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Internet es el campo de batalla del siglo XXI‏

Enrique Sacristán
SINC

El conocimiento abierto, las redes sociales en internet, el ciberactivismo y los usos sociales de las tecnologías son algunos de los temas sobre los que reflexiona el holandés Geert Lovink (Ámsterdam, 1959), teórico de los medios, crítico y autor de numerosos libros, con sólo uno traducido al español (Fibra Oscura). Esta semana ha recorrido parte de la península Ibérica para hablar sobre "La política de la producción de conocimiento abierto" en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, y "Sobre cultura crítica en internet" en el Festival Zemos98 de Sevilla.

Este investigador rompe los moldes académicos. Estudió Ciencias Políticas en la Universidad de Ámsterdam, donde hoy imparte clases en la Facultad de Humanidades y es miembro del grupo e investigación de medios de comunicación y cultura. De forma paralela, Lovink es el director del Institute of Network Cultures y ha participado en la creación de proyectos en internet como Digital City, Nettime o Fibreculture.
Internet está en boca de todo el mundo, pero ¿quién controla realmente la Red?
Lo oportuno y correcto sería decir que se trata de un asunto complejo, pero esto no satisfaría al lector. El control de internet es el perfecto campo de batalla del siglo XXI que hasta ahora no ha sido más que un volcán dormido. Pero hay algo de cierto en la tesis de que, en última instancia, es el gobierno de EE UU quien controla internet. Las cosas no han cambiado mucho, aunque no es de extrañar, con la agresividad de esta administración estadounidense. El control militar y de los servicios secretos ha sido hábilmente encubierto por lo que, en aquellos días, se llamaba el 'control mundial'. Lo que imperaba era la idea de un 'consenso de trabajo' entre los gobiernos nacionales, la industria y la sociedad civil (que somos tú y yo). La mayoría de estos representantes no son elegidos a través de elecciones ordinarias. Si no eres un burócrata, un tecnólogo o un ingeniero encontrarás todas estas ideas bastante terroríficas, pero en círculos de Internet este tipo de conceptos es elogiado como extraordinariamente sensato y abierto. La última cosa que debería hacerse sería ceder internet a las Naciones Unidas, ¿no? O lo que es peor, al gobierno chino. Por lo tanto, si no eres un tecnócrata neoliberal libertario, este mundo no es el tuyo. Mi consejo, por lo tanto, es quedarte fuera de este embrollo. No merece la pena enfadarse.
¿Cuál es su consejo para hacer un uso social de internet?
Existe ciertamente una vuelta de lo social como una virtud virtual. ¿Social como se entiende en EE UU, o social como usamos el término en Europa? En el primer caso, se refiere a un grupo que colabora y que trabaja unido para alcanzar el objetivo. En el segundo caso, significa un compromiso de clase por un estado de bienestar. ¿O deberíamos decir incluso socialista? ¿O incluso nacionalsocialista? (mejor no entremos en esto). El problema es que los términos que usamos en la nueva cultura de los medios de comunicación son evidentes por sí mismos. Nuestra tarea como críticos de la red es recordar este punto. Esto debería hacerse también con los denominados sitios de redes sociales, como MySpace y YouTube. Lo que necesitamos es comprender hasta qué punto es social crear nuevas relaciones sociales.
