posibilidad de conocer el curso de los negocios públicos y “el brillo del poder” tan importante para las revoluciones. Así, concluía manifestando:

“Uncido el pueblo americano al triple yugo de la ignorancia, de la tiranía y del vicio, no hemos podido adquirir ni saber, ni poder, ni virtud”.

En estas circunstancias era difícil pues la constitución de una burguesía con capacidad real de organizar una nueva sociedad. No estaba suficientemente formada como clase social, ni como cuerpo dirigente para aplicar los principios del ideario liberal. No podía tener clara conciencia clasista del interés económico nacional, cuando el intercambio mercantil tenía la preferencia de los centros de Europa, dejando en el olvido a las comunas y ciudades de los extensos territorios continentales; ni podía establecer la armonía adecuada entre el ideario profesado y la doctrina política y jurídica seguida, siendo como era, huérfana de toda praxis institucional colonial. Había sí, grupos de mercaderes, rasgos vivientes de burgueses, personajes iluminados, pero no una clase social orgánicamente consumada. Mariátegui señala incluso la situación de producirse muchos casos de colaboración entre la nobleza terrateniente y la burguesía comerciante, en lugar del conflicto lógico de clase correspondiente a la naturaleza de la lucha anticolonial. Únicamente los más avanzados representantes burgueses, los revolucionarios ilustrados veían por ejemplo en el campesinado, el indígena y el afro-descendiente esclavo, una fuerza social aliada decisiva para despojarse del yugo colonial; sabían que sin ellos, la guerra independentista no llegaría jamás al corazón de nuestros territorios… Aún así, el reto para los nuevos Estados era inequívoco: una república sólo era posible constituirse sobre los principios liberales y burgueses, por el curso que llevaba la historia.

Otro problema de la intrincada situación del nacimiento de los nuevos Estados era la territorialidad. La formación económico-social feudal implantada por la colonia, en la que coexistían la feudalidad y la esclavitud, una presidiendo la explotación de la tierra, otra la explotación minera, y ambas produciendo para el mercado europeo lo cual dejaba muy pocos remanentes de intercambio interno, representaba una base estructural visiblemente débil para integrar los extensos territorios del continente, dominados por escabrosos accidentes geográficos y poblaciones esparcidas. Aún en nuestros días es una realidad incongruente la gran dispersión poblacional territorial, marcando amplias zonas marginales donde gravita el intercambio no capitalista que rema contra la integración nacional.

Completaría para terminar, este cuadro situacional, el problema social de la colonia. Éste tampoco abonó los surcos para forjar sólidos Estados Nacionales. La colonia creó una estratificació n social compleja. La feudalidad se caracterizó por el latifundio y la servidumbre, rasgos que aún perduran en nuestros tiempos, siendo responsables del retardamiento del desarrollo capitalista. Pero la actividad primaria fue la extracción del metal precioso, lo que se hizo bajo los patrones de un estado de esclavitud que diezmó a la población nativa y trajo en su reemplazo al originario africano.

José Esteban Echeverría, estudiando la revolución Argentina hace una clasificación interesante de clases en su trabajo “Antecedentes y primeros pasos de la revolución de mayo”, donde explica la complejidad social del momento. En lo alto de la cúspide dice estaba la “aristocracia” formada de terratenientes, “togados” y “mandones”, compuesta de españoles y algunos pocos americanos; luego estaban los “enriquecidos”, integrados por industriales y comerciantes; más abajo los “Cholos”, formados de artesanos y proletarios de todo género; y por último, la “casta esclava” de indios y africanos, que tenían una existencia “extra-social”. Entre éstas, la primera “gozaba sin producir y tenía el poder y fuero del hidalgo”, la segunda era la que “se sentaba en los cabildos”, mientras que la tercera se dedicaba al simple trabajo manual. Sólo los descendientes americanos de las dos primeras tuvieron oportunidades de alguna educación en América o en la Península, en tanto que de las dos últimas, muy pocos o ninguno vio la luz de la educación. Es legítimo concluir entonces, que de las dos primeras surgieron los que levantaron el ideario de la revolución.

El pueblo iletrado, esa gran mayoría tan necesaria a la revolución significó así un punto de la mayor preocupación en El Libertador, al encarar las repúblicas. En su “Discurso de Angostura” expresa diáfanamente el problema que lo estremecía.

Por el engaño [dice] se nos ha dominado más que por la fuerza; y por el vicio se nos ha degradado más bien que por la superstición. La esclavitud es la hija de las tinieblas; un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción”…

Más adelante recordará la máxima de Rousseau: “La libertad es un alimento suculento, pero de difícil digestión”; con la cual termina concluyendo: “Nuestros débiles conciudadanos tendrán que enrobustecer su espíritu mucho, antes que logren digerir el saludable nutritivo de la libertad”.

Este enfoque nos revela, sin entrar en muchos por menores, la deriva que tomaría la construcción de nuestros Estados Nacionales. El imaginario del Estado en Bolívar representaba más, en esa realidad, una vigorosa alternativa de “luces largas” en un campo de intensa lucha ideológica y política por la forma y contenido del Estado Moderno, que el fruto de un poder consumado. Esta batalla se percibe ya, en todos sus contornos, desde la aparición del “Manifiesto de Cartagena”, documento crítico sobre los errores que produjeron la caída de la I República venezolana, a mediados de 1812. ¿En el trasfondo, qué había? … Pues habían Estados por hacer, para consolidar naciones en procesos de ser; y la pregunta era: ¿Qué Estado queríamos, para la nación que aspirábamos?. .. Las respuestas encontraban, a no dudarlo, el más profundo eco en los nuevos intereses de clase o grupos de clase surgidos de la revolución.

Entre el Estado republicano y el monárquico, Bolívar escoge la forma del Estado republicano democrático; entre la organización federal y la unitaria, escoge la unitaria, y entre las variantes de una sociedad liberal o una sociedad autoritaria, escoge la liberal burguesa, la más avanzada del momento. En su “Discurso de Angostura” se enorgullece de que Venezuela se constituya en una República Democrática, al mismo tiempo que objetará el Estado Federal, porque lo encuentra débil y complicado para regir las circunstancias difíciles y delicadas de la república naciente.

Sobre su visión de gobierno, las palabras en Angostura definen con precisión su revolucionario planteamiento:

“El sistema de gobierno más perfecto [explica] es aquel que produce mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social y mayor suma de estabilidad política”. [Y agrega], “sus bases deben ser la soberanía del pueblo, la división de los poderes, la libertad civil, la proscripción de la esclavitud, la abolición de la monarquía y de los privilegios. Necesitamos de la igualdad para refundir, digámoslo así, en un todo, la especie de los hombres, las opiniones políticas y las costumbres públicas”.

Sobre la concepción del Estado, puntualizaríamos sólo cuatro aspectos cardinales de su pensamiento:

* Primero, Bolívar le da un alto relieve al principio de ser auténticos, de ser legítimos, de no ser importadores de recetas, si bien no desdeña el legado del conocimiento universal. “Que no se pierdan las lecciones de la experiencia manifiesta, y que las escuelas de Grecia, de Roma, de Francia, de Inglaterra y de América nos instruyan en la difícil ciencia de crear y conservar las naciones con leyes propias, justas, legítimas y sobre todo útiles; no olvidando jamás que la excelencia de un gobierno no consiste en su teoría, en su forma, ni en su mecanismo, sino en ser apropiado a la naturaleza y al carácter de la nación para quien se instituye”… Como paréntesis, a la vez que recomendaba a los Representantes del Congreso el estudio de la Constitución Británica, también les advertía que con ello estaba muy lejos de proponerles “su imitación servil”.

* Segundo, el concepto de “Estado Democrático” no debía significar nunca una apertura a la anarquía, sino a un nuevo orden frente al viejo orden feudal. En el Manifiesto de Cartagena hay un pasaje claro en el que alude al “democratismo” desbocado y hasta demagógico que se introduce en el sistema federal, lo cual conspiró contra la República, cuando ésta apenas saltaba las etapas de un Estado al otro. Y razón había: “Generalmente hablando escribió, todavía nuestros conciudadanos no se hallan en aptitud de ejercer por sí mismos ampliamente sus derechos; porque carecen de las virtudes políticas que caracterizan al verdadero republicano; virtudes que no se adquieren en los gobiernos absolutos, en donde se desconocen los derechos y los deberes del ciudadano”.

* Tercero, en Bolívar el fundamento de toda igualdad radicaba en el imperio de la Ley. “La naturaleza hace a los hombres desiguales en genio, temperamento, fuerzas y caracteres nos señala. Las leyes corrigen esta diferencia, porque colocan al individuo en la sociedad para que la educación, la industria, las artes, los servicios, las virtudes, le den una igualdad ficticia, propiamente llamada política y social”.

