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PRESIDENTE INAUGURÓ HOSPITAL DE ALTA COMPLEJIDAD


El Presidente Alan García, inauguró esta mañana el Nuevo Hospital de Alta Complejidad Ica, cuya construcción y equipamiento demandó una inversión de más de 68 millones de nuevos soles y que beneficiará a miles de asegurados.

El Jefe de Estado estuvo acompañado de parlamentarios y el presidente ejecutivo de EsSalud, Fernando Barrios.

Este nosocomio es el tercero que inaugura el gobierno en el Sur Medio.

El Nuevo Hospital, cuya área de construcción es de 14,890 metros cuadrados, cuenta con 28 consultorios externos físicos y 56 funcionales, 150 camas para hospitalización, Centro de Hemodiálisis, Centro Quirúrgico de 5 salas de operaciones, Centro obstétrico de 2 salas de partos y Unidad de Imagenología para diagnósticos con alta tecnología.

Asimismo, cuenta con una Central de Esterilización, Servicio de Emergencia, Unidad de Cuidados Intensivos e Intermedios, Área de diagnóstico y tratamiento, Área de procedimientos médicos, Unidad de rehabilitación, Unidad de servicios generales y Farmacia.

Además, 6 mil 590 modernos equipos biomédicos y electromecánicos, 18 máquinas de hemodiálisis, cámara gana portátil y un mamógrafo.

Del mismo modo 12 ambulancias urbanas estarán a disposición de los asegurados, a quienes ahora se les podrá diagnosticar y tratar enfermedades de alta complejidad sin necesidad de ser referidos a otros hospitales.

Con la inauguración de este nosocomio, la Red Ica podrá recibir pacientes de la red Huancavelica y Ayacucho, debido a su nueva capacidad instalada.

HIROSHIMA 65 AÑOS DESPUÉS


Viernes, 06 de agosto de 2,010.
Aniversario 65 de Hiroshima, primera masacre atómica de la Humanidad. Monumento a las víctimas del bombardeo nuclear norteamericano ocurrido en agosto de 1945, erigido en el Parque de la Paz, en la ciudad de Hiroshima, Japón. AIN FOTO ARCHIVO/Pablo PILDAIN
Agosto 6 de 2010
Un sol de fuego, violenta luz jamás vista en el mundo, se eleva lentamente, rompe el cielo y se derrumba. Tres días después, otro sol de soles revienta sobre el Japón. Debajo quedan las cenizas de dos ciudades, un desierto de herrumbre, muchos miles de muertos y más miles de condenados a morir de a pedazos a lo largo de los años que vienen.
Estaba la guerra casi acabada, ya liquidados Hitler y Mussolini, cuando el presidente Harry Truman dio la orden de arrojar las bombas atómicas sobre las poblaciones civiles de Hiroshima y Nagasaki. En los Estados Unidos, un clamor nacional exigía la pronta aniquilación del Peligro Amarillo. Ya era hora de acabar de una buena vez con los humos imperiales de este arrogante país asiático jamás colonizado por nadie. Ni muertos son buenos, decía la prensa, estos monitos traicioneros.

Ahora no caben dudas. Hay un gran vencedor entre los vencedores. Los Estados Unidos emergen de la guerra mundial intactos y más poderosos que nunca. Actúan como si todo el planeta fuera su trofeo.

(Tomado de Memorias del Fuego)

LA BOMBA

El 6 de agosto de 1945 un bomardero B-29 llamado “Enola Gay” lanzó la primera bomba atómica sobre Hiroshima, destruyendo casi completamente la ciudad y matando inmediatamente a 80.000 personas.

En los días posteriores, decenas de miles de personas fueron falleciendo a causa de su exposición a la radiación y, a fines de 1945, las víctimas mortales superaban las 140.000 personas.

La bomba, de 15.000 toneladas de TNT, fue lanzada por el piloto Paul W. Tibblets a las 8.15 AM, formando una columna de humo gris-morado, con una temperatura de 4000 grados centígrados.

Tres días más tarde del ataque a Hiroshima, un segundo bombardero B-29 lanzó otra bomba atómica sobre la ciudad de Nagasaki, a 700 kilómetros al oeste de Tokio, matando a por lo menos 40.000 personas, según informes de la cadena BBC de Londres.

