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Alegato ante la Corte Suprema en el caso Fujimori‏



Per - Alegato ante la Sala Penal Especial de la Corte Suprema en el caso Fujimori


Inicio del alegato presentado por Ronald Gamarra en el proceso que se sigue contra Alberto Fujimori.
Señor Presidente: Venimos ante este honorable tribunal a hablar de crímenes contra la humanidad cometidos bajo la cobertura del poder político y la oprobiosa impunidad que ese poder ofrece a quienes ejecutan esos crímenes y especialmente a quienes los planifican y promueven. Sin embargo, ocurre que en el necesario análisis de esos crímenes, con frecuencia nos extraviamos en elaboraciones intelectuales y perdemos de vista lo central: que esos actos atroces se cometieron contra personas de carne y hueso, en cuyos pechos palpitaban corazones ávidos de vida; personas que abrigaban afectos, amor e ilusiones por las cuales luchar y esforzarse; personas que tenían madres, hijos y amigos que no cesan de llorarlos. Seres humanos idénticos a cualquiera de nosotros y que, en distintas circunstancias, hubiésemos podido ser cualquiera de nosotros mismos. Seres frágiles, pues por definición es frágil la vida del ser humano. Pero, sobre todo, seres únicos e irrepetibles, destinados, como todos los seres humanos, a transcurrir una sola vez sobre la tierra. Esas son las vidas únicas e irrepetibles, y por eso mismo de valor incalculable, como son las vidas de todos los seres humanos, las que una serie de crímenes brutales cometidos bajo el amparo del poder segaron con desafiante impunidad que no puede tolerarse más. En homenaje a esas individualidades prematura e injustamente truncadas, quiero recordar una por una a las víctimas del horrendo crimen de La Cantuta: , con toda una vida dedicada a la docencia y siempre ligado a las preocupaciones y necesidades de los estudiantes; de reconocido carácter afable y atento ante cualquier emergencia que los estudiantes podían tener, que desempeñaba el cargo de director de bienestar universitario. , que seguía la especialidad de Educación Inicial debido a su gran cariño por los niños. Ferviente católica, fue catequista en la parroquia San Francisco de Borja, en Lima. Debido a su fuerte inclinación por el arte, participaba en las actividades del grupo de teatro parroquial y universitario, pero también practicaba la danza y dibujaba al carboncillo. Era una buena deportista, destacando en natación y vóleibol. , que seguía estudios en la especialidad de Literatura y destacaba por sus composiciones literarias en cuento y poesía. Cultor entusiasta de la música, también participó activamente en la estudiantina universitaria. , natural de Chachapoyas, aficionado desde siempre a la práctica del fútbol, destacando a nivel escolar y luego, en la universidad, como integrante destacado de la selección de fútbol, hasta el momento en que tuvo que dejar el deporte por un problema en la columna. Un año antes de ser asesinado por el destacamento Colina, ingresó también a San Marcos con la intención de seguir la carrera de periodismo paralelamente a sus estudios de pedagogía en La Cantuta. , natural de Ancash, seguía la especialidad de Biología en La Cantuta. Joven activo y entusiasta, llegó a ser secretario general del internado de varones de la universidad. Le encantaba tocar la quena y formó parte de la estudiantina universitaria. También formó parte de la agrupación universitaria de danzas folclóricas. ingresó a la universidad en 1988, después de cumplir con el servicio militar obligatorio en el ejército. También había seguido la carrera técnica de electrónica. Aficionado a la música, le encantaba tocar zampoñas, y llegó a formar parte de la agrupación musical universitaria. , natural de una de las provincias más pobres del país, Aymaraes, en el departamento de Apurímac, llegó a Lima para continuar con sus estudios secundarios, primero, y luego ingresó a La Cantuta, siguiendo la especialidad de Electromecánica. Aficionado a la música andina, formó parte de la Estudiantina. , natural de Tarapoto, San Martín, cursaba el sexto ciclo de la especialidad de Lengua y Literatura. Ella era una gran deportista, incluso pertenecía a la selección de fútbol femenino de la universidad. seguía estudios en la especialidad de Electromecánica. Le encantaba el deporte, tanto que había llegado a ser cinturón negro en karate, y enseñaba este deporte a quienes querían aprenderlo en la universidad. , natural de Ancash, cursaba estudios en la facultad de Ciencias Naturales y Matemáticas. Era