* Cuarto, la educación y la virtud, dos conceptos que se asocian como columnas hermanas en la construcción del nuevo Estado, cautivan su mayor atención. Y es que estaba claro que las reliquias de la dominación española dominarían todavía largo tiempo. “El contagio del despotismo ha impregnado nuestra atmósfera” decía… “Nuestras manos ya están libres, y todavía nuestros corazones padecen de las dolencias de la servidumbre”.

Este suceso no ayudaba, efectivamente, a la formación de un gobierno estable que requería la base de un espíritu nacional, de una nueva cultura capaz de garantizar el desarrollo económico social y el equilibrio entre los poderes instituidos. “El progreso de la luces es el que ensancha el progreso de la práctica anota en un párrafo del Discurso de Angostura, y la rectitud del espíritu es la que ensancha el progreso de las luces. (…). Moral y luces son los polos de una República; moral y luces son nuestras primeras necesidades. (…). Renovemos en el mundo la idea de un pueblo que no se contenta con ser libre y fuerte, sino que quiere ser virtuoso”.

Al concepto y práctica de la “Virtud”, Bolívar le dedica numerosas páginas. Sabía que una de las lacras heredadas del pasado eran los grandes vicios modelados sobre el espíritu de la servidumbre y la esclavitud por un lado, y el espíritu corrupto de un poder monárquico ausente de nobleza por el otro. Sobre esta materia soy un convencido, que en su mente, estuvo viva la premisa socrática de ver representada en la “Virtud” la sabiduría, el valor, el autocontrol y la justicia, atributos que según los antiguos filósofos permitían al ciudadano helénico tomar las mejores acciones, al distinguir entre el vicio y la moralidad, entre el bien y el mal.

El histórico “Discurso de Angostura” cierra con un vibrante llamado a los Congresistas venezolanos:

“Dignaos conceder a Venezuela un gobierno eminentemente popular exclama, eminentemente justo, eminentemente moral, que encadene la opresión, la anarquía y la culpa. Un gobierno que haga reinar la inocencia, la humanidad y la paz… que haga triunfar, bajo el imperio de leyes inexorables, la igualdad y la libertad”.

Creo que con estas palabras, Bolívar no solo presentaba los últimos votos de su corazón; también afirmaba la visión de un Estado que iría muy lejos en el tiempo, porque se adelantaba a la época de una América, que como él mismo la describe en la “Carta de Jamaica”, no estaba preparada para desprenderse de la metrópoli como súbitamente sucedió. En efecto, había en este Estado un contenido democrático social, que sólo podían haberlo inspirado los más iluminados jacobinos franceses y socialistas utópicos del momento… Y bien; conocido es que en la coyuntura perdió la batalla; pero no así una guerra, que aún está por ganar.

Qué sucedió que tan extraordinaria visión pudo ser enterrada el momento, para que volara en el tiempo?...

Las condiciones creadas por las abdicaciones de Bayona en 1808 y por la inicua guerra que la Regencia declara al continente, sublevan crecientemente las comunas y ciudades en forma de cabildos y rebeliones de masas. Este proceso incorporó vastas capas de pobladores a la causa revolucionaria, aun cuando aparecieran en su seno grupos de terratenientes como abanderados del mismo. Así se forma una situación revolucionaria que une a criollos latifundistas y burgueses, a artesanos y proletarios, quienes se lanzan a la lucha contra el dominio monárquico colonial bajo la dirección de los revolucionarios liberales.

Sin embargo, otro alineamiento de intereses se formaría luego de alcanzada dicha etapa. La crisis revolucionaria que inaugura la formación de los nuevos Estados, fue dominada paulatinamente por una alianza integrada de latifundistas rentistas y mercaderes burgueses vinculados al comercio extranjero. La falta de una dirección de Estado con la consistencia y sostén de una clase burguesa compacta, dueña de un proyecto consensuado de nación no llegó; de tal modo que aún estando con las riendas del poder, por haber comandado la guerra, sus dirigentes no lograron imponer el orden necesario, produciéndose una situación de permanente anarquía política e inestabilidad de las instituciones.

Una nueva clase de godos, que como lo advierte José Carlos Mariátegui, no era una clase de capitalistas sino una clase de propietarios, se entronizó intensamente en la dirección del Estado, ganando hegemonía. También el poder ejercido por los militares de la revolución derivó, a falta de dirección, hacia el caudillismo, que no podía sustraerse a los intereses vigentes en contraste. Como lo explica el ya citado intelectual peruano, este elemento “se apoyaba en el liberalismo inconsistente y retórico del demos urbano o el conservadurismo colonialista de la casta terrateniente”. Así, un poder conservador formado por neo-godos y apoyados en la fuerza de caudillos militares, dominó finalmente los destinos de las repúblicas, que conservaron de la colonia los vicios, olvidando de la revolución sus virtudes.

Los anacronismos del desarrollo que sigue, están indeleblemente escritos en las huellas de nuestra historia del Siglo XIX y XX; y sus efectos llegan sin dudas hasta nuestros días. Guerras civiles, golpes de Estado, guerras entre países hermanos, analfabetismo, pobreza, represión, expoliación de nuestros recursos; éstos y más llenan las páginas de nuestro pasado y presente, y hablan por sí solos del sinuoso sendero recorrido. Un sendero colmado de adversidades, pero también de sueños, muchos de los cuales parodiando los versos al Becerrero del bardo venezolano Simón Díaz, se nos han caído de la hamaca al anunciarse la madrugada.

Sin embargo, el cauce de los ríos no solo madura por el correr de sus aguas tranquilas; también su lecho madura con los golpes de sus violentas avenidas… Hoy día tenemos naciones; nadie puede negarlo. Y hemos logrado prácticamente eliminar el colonialismo en casi en todo el continente, aunque es justo reconocer que no hemos culminado el proceso de nuestra verdadera independencia, porque el neocolonialismo domina aún la casi totalidad del territorio latinoamericano.

Se han logrado construir las identidades nacionales, además de una identidad continental que nos hace solidarios y una conciencia social que nos define horizontes. Pero perduran más los vicios que las luces; y el Estado oligárquico liberal, que ha presidido nuestros destinos hasta el presente está en una crisis agónica estructural. Su modelo llegó al agotamiento por lo que no está en capacidad de realizar las altas metas del desarrollo, que marca el complejo mundo del Siglo XXI.

Creo que tres serían los ejes primordiales, en la ingeniería que requiere una segunda y definitiva descolonizació n:

1. La formación de nuevos Estados democráticos nacionales, participativos y pluralistas, no excluyentes ni exclusivos, los cuales deben cumplir con las tareas nacionales inconclusas de los 200 años de vida republicana y con las nuevas planteadas por la realidad contemporánea, particularmente las que garantizan la equidad social de la riqueza, la igualdad de los derechos y la dignificación del trabajo. Hablamos de un Estado policlasista, bajo una nueva hegemonía de fuerzas, destinado a enarbolar la divisa bolivariana de dar la mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social y mayor suma de estabilidad política.

2. La apuesta por un proyecto político integrador latinoamericano como base de alcanzar plenamente la emancipación del subcontinente. Hablamos de un proyecto político, que debiera comenzar por alcanzar una sola voz latinoamericana ante el resto del mundo en los problemas que afectan al continente latinoamericano y en los problemas más importantes que tiene la humanidad. Una voz que como expresión de cientos de años de lucha por recuperar su dignidad y su porvenir, debiera estar en contra de todo tipo hegemonismo mundial y por el respeto entre las naciones, basado en los principios de la coexistencia pacífica.

3. La apuesta por un proyecto económico integrador en la orientación estratégica de hacer de Latinoamérica una potencia económica con características propias. Un proyecto basado en un modelo socioeconómico que abrigue el interés legítimo de las inmensas mayorías y garantice las soberanías nacionales, la igualdad de condiciones, la complementariedad económica, la solidaridad y la sostenibilidad ambiental del desarrollo.

Es un reto inmenso y no fácil en el laberinto del Planeta en crisis. Pero nada nos impide afrontarlo cuando tenemos historia y naciones, territorio y riquezas naturales, capital humano y creciente tecnología. A pesar de todos los miles de escollos que enfrentó el Siglo XIX, Martí pudo decir en su tiempo: “De factores tan descompuestos, jamás, en tan breve tiempo histórico, se han creado naciones tan adelantadas y compactas”.

“Abramos la historia; y por lo que aún no está escrito, lea cada uno en su memoria”, dijo el Maestro Simón Rodriguez… También dijo: “La América Española es original. Originales han de ser sus instituciones y su gobierno. Originales sus medios de fundar uno y otro. ¡O inventamos o erramos!...

