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Aprueban plan de 10 años para salvar la biodiversidad del planeta

30 de Octubre de 2010

Los representantes de los 193 países que asistieron a la décima Conferencia sobre Biodiversidad de la ONU en Japón, acordaron medidas importantes para la protección del medio ambiente.
Los ministros y funcionarios gubernamentales decidieron poner freno a la pérdida de las diversas especies antes de 2020. Los delegados acordaron proteger en los próximos diez años alrededor del 17 por ciento de la superficie terrestre y un diez por ciento de la superficie marina.
"Esta es una fuerte señal a la comunidad internacional para asegurar la diversidad de especies y de esta forma los medios propios de subsistencia", dijo Hubert Weiger, presidente de Amigos de la Tierra filial Alemania.
En el marco de la conferencia se presentaron diversos estudios que indicaron que, por ejemplo, una de cada cinco especies de vertebrados está en peligro de extinción.
El principal conflicto de las negociaciones en Nagoya fue el reparto equitativo de las ganancias obtenidas de la explotación de los recursos biológicos, para la fabricación de drogas, cosméticos y otros productos.
Según el protocolo adoptado en Nagoya, en el futuro las ganancias obtenidas por recursos naturales, por ejemplo en la medicina, serán divididas equitativamente entre los países de origen y los usuarios.
El presidente del encuentro y ministro de Medio Ambiente de Japón, Ryu Matsumoto, presentó el viernes, en el último día del encuentro, su propia propuesta para intentar destrabar las conversaciones después de que los negociadores no lograran alcanzar un acuerdo el jueves.
Matsumoto dijo que para él la adopción de un protocolo para el reparto de beneficios era un "sueño largamente añorado".
Las organizaciones de defensa del medio ambiente confirmaron que los anfitriones fueron los artífices del éxito de la conferencia. Japón prometió asimismo 2.000 millones de dólares adicionales para la protección de las especies.
El próximo encuentro de los 193 países que firmaron la Convención de la ONU para la Biodiversidad será en 2012 en India.

Historia del Cementerio General, Patrimonio Histórico de La Paz

La Paz                               
el mariscal santa cruz fue el impulsor de la obra que sustituyó a los templos como sitios de entierro.

Rafael Alvis Flores - Cambio


El Cementerio General de La Paz fue fundado el año 1831 gracias a las gestiones realizadas por el Mariscal Andrés de Santa Cruz, ya que desde tiempos de la Colonia no se logró establecer un cementerio público, lo cual provocaba un serio problema de insalubridad en los templos de la Iglesia Católica, pues los fieles enterraban en sus atrios los cuerpos de sus seres queridos.

Según los datos con que se cuentan, los templos se convirtieron en los lugares preferidos para los entierros, debido a que en los habitantes de la ciudad de La Paz existía la fuerte creencia de que las almas de los difuntos no podrían alcanzar el cielo si sus cuerpos no eran enterrados en lugares sagrados.

Además, los personajes más importantes de la sociedad contemporánea eran sepultados en las capillas, especialmente si pertenecían a una cofradía. Lo contrario ocurría con los negros y mulatos, quienes estaban prohibidos de ser enterrados siquiera en las proximidades de los templos.

Desde esos tiempos ya se escuchaba hablar de clases en los entierros, pues la categoría a la que pertenecía el difunto hacía la diferencia en el precio del entierro. Es así que la primera clase costaba 400 pesos y las más comunes variaban de 35 a 80 pesos.

Según los antecedentes, ante la carencia de un camposanto en tiempos de la Colonia, en 1814 el cubano don Gregorio Hernández de Miranda, marqués de Valdehoyos, que fue gobernador de La Paz, fue quien hizo construir un cementerio en un lugar llamado Lazareto, en lo que hoy es Caiconi (Villa Fátima), en el camino a Yungas. Da la casualidad de que él fue el primero en ocuparlo.

Según los datos históricos, el marqués fue ajusticiado por los patriotas en uno de los cruentos episodios de la Guerra de la Independencia, y su cuerpo fue arrastrado hasta Caiconi el 24 de diciembre de 1814, tan sólo un mes y medio después de haberse bendecido ese necrosario.

A pocos años de nacida Bolivia a la vida independiente, fue el Mariscal Andrés de Santa Cruz, también impulsor de la Universidad Mayor de San Andrés, quien en 1831 pudo cumplir el antiguo anhelo de quienes deseaban un cementerio alejado de la ciudad, pero no tan distante como el de Caiconi.

Fue de esa manera que ‘El Panteón’, como se denominó en un principio, fue ubicado en la amplia planicie al pie de lo que es hoy la ciudad de El Alto.

La portada de piedra, que se conserva actualmente, fue inspirada por el presidente Santa Cruz, quien de esa manera tal vez quiso simbolizar la grandeza de las puertas del cielo que tenían capacidad de sobra para todos los que la atraviesen.