El 15 de agosto de 1945, el emperador Hirohito anunció al país la rendición incondicional de Japón, durante un discurso pronunciado por radio en el que reconoció del devastador poder de una “nueva y cruel bomba” estadounidense.

La decisión de lanzar las bombas atómicas sobre Japón fue adoptada por el presidente Harry S. Truman, luego de que un grupo de científicos lo pusiera al tanto del llamado “Proyecto Manhattan”, tras realizarse una prueba atómica en Alamo Gordo, en Nuevo México.

Las bombas fueron bautizadas con los nombres de “Little boy” (pequeño muchacho) y “Fat man” (hombre gordo).

En un editorial del diario de la resistencia francesa “Combate”, el célebre escritor argelino Albert Camus escribió sobre la bomba en Hiroshima: “La civilización mecanizada acaba de alcanzar la última etapa del barbarismo”.

“En un futuro cercano tendremos que elegir entre el suicidio total y el uso inteligente de las conquistas científicas () esto puede no más ser simplemente un rezo”, dijo Camus, autor de las novelas “El Extranjero” y “La Peste”, entre otras obras que lo llevaron a ganar el Premio Nobel de Literatura.

Estados Unidos nunca pidió perdón por los ataques de Hiroshima y Nagasaki.

(Con información de EFE)

La Defensoría del Pueblo de Perú confirma que hubo 18 heridos en una protesta por el gas


La defensora del Pueblo de Perú, Beatriz Merino, confirmó hoy que hubo 18 heridos en el enfrentamiento de manifestantes con la Policía ayer en el poblado de Kiteni, región Cuzco, a pesar de que el Gobierno asegura que no se han usado armas de fuego.

Merino declaró a Radio Programas del Perú (RPP) que el director del centro de salud de Kiteni le informó del ingreso de ese número de lesionados por heridas con balas de goma (fogueo) y de fuego, a raíz de las protestas contra la exportación del gas del yacimiento de Camisea, ubicado en Cuzco.

La defensora del Pueblo aseguró que, junto a la Iglesia católica, están intentando que los líderes de la protesta acepten dialogar con el Gobierno y también los instó a levantar el paro indefinido, que llegó hoy a su décimo día.

Por su parte, el presidente del Consejo de Ministros, Javier Velásquez, declaró también a RPP que esa información no era cierta porque "no se están usando armas de fuego" en el control de la protesta por parte de la policía nacional.

En su lugar, Velásquez acusó al presidente regional de Cuzco, Hugo Gonzales, que hizo ayer esa denuncia, de desinformar a la población con declaraciones que "solo alientan la violencia".

En tanto, el corresponsal del canal N que se trasladó a Kiteni informó hoy que sólo tres de los heridos atendidos ayer en el centro de salud permanecen internados por la gravedad de sus lesiones.

El primer ministro peruano también acusó a los alcaldes del distrito de Echarate, de la ciudad de Quillabamba y de Kiteni de apoyar las protestas, dando vehículos para el transporte de los manifestantes, y por ese motivo les pidió actuar con madurez.

Afirmó que las autoridades locales han sido rebasadas por dirigentes violentistas de grupos políticos como Pukallaqta, vinculado a la banda armada Sendero Luminoso, y el etnocacerismo, una de las organizaciones de base del opositor Partido Nacionalista Peruano.

"Los etnocaceristas apoyados por los nacionalistas atentaron contra un campamento y quisieron tomar el aeródromo (de Kiteni)", dijo Velásquez en posteriores declaraciones a canal N.

El primer ministro reiteró que el Gobierno central tiene disposición al diálogo, pero que no lo hará mientras no se depongan las medidas de fuerza.

Velásquez afirmó que la provincia de La Convención, donde se concentran las protestas, recibe anualmente 400 millones de soles (142 millones de dólares) como regalías por la explotación del gas natural y que hay reservas suficientes para la exportación y el consumo interno.

Las protestas se han dirigido en los últimos días a la toma de varios campamentos del yacimiento de Camisea, la destrucción de equipos en esos lugares y el bloqueo de las carreteras de acceso en La Convención.