relativamente nuevo en la universidad y se le recuerda como una persona discreta y trabajadora. Quiero recordar así mismo a las víctimas de la horrenda masacre de Barrios Altos, en la persona del niño Javier Manuel Ríos Rojas, de apenas 8 años de edad, asesinado por el destacamento Colina junto a su padre Manuel Isaías Ríos Pérez, a quien trató de cubrir con su pequeño cuerpo de niño que fue destrozado en un instante por una ráfaga de ametralladora. Y menciono, a continuación, a las demás víctimas de la masacre de la calle Huanta, en Barrios Altos, una por una, con la advertencia de que cada nombre invoca un destino injusta y brutalmente segado, que este tribunal tiene el deber y la oportunidad de reivindicar con una sentencia ejemplar:
Filomeno León León
Lucio Quispe Huanaco
Máximo León León
Nelly María Rubina Arquiñigo
Luis Antonio León Borja
Luis Alberto Díaz Astovilca
Alejandro Rosales Alejandro
Odar Mender Sifuentes Nuñez
Teobaldo Ríos Lira
Octavio Benigno Huamanyauri Nolazco
Benedicta Yanque Churo
Placentina Marcela Chumbipuma Aguirre
Tito Ricardo Ramírez Alberto Igualmente quiero mencionar aquí a los sobrevivientes de la masacre de Barrios Altos, sobrevivientes a la orden inicua de matar a todos, sin contemplación ni mayores averiguaciones:
Natividad Condorhuanca Chicaña
Felipe León León
Alfonso Rodas Alvítez
Tomás Livias Ortega, que sobrevive confinado a una silla de ruedas, con los restos de varias balas alojadas definitivamente en su cuerpo. Pero esta es también la oportunidad de hablar por los familiares de las víctimas, especialmente por aquellas madres y padres, esposas, hijas e hijos que no cesan de llorar a sus seres queridos y que durante más de 15 años han tenido el admirable coraje y la perseverancia inusual en un país donde campea la impunidad, para convertir el más profundo dolor en un reclamo vigoroso e indeclinable de justicia, que este tribunal, dando un ejemplo al mundo, debe satisfacer. Los familiares de las víctimas han vivido su propio drama indisolublemente ligado al asesinato de sus seres queridos. Por un lado, ellos han debido soportar durante mucho tiempo el estigma injusto y falso de "terroristas", lanzado arteramente sobre sus seres queridos como supuesta justificación al proceder inadmisible del destacamento Colina. Quiero recordar aquí algo que todos debemos tener presente, y son las palabras del coronel Benedicto Jiménez, quien es sin duda el profesional de la policía más experimentado y exitoso del país, tanto así que fue quien capturó sin disparar un solo tiro al jefe terrorista Abimael Guzmán y a toda su plana mayor. El coronel Benedicto Jiménez ha declarado ampliamente ante este tribunal y ha establecido con toda claridad que las víctimas del destacamento Colina en La Cantuta y Barrios Altos no eran terroristas. Repito una vez más, y que nadie lo olvide: esos jóvenes asesinados de un tiro en la nuca, no eran terroristas. Lo dijo aquí el profesional de la policía más autorizado por su conocimiento, destreza y éxito en la lucha antiterrorista. Pero a pesar del dictamen concluyente del coronel Benedicto Jiménez, todavía hay quienes insisten en afirmar esa infamia sin fundamento. Durante mucho tiempo, demasiado tiempo, se dejó correr esa malévola especie, difundida por el servicio de inteligencia de la época de Montesinos y Fujimori. La señora Gisela Ortiz, hermana del joven Luis Enrique Ortiz Perea, asesinado en La Cantuta, describió la terrible situación en que se encontraban los familiares ante la memoria mancillada de sus seres queridos, con una elocuencia surgida de un dolor profundo, cuando dijo: "Qué incomprensión la que recibimos más de una vez, qué indignación la que sentimos ante el estigma que se levantaba contra nuestros desaparecidos y nosotros mismos. Qué soledad la de entonces, y qué duro se hacía continuar. Era como empujar una pesada piedra en la pendiente empinada de un cerro, como remar río arriba". Y la señora Carmen Oyague, hermana de la estudiante Dora Oyague, ha declarado: "Cuando salíamos a la calle, la gente hablaba: ha muerto un puñado de terroristas. Eso me dolía mucho. Una vez, en el seguro, una doctora que me atendía dijo a sus alumnos: estoy contenta con Fujimori porque ha pacificado el país. No pude contener el llanto y le dije: eso, a costa de mi dolor. Sus estudiantes se quedaron mirando." Que no se repita, pues, nunca más esa afirmación infame que es la calumnia difundida por los asesinos para intentar justificarse. Por otro lado, los familiares de las víctimas han sido blanco constante de cobardes amenazas