Manuel F. Zárate P.

22 de junio de 2010, Año del Bicentenario

Discurso Magistral de la Sesión Solemne en el Salón Capitular del Congreso Anfictiónico, organizado por la Sociedad Bolivariana de Panamá.

LAS FOTOS INCREÍBLES DEL PETRÓLEO DERRAMADO POR BP‏

Derrame de petróleo en el Golfo de México, 2 meses después

22 Junio 2010 en Fotorreportajes
62 días han pasado desde la explosión inicial del equipo de perforación en aguas profundas de BP en el Golfo de México, y el aceite crudo y gas natural siguen derramándose desde el fondo marino. Estimaciones recientes aseguran que la tasa de flujo de hasta 60.000 barriles por día - una cifra apenas por debajo de una estimación más pesimista de 100.000 barriles diarios realizados por BP en un documento interno publicado recientemente en un panl de congresistas. El tesorero del Estado de Louisiana ha estimado que los daños económicos y ambientales en el Golfo de México por el derrame de petróleo podrían oscilar entre $ 40 mil millones a $ 100 mil millones.
Derrame de petróleo en el Golfo  de México, 2 meses después

La plataforma de perforación Q4000 opera en el Golfo de México en el lugar de la catástrofe, 16 de junio 2010. (AP Photo/Dave Martin)

Derrame de petróleo en el Golfo  de México, 2 meses después

Bahía de Barataria, en la costa de Luisiana, Domingo, 20 de junio 2010. (Foto AP / Patrick Semansky)

Derrame de petróleo en el Golfo  de México, 2 meses después

Quema controlada de petróleo derramado en la costa de Luisiana en el Golfo de México 13 de junio 2010. (REUTERS / Sean Gardner)

Derrame de petróleo en el Golfo  de México, 2 meses después

El petróleo crudo en las olas, Alabama, 12 de junio de 2010 (Foto AP / Dave Martin)

Derrame de petróleo en el Golfo  de México, 2 meses después

El petróleo crudo en las olas, Alabama, 12 de junio de 2010 (Foto AP / Dave Martin)

Derrame de petróleo en el Golfo  de México, 2 meses después

Bahía de Barataria 19 de junio 2010 al oeste de Puerto Sulpher, Louisiana. (Gardner Sean / Getty Images)

Derrame de petróleo en el Golfo  de México, 2 meses después

La aleta dorsal de un delfín es vista por los trabajadores de limpieza de petróleo a lo largo de un tramo de playa contaminada con aceite 14 de junio 2010 en Grand Isle, Luisiana. (Spencer Platt / Getty Images)

Derrame de petróleo en el Golfo  de México, 2 meses después

Aceite de flota de la proa de un barco en la bahía de Barataria, en la costa de Luisiana, Sábado, 19 de junio 2010. (Foto AP / Patrick Semansky)

Derrame de petróleo en el Golfo  de México, 2 meses después

Superficie del Golfo de México el Miércoles, 16 de junio 2010. (Foto AP / Dave Martin)

Derrame de petróleo en el Golfo  de México, 2 meses después

Esta imagen digital por satélite capturadas por DigitalGlobe el 15 de junio de 2010 se muestra parte de la marea negra en el Golfo de México (REUTERS / DigitalGlobe)

Derrame de petróleo en el Golfo  de México, 2 meses después

Quema controlada de petróleo derramado en la costa de Luisiana en el Golfo de México línea de costa de 13 de junio 2010. (REUTERS / Sean Gardner)

Derrame de petróleo en el Golfo  de México, 2 meses después

El petróleo es visto en los rincones más profundos de los pantanos en el extremo norte de la bahía de Barataria, Louisiana, Jueves, 17 de junio 2010. (Foto AP / Gerald Herbert)

Derrame de petróleo en el Golfo  de México, 2 meses después

Aceite flota sobre el agua 14 de junio 2010 de Grand Isle, Luisiana. (Spencer Platt / Getty Images)

Derrame de petróleo en el Golfo  de México, 2 meses después

Recipientes de agua mezclada con petróleo que se recogieron de las aguas de la Costa del Golfo de Louisiana y Alabama. (Alex Wong / Getty Images)

Derrame de petróleo en el Golfo  de México, 2 meses después

Aceite derramado en la superficie de la bahía de Barataria 19 de junio 2010, cerca de Port Sulpher, Louisiana. (Gardner Sean / Getty Images

Derrame de petróleo en el Golfo  de México, 2 meses después

Fuego y humo se elevan de una quema controlada de aceite en la superficie del Golfo de México cerca de la fuente del derrame 17 de junio de 2010. (REUTERS / Daniel Beltra / Greenpeace)

Derrame de petróleo en el Golfo  de México, 2 meses después
Aceite cubre la superficie del Golfo de México el 17 de junio de 2010. (REUTERS / Daniel Beltra / Greenpeace)

SARAMAGO Y MONSIVÁIS TRASCIENDEN LA MUERTE‏

Escribe Vicky Pelaez

‘Considero a la vida como una posada en la que tengo que quedarme hasta que llegue la diligencia del abismo’.

(Fernando Pessoa, El Libro del Desasosiego)

Alineación al centro

Jose Saramago

Carlos Monsiváis

En algunos pueblos de Huasteca, México, se cree que cuando una persona muere, se lleva en su viaje a otra dimensión a algún alma gemela más de compañía. Y así debe ser porque, dos luces, dos voces de congruencia y compromiso con los débiles y “pequeños” del mundo se nos han ido. Primero, la muerte envolvió en su manto al escritor portugués y Premio Nóbel de Literatura (1998), José Saramago, y después retornó por el cronista, ensayista y periodista popular mexicano Carlos Monsiváis para llevarlos a su posada “de el haber estado y ya no estar”..

Puede ser que sea cierta la leyenda porque los dos escritores habían compartido un viaje a Chiapas el 14 de marzo de 1998 durante el cual Monsiváis, conocedor de la zona y amigo de los zapatistas, le abrió los ojos sobre la dignidad de los pueblos tzotziles la que no pudieron destruir ni la pobreza, ni la humillación, ni el dolor durante más de 500 años de injusticia y opresión. Precisamente en aquel viaje Saramago recogió una piedrita de forma piramidal, como recuerdo de lo que jamás se puede olvidar, y luego, aquel trozo basáltico fue transformado por el escritor en una montaña de indignación a través de su artículo “En Recordación de Acteal.” Dijo que “el hombre, mi semejante, nuestro semejante, patentó la crueldad como fórmula de uso exclusivo en el planeta y desde la perversión de la crueldad ha organizado una filosofía, un pensamiento, una ideología, en definitiva, un sistema de dominio y de control que ha avocado al mundo a esta situación enferma en que hoy se encuentra”.

Mientras tanto, su compañero de viaje, Carlos Monsiváis, llamado cariñosamente por su pueblo, “Monsi,” y considerado como la conciencia moral de México, hacía estas denuncias de atrocidades sociales en su columna semanal: “Por mi madre, Bohemios” en la revista Proceso. Lo curioso fue que estos dos escritores luchadores contra la injusticia, Saramago de dimensión universal y de carácter reservado y Monsiváis inmerso en México, bohemio y alegre, amante de gatos, soñaban con escribir su propio “libro del dasosiego”, ya inventado por el escritor y poeta portugués, Fernando Pessoa. Tanto el ateo y comunista Saramago como Monsiváis, de formación protestante, creían que todo está mal en el mundo pero no perdían esperanza de componerlo. Saramago solía parafrasear las estrofas de un verso de Antonio Machado: “caminante no hay camino/ se hace camino al andar”.

El camino del autor de “Memorial del convento,” “Ensayo sobre la ceguera” o “Evangelio según Jesucristo” comenzó cuando en 1969 ingresó al Partido Comunista de Portugal, proscrito por el represivo gobierno fascista de Salazar. El destino de Monsiváis como cronista del México profundo se determinó en 1954 cuando vio a Frida Kahlo en una silla de ruedas empujada por Diego Rivera en una manifestación en contra del derrocamiento de Jacobo Arbenz en Guatemala y de allí asistió a todas las marchas, protestas y actos de resistencia que sus crónicas consignan.

Ambos, creadores y luchadores activos contra lo injusto invocaron a la humanidad crear nuevas ideas para salir del vacío. La muerte se los llevó, pero sus palabras sí están.

CAMISEA Y "LOS BAJOS INSTINTOS"‏


Por Humberto Campodónico

Hace pocos días, en la inauguración de la Planta de Licuefacción de Pampa Melchorita para exportar el gas de Camisea, Alan García dijo: “Sin el proyecto exportador las empresas operadoras de los lotes de Camisea no hubieran apostado por financiar la planta de producción de las Malvinas ni por la construcción del gasoducto a Lima. Resultaría irresponsable decir ahora ´ya no quiero que se exporte´. Estoy lejos de la demagogia y la excitación de los bajos instintos” (La República, 11/6/2010).