Juez tomando licor con sentenciado por trafico de drogas‏‏

UNIVERSIDADES INDÍGENAS CUMPLEN DOS AÑOS‏‏

La Paz,06 ago (PL) Las Universidades Indígenas Bolivianas cumplen hoy dos años de fundadas, con una matrícula de casi mil estudiantes.

El viceministro de Educación Superior de Formación Profesional, Diego Pary, manifestó que la vigencia de estos centros es la respuesta a la demanda histórica de las organizaciones indígenas, originarias y campesinas de Bolivia.

En declaraciones al diario estatal Cambio, Pary señaló que la población estudiantil la constituyen fundamentalmente jóvenes de los pueblos indígenas, delegados desde sus comunidades y por las organizaciones sociales.

Según el funcionario, 480 jóvenes fueron los primeros en ingresar y hoy suman más de 900 en las tres Universidades de este tipo: Túpac Katari en La Paz, Casimiro Huanca en Cochabamba y la Guaraní y de Pueblos de Tierras Bajas en Chuquisaca.

Los estudiantes fueron seleccionados por sus mismas comunidades y cuentan con una beca completa, que incluye alimentación, estadía, estudios y la entrega de materiales educativos.

Pary indicó que los futuros egresados desarrollarán actividades en sus propias comunidades con el propósito de contribuir a la mejora de la economía de sus regiones con los conocimientos adquiridos en 13 carreras.

Las universidades indígenas fueron creadas para transformar el carácter colonial del Estado y de la educación superior con la formación de recursos humanos con sentido comunitario, productivo e identidad cultural.

Asimismo, pretende articular la educación superior con las necesidades regionales de desarrollo y la participación de las comunidades organizadas en la región.

LA HORA CORRECTA PARA TOMAR AGUA‏‏

¡Mi cardióloga me lo confirmó!


¿Sabías que…

… tomar agua en la hora correcta maximiza su efectividad en el cuerpo humano?



2 vasos de agua después de despertar ayuda a activar los órganos internos.
1 vaso de agua 30 minutos antes de comer ayuda a la digestión.
1 vaso de agua antes de bañarse ayuda a bajar la presión sanguínea.
1 vaso de agua antes de irse a dormir evita apoplejías o ataques al corazón.


ATAQUE ISRAELÍ AL LIBANO‏

COMUNICADO DE FEARAB ARGENTINA

Una nueva agresión israelí se ha cometido contra la República de Líbano, entre las tantas violaciones que el estado sionista israelí realiza asiduamente a la soberanía libanesa haciendo caso omiso de la legalidad internacional y de la resolución 1701 que dio punto final a la agresión israelí de julio de 2006.

Esta vez el ataque con disparos de misiles y obuses dejó un saldo de tres soldados del ejército libanés mártires y un periodista también libanés gravemente herido, por el lado israelí fue abatido un oficial de alto rango.

Fearab considera y previene a la opinión pública que se trata de una provocación de parte de Israel para iniciar una nueva invasión y acción bélica contra Líbano como el primer paso dentro de un plan guerrerista más amplio en complicidad con los EE.UU que abarca a otros países soberanos de la región.

Fearab Argentina repudia de la forma más enérgica esta provocación que pretende destruir al pueblo libanés y su suelo.

Manifestamos claramente que el estado sionista no tiene argumento alguno para sustentar su victimización permanente, no resiste el menor análisis las excusas que pueda esgrimir este estado que promueve el terror en la región ante las cuantiosas evidencias de su accionar criminal, desde su opresión al pueblo palestino hasta el ataque a la flotilla humanitaria hace poco tiempo atrás.

Por último celebramos la decisión del Consejo de seguridad de Líbano y felicitamos al Sr. Presidente Michel Sleiman, las órdenes impartidas al ejército libanés de proteger la soberanía libanesa y repeler cualquier agresión de parte del ejercito israelí, contando con el apoyo irrestricto de la resistencia nacional de Líbano.