de muerte con las que intentaban disuadirlos de sus reclamos. Por eso debemos rendir hoy el homenaje que merecen sobre todo esas madres y hermanas que supieron vencer todo temor personal sólo por seguir un mandato de amor y lealtad filial y fraternal hacia sus seres queridos brutalmente asesinados. Lo que quiero resaltar aquí es que, aún con todo el dolor que llevan a cuestas, esas madres y hermanas heridas en lo más profundo han tenido la capacidad de darnos a todos una lección de entereza y dignidad. Dignidad sin aspavientos, que se expresa con sencillez pero con decisión y claridad en las palabras tan llenas de contenido de la señora Raida Cóndor, madre del joven estudiante Armando Amaro Cóndor, que ha dicho estas palabras que quiero repetir aquí porque son el norte que guía nuestra actuación como defensores de la parte civil. La señora Raida Cóndor ha dicho lo siguiente: "Mi lucha es en nombre de mi hijo, para que no haya una madre que sufra esto. No pido ojo por ojo ni busco venganza. Busco justicia porque los mataron sin piedad, no tuvieron corazón. Quisiera preguntarles a los asesinos por qué lo hicieron. Cuando encuentre justicia, me sentiré más tranquila y podré ir en paz a encontrarme con mi hijo". He subrayado que los crímenes que aquí se juzgan se cometieron en agravio de personas concretas y de sus familiares, pero también nos alcanzan inevitablemente a todos, porque nadie puede ser indiferente ante la enormidad de los crímenes cometidos con la impunidad del poder. La desaparición forzada, la ejecución extrajudicial y la tortura son parte del prontuario de las peores dictaduras, y por eso merecen el repudio universal que cataloga esos delitos como crímenes contra la humanidad, justiciables bajo la jurisdicción universal. Tengamos entonces conciencia de que no nos encontramos solamente ante infracciones calificadas al código penal. Los hechos que se juzgan en este tribunal tienen un contenido que incumbe a todos los ciudadanos de nuestro país y ciertamente también a la humanidad entera, que ha consagrado tratados con normas de validez internacional específicas para sancionar esta clase de crímenes. Está, pues, en manos de este tribunal hacer justicia condenando los delitos que aquí se examinan como crímenes de lesa humanidad. Y así como las víctimas de los crímenes que se juzgan ante este tribunal tienen nombres e identidades concretas que no debemos olvidar, así mismo los responsables de esos crímenes no son entidades abstractas sino seres de carne y hueso, aunque está por ver si conservan el alma, y tienen nombres y apellidos, y el mayor de todos ellos, quien ahora no tiene el coraje de asumir el costo de las órdenes que dio y del sistema criminal que montó, junto con Vladimiro Montesinos y Nicolás Hermoza Ríos, entre otros, está sentado aquí ante nosotros, y se llama Alberto Fujimori.
Ronald Gamarra Secretario Ejecutivo de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos (CNDDHH) y abogado de la parte civil Alegato presentado ante la Sala Penal Especial de la Corte Suprema de Perú




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Final del alegato presentado por Ronald Gamarra en el proceso que se sigue contra Alberto Fujimori. Señor Presidente: ¡Cuán insólito es que una nación juzgue a su gobernante! Evidentemente, no es algo que ocurra todos los días. A pesar de los intentos, en distintas partes del mundo, por juzgar a jefes de estado cuyos delitos, con frecuencia, son tan evidentes que parecerían no exigir mayor probanza, la verdad es que el juicio a un jefe de estado es un hecho excepcional. Y eso ocurre porque, escudados en los privilegios que las leyes suelen reconocer a los gobernantes, pero sobre todo gracias a la protección que les dan las densas redes de lealtades y complicidades, tejidas en largos años de ejercicio de la autoridad suprema al margen de todo control institucional efectivo, los jefes de estado, o quienes acaban de dejar de serlo, suelen tener la sartén por el mango frente a los simples ciudadanos, las víctimas humilladas y ofendidas, que los acusan por sus crímenes. Sin embargo, a pesar de la sacralización tradicional del poder y su pompa, en la historia ha habido momentos en que los pueblos han juzgado a sus gobernantes. Todos recordamos, por ejemplo, el juicio de Luis XVI, al inicio de la Revolución Francesa: juzgado por la Convención revolucionaria, el rey de Francia fue sentenciado y ejecutado con rigor extremo. En el Perú, tenemos el antecedente del juicio a Augusto B. Leguía, presidente de la república durante