No es cierto lo que dice García. La planta de producción de Malvinas y la construcción del gasoducto a Lima forman parte del contrato del Lote 88, que se firmó en diciembre del 2000. Toda la producción de ese Lote estaba destinada, exclusivamente, al abastecimiento del mercado interno.

Las inversiones comenzaron en el 2001 y en agosto del 2004 ya estaba construida la planta separadora de líquidos en Malvinas (Camisea), al mismo tiempo que llegaba el gas a Lima, habiendo concluido la construcción del gasoducto. En ese lapso, el consorcio Camisea realizó inversiones en el Lote 88 por US$ 753 millones, mientras que el gasoducto costó US$ 956 millones y fue construido por Transportadora de Gas del Perú (TGP).

Recién el 7 de setiembre del 2004 (con el gas ya en Lima) se firma el contrato entre el Consorcio Camisea y Perupetro para la explotación del Lote 56, aprobado por el DS-033-2004-EM, que estaba destinado a la exportación.

Está clarísimo: las inversiones en el Lote 88 (que incluyen la Planta de Líquidos) y las inversiones de TGP para el gasoducto a Lima fueron anteriores al contrato del Lote 56. En junio del 2004, respondiendo a las críticas que afirmaban que no se debía exportar el gas del Lote 56 porque eso perjudicaría el abastecimiento del mercado interno, el Ministro de Energía y Minas, Jaime Quijandría, dijo:

“Con la firma de este contrato queda totalmente clara la figura: el Lote 56 es para exportación y el Lote 88 de Camisea va a quedar para el mercado interno, con lo cual queda ampliamente cubierta cualquier preocupación de que pudiera haber una gran demanda en el mercado interno y que pudiéramos no tener las reservas adecuadas para satisfacerla” (14/6/2004, www.portalminero.com).

Pero las cosas no sucedieron así, pues en el 2004 y el 2005 en el Congreso se modificaron las leyes que establecían un horizonte permanente de 20 años para el abastecimiento del mercado interno. En julio del 2005 se promulgó la Ley 28552 que rebajó a solo 20 años (sin horizonte permanente) el abastecimiento del mercado interno. Y en diciembre del 2005, con el DS-050-2005-EM se autorizó a Perupetro a renegociar el contrato del Lote 88 para que sus reservas también puedan ser exportadas.

Las declaraciones de Alan García tienen un objetivo concreto: convencer a la población de que el proyecto de exportación de Peru LNG en Pampa Melchorita fue indispensable para que el gas natural pudiera llegar a Lima. Eso es falso. De esa manera, legitima a Peru LNG y le da el espaldarazo a la exportación, a la vez que acusa de “bajos instintos” a quienes cuestionan el proyecto con motivos completamente fundados. Claramente se aprecia quién está muy cerca de la demagogia y los bajos instintos.

Por este, y muchos otros motivos más, es justa la protesta de los pueblos del Sur.

SANTOS, UN PROBLEMA DENTRO Y FUERA DE COLOMBIA

Martes,22-06-2010





El próximo 7 de agosto, Juan Manuel Santos será investido como presidente de Colombia y recibirá de manos de Álvaro Uribe, las llaves de la Casa Nariño.

Tal y como se esperaba, el candidato del Partido de la U, el oficialista y ex ministro de Defensa Juan Manuel Santos, obtuvo un amplio triunfo electoral sobre su antagonista en la segunda vuelta, el ex alcalde de Bogotá, Antanas Mockus.

Santos ya anunció en la campaña electoral que se propone profundizar aun más la lucha contra la insurgencia de las FARC, ofreciendo también recomponer la relación con sus países vecinos, una campaña frontal contra el desempleo que afecta a cerca del 12 por ciento (%) de los colombianos en edad de trabajar, reducir la pobreza y mejorar la cobertura de salud, el acceso a la educación y no incrementar la carga tributaria.

¿Quién es Juan Manuel Santos?
Nacido el 10 de agosto de 1951, es parte de la influyente familia Santos, siendo nieto del prestigioso periodista Enrique Santos Montejo. Su tío abuelo, Eduardo Santos Montejo, quien fuera dueño del diario El Tiempo, ejerció la presidencia de Colombia entre 1938 y 1942. De igual manera, es primo hermano del hasta ahora vicepresidente de Colombia, Francisco Santos Calderón.

Estudió Economía en la Universidad de Kansas y en el London School of Economics, así como Periodismo en Harvard.

Su primera aparición en la vida pública fue cuando ingresó a la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia en 1972, representando a Colombia durante nueve años ante la Organización Internacional del Café en Londres. Posteriormente y tras desempeñarse como periodista, Juan Manuel Santos se enredó en las filas del Partido Liberal, pasando a ser ministro de Comercio Exterior durante el mandato de César Gaviria en 1991. En 1993 es elegido por el Senado como el último Designado a la Presidencia de la República, figura que fue transformada en la Constitución de 1991 como la de Vicepresidente. Entre 1995 y 1997, formó parte del triunvirato que gobernó el Partido Liberal, retirándose para presentar su pre candidatura a la presidencia de Colombia, hecho que no llegó a materializarse. En el año 2000, el presidente conservador Andrés Pastrana lo nombra ministro de Hacienda y Crédito Público.

En el 2004 se retira del Partido Liberal, lanzándose a apoyar el gobierno de Álvaro Uribe Vélez, siendo uno de los organizadores del Partido de la U en el 2005. En julio de 2006, Uribe lo designa ministro de Defensa Nacional, cartera de la que es titular hasta el año 2009, cuando abandona el cargo para asumir la candidatura a la Presidencia por el Partido de la U.

En su gestión como ministro de Defensa, Santos, con la ayuda de las agencias de seguridad estadounidenses, logra dar certeros golpes a las FARC, tales como las muertes del líder guerrillero Miltón Sierra Gómez, alías “Jota Jota”[1], en junio de 2007; el jefe guerrillero Tomás Medina Caracas, alías “el Negro Acacio”[2], en septiembre del 2007; del Comandante Gustavo Rueda, alías “Martín Caballero”[3], en octubre de 2007; el segundo comandante en rango de las FARC, el Comandante Luís Edgar Devia Silva, alías “Raúl Reyes”[4], en marzo de 2008; la desmovilización de la guerrillera Nelly Ávila Moreno, alías “Karina”[5], en mayo del 2008; y la liberación de Ingrid Betancourt, tres estadounidenses y once militares y policías secuestrados en la llamada Operación Jaque[6], en julio del 2008.

En 2007, el líder paramilitar Salvatore Mancuso declaró en una audiencia que, en 1997, Santos había planeado derrocar al entonces presidente Ernesto Samper. Mancuso también dio datos sobre las vinculaciones del vicepresidente y Juan Manuel Santos con los grupos paramilitares. Ya iniciada la campaña electoral, Mancuso volvió a denunciar esto a través de un teleconferencia desde la cárcel de Washington, donde está desde 2008, cuando el gobierno colombiano lo extraditó a EE UU. Según Mancuso, Santos fue a los campamentos de los paramilitares para pedir respaldo al golpe contra Samper, y reunirse con el que en aquel momento era el líder máximo de los “paras”, Carlos Castaño.

¿Que pasó durante la campaña?
La aparición en el escenario político del excéntrico filósofo y matemático Antanas Mockus, quien tuvo éxitos notables en su gestión como alcalde de Bogotá entre los años 1995-1998 y 2001-2004, acompañado como número dos por el también exitoso ex alcalde de Medellín, Sergio Fajardo (2004-2007), hizo que el escenario electoral colombiano diese un vuelco inesperado. Esta candidatura tomó fuerza tras el primer debate presidencial a finales del mes de abril, en el que el académico de origen lituano arrolló a sus dos principales oponentes, Juan Manuel Santos y Naomí Sanín, representante del Partido Conservador. En aquel momento se hablaba de empate técnico.

Sin embargo, Mockus no comprendió que para ganar al oficialismo debía convertirse en una alternativa clara al uribismo. Mockús, quien se disputaba una franja importante de votos en el electorado uribista, fue reacio a la confrontación total con el oficialismo y se mantuvo tibio en sus críticas tanto al modelo económico como al modelo militar y de seguridad interna desarrollado por Álvaro Uribe. Tal era el distanciamiento que Mockus y su Partido Verde querían plasmar con la izquierda, que ignoró el ofrecimiento de un acuerdo programático con el Polo Democrático Alternativo, situación que hubiese asegurado al aspirante presidencial, más de un millón de votos provenientes de la izquierda –el Polo tras la negativa de Mockus, llamó al voto en blanco-.