Ese monumento es una gran obra de granito, cuyas líneas arquitectónicas muestras el triunfo del estilo clásico, estrenado en la república, lo cual dejó atrás los templos virreinales influenciados por el barroco-mestizo y el rococó.

La magistral obra fue ejecutada por el arquitecto de la orden de los Franciscanos padre Manuel Sanahuja, quien colocó en la portada la inscripción “Verdadero desengaño y descanso de los mortales”.

Asimismo, con la finalidad de que la población se animara a enterrar a sus seres queridos en el primer cementerio paceño, el Mariscal Santa Cruz utilizó muy bien la psicología, pues hizo construir una capilla en medio, lugar destinado para realizar las vigilias y otras ceremonias de culto religioso católico.

Esa capilla, que en su origen fue de estilo sencillo y de poco costo, fue demolida para que en su lugar se levante una nueva, de acuerdo con el plan de construcciones del alcalde Luis Nardín Rivas, tomando como base el proyecto del arquitecto Mario del Carpio.

En toda la obra colaboraron el Mariscal Santa Cruz y el prefecto de La Paz, Manuel Vicente Martínez Monje Ortega, para de esa manera establecer con carácter terminante el cementerio que tanta falta le hacía a la ciudad y que rompió con la antihigiénica y peligrosa tradición de casi tres centurias de efectuar inhumaciones en los templos y atrios.

Ese camposanto, patrimonio de la ciudad de La Paz, recibirá durante estos días a miles de visitantes, quienes acudirán a rendir homenaje a las almas, cuyos cuerpos descanzan en las miles de tumbas.


Lo estrenó la mujer que se opuso a la obra

El escritor Elías Zalles indica que en 1828 las autoridades de La Paz activaron los trabajos del Cementerio General y no faltaron vecinos que protestaron contra la innovación.

Entre éstos sobresalía una anciana llamada Ana Paredes, quien persignándose decía a las amigas del barrio que las autoridades querían alejar de los campos sagrados de los templos los cuerpos de los cristianos. “No debemos consentir tamaño ultraje”, había dicho una vez.

Cuando por fin llegó el día de la conclusión de los muros que cercaban el cementerio público, las autoridades civiles y eclesiásticas habían resuelto inaugurar el nuevo camposanto con los restos del Obispo Ochoa, fallecido hacia un año y enterrado en un templo de la ciudad de La Paz.

Como los funerales del Monseñor fueron solemnes y duraron varios días, demoraró su traslado.

Mientras tanto, sorpresivamente, y tal vez de un infarto, falleció la viejita Ana Paredes, para quien no hubo grandes ceremonias ni mayores funerales, pero sus restos fueron los que estrenaron el Cementerio General.

Según las referencias históricas, antes del primer entierro en El Panteón (actualmente Cementerio General), los templos utilizados para sepultar a blancos, mestizos e indios eran La Merced, San Sebastián, San Pedro, San Juan de Dios y Santo Domingo.

Prácticas que se repiten

Fecha : 2010-10-30


Hace poco más de dos semanas, un columnista apreciado de Cambio describió, con una precisión inigualable, cómo algunos grupos que se oponen a la Ley Contra el Racismo y Toda Forma de Discriminación llevaban adelante su “protesta”. Huelgas de hambre incluidas y manifestaciones de barbijos tuvieron una amplia cobertura y motivaban análisis y reflexiones “profundas” sobre la supuesta “muerte de la libertad de expresión” en Bolivia.

“La lucha continúa”, se leía en poleras y letreros que adornaban la demanda contra la ley antirracismo, en realidad contra dos de sus artículos, para ser precisos y fieles con los ‘manifestantes’ que, entre otras cosas, la mayoría de ellos no había luchado por la democracia como decían, porque no habían nacido en aquellos tiempos en los que hablar sí era un riesgo y más si se exigía precisamente libertad y democracia.

Poleritas blancas, marchas con barbijos, pañuelitos blancos, claveles de color, consignas prestadas y mal hechas, mártires mediáticos o libros con firmas recogidas con engaños resultaron ser prácticas comunes de ciertos grupos que no sólo tienen espacio en nuestro medio. La experiencia en otras latitudes así lo confirma. Para pena de quienes fueron llevados de las narices a un movimiento por la “libertad de expresión y la democracia” y que creyeron efectivamente que la ley atenta contra tal derecho, aquella protesta, tanto en la forma como en el contenido, resulta siendo la misma que instrumentan grupos de derecha y empresarios de medios opositores contra gobiernos progresistas.

Cosas similares se han visto —por ejemplo— en Venezuela, donde la virulencia llegó incluso a involucrar a varios medios de comunicación privados con un frustrado golpe de Estado. Allí los intereses de políticos opositores, determinados medios de comunicación y periodistas no se diferenciaron para nada. El discurso opositor se fundió con las voces de “los hombres de prensa”. Qué mejor que ellos y no los viejos y gastados políticos se conviertan en la oposición política. Igual que en el proceso boliviano. Hay mucha experiencia que recoger de la práctica de ciertos comunicadores y medios en acción.