once años seguidos, quien, al ser derrocado, fue puesto bajo la jurisdicción del Tribunal de Sanción, órgano creado ex professo, al calor de la pasión política, para castigar a Leguía y los leguiístas, aunque, como sabemos, el presidente del Oncenio falleció sin llegar a pronunciarse la sentencia. Fuera de casos como los dos que acabo de citar, más frecuentes han sido en la historia los momentos en que ciertos jefes de estado han sido castigados por la fuerza descontrolada de una masa indignada o enfurecida. ¿Cuál es el denominador común de estos ejemplos? No es difícil identificarlo. El factor común es el carácter político del juicio, la sentencia o el castigo pronunciados y aplicados como consecuencia de un juicio no exento de pasión, y tal vez esencialmente determinado por ella. Es por eso que un organismo representativo y legislativo de tiempos revolucionarios, como la Convención francesa, se erige por sí y ante sí en supremo juez con poder de vida y muerte. Es por eso que el caudillo militar que derroca a la dictadura de Leguía invoca el "sentir nacional" y se erige en su intérprete privilegiado para constituir un órgano de sanción, directamente, y no de examen y definición serena de responsabilidades. Es por eso que la masa descontrolada siente legítimo perpetrar el linchamiento del gobernante que despertó en ella la pasión avasalladora del odio. El juicio al ex presidente Alberto Fujimori, que se celebra ante este tribunal, rompe claramente con todos estos precedentes que hemos resumido en los casos de Luis XVI y Leguía: de allí su enorme trascendencia, su innegable resonancia, su carácter modélico, no sólo para nuestro país. Podemos justificar esta trascendencia por tres razones. En primer lugar, porque este juicio al ex presidente Alberto Fujimori no es un juicio político, sino un proceso judicial, conducido por jueces de larga e ilustre carrera en la magistratura y la docencia universitaria, un proceso que se desarrolla según las pautas obligatorias de la ley penal y la respectiva ley de procedimientos, conducido con respeto escrupuloso a las garantías judiciales correspondientes a todo procesado. No se juzgan en este juicio las opiniones ni los actos políticos del acusado, sino sus actos u omisiones que configuran delitos tipificados en el código penal. En segundo lugar, porque en este juicio al ex presidente Alberto Fujimori, al examinar los cargos contra el procesado, se ha hecho a un lado la interferencia nefasta del apasionamiento, de los sentimientos favorables o adversos al reo, es decir, de los prejuicios. Lo digo rotundamente: no nos interesa obtener de este tribunal un fallo ciegamente condenatorio, sino una sentencia sólidamente razonada, que sirva a la educación cívica del pueblo y a la salud de nuestra vida institucional democrática. Por eso es que intervenimos activamente en este debate judicial con nuestras pruebas y argumentos, y es que aspiramos a convencer con la fuerza persuasiva de razones debida y sólidamente fundamentadas. Por eso debatimos también con la defensa del ex presidente procesado. Porque, en suma, aspiramos a que el resultado de este prolongado proceso judicial se refleje en una sentencia que valga y se sostenga por sí misma, más allá de nuestra época, y no por la fuerza de una determinada coyuntura política. Se comprenderá, entonces, la importancia crucial que tiene para la justicia y la salud democrática del Perú, que este juicio sea, como en efecto es, un proceso judicial auténtico, con plenas garantías, y no una vendetta. En tercer lugar, este juicio al ex presidente Alberto Fujimori es un acontecimiento trascendental porque aspira a obtener una sanción legal y justa, y no el linchamiento del procesado. No aspiramos a otra cosa que no sea la aplicación igualitaria, es decir democrática, de la ley penal, de la misma manera que se aplicaría a cualquier otro ciudadano que violase sus normas. De modo que, contrariamente a lo que afirman algunos defensores muy poco ingeniosos del ex presidente, este juicio no ha de crucificarlo, ni ha de guillotinarlo, ni ha de enviarlo a galeras sine die. El procesado Alberto Fujimori, ex presidente del Perú, autor de crímenes de lesa humanidad, no deberá recibir otra sanción que no sea aquella expresamente contemplada en la ley penal peruana. Por eso este juicio le ha brindado, desde su inicio, todas las consideraciones que cabe guardar a un procesado, incluso a veces en exceso, como ocurre, en nuestra opinión, con las condiciones privilegiadas de su detención exclusiva en la DINOES, con