Durante la campaña, Mockus no cuestionó la estrategia de resolución militar del conflicto con la insurgencia desarrollada durante las dos últimas legislaturas con la política de seguridad democrática y tampoco el fortalecimiento de la llamada “confianza inversionista”, basada en seguir la senda de las privatizaciones y la continuidad económica de la política uribista, llegando incluso durante la campaña a exonerar de responsabilidades a Uribe y Santos sobre los “falsos positivos”[7].

En la práctica, Mockus ha sido el justificador de un proceso electoral con graves carencias democráticas, que ha permitido a Juan Manuel Santos, legitimarse como futuro presidente de Colombia.

Situación económica de Colombia
Desde el año 2002 hasta el 2006, Colombia entró en un ciclo expansivo de la economía debido a las favorables condiciones internacionales las cuales permitieron a su economía obtener un buen rendimiento en su balanza comercial, fruto del aumento de la demanda internacional por productos primarios, lo cual generó un incremento de los precios de las materias primas a nivel global. Aumentaron tanto la cantidad como el precio de sus exportaciones alcanzándose una buena tasa de crecimiento económico.

Paralelamente, el crecimiento económico desarrollado por los países receptores de migrantes colombianos permitió un aumento de las remesas enviadas a Colombia, lo que provocó a su vez, un aumento de la demanda agregada por vía del consumo y la inversión, lográndose así un mayor nivel en el PIB colombiano.

Sin embargo, la crisis hipotecaria en Estados Unidos, que ocasionó una crisis económica global, fue un importante factor de afectación a la economía colombiana.

Debido a la contracción económica de las potencias mundiales se generó un incremento masivo del desempleo en estos países, fenómeno que ocasionó la disminución de las remesas enviadas a Colombia, lo cual contrajo sustancialmente el consumo nacional. Otros de los efectos de la crisis internacional fue la reducción de las exportaciones colombianas ya que Estados Unidos y Venezuela que son dos de los principales socios comerciales de Colombia están experimentado una situación delicada a nivel económico. En el caso de Venezuela, la situación se vio agudizada por unas problemáticas relaciones diplomáticas entre ambos países y el cierre de fronteras. En 2008, el PIB colombiano se redujo el 1 %, mientras en el 2009, el país andino reportó un crecimiento de su economía de 0.4 %.

El déficit del gobierno central en Colombia para 2009 fue de 4,1 % del PIB, frente a 2,3 % del PIB registrado en 2008, según cifras oficiales. En tanto, el déficit del sector público consolidado fue de 2,7 % del PIB en 2009, frente a 0,1 % de 2008.

De igual manera, en el mercado laboral la oferta de trabajo continuó creciendo por encima de la demanda por empleo, hecho que se ha reflejado en un aumento continuo de la tasa de desempleo.
El Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), indicó en el mes de abril que la tasa de desempleo llegó al 12,2 %, la más alta para ese mes desde 2004. Esto significa que hay 2.668.000 personas que están buscando trabajo y no lo encuentran.

Según el informe de la Misión de Empleo, Desigualdad y Pobreza en Colombia, el 45,5 % de los colombianos vive en la pobreza y el 16,4 % en la pobreza extrema. En Colombia se considera que un hogar está en condición de pobreza cuando, estando conformado por cuatro personas, tiene ingresos inferiores a un millón 100 mil pesos mensuales. En cuanto a la indigencia (pobreza extrema), se hace referencia a los hogares que no tienen ingresos suficientes para comprar una canasta básica de alimentos, que en el país se estima que cuesta 450 mil pesos para cuatro integrantes.

Para el PNUD, las metas del Gobierno, frente al tema, que eran de cifras de pobreza del 28 % en 2015, no será posible cumplirlas, considerando que 48 de cada 100 colombianos seguirán pobres en el 2011.

Santos se ha comprometido a crear más de 2,5 millones de empleos y formalizar otro millón. Para esto, según lo ha dicho, continuará con la política de subsidios y exenciones tributarias para los empresarios. En su criterio, esa es la única vía para disminuir la pobreza.

Sin embargo, el discurso de continuidad de Santos visualiza una paradoja, dado que en los años anteriores donde se refleja crecimiento de la pobreza, es precisamente cuando el Gobierno anunció crecimientos altos de la economía.

Comparada con 2005, la pobreza bajó 4,3 puntos, mientras que la pobreza extrema o indigencia aumentó 2,1 puntos, lo cual demuestra que dicho crecimiento no repercutió en los más pobres, dado que el crecimiento promedio de la economía en esos tres años fue de 5,6 %, con un pico excepcional de 7,5 % en 2007.

Si bien, aunque 48 de cada 100 colombianos siguen viviendo en la pobreza, si nos fijamos en los sectores rurales el cuadro es aún más inquietante: el 65 % de colombianos que habitan las zonas rurales viven en parámetros de pobreza, al paso que los pobres que viven en las ciudades son 39 de cada cien. Es decir, la brecha de pobreza entre lo urbano y lo rural sigue ampliándose.

Si bien ha habido alguna mejoría entre los indicadores de pobreza y de indigencia que prevalecían en 2002 y los que aparecen en 2008, no es menos cierto que la situación es preocupante. El país desaprovechó tristemente los años de vacas gordas (2002-2007), que fueron años de alto crecimiento económico, de abundante inversión nacional y extranjera, de comercio internacional robusto y de altos precios en los productos básicos, para haber construido una sociedad más justa y más equitativa. El crecimiento sólo se vio reflejado en los sectores más ricos, siendo la política económica uribista un claro ejemplo de cómo no hacer hecho nada por reducir la concentración de la riqueza en un país en vías de desarrollo.

La desaceleración de la economía, trajo consigo incremento de la desocupación y el deterioro de la calidad del trabajo, lo cual incidió negativamente en el comportamiento de la pobreza y de la pobreza extrema, y reforzó la concentración del ingreso.

El resultado de todo esto, es que más de 20 millones de personas viven en la pobreza en Colombia y más de 8 en la indigencia, lo que significa que 28 millones de personas no tienen los recursos suficientes para disfrutar de una viva digna en el país.

Desde que en el año 2002 el actual presidente de Colombia, Álvaro Uribe Vélez, tomase el poder del Estado, la pobreza se ha mantenido entre el 53 y el 57 %, superando la tasa del 60 % en el último período.

La progresiva reducción del gasto social y el constante aumento del presupuesto militar, el cual ya supera el 14 % del presupuesto colombiano -triplicando lo destinado a la educación-, son algunas de las razones del aumento de la pobreza.

El futuro de los Derechos Humanos en Colombia
La crisis de los Derechos Humanos en Colombia no ha tenido las manifestaciones externas de las dictaduras militares existentes en la región en décadas pasadas; pero se ha alimentado de las mismas prácticas en la comisión de crímenes de lesa humanidad: torturas, ejecuciones extrajudicales, desapariciones forzadas y genocidio.

Según el Informe anual de la Alta Comisionada de las NNUU para los Derechos Humanos en su apartado Colombia (2009), viene a indicar un mejoramiento de la seguridad en los últimos años y la disminución en la tasa de homicidio en algunas ciudades, como por ejemplo Medellín. Sin embargo hace hincapié, en el aumento del número de intimidaciones y amenazas de muerte contra jóvenes y defensores de derechos humanos, entre otros, la expansión de los grupos armados ilegales surgidos del proceso de desmovilización de organizaciones paramilitares y el incremento de la violencia que éstos ejercen contra la población.

En 2009 se hizo público que el DAS, entidad de inteligencia dependiente de la Presidencia de la República, había estado desarrollando, por lo menos desde 2003 y de manera generalizada y sistemática, una serie de actividades ilegales dirigidas contra, entre otros, defensores de derechos humanos, opositores políticos, periodistas y altos funcionarios del Gobierno, como el vicepresidente. Además, según información publicada en los medios de comunicación, incluso los magistrados de la Corte Suprema fueron objeto de vigilancia. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos, un Relator Especial de las Naciones Unidas y la Oficina en Colombia fueron también objeto de vigilancia. Estas acciones, en muchos casos, tenían como objetivo neutralizar las labores desarrolladas por las víctimas, a quienes se consideraba "blancos legítimos" por ser potenciales opositoras de las políticas gubernamentales.

Las amenazas y asesinatos contra sindicalistas[8], periodistas, personas lesbianas, gays, bisexuales y transgeneristas, y contra quienes promueven sus derechos, son motivo de especial preocupación. También preocupa la situación de quienes defienden derechos etnoterritoriales de comunidades afrocolombianas y pueblos indígenas.