Entre tanto, avancemos en la reglamentación de la ley antirracista.

Fuente: ElCambio.bo

Argentina vive el día después tras el "largo beso del adiós" a Kirchner

Río Gallegos (Argentina), 30 oct (EFE).- Argentina vive hoy en un clima de serenidad el día después tras el multitudinario funeral de Estado que despidió al ex presidente Néstor Kirchner, cuya muerte conmocionó al país y provocó un vacío en la dirección del peronismo.
La presidenta argentina, Cristina Fernández, pasó la noche en la sureña ciudad de Río Gallegos tras darle allí este viernes el último adiós al cuerpo de su esposo, quien gobernó el país entre 2003 y 2007 y con quien desde hace 35 años compartía la vida matrimonial y política.
La mandataria se recluyó en su casa en la capital de la provincia de Santa Cruz, tierra natal de Kirchner, junto a sus hijos Máximo, de 33 años, y Florencia, de 20.
La ventosa Río Gallegos, 2.636 kilómetros al sur de Buenos Aires, amaneció hoy serena tras el multitudinario cortejo fúnebre que acompañó el féretro del ex mandatario hasta su morada final, en el cementerio local.
Allí aún hoy continuaba el desfile de personas frente a la bóveda de la familia Kirchner, donde fue depositado el féretro del ex presidente, que pasó la noche en la capilla del cementerio, abierta al público tras la íntima ceremonia de despedida del viernes.
La principal arteria de la ciudad, antes conocida como "Avenida del Bicentenario" ha cambiado su nombre por el de "Avenida Néstor Kirchner" y sus vecinos todavía no se hacen a la idea de que han perdido a "Lupo", como le conocían los galleguenses, o el "pingüino", como él prefería que le llamaran.
Fernández viajó en la mañana de hoy a la localidad de El Calafate (Santa Cruz), donde el miércoles pasado Kirchner murió de un ataque cardíaco.
En Buenos Aires la masiva despedida en las calles y en el interior de la Casa Rosada a los restos de Kirchner ha dado paso hoy a la expectativa por el regreso de Fernández a la actividad y el rearmado del escenario político al que obliga la muerte del ex presidente.
Según fuentes oficiales, Fernández retomará el trabajo el lunes, aunque no dieron precisiones de su agenda.
"Nosotros tenemos una responsabilidad ahora, con todos los gobernadores, con todos los intendentes, con todos los ministros que acompañamos a la presidenta de ayudarla, de apoyarla, de fortalecerla", dijo hoy el ministro del Interior, Florencio Randazzo, quien por otra parte rescató que durante los tres días de duelo la oposición se mostró "muy prudente y muy responsable".
También la Unión Industria Argentina, la mayor entidad patronal del país, y la Confederación General del Trabajo, la mayor central obrera, anunciaron el reinicio del diálogo para garantizar "paz social" tras la muerte de Kirchner, considerado el principal líder político del país.
El deceso de Kirchner sorprendió en momentos en que la central sindical y la patronal estaban duramente enfrentadas por el impulso gremial a un proyecto de ley para distribuir entre los trabajadores las ganancias de las empresas y por la creciente presión de los gremios para nuevos aumentos salariales por la inflación.
"En un momento como el que Argentina está viviendo, es responsabilidad de la dirigencia cortar con esta situación de tensión y volver al diálogo", afirmó hoy el secretario de la patronal industrial, José Ignacio de Mendiguren.
En tanto, el gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli, ha convocado para el lunes a los alcaldes oficialistas de la más rica y populosa provincia argentina, bastión del gobernante Partido Justicialista (PJ), para sondear cómo afrontar el vacío que deja en el partido la muerte de quien también era su líder.
Scioli, que ocupa la vicepresidencia del PJ, ha ratificado su respaldo al Gobierno de Fernández, al que Kirchner aportaba la construcción del tejido político con alcaldes y gobernadores.
Según dos sondeos de opinión difundidos hoy, tras la muerte de Kirchner y las demostraciones en las calles de apoyo a su esposa, la imagen positiva de Cristina Fernández se ha fortalecido al punto de mostrarla ya como favorita para los comicios generales de octubre de 2011.
Una encuesta de la consultora Nueva Comunicación revela que si esos comicios se realizaran hoy, Fernández lograría el 31,8 por ciento de los votos, seguida por Ricardo Alfonsín, de la opositora Unión Cívica Radical e hijo del también fallecido ex presidente Raúl Alfonsín, con un 15,9 por ciento.
Otra encuesta, de la firma Opinión Pública, Servicios y Mercados, revela que el 35,7 por ciento de los consultados votaría en 2011 a Fernández, secundada por el alcalde de Buenos Aires, el conservador Mauricio Macri (19,4 por ciento) y por Ricardo Alfonsín (16,3 por ciento).