espacio, servicios y hasta un festivo régimen de visitas, que significan privilegios de los cuales no goza ningún reo en el Perú. Señor Presidente: De lo anterior, se deduce una triple importancia política, moral y didáctica de este juicio al ex presidente Alberto Fujimori para los peruanos y, con toda probabilidad, no sólo para nosotros, como lo evidencian las numerosas visitas hechas a las audiencias de este proceso por observadores internacionales de la mayor prestancia moral, intelectual e institucional, provenientes de todas partes del mundo. Desde el punto de vista político, este juicio al ex presidente Alberto Fujimori entraña una afirmación vigorosa de los valores democráticos y ciudadanos, y especialmente una reafirmación rotunda del principio democrático de la igualdad de todos -gobernantes y gobernados, débiles y poderosos, sin ninguna excepción- ante la ley democráticamente aprobada, común a todos. Esto es importante en extremo, tal vez decisivo, en un país como el nuestro, donde la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley es, todavía, una meta por alcanzar, y donde los privilegios, las excepciones y las exoneraciones frente a las obligaciones legales son pan de cada día. Juzgar a un ex presidente debe servir, entonces, para que nos quede muy claro a todos cuál es el lugar y la fuerza que tiene en la democracia el principio según el cual nadie está por encima de la ley, y menos si delinque. Desde el punto de vista moral, el juicio al ex presidente Alberto Fujimori supone la afirmación de la lucha contra la impunidad en un país como el Perú, donde tantos crímenes claman por justicia que llega tarde o no llega nunca. Este juicio es, entonces, una oportunidad única, extraordinaria, para empezar a enderezar la deuda histórica que el Estado tiene frente a la sociedad en relación con la justicia. Por otro lado, es evidente que este juicio, en algún momento y de alguna forma, hoy o tal vez mañana, ha de tener un efecto catártico sobre la ciudadanía. Porque en un país tradicional y tan profundamente patriarcal, como es el nuestro, no se juzga impunemente a un jefe de estado, no se le procesa y eventualmente se le sentencia sin que eso tenga una consecuencia insoslayable sobre la conciencia ciudadana. Abrigamos la esperanza de que esta circunstancia histórica y esta catarsis puedan ser la oportunidad, tan largamente esperada, de maduración, crecimiento y enriquecimiento moral de la sociedad y la democracia peruana. Desde el punto de vista didáctico, este juicio al ex presidente Alberto Fujimori nos ofrece a los peruanos una oportunidad de aprendizaje colectivo sin precedentes en nuestra historia. Como en una gigantesca aula, y gracias al progreso de los medios de comunicación, los peruanos han podido asistir, colectivamente y en simultáneo, durante las audiencias de este proceso, a múltiples lecciones de una educación cívica real y ya no retórica. Por un lado, se ha podido apreciar a través de este juicio cómo es que funciona el ideal democrático de un juicio por responsabilidades penales. Así, es de esperar que los ciudadanos puedan aprender a exigir la aplicación de una justicia penal democrática a todo nivel de la administración de justicia. Por otro lado, se han podido conocer a fondo los detalles vergonzosos y delincuenciales de un régimen autoritario, y hemos podido comprobar que, tras la pobreza, el atraso y la injusticia que padece el Perú, está, como indignante razón de fondo, la manera en que los gobernantes se conducen al ejercer el poder que usurparon o que ingenuamente les confió la nación, cruzando a discreción la barrera del delito y el crimen. Señor Presidente: La parte civil, las víctimas y sus familiares, esperan y confían en que la sentencia que emitirá este tribunal estará a la altura de la trascendencia e importancia de este juicio, que hemos descrito y subrayado. Las víctimas y sus familiares han esperado este momento durante 17 años de reclamo incesante por justicia: 17 años humillados y ofendidos, pero también 17 años de lucha ciudadana, digna y ejemplar; 17 años de lucha desigual del débil contra el poderoso y engreído, de David contra Goliat. Después de 17 años atravesando el desierto en pos de esa tierra prometida y tantas veces negada, que es la justicia, las víctimas y sus familiares tienen el derecho mil veces ganado a recuperar algo de la paz que los asesinos de sus hijos y hermanos les arrebataron brutalmente. Y eso sólo puede dárselos una sentencia justa, que condene los delitos de lesa humanidad cometidos contra ellos