Los cánticos belicistas de Juan Manuel Santos, hacen prever un incremento del número de desplazados colombianos. Un informe presentado en mayo de 2009 por el Centro de Control de Desplazamientos Internos (IDMC, por su sigla en inglés) señala que la población desplazada en Colombia por la violencia alcanzó en 2008 los 4,3 millones de personas. A efectos de desplazamiento externo, se estima en el Ecuador un número entre 135 y 170 mil refugiados colombianos.

Relaciones con los países vecinos
En cuanto a su política exterior, el nuevo Gobierno promete convertir en su bandera la lucha por los derechos humanos y transformar las fronteras en polos de desarrollo económico y social.

Sin embargo, la política desarrollada por el uribismo hasta ahora ha sido todo lo contrario. En la parte colombiana de la frontera con Ecuador, carece de políticas adecuadas y controles fronterizos, dado que la lógica militar aplicada en la zona, se basa en incursiones desde posiciones militares más al interior, forzando de esta manera a que los grupos irregulares que operan en la zona, penetren en territorio ecuatoriano durante los escarceos con el Ejército. La fuerte campaña internacional provocada por la presidencia colombiana tras el bombardeo al campamento de Agostura[9], hizo que el gobierno de Rafael Correa reforzase el control fronterizo y rechazase las incursiones insurgentes sobre territorio ecuatoriano. En la práctica, Uribe logró que Ecuador aplicase la política del “yunque y el martillo”, término empleado para definir una estrategia militar basada en incursiones militares desde el interior a los territorios selváticos de la frontera con Ecuador, sin mantener posiciones fijas en el territorio y sin control fronterizo por parte colombiana, a la vez que desde las posiciones ecuatorianas se rechazan militarmente las penetraciones guerrilleras. A final, Uribe consiguió que Ecuador interviniese en el conflicto interno colombiano.

A pesar de esta situación y el proceso en curso de recomposición de relaciones diplomáticas entre los dos países, Juan Manuel Santos está imputado en un juicio por parte de las autoridades judiciales competentes en el Ecuador, por ser el autor intelectual de los sucesos de Angostura.

De igual manera, la República Bolivariana de Venezuela ha denunciado una infinidad de veces, la presencia de paramilitares colombianos en su territorio, así como determinadas operaciones del DAS dentro de su país. Los niveles de tensión vividos entre ambos países en diferentes momentos de estos últimos dos años, hacen presagiar que durante el mandato de Santos, sea difícil y compleja la relación entre ambos países.

La presencia de la siete bases estadounidenses en territorio Colombia, convirtiéndose la Base Aérea de Palanquero, en una plataforma desde donde poder situar unidades militares estadounidenses en cualquier rincón del territorio latinoamericano en apenas 72 horas, generan una enorme inquietud en los países de la UNASUR, y especialmente en Venezuela.

El mero hecho de que Juan Manuel Santos ha hecho gala de su orgullo, al ser declarada Colombia como el Israel de Latinoamérica por parte de algunos analistas latinoamericanos, siembra un duda y resquemores profundos en los países de su entorno, incluido Brasil.

Álvaro Uribe, el presidente saliente
El 7 de agosto Álvaro Uribe dejará de ser presidente de Colombia.

Su historia pública se remonta a 1977, cuando tras ser funcionario público y ocupar diversos cargos en su provincia de Antioquia, es nombrado secretario del Ministerio de Trabajo con el presidente Alfonso López Michelsen, y director del Departamento de Aeronáutica Civil entre 1980-1982, bajo la presidencia de Julio César Turbay Ayala.

Ya en el Departamento de Aeronáutica Civil (Aerocivil), aparecen las primeras vinculaciones de Uribe con el narcotráfico. El 1981, Uribe le concede una licencia a Jaime Cardona[10] con el fin que trabajara la ruta aérea Medellín-Turbo. De igual manera, otorgó licencias para la construcción de aeropuertos en los municipios de Frontino, Amalfi y Urrao, y en la hacienda “El 90”, en Caucasia, propiedad, otra vez, de Jaime Cardona.

Un año después de que Uribe dejará su responsabilidad en la Aerocivil, el Consejo Nacional de Estupefacientes, ordenó a la esta institución “suspender los vuelos de naves de narcotraficantes” y señaló que en el pasado esa entidad había adolecido de una actitud pasiva y negligente. El 8 de septiembre de 1983, el diario El Tiempo[11] informaba sobre la medida: “El Consejo Nacional de Estupefacientes solicitó ayer a la Aeronáutica Civil suspender la operación aérea de la flota de aviones, helicópteros y avionetas de propiedad de Pablo Escobar[12] y Carlos Lehder[13]”.

El padre de Álvaro Uribe, Alberto Uribe, estuvo vinculado a Fabio Escobar –padre de Pablo Escobar- y Fabián Ochoa[14]. Alberto Uribe falleció en un enfrentamiento con las FARC, en su finca de Guacharacas. En ese enfrentamiento fue herido Santiago Uribe, hermano de Álvaro Uribe, al que se intentó transladar al hospital de Medellín en un helicóptero propiedad de Pablo Escobar, y para el cual el permiso de vuelo fue otorgado previa petición del aun actual presidente colombiano.

Elegido alcalde de Medellín en 1982, concejal en 1984 y 1988, ejerció como senador de 1986 a 1994 y fue vocero del sector del PL más inclinado al empleo de la fuerza para acabar con la guerrilla. En su época como gobernador de Antioquia (1995-1997), quedan documentados contactos con paramilitares que combatían en las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). Con su proyecto de “Estado comunitario”, defendió una estrategia de rearme e implicación de los civiles en la lucha antisubversiva. Promovió a las asociaciones privadas de seguridad, agrupadas en el programa Convivir, que cometieron innumerables violaciones de los derechos humanos antes de ser proscritas.

Posteriormente se sumó a la campaña del candidato del Partido Liberal, Horacio Serpa, pero discrepó en cuanto a la estrategia antiguerrillera, rompiendo con el partido y presentando su candidatura a las elecciones como independiente.

Con un discurso enérgico y prometiendo una lucha implacable contra el terror, su proyecto de “seguridad democrática” y resistencia civil se impuso en la campaña electoral de 2002.

Su creciente popularidad se fraguó en el descrédito a cualquier intento de una solución política o negociada del conflicto y al dualismo tradicional y oligárquico de liberales y conservadores. Uribe se forjó una imagen de firmeza, insistiendo en la necesidad de restablecer la autoridad del Estado, y se distanció de los otros candidatos al no oponerse a la llegada de tropas extranjeras para combatir el narcotráfico, como corolario del multimillonario Plan Colombia y al permiso para la utilización de al menos siete bases militares en territorio colombiano por parte de las Fuerzas Armadas estadounidenses.

A pesar de los vínculos de Uribe con el narcotráfico, a pesar de los escándalos como los más de dos mil casos de “falsos positivos”, las decenas de denuncias presentadas por violación de derechos humanos, los más de medio centenar de parlamentarios uribistas en la cárcel o procesados por la parapolítica, el espionaje telefónico del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS, central de inteligencia colombiana), la compra de votos a la vista del público para cambiar la Constitución, la adjudicación de notarías a cambio de apoyo parlamentario y la “Yildis-política”, entre otros, el actual presidente colombiano llega al final de su mandado con el 70% de apoyo popular.

El futuro de Uribe, tras abandonar la presidencia de Colombia está por ver, pero la perdida de inmunidad, así como las diversas acusaciones que se vierten sobre él, tanto en el ámbito de sus relaciones con el paramilitarismo y la parapolítica, así como en lo referente a violaciones de Derechos Humanos, pueden hacer de este personaje un nuevo Noriega a la colombiana.

Notas:
[1] El jefe del Frente Urbano “Manuel Cepeda Vargas” de las FARC.

[2] Líder del Frente 16 de las FARC, fue considerado por la policía como el principal jefe del negocio de las drogas y la compra de armas de esa guerrilla. Estaba reclamado por jueces de los Estados Unidos y tenía 17 órdenes de captura pendientes.

[3] Uno de los mitos de las FARC. Durante más de 11 años dirigió el Frente 37 de las FARC y mantuvo secuestrado seis años al que posteriormente fue canciller colombiano, Fernando Araújo.

[4] Asesinado junto a 21 guerrilleros más mientras dormían en un campamento clandestino en territorio ecuatoriano. La violación de soberanía a territorio ecuatoriano, conllevó la ruptura de relaciones entre ambos países.

[5] Considerada por la policía como la jefa del frente número 47 de las FARC, se acogió junto con su compañero y su hija a las medidas de reinserción para insurgentes.