Evidentemente, este software no es autónomo. No se trata de un código divino, sino que ha sido generado por una clase restringida y fácil de definir de fanáticos blancos de la informática, con cierto apoyo de inversores de más edad, ejecutivos y comerciantes con el mismo origen social y la misma ideología. Su idea de lo social está basada en la noción de que todos somos 'amigos' que nos conectamos en una 'red'. Es un mundo sin adversarios y sin conflictos. Ésta es la idea a priori de lo social. La otra está más allá del horizonte de la red. No es ni en la familia, ni la tribu, ni el lugar de trabajo, ni el colegio ni el partido, sino en la red donde estas viejas estructuras se perfilan claramente. La red tiene como objetivo promover nuestras carreras y 'contactos'. Queremos ser más, conocer más gente, oír a más grupos. Lo que atrae nuestra atención subconsciente son lazos muy débiles: la película que todavía no hemos visto, el amigo o compañero con el que podríamos no habernos encontrado. ¿Cómo sacar provecho de esto? Eso depende de ti. Para los jóvenes sólo se trata de una diversión. Espero, al menos, que todos sean conscientes de la lógica cultural que está en juego y de los intereses comerciales que hay detrás de este impulso loco por trazar tu perfil y tu conducta de usuario.
¿Qué opina de los blogs y de los bloggers?
La mayoría de los blogs de los sitios de redes sociales son productos de la arquitectura del software subyacente. Los blogs son herramientas publicitarias de la red, fáciles de utilizar, pero que también crean un tipo específico de subjetividad. A mí me interesan los blogs que invitan a las personas a reflexionar, a decir algo sobre ellas mismas.Los blogs son la continuación de las páginas personales de los 90 y en este sentido son algo privado. Obviamente están ahí fuera, abiertas a todo el mundo. Es esta mezcla de lo privado y lo público, es esta transformación en cultura de masas lo que me interesa. ¿Por qué habríamos de revelar tantas cosas a un público anónimo?Parece que es un fuerte impulso de expresar unos últimos bits de singularidad sobre nosotros mismos. Todos sabemos que sólo somos un montón de números, objetivo de ideologías y de marketing. Sin embargo, a veces encontramos las herramientas adecuadas en la filosofía que caracteriza a una época para no asimilar ese bit desconocido llamado uno mismo.
Fundaste junto a Pit Schultz la lista de correos para redes culturales y políticas Nettime ¿cómo ha sido esta experiencia?
Me encontré con Pit Schultz, que vivía en Berlín, más o menos en el momento en el que empezamos con internet, en 1993. En 1987, me compré mi primer PC, y me aficioné a los boletines de noticias alrededor de 1991 cuando tuve mi primer módem, un año después me compré mi primer portátil Toshiba Dynabook, uno con un procesador Intel 286. Fuera del mundo académico teníamos los mismos intereses en teoría de los medios, arte, electrónica, música y radios piratas. Ambos queríamos meternos, pero al mismo tiempo, nos conteníamos, queríamos observar. Quizás, Pit era más el tipo vago, y yo era más el activista político. En cualquier caso, Nettime fue el primer y más importante intento de formular un discurso crítico europeo post-89 para aquellos que estábamos involucrados. La crítica pura que Nettime representaba, basada en listas de correo electrónico, reuniones internacionales y publicaciones, era siempre inmanente. Era informada y procedía de redes internas de ordenadores. Rápidamente, ya en 1995, Nettime se convirtió en un encuentro entre EE UU y Europa que intentaba formular una respuesta al discurso comercial agresivo de la revista Wired. Nettime perdió algo de su influencia en 1999, en la cima de la dotcommania, también debido a que no migró a la Web. La colección de listas en unos cinco idiomas sigue existiendo, pero ha perdido su espíritu. Yo todavía sigo, porque aún continúa cumpliendo un papel modesto.
Hablemos del software libre. ¿Está a favor? ¿Qué opina de Linux y Creative Commons?
Estoy a favor de todo ello y yo mismo lo utilizo. Pero, mi preocupación es cómo los profesionales creativos (independientes) van a ser capaces de ganarse la vida en internet. Deberíamos comenzar por decir no a los traficantes tecnolibertarios que sólo nos ofrecen la posibilidad de regalar nuestras ideas. Lo más probable es que estas soluciones técnicas no provengan de EEUU, de modo que aquí en Europa (y quizás en la región de Asia-Pacífico) sólo exista una única posibilidad para construir unos bienes comunes digitales con los cuales se hagan realidad tanto el 'conocimiento libre', como una economía sostenible para los productores creativos. Por supuesto, también podemos pensar en financiaciones, publicidad y en la desviación de los beneficios de la fabricación de hardware y software, motores de búsqueda y empresas de telecomunicaciones, porque al final, son ellos los que, por el momento, se aprovechan más de todos los contenidos gratis.