y a quienes los perpetraron, empezando por el principal y primer responsable de la maquinaria criminal condensada en el destacamento Colina: el acusado Alberto Fujimori. Señores magistrados, en sus manos está empezar a corregir por donde se debe, el árbol de las responsabilidades penales en nuestro país. Estamos demasiado acostumbrados a que vayan a la cárcel solamente los peces chicos, mientras los tiburones siguen sueltos en el ancho mar de una vida nacional cada vez más corrompida y desmoralizada. Mal haría este tribunal en hacer justicia solamente con los pobres diablos adiestrados en el cumplimiento, "sin dudas ni murmuraciones", de órdenes criminales que otros formulan sin piedad ni remordimientos, ocultos tras la inmunidad del poder. Que el país sepa que quien viola la ley en este país, merece y recibe una sanción sin importar si es grande o chico, débil o poderoso, gobernante o simple ciudadano. No sólo la atención del país se concentra en este juicio. La atención de la comunidad civilizada, en todas partes del mundo, está dirigida ansiosamente sobre este juicio. Por todo lo hecho hasta este momento, este juicio ya representa un hito trascendental para el Derecho y es un parteaguas para el desarrollo democrático de países todavía en busca de su destino como es el nuestro, que es también el caso de la gran mayoría de países en el mundo. Este juicio contra el reo Alberto Fujimori, por crímenes de lesa humanidad, es uno de los acontecimientos mayores en la lucha incesante por el imperio del Derecho contra la impunidad de los crímenes de lesa humanidad. Que la sentencia de este tribunal haga, pues, honor a esta expectativa ecuménica de justicia y no la defraude. En ello confían los familiares de las víctimas, bienaventurados por su santa sed de justicia, que han recorrido y sufrido tanto por reivindicar la memoria de los seres queridos que los asesinos les arrebataron cruelmente y sin el menor remordimiento expresado hasta el día de hoy. Y en ello confíamos todos los que, dentro y fuera del Perú, aspiramos a la justicia.
Ronald Gamarra Secretario Ejecutivo de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos (CNDDHH) y abogado de la parte civil Alegato presentado ante la Sala Penal Especial de la Corte Suprema de Perú.


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Derechos Humanos en Perú

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MININTER AL SERVICIO DE LA CÚPULA DEL APRA


Lima, 20/02/2009 (CNR) -- La designación de Mercedes Cabanillas al frente del Ministerio del Interior (MININTER) se enmarca dentro del uso político que viene haciendo la cúpula del Partido Aprista de dicho portafolio, sostuvo el analista Carlos Tapia.
En declaraciones al programa "Diálogo Directo" de la Coordinadora Nacional de Radio (CNR), Tapia hizo hincapié en el hecho que, desde su primer régimen, el APRA ha encargado la conducción del MININTER a sus dirigentes de mayor peso político, como fueron Luis Alva Castro, Abel Salinas y Agustín Mantilla.Tapia detalló que, a diferencia de lo que conoce el común de la ciudadanía, el citado portafolio maneja importantes dependencias dentro de la Policía Nacional; tales instancias, en la práctica, le permiten al partido de gobierno un cerrado control tanto de sus opositores como de elementos disidentes en sus propias filas.En ese contexto, consideró que la gestión de Pilar Mazzeti como ministra del Interior al inicio del presente gobierno, fue una mera estratagema para proyectar una imagen de apertura. "Por algo el APRA encarga el MININTER a sus mejores líderes, cosa que no sucede con otros gobiernos (...) desde allí, el MININTER es un aparato al servicio de la comisión política del Partido Aprista. Esto es muy peligroso", alertó.El analista dejó entrever cuáles serían las primeras implicancias tras el nombramiento de Cabanillas. "El MININTER es una gran zona de corrupción; por algo ponen a Cabanillas. No la ponen porque es especializada, sino que requieren a alguien de absoluta confianza para la cúpula del partido. Eso es una gran amenaza para la democracia en el país, además de las elecciones que se vienen".Finalmente, Tapia estimó que esta situación podría tener repercusiones en el propio titular del gabinete ministerial, Yehude Simon. "Este paso con Cabanillas no es cualquier paso; se trata de endurecer el gobierno de la manera escondida (...) pero, por lo bajo tenemos la corrupción que avanza con todo. Se están robando el país y nadie dice nada (...) Yo no sé si su estómago (de Yehude Simon) aguanta tanto", puntualizó.