Gustavo Moussa

Secretario General



Hamid Dib
Presidente

RECORDANDO LOS EXCESOS DEL FRANQUISMO‏


"PROHIBIDO OLVIDAR"
HOY 72ºANIVERSARIO DE PARTE, DEL GENOCIDIO FRANQUISTA EN ESPAÑA
TRECE CHICAS, SIETE DE ELLAS MENORES DE EDAD, FUERON FUSILADAS EN 1939 CONTRA LA TAPIA DEL CEMENTERIO ESTE DE MADRID SIMPLEMENTE POR SER «ROJAS». EL PERIODISTA CARLOS FONSECA RECUERDA EN UN LIBRO ESTE EPISODIO DE LA REPRESION FRANQUISTA

CRONICA
Madrugada del 5 de agosto de 1939. Una descarga atronadora retumba en el silencio del día que comienza a despuntar. Después, con una cadencia monótona, suenan los disparos secos del jefe del pelotón de fusilamiento que remata a las víctimas, una a una, con el tiro de gracia. Las presas de la prisión de Ventas, que desde hace horas esperan ese fatídico momento, cuentan en voz baja: «uno, dos, tres trece».
Justificar a ambos lados
El viento denso y pegajoso del verano hace perfectamente audible aquellos terribles sonidos en el centro penitenciario, distante apenas 500 metros en línea recta del cementerio del Este. Saben así que sus compañeras, que a partir de ese momento pasaran a formar parte de la memoria colectiva de la lucha contra el franquismo como Las Trece Rosas, han sido fusiladas. Su delito: ser rojas.

Momentos antes, y contra el mismo paredón del camposanto madrileño, habían sido ajusticiados 43 compañeros de la Juventud Socialista Unificada (JSU). En total, 56 fusilados en una de tantas sacas con las que el nuevo régimen castigó durante años a los vencidos.Un castigo ejemplar, un acto de venganza, con el que el régimen se saltó incluso sus propias normas formales, que establecían que las penas de muerte quedaban en suspenso hasta que se recibiera el enterado del Caudillo. Un formalismo que el Cuartel General del Generalísimo no cumplimentó hasta el 13 de agosto, cuando habían transcurrido ya ocho días desde que les dieron tierra.

El periodista Carlos Fonseca recupera en un libro trepidante titulado, Trece Rosas Rojas (Temas de Hoy), uno de los episodios más trágicos y desconocidos de la posguerra española. Un capítulo olvidado de los textos de Historia, con mayúscula, pero que permanecía fijado a fuego en la memoria de quienes sobrevivieron a aquel suceso. Con cartas de las protagonistas desde prisión, el testimonio de mujeres que vivieron los hechos y que compartieron amistad y cárcel con ellas, los recuerdos de sus familiares y la investigación en archivos militares y penitenciarios, el autor recupera la memoria histórica de un puñado de jóvenes idealistas que lucharon por la República, y recrea el ambiente opresivo del Madrid de la inmediata posguerra.

LAS HEROINAS
Carmen Barrero Aguado, Martina Barroso García, Blanca Brissac Vázquez, Pilar Bueno Ibáñez, Julia Conesa Conesa, Adelina García Casillas, Elena Gil Olaya, Virtudes González García, Ana López Gallego, Joaquina López Laffite, Dionisia Manzanero Salas, Victoria Muñoz García y Luisa Rodríguez de la Fuente, que así se llamaban Las Trece Rosas, no habían cometido más delito que defender la legalidad republicana contra el alzamiento militar del 36 y todas, salvo Blanca, la mayor de ellas con 29 años y la única casada y con un hijo de 11, militaban en la JSU, en el PCE, o en ambas organizaciones a la vez. Ni eran protagonistas ni lo pretendían, aunque los acontecimientos les reservase ese papel.

Todo comenzó a finales de febrero de 1939, cuando el Buró Político, máximo órgano de dirección del PCE, se reunió por última vez en Madrid para decidir qué hacer en caso de que la capital cayera en manos de las tropas franquistas, algo que parecía cada día más próximo. La decisión fue preparar la evacuación del mayor número posible de dirigentes y dejar la organización en manos de militantes de segundo nivel con la intención de que la mantuvieran con vida. Su tarea sería ayudar a los compañeros que quedaran en el interior, mientras desde el exilio se esperaban acontecimientos y se decidía qué hacer.