Ha comentado que los artistas se quejan de que con "el todo gratis" no se puede vivir, ¿qué soluciones propondría?
Podríamos hacer propuestas a largo plazo y encontrar una solución personal a corto plazo. En Madrid he hablado de un sistema de micropagos de modo que los artistas, diseñadores y escritores puedan empezar a ganarse la vida en internet. Existe una aceptación general al respecto, basta sólo como mirar en iTunes y también en los tonos y otros servicios que las personas compran a través de sus móviles.
Centrándonos en el activismo en los medios ¿cómo ve la situación actual?
Tengo que admitir que no han pasado muchas cosas durante los últimos años. En particular, es el populismo de derechas el que ha tomado la iniciativa.
Basta con mirar el lanzamiento que se ha hecho de la película holandesa antimusulmana de Geert Wilders. No es tan diferente de las tácticas utilizadas por los llamados 'djihadistas digitales'. Los canales de TV habituales rehusaron incluso difundirla. Las páginas web como Indymedia están mucho más centradas en la producción de noticias y no dan cabida a conspiraciones, rumores y deseos sociales. El reto de aquí en adelante es cómo abordar la lógica persuasiva de los sitios de redes sociales. Los activistas han ignorado hasta ahora sitios como Skyrock, Bebo, Hyves y StudiVZ. Esto podría cambiar. Recientemente he oído por primera vez un ejemplo de mobbing multitudinario en la web francesa de MySpace. Una manera de seguir adelante es invadir estas redes sociales online. Otra sería adueñarse de ellas. No existe suficiente inteligencia de software (libre) en los movimientos sociales, ¿correcto? Por lo tanto, quizás sea el momento de desarrollar algo más grande que una simple wiki. Pensad, vosotros fanáticos de la informática revolucionarios. ¡Dejad vuestros guetos de Drupal y conquistad el mundo! ¡Os necesitamos!
¿Cuáles son, desde su punto de vista, las vías de transformación social en el ámbito de la comunicación y las tecnologías?
Primero, hay que construir un movimiento y después empezar a pensar en la tecnología. Entramos en una fase en la que va a ser muy atractivo pensar que con el uso de los medios y las redes sólo vamos a ser capaces de cambiar el mundo. Esto es una trampa. Necesitamos a la gente y a su compromiso a largo plazo. Y sobre todo, necesitamos nuevos conceptos políticos y estéticos que sean de naturaleza planetaria y multilingüe. Los nuevos movimientos sociales que hemos creado con la generación del babyboom de la posguerra han sido racionalizados y se resienten por la burocracia de las ONG. Éstas han unido sus fuerzas con las empresas de relaciones públicas y de marketing con el fin de difundir sus mensajes. No creo que éste sea un camino. Necesitamos más habilidades de reflexión y de investigación. Quizás también necesitemos comprender mejor la lógica de la red y la forma en la que podemos utilizar las actuales herramientas de visualización, como los mapas. Quizás también sea necesario menos estilo de vida y políticas de identidad, porque creo que es cada vez más aburrido. No estoy diciendo que necesitemos menos estilo, porque nunca habrá el suficiente. Tenemos que preguntarnos a nosotros mismos: ¿cómo podemos diseñar 'memes' irresistibles con las que sintonicen los jóvenes? El movimiento antiglobalización, en mi opinión, ha trabajado demasiado con el mundo punk y hippy. Deberíamos hacer un trabajo mejor y diseñar una colección coherente de futuros improbables para demostrar que no sólo es posible otro mundo, sino que ya está ahí.