La Madrina



César Lévano
Mercedes Cabanillas es desde ayer ministra del Interior. De su desempeño no cabe esperar nada bueno para el orden democrático y la seguridad ciudadana.La ministra ingresa en el Consejo de Ministros con una promesa de orden, en un país donde, según expresó, todo el mundo “quiere hacer lo que le da la gana”.Ella es un ejemplo de tal defecto. Acaba de ser denunciada como cómplice y patrocinadora de un traficante de tierras que quiere hacer y, en efecto, hace lo que le viene en gana respecto a la propiedad ajena.La doctora Cabanillas es aprista desde sus años de colegiala; pero no se ha distinguido por el coraje en su militancia. Una de sus hazañas le valió la condenación del propio Haya de la Torre, y apristas de base le reprochan haber renunciado a la dirección partidaria apenas se produjo el autogolpe de Alberto Fujimori.Lo que caracteriza su acción, sobre todo en años recientes, es la inclinación a avalar abusos o crímenes de las fuerzas del orden.En el momento de asumir su cargo, la ministra es denunciada como mentirosa. Ha negado con firmeza ser amiga de su compañero de partido, el traficante de terrenos Germán Cárdenas León, personaje que tiene 208 denuncias por usurpación y robo agravado, y cuatro órdenes de captura. Una alhaja.César Hildebrandt, en su programa El perro del hortelano del Canal 11, exhibió, sin embargo, el domingo pasado un vídeo en que Cabanillas se refirió a Cárdenas como “mi hermano mayor”, con quien lo une una “amistad espiritual”.Cárdenas, gran beneficiario de la flamante ley 29320 que consagra despojos, ha declarado que la ahora ministra es su madrina de matrimonio.No es ése el único madrinazgo con que la señora Cabanillas ha agraciado al traficante. También fue madrina del Conjunto Residencial Santa Rosa, en terreno invadido por Cárdenas, en el distrito de San Juan de Lurigancho.Por todo eso, la nueva integrante del gabinete ministerial representa la actual fase del aprismo que busca acaparar cargos desde los cuales se pueda ejercer el abuso, defender intereses oligárquicos e imperialistas, apadrinar el autoritarismo, y, de paso, engordar la propia fortuna. Días atrás, Armando Villanueva, líder histórico del Apra, instó a los dirigentes sindicales apristas a luchar contra la corrupción.Quería enfrentar, sin duda, el malestar público frente a un gobierno aprista en el cual la corrupción se ha convertido en epidemia, visiblemente contagiosa. El caso de Cárdenas, o el de Collique, son muestra clamorosa.Esta noche, cuando el aprismo celebre el Día de la Fraternidad, sería bueno escuchar a Villanueva levantando, respecto a la política neoliberal y la corrupción, el comentario acusador, el deslinde ético, sin los cuales el Apra marcha al despeñadero, marcada por el estigma de la derecha antidemocrática.

SERÁ LA THATCHER


Cabanillas, mano dura
(1) Mulder celebra copamiento y García parece bendecirlo. (2) ¿Se despide? (3) Portátiles Carlos Arana y Javier Morán.