[6] Las FARC fueron engañadas para que entregaran a sus 15 secuestrados con mayor significado político a agentes de inteligencia en lo que se especula fue el rescate de rehenes más "limpio" en la historia.

[7] El escándalo de los “falsos positivos” es como se conoce a las revelaciones hechas a finales del año 2008 que involucran a miembros del Ejército de Colombia con el asesinato de civiles inocentes para hacerlos pasar como guerrilleros muertos en combate dentro del marco del conflicto armado. Estos asesinatos tenían como objetivo presentar resultados por parte de las brigadas de combate.

[8] El Programa Presidencial para los Derechos Humanos registró de enero a octubre del 2009, 27 homicidios de sindicalistas, 14 de ellos maestros. La Central Unitaria de Trabajadores (CUT) reportó 37 homicidios, que incluyeron 4 mujeres, durante el mismo período.

[9] En la madrugada del 1 de marzo de 2008, fuerzas militares y policiales colombianas invadieron territorio ecuatoriano para llevar a cabo la Operación Fénix, que conllevó el asesinato mientras dormían de 22 guerrilleros de las FARC, entre los que destacaba el Comandante Raúl Reyes. A pesar de la violación de la soberanía del Ecuador, el gobierno colombiano posicionó fuertemente en los medios internacionales una supuesta relación entre las FARC y el gobierno de Rafael Correa.

[10] Jaime Cardona tenía antecedentes por narcotráfico y lavado de activos desde el año de 1977 y era considerado en ese entonces como el segundo hombre de la organización de Medellín. Fue capturado en una finca situada en Cáceres, corregimiento del municipio de Caucasia, a dos horas de Medellín, y durante el operativo fueron encontrados 530 Kg. de cocaína que acababan de llegar a bordo de una avioneta procedente de San José del Guaviare.

[11] El Tiempo: Principal diario colombiano y el único de circulación nacional en Colombia, de propiedad mayoritaria de la familia Santos Calderón, dos de cuyos miembros, son Francisco “Pacho” y Juan Manuel Santos Calderón, primos entre sí, uno vicepresidente actual de Colombia, y el segundo presidente electo.

[12] Pablo Escobar Gaviria, “El Patrón”: Principal líder del crimen organizado colombiano asociado al narcotráfico, agrupado en el denominado “Cartel de Medellín”. Dado de baja en Medellín, durante un operativo de la Policía, el 2 de diciembre de 1993.

[13] Carlos Lehder Rivas: Narcotraficante colombo-alemán, nacido en Armenia (Quindío) y asociado al “Cartel de Medellín”. En 1987 fue capturado por las autoridades colombianas y de inmediato se le extraditó a los Estados Unidos, donde fue juzgado y condenado por narcotráfico y lavado de activos. Su condena inicial a cadena perpetua más 135 años, fue reducida a 55 años por su testimonio en contra del ex dictador panameño Manuel Antonio Noriega.

[14] Jefe del Clan Ochoa, asociado al Clan Medellín.
Justificar a ambos lados
(*) Decio Machado es sociólogo y analista político, colaborador habitual del periódico Diagonal.

" EVO ES CASI UN MILAGRO "

Martes, 22-06-2010

Entrevista a Néstor Taboada Terán, escritor boliviano y candidato al Premio Cervantes


Página 12

Para el escritor boliviano, el milagro reside en que un país “muy tomado por la discriminación” haya elegido a un indio como presidente, y que los intelectuales y los partidos populares hayan dejado de lado sus diferencias históricas para apoyarlo.


¿Cómo ve a Bolivia hoy?

Bolivia está atravesando un proceso nunca visto, porque los bolivianos somos muy eliminadores de lo indígena, de lo negro, nosotros toleramos el folklore, nos gusta bastante, somos en ese sentido feudales porque nos gusta ver bailar a los indios, entonces aplaudimos, simpatizamos con ese escenario, pero nos restringimos para ir más allá, para tener una amistad, una relación más cercana con los indios, los indios solamente están en ese cuadro como elemento folklórico, como distracción.

¿Entretenimiento?

Lo que hacían los señores feudales de Atica, que tenían unos monos bajos de estatura a los que hacían bailar y a esos monos habilidosos les llamaban pongos. Eran esos orangutanes que bailaban para ellos y algún señor feudal boliviano le puso su nombre al país y también les puso el calificativo de pongos. Los indígenas que vivían bajo el control de los feudales eran los ponguitos, los que estaban allí les llamaban igual que a los monos que los entretenían.

Es como una tradición feudal.

No se sabía con exactitud los orígenes de esa palabra. Hay otras palabras en esta tradición, como por ejemplo la rosca. La inventó un político boliviano llamado Bautista Saavedra. Decía que en la política boliviana había grupos de poder y que esos grupos de poder formaban como una especie de logia, a la que llamaba rosca.

Entre ellos tamizaban todo.

Claro, en especial los hombres millonarios, los dueños de las minas y los señores feudales alternaban en el gobierno conservadores y republicanos hasta que esa oligarquía fue debatiéndose, como lo describió uno de los escritores más importantes que tuvo Bolivia, Juan Alcides Arguedas, en un libro que se llama Pueblo enfermo. También escribió La Historia general de Bolivia y Raza de bronce, que fue traducido al francés con prólogo de André Malraux.

¿El escritor que usted nombra desarrolló una pintura de la sociedad boliviana en sus diversas etapas?

Con Pueblo enfermo hubo protestas de la opinión pública porque se mostraba un pueblo colonizado, sojuzgado por las grandes empresas mineras. Había tres magnates de primera importancia que eran los que controlaban las minas: Simón Patiño, Carlos Víctor Aramayo y Mauricio Roschild, esos tres eran los magnates. A partir de 1942 comienzan los grandes levantamientos mineros y cambia la historia de Bolivia. En la época de la Segunda Guerra Mundial todas las zonas productoras de estaño habían caído en poder de los nazis. El único productor para Estados Unidos, Gran Bretaña y el mundo democrático era Bolivia. Entonces el gobierno aprobó medidas represivas contra las huelgas, hablaban de subversión para evitar que se alterara la producción. Hubo un aumento en el precio del estaño, aumentaron las grandes empresas mineras norteamericanas en un 62 por ciento pero no les aumentaron nada a los trabajadores y además los reprimieron cada vez que intentaron protestar por esa situación.

Como siempre se dio en la historia de América latina. ¿Las mujeres sufrieron una gran represión?

Murieron 300 trabajadores, los militares ya habían organizado en el país una logia nazi con Gualberto Villarroel, quien, como jefe de la logia, estuvo en el centro del conflicto, en la localidad minera de Catavi. Ahí es donde la logia se reúne y decide producir muertos para justificar la subida al poder, también la dirigía un militar partidario de Estados Unidos, que era el general Enrique Peñarán, pero la juventud militar que controlaba la logia estaba en contra del general entonces. De diciembre de 1942 a diciembre de 1943 se dan las condiciones para que esta logia militar nacionalista y populista tome el poder. En el Parlamento se discute la masacre y se dice que se hable todo lo que se quiera pero nadie debe referirse al papel del ejército cuando el único culpable de la masacre era el ejército. La masacre comenzó a las diez de la mañana y terminó a las cinco de la tarde, era un día lunes, los militares exigieron a los mineros que volvieran al trabajo, no hicieron caso y comenzaron a matarlos.

¿Fue la matriz de lo que vino después, una serie de golpes militares?

Luego de ese año de 1943 toma el poder el mayor Villarroel, el jefe de la logia, hablan de una revolución nacional con el lenguaje de Pétain mezclado con populismo y un socialismo difusos. Ya había antecedentes en los países vecinos. En 1932 se había proclamado como socialista a la República de Chile. El coronel Marmaluque Prove subió al poder con la ayuda de los militares de graduación menor y proclaman a Chile República socialista. Obviamente, reaccionó el Reino Unido, puso sitio a Valparaíso con sus cañones, por lo que los militares se rindieron y desapareció el gobierno socialista. A Prove lo exilian pero a los militares de menor graduación (mayores, capitanes) los matan, los fusilan, los tiran al mar. En 1936 los militares bolivianos deciden proclamar en Bolivia una República Socialista. Ahora, estos militares no sabían definir bien si era un socialismo soviético o al estilo nazi. Entonces los historiadores bolivianos dicen que ése no es problema grave, que se junten esos dos nacionalismos y entonces queda el socialismo militar. El coronel Buch aparece y derroca al medio marxista David Artobe, que sale exiliado y se instaura un nacional socialismo. El régimen socialista de David Toro nacionaliza por primera vez en América latina la Standard Oil en 1936 y en 1938 lo hace el general Lázaro Cárdenas –en otro régimen nacionalista militar– en México. David Toro funda el Ministerio de Trabajo con asesores marxistas pro soviéticos, ante lo cual los nacionalistas reaccionaron y dieron un golpe de Estado.