Votando sobre terrorismo



Raúl Wiener
Analista
Supongamos que el gobierno peruano hubiera pedido al Parlamento Europeo pronunciarse sobre el carácter terrorista del Capítulo Perú de la Coordinadora Bolivariana y los crímenes de Melissa Patiño, Carmen Azparrent y otros. Porque de eso se trataba, ¿no es cierto? Es decir, buscando la conexión Venezuela-FARC-oposición a García, se encontraron con los siete de Tumbes y los metieron presos. Lo de Chávez lo probaba la palabra bolivariano, lo de las FARC lo han ido demostrando con la computadora de Raúl Reyes que envía informes a pedido, pero faltaba alguna relación con el interior del Perú. Y, claro, para eso debía volver a existir el MRTA, disponer de células en la selva que Mulder ha visto con sus propios ojos, y ¡quién le dice si no es del MRTA una de las columnas del VRAE, por donde nunca anduvo, o si tienen una base en el Putumayo!, como se pregunta un despistado ministro de Defensa que todavía no se ha enterado de lo que pasa al interior del país. Si Roque Gonzales cumplió condena en relación al MRTA, todo está clarísimo. Y ya no es cosa sino de mostrar quién se sentó a su lado, quién le habló en la sala de espera de la agencia de transportes, con quién se sonrió, etc. Todas pruebas irrefutables de que querían sabotear la APEC.Los 79 votos congresales de todas las bancadas que hicieron el ridículo internacional de condenar al Parlamento Europeo por no entregarle al gobierno peruano una certificación sobre el terrorismo del MRTA, revelan, por supuesto, lo difícil que es hablar francamente en un país como el nuestro. Todos han sentido que cualquier diferencia con esa posición los colocaría en el lugar donde ha quedado Aprodeh, después de explicar a los europeos, que le solicitaron una opinión, que la organización de Polay sí cometió actos de terror, pero que hace ocho años que está fuera de actividad y que el pedido del gobierno peruano apunta más bien a alimentar un clima de persecución interna contra personas que no han participado de ningún acto de violencia. Y eso, por supuesto, nadie, o muy pocos, lo soportan. En Bogotá hay actualmente banderolas que cruzan la calle con la frase: si no estás con Uribe, estás con el terrorismo, y la computadora mágica ya definió a la senadora Piedad Pareja, la que salvó a seis rehenes, como agente de las FARC. Es lo que varios desean para el Perú. No porque les interese el MRTA, sino porque con eso van a mantener preso a Gonzales y a todos los que tuvieron relación con él; a los que tienen lazos con Venezuela, Ecuador, Bolivia o Nicaragua; a los que están en eso de las cumbres paralelas y alternativas; a los que critican al gobierno y denuncian los nuevos grupos de inteligencia policial para infiltrar las movilizaciones; etc. Es inimaginable la cantidad de aplicaciones que puede tener la palabra terrorista, en manos de políticos que juegan a sembrar terror.