García le da luz verde a Cabanillas en la cartera del Interior. Ministra anuncia reorganización de la Policía. Las próximas renuncias serían las de Yehude Simon y Elena Conterno.La aprista Mercedes Cabanillas asumió ayer la difícil tarea de conducir el Ministerio del Interior y, a juzgar por su anuncio de reorganizar otra vez la Policía Nacional, todo indica que el presidente Alan García la ha puesto en el cargo para poner mano dura en el ministerio. Cabanillas, en sus primeras declaraciones a la prensa como ministra y en medio de la algarabía partidaria, prometió reorganizar la Policía con una propuesta elaborada por especialistas de la Defensoría del Pueblo. Incluso dijo que ya ha sostenido una reunión con la doctora Beatriz Merino para poner ese plan en marcha. También ofreció luchar contra la corrupción instalada en la institución policial, a propósito de las denuncias por tráfico ilegal de combustible que involucran a más de mil oficiales. Según dijo, otro pilar de su gestión será articular un programa eficiente de seguridad ciudadana con la finalidad de reducir la delincuencia en todos sus niveles, poner orden y con ello recuperar la buena imagen de la institución policial. “La lucha contra la corrupción no tendrá cuartel, aplicaremos sanciones enérgicas y drásticas. De hecho hoy (ayer) realicé visitas inopinadas a grifos de la ciudad”, puntualizó.Asimismo, estimó que con apoyo del Congreso podría modificar algunos artículos del Código Penal para que las sanciones a los delincuentes sean más severas y hasta bajar a menos de 18 años de edad la responsabilidad penal. “En el Perú la gente quiere hacer lo que le da la gana, no respetan nada, a partir de ahora haremos cumplir la Ley”, añadió con un gesto adusto. La salida de su predecesor, Remigio Hernani, se da en medio de denuncias de corrupción en la Policía, además de las muertes de dos efectivos en el Bosque de Pómac, así como el reciente atentado contra la fiscal de la Nación, Gladys Echaíz, que hasta ahora no ha sido esclarecido; entre otros desaciertos como pedir públicamente la renuncia del ex director de la Policía Octavio Salazar. Apenas el martes último Hernani negó su salida del gabinete de ministros en una conferencia de prensa ofrecida en el Hospital Central de la Policía. “Acaso no me ven aquí parado”, dijo en aquella oportunidad. LA PRIMERA pudo conocer por altos funcionarios del gobierno que el lunes 16 el presidente García sostuvo una reunión con dirigentes apristas a quienes les confió que Hernani ya no iba más. Lo curioso es que en la reunión en que el mandatario abordó el tema no participó Yehude Simon. Es decir, el cambio de Hernani se hizo sin la anuencia del premier, quien conoció el nombre de la reemplazante al término de la referida cita. A Yehude sólo le quedó aceptar el cambio y anunció el nombre de Mercedes Cabanillas para esa cartera, aunque ayer dijo a la prensa que él la había propuesto.Por su parte, García expresó su confianza en que la parlamentaria aprista cumplirá una excelente labor al frente del sector Interior y dijo que su ingreso al Ejecutivo fortalece políticamente al gabinete. “Creo que es un fortalecimiento de tipo político. Tiene conocimiento del sector, porque ha estado en las comisiones de Defensa y Orden Interno durante tres años. Creo que va a encontrar mejores condiciones que las que existían al comienzo y podrá hacer una excelente labor”, aseguró el mandatario.Fuentes de LA PRIMERA señalaron que los próximos en dejar el gabinete serán el premier Yehude Simon, de quien incluso se dice prepara el retorno a Lambayeque, y la ministra de la Producción, Elena Conterno, quien sería cambiada por una aprista a fin de que el partido de gobierno controle con fines políticos, por ejemplo, lo programas sociales a cargo de esa cartera.
Marcelo Puelles
Redacción

EUROPA VIÓ Y ESCUCHÓ LA POSICIÓN DE EVO

AQUIJE INFORMA, PARIS -Viernes 20 de Febrero del 2,009
El presidente boliviano ha dejado una estela de posición concreta frente a los excesos de la Unión Europea.Así como cuando expulsó al embajador norteamericano y a las pocas semanas viajó a los Estados Unidos para exponer en la OEA y la propia Naciones Unidas por qué se tomó esa medida, así ha dejado esta semana un mensaje de claridad en París , luego de un gran preámbulo en Rusia .
Evo Morales busca fortalecer las relaciones en materia energética.El mandatario boliviano, junto a sus ministros de Defensa, Wálker San Miguel, y de Hidrocarburos, Oscar Coca, fue recibido por su par ruso Dimitry Medvédev en Moscú.
Allí permaneció durante más de 24 horas y concretó acuerdos para la ejecución de una serie de proyectos conjuntos en los campos de energía, extracción y transporte de gas; infraestructura gasífera y minería.
Los compromisos bilaterales serán ejecutados con la participación de empresas rusas y bolivianas y uno de los acuerdos destacados es el de cooperación entre las estatales petroleras YPFB y Gazprom.
Tras su visita a Rusia, Morales llegó en la noche del Lunes 16 de Febrero a París, donde se reunió con el presidente Nicolás Sarkozy explicando la posición de Bolivia ante la Unión Europea para que respete a la Comunidad Andina de Naciones CAN como bloque, en vez de alentar el unilateralismo .
La Unión Europea ha intentado avanzar en tratados con Colombia y Perú, de manera bilateral, ante el desacuerdo de Ecuador y Bolivia.
Es por eso que Evo Morales con mucha cordialidad ha expresado en París : las negociaciones deben continuar siendo bloque a bloque ,para respetarnos cada región .