Usted declaró que a sus lectores no les gustan los datos fríos. Con respecto a la huelga de los mineros, siempre trató de novelar lo que pasó a partir de su imaginario.

Traté de interpretar mi realidad a través de la literatura pero con fuerte influencia histórica, porque considero que la novela boliviana está más cerca de la realidad que la historia. Novelando la historia se interpreta más correctamente la realidad.

¿El surgimiento de Evo Morales proviene de esas tradiciones de lucha, no nace por generación espontánea, Evo representa el vínculo entre el minero y el indígena?

Los indios de Bolivia siempre estuvieron sometidos. Mantenidos en la ignorancia y en la indigencia. En 1952 se produjo una insurgencia, pues ya hay dos corrientes ideológicas en ese ámbito: el marxismo y el nacionalismo. El nacionalismo tomó el poder dándole un contenido al estilo de lo que planteaba el ideólogo marxista Mariátegui en el Perú con un contenido indigenista, y sobre esa base se hace la reforma agraria, la entrega de tierras a los campesinos en la época de Paz Estensoro, en abril de 1952. Este hecho crea las condiciones para que 50 años después los indios vean un nuevo camino. Por la evolución de las masas indígenas deciden hacer sus propias escuelas, financian entre ellos a los profesores que les enseñan a leer y escribir. Con astucia, los gobiernos han fomentado la pelea entre los indígenas. El Che Guevara en estas circunstancias habló en La Habana con quien era el Ministro de Asuntos Campesinos y le dijo por qué los revolucionarios no apoyan a uno de los sectores campesinos y ahí lanzan la guerra revolucionaria.

¿Qué le dijo?

“No tenemos armas”, dijo el ex ministro. El Che, de su cartuchera, saca su revólver: “Aquí tiene el primer revólver para hacer la guerra revolucionaria”, dijo. El Che me lo contó a mí porque en La Habana tuve una entrevista. “Mira lo que ha pasado, me contaron que el ex ministro tiene en su living, en la sala donde recibe sus visitas, ahí está el revólver.” El Che me decía que no se lo había regalado para adornar un cuarto. La anécdota muestra de cuerpo entero que esos nacionalistas eran otra clase, eran criollos, los hijos de los españoles. Antes de Evo ya hubo intentos de reforma agraria, de entrega de tierras a los campesinos, de la desaparición de patrones en especial en la zona del Altiplano, fueron creándose líderes, caudillos locales, se fue dando como se había dado con la Revolución Mexicana, los que lucharon al lado de Zapata. El ex presidente norteamericano JF Kennedy decía que sólo había habido dos revoluciones importantes en América latina: la revolución mexicana y la revolución boliviana. Estados Unidos apoyaba económicamente al gobierno de Paz Estenssoro, apoyaba al régimen, fue un golpe terrible cuando muere Kennedy y ya estaba muerta la revolución boliviana. Dirige el golpe de Estado el general Barrientos, que había estudiado en Panamá.

¿Siempre estuvo en juego la propiedad de la tierra?

El Movimiento nacionalista de Paz Estenssoro controlaba todos los sectores pobres, pero fueron apareciendo estos líderes populares, los indígenas asumían el poder de masas. Evo Morales aparece como un muchacho pobre, deportista, músico, le gustaba tocar la flauta y el tambor, bailar. Es aymara y campesino, pero antes de ser campesino hizo varios trabajos que le sirvieron después de mucho, por ejemplo hacía ladrillos en los hornos, después fue panadero, todos los trabajos más bajos, él los realizó.

¿Cómo analiza usted su evolución, su crecimiento como líder?

Debido a que cerraron las minas y desde Estados Unidos se trataba de buscar un sustituto para el estaño y era difícil, de la noche a la mañana estaba el carey para hacer juguetes para los niños y anteojos. Empezaron a hacer cañerías para los servicios sanitarios, carey duro, carey blando y ya no se necesitaba estaño porque había otros materiales plásticos.

Estados Unidos, que había acumulado cualquier cantidad de estaño, lo lanzó al mercado mundial, bajó el precio y nadie quería comprar estaño, en las minas de Bolivia no se necesitó trabajar y todos recurrieron al campo, se incrementó la población campesina con los mineros desocupados, se implementaron las plantaciones de coca y en Cochabamba todos los trabajadores desocupados iban al Chapari. Entonces ahí aparece un jovenzuelo jugador de fútbol muy enamoradizo, un Don Juan que tocaba la guitarra, cantaba. Ahí lo designan Secretario de Deportes, buen jugador de fútbol que conocía a Maradona, a los grandes jugadores de fútbol de la Argentina. Estaba en su apogeo político, tiene mucha similitud con Juan Lechín, el dirigente sindical de la Confederación Obrera Boliviana COB que había entrado en su momento, en la Revolución del 52, enviado por el Ministerio del Interior para un cargo burocrático. Lechín también jugaba al fútbol y los políticos entran por ese lado. Es la coincidencia de Lechín con Evo.

¿Cómo evalúa al gobierno de Evo?

Hay algunos antecedentes que hay que ver. La corrupción de los políticos produjo una gran indignación de la gente. Hubo muchas protestas, tanto en Bolivia como en Argentina por esa situación. Un país totalmente inundado por la discriminación que elija a un indio es inconcebible; en todo caso, lo hace para que esté una semana en el poder, no para toda la vida. Ahora cómo sacamos a este indio, dice la oposición.

¿Nacionalizar los recursos básicos de la economía sólo estaba en los sueños?

Hay un antecedente: Fidel Castro o la muerte del Che Guevara. Porque los argentinos, que son personas muy cultas, siempre han soñado con tener un pueblo revolucionario como el boliviano. Hay que tener en cuenta que en 1809 hubo un caudillo argentino que era sacerdote, que dirigió la revolución de 1809 en La Paz: José Antonino Medina, caudillo político autor de varias obras y del plan de gobierno de diez puntos.

¿Cómo ve la propuesta de Evo luego de tantas protestas?

El es instintivo, no es un hombre con formación revolucionaria. Apenas hizo un curso de secundaria. Tiene una percepción extraordinaria. El hecho de que haya sido un tipo del pueblo que accede a todo tipo de trabajos le permitió conocer profundamente a su pueblo. Es un hombre valiente, luchó contra las tropas del ejército, se agarró a puñetazos, no tenía miedo, en una oportunidad lo dejaron herido en el piso y vinieron los campesinos, que lo llevaron a un lugar secreto y ahí lo curaron, lo recuperaron. Otro factor es que es un hombre con una suerte increíble. Se parece a la suerte de Fidel Castro. Los militares le decían a Fidel durante la invasión gusana a Playa Girón: “Usted no puede estar en primera línea peleando” y él cortó las comunicaciones con el mundo, se subió a un tanque para perseguir a los gusanos, disparó y el proyectil entró en la chimenea del barco, los invasores escapaban y vieron que el barco se hundía y tuvieron que entregarse. El Che en cambio era un hombre con mala suerte, él se integró al ejército revolucionario de Fidel como médico, desembarca del Granma y el primero en caer herido es el médico, viene a Bolivia para la lucha y lo matan, a Fidel Castro no le hubiera ocurrido nada de esto.

¿Lo de Evo es una revolución?

Es una revolución pacífica. Lo que no consiguió hacer el Che Guevara y todos los revolucionarios, los grandes líderes como Mariátegui, un indio con una educación elemental, que es hijo del pueblo, entonces consigue liderar a ese pueblo. Uno dice “yo no creo en milagros”, pero se está produciendo el milagro. La gente de avanzada en Bolivia hace a un lado sus prejuicios, al principio se decía que no iba a durar ni tres ni seis meses en el poder. Es un indio ingenuo como todo hombre de campo. Al día siguiente de asumir como presidente, toma un avión venezolano y se va por cinco continentes y llega a Londres a medianoche, toma un coche y se va a Buckingham y golpea las puertas del palacio. Pidió ver al rey y a la reina. Lo vieron enfermo, tosiendo, le pusieron unas inyecciones salvadoras y él se ríe: “La reina me ha curado” dijo.

¿Formó una fuerza política que lo acompañe?

Todos lo consultan. Son cuatro años que pasaron en la pelea con la insurrección de los inmigrantes millonarios, de la nueva oligarquía, de la nueva rosca, que se fusionaron. Los medios de comunicación también pegan, yo pensaba que no se podía resistir con toda la prensa en contra. Uno lee la prensa y para ellos todo lo que ocurre no tiene porvenir.

http://www.pagina12.com.ar/diario/dialogos/21-147988-2010-06-21.html