En Bolivia se juega el futuro de América Latina



Luis Bilbao
América Siglo XXI


Toda persona consciente debería preocuparse y ocuparse por lo que ocurre en Bolivia. Estados Unidos está a punto de deflagrar allí una guerra que sacudiría a la región y, a poco andar, llevaría a un estado de conmoción y beligerancia a Suramérica entera. La excusa es la autonomía de cuatro departamentos (Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija); el instrumento, la oligarquía; los medios, cuerpos mercenarios financiados, entrenados y comandados por el Departamento de Estado a través de la CIA y otras agencias; el objetivo, fragmentar a Bolivia, detener el proceso revolucionario encabezado por Evo Morales, introducir una cuña de fuego en el Cono Sur y crear las condiciones para atacar luego a Venezuela y Ecuador. Desde el domingo pasado, también Paraguay está amenazado.Estados Unidos necesita la guerra. La economía capitalista ya no puede respirar sin ella. Yerran quienes creen que el empantanamiento del imperialismo en Iraq le impide abrir otros frentes de combate. Es a la inversa: sólo les queda huir hacia delante. La diferencia con aquella zona devastada por la invasión, las luchas intestinas y el constante alimento a la guerra es que en América Latina existe el germen de un centro político continental. Los gobiernos de Cuba, Venezuela, Nicaragua y Bolivia han asumido la necesidad de enfrentar al imperialismo en las condiciones del mundo contemporáneo, es decir, atacando por la raíz al capitalismo.La reunión de emergencia realizada en la madrugada del pasado 23 por Hugo Chávez, Evo Morales, Daniel Ortega y Carlos Lage en representación de Raúl Castro, y las decisiones allí adoptadas, son indicativos de que ese bloque comienza a actuar como dirección política internacional.Pero no es suficiente. La única vía para llevarla a cabo es que esas vanguardias, en toda su diversidad, encuentren el camino de las grandes mayorías y consigan explicar y persuadir a millones de lo que está tan claro pero a la vez tan oscuro: el imperialismo, las oligarquías que se le subordinan y las posiciones vacilantes que dudan en plantarse con firmeza frente a la Casa Blanca, nos están llevando al abismo de la guerra. No se podrá impedir la violencia pidiéndole a Evo, como hace la OEA, que negocie con los perros de la guerra azuzados por Washington. Se trata de defender incondicionalmente al legítimo gobierno indígena de Bolivia.

El cerro de las calles ilustradas


En el sector cinco del asentamiento humano Cerro El Pino, cinco calles llevan el nombre de periodistas peruanos, cuatro homenajeados en vida.


(1) A los lejos, Cerro El Pino se ve como un cono hecho de ladrillos; de cerca es una ciudad que venció a la geografía y que alberga a cerca de 25 mil personas. (2) El día de la inauguración de la calle César Hildebrandt, el 11 de abril, el homenajeado preguntó: ¿Y dónde termina esta calle? “Bueno, la primera etapa, termina aquí”, respondieron. Ante ello, el alcalde de La Victoria, se comprometió a hacer los esfuerzos para que se concluyera el asfaltado de la segunda etapa.

ELECCIONES A LA VISTA
Cada dos años en junio, de 10 mil votantes, más de 4 mil vecinos acuden a las urnas. En este asentamiento humano, llegar a ser secretario general es un honor y además una experiencia única. Han vencido a una de las taras de la democracia: la reelección. Existen 25 sectores y cada sector tiene 9 dirigentes, y el secretariado general del cerro está integrado por 11 dirigentes.
Desde esta cumbre, Lima se ve hermosa, como la maqueta de un diligente arquitecto, como un plano de trazos precisos. A mi lado, un tanque contiene 500 metros cúbicos de agua, un perro ladra contra el viento, unos niños juegan a dar vida a las piedras. Aquí la tranquilidad ha encontrado su espacio. No llega el caótico aullido del tráfico; el aire golpea el rostro de una manera distinta. “Construiremos un mirador en este lugar”, dice una señora que ordena a los niños ir a almorzar. Subir hasta el punto más alto del Cerro El Pino (con mototaxi y a pie, a pie y con mototaxi) ha sido difícil, pero me advierten que bajar es más difícil todavía. “Es raro, pero es así”, dicen mis guías.Escalones interminables en forma de caracol, calles sin número que se pierden en los recovecos, recovecos que vuelven a ser calles, esquinas peligrosas, sinuosas avenidas, edificios de más de siete pisos, una cancha de fulbito, una plaza de asambleas, más de cinco colegios, 13 comedores populares, 56 comités del Vaso de Leche, mucha vida, mucho empuje. Las calles de este asentamiento humano saben mucho de geografía complicada. Es verdad, bajar es más difícil. La prueba es el temblor incontenible de las piernas, la agitación. “¿Dónde está el sector cinco?”, pregunto a mis guías. “Aquicito nomás”, dicen.Llegamos al ‘aquicito’ después de media hora, y uno se da cuenta que el sedentarismo es mala idea. Desde el sector cinco, a medio cerro, se pueden ver los distritos de San Borja, San Isidro, San Luis y, más cerca, el estadio del colegio Pedro A. Labarthe. En el vecindario luchador, como en Rajes del oficio I y II, también conviven periodistas. No tantos como en los libros de Pedro Salinas porque, en comparación con los ‘rajes’, los homenajes lo merecen pocos. Por ahora son sólo cinco, aunque pueden ser más. Todo depende de los vecinos, pues fue gracias a su iniciativa que cinco calles de este sector llevan los nombres de cinco periodistas: César Lévano, César Hildebrandt, Manuel Jesús Orbegozo, Mariella Balbi y el inmortal fundador del diario La República, Gustavo Momhe Llona, el único que ya no está entre nosotros. Cuando se enteró, César Hildebrandt pensó por un poético momento, que estaba muerto y no se había enterado. Es que los vecinos de El Pino se han dado cuenta que es mejor rendir homenaje a las personas en vida, con el que sientan el cariño de la gente.De niño, siempre imaginé que en este cerro vivía Tongo, el amiguísimo de Bayly, el cantante popular que cuando uno lo mira no dan ganas de sacarle una fotografía, sino de hacerle una caricatura. “Cuando Tongo canta, bajan los cerros”, escuchaba yo, en mi infancia sanborjina, a los mecánicos de la avenida Aviación y pensaba en el Cerro El Pino como se piensa de un concierto de la música ‘chicha’. “Hace dos años que se han prohibido las fiestas ‘chicha’ en El Pino y la delincuencia se ha reducido”, dice una vecina. “Pero aquí todos somos Chacalón; Tongo es para Larco Mar”. En el sector 5, Tongo va perdiendo peso. Van ganando peso también las ganas de los vecinos de mejorar las cosas.Subir y bajar: dos verbos a los que uno tiene que acostumbrarse en este cerro. El periodista Jaime Buisa, dirigente del sector 5, dice que sus vecinos han comprendido que sólo el trabajo en equipo da buenos resultados. “Hace poco inauguramos la primera etapa de la calle César Hildebrandt, gracias a la labor conjunta de la municipalidad de La Victoria, el gobierno central y los vecinos. Falta la segunda etapa, pero mira cómo va quedando esta calle”. Pistas nuevas, veredas nuevas, todo bien pintado, todo bien arreglado, con señalización y todo. Los vecinos, para no desentonar, han pintado sus fachadas y han puesto maceteros de geranios en las puertas de sus casas. “No se crea que el nombre de la calle es nuevo. Las calles del sector cinco llevan el nombre de los cinco periodistas desde hace 14 años. Los vecinos están contentos y confían que pronto, gracias al trabajo coordinado, las otras calles seguirán los pasos de la calle Hildebrandt”, sostiene y su compañero de trabajo, mi otro guía, asiente. “Sí se puede”, dice.Las otras cuatro calles con nombres de periodistas aún esperan. Esperan ser asfaltadas, esperan que se agilicen los trámites, los planos, la decisión política de la municipalidad de La Victoria y el compromiso de los vecinos. Los vecinos confían que pronto serán calles como la César Hildebrandt. “Si hemos derrotado a las rocas para hacer nuestras casas, por qué no podemos embellecer nuestras calles. Ya verán”, dice otra vecina. Es hora de volver. El temblor de las piernas y la agitación continúan. “No se preocupe, joven, aquí uno se acostumbra a todo; pero menos al conformismo”, dice una vecina con el optimismo que aquí crece. La tarde se acerca y bajo a pie de este cerro, escalones tras escalones interminables. Al pie de esta ciudad en las alturas, Lima vuelve a ser la misma, distinta que vista desde la cumbre.
Paco Moreno
Redacción