Cuando el 28 de marzo las tropas nacionales entraron en la capital, la práctica totalidad de dirigentes comunistas se encontraban ya fuera del país y un grupo de muchachos, que se habían batido contra el enemigo en los frentes de Brunete y Guadalajara, se hizo cargo del partido y de la JSU. Ayudar a los camaradas presos y a sus familias, esconder a los perseguidos e intentar recomponer los restos de la derrota era su único objetivo.

Como relata Nieves Torres, una de las protagonistas, «lo principal en aquellos momentos era esconderse, y después ver si la gente a la que conocías y lograbas localizar estaba dispuesta a seguir en la lucha. Yo me coloqué a servir en casa de unos señores de Cuenca que vivían en la calle Goya. Eran franquistas y yo me decía ¡bendita sea dónde te has metido!, pero estaba contenta porque tenía un sitio fijo para comer y dormir, y de vez en cuando paseaba por la calle por ver si me encontraba con alguien. Se trataba de ir captando a jóvenes y de reorganizar la JSU, ni más ni menos».

Madrid era una ciudad inhóspita y peligrosa para los enemigos del régimen, en la que las delaciones estaban a la orden del día. Denunciar era una obligación patriótica, una forma de extirpar el cáncer del comunismo y, sobre todo, la manera más clara y directa de demostrar la adhesión al nuevo Estado. La capital era barrida calle por calle en busca de enemigos de la patria con un odio sin precedentes.

TORTURADOS
Y así fue como la Policía franquista llegó hasta José Pena Brea, un muchacho de 21 años que había asumido la secretaría general de la JSU por decisión de sus compañeros. Fue conducido a la comisaría del Puente de Vallecas, y allí torturado durante días hasta que contó todo lo que sabía para acortar su sufrimiento a un precio enorme. En días sucesivos fueron cayendo todos sus compañeros que fueron, a su vez, fuente de nuevas revelaciones.Las Trece Rosas estaban entre los numerosos detenidos.

«Yo tenía 15 años cuando me detuvieron -cuenta María del Carmen Cuesta, hoy octogenaria- pero era valiente. Me llevaron junto a otras compañeras, entre las que estaba Virtudes, a la comisaría de Jorge Juan, donde estuvimos 10 ó 15 días. Nos interrogaban de madrugada para que no pudiésemos conciliar el sueño, y a los tres o cuatro días de estar allí empezamos a oír gritos estremecedores, espantosos, de compañeras que pasaban por los baños de agua fría, por las anillas eléctricas ».

Las corrientes eléctricas en pechos, muñecas y en los dedos de los pies y manos fue una práctica normal con los detenidos políticos, copiada de los miembros de la Gestapo alemana que se desplazaron a España. Torturas físicas que en el caso de las mujeres se complementaban con vejaciones que buscaban su derrumbe psicológico. Muchas de ellas fueron peladas al cero, e incluso les raparon las cejas para desposeerlas de su feminidad.

Su destino final fue la prisión de Ventas, la moderna prisión de ladrillos rojos y paredes encaladas inaugurada en 1933 como un centro pionero para la reinserción de reclusas, que los vencedores transformaron en un enorme almacén humano en el que se hacinaban 4.000 mujeres cuando su capacidad máxima era de 450.

Los talleres, los pasillos y hasta los váteres hacían las veces de dormitorios para una multitud en la que convivían madres con hijos, ancianas y muchachas casi niñas. Se comía sólo una vez al día y cuando te tocaba, que podía ser por la mañana o de madrugada, un caldo negro que se obtenía de cocer vainas de habas. Hacinadas y con el hambre como compañera, la sarna y los parásitos se comían a las internas, y la avitaminosis les provocaba enormes llagas en la piel. Dolencias agravadas por la ausencia de unas mínimas condiciones de higiene.

Así vivieron Las Trece Rosas hasta que la madrugada del 5 de agosto el runruneo de un camión viejo y destartalado les anunció que venían a por ellas. Dos días antes fueron condenadas a muerte por un Consejo de Guerra acusadas de un delito de «adhesión a la rebelión», y había llegado el momento de ejecutar la sentencia.

Julia Conesa Conesa, de 19 años, tuvo tiempo de escribir una última carta a su familia que decía así: «Madre, hermanos, con todo el cariño y entusiasmo os pido que no me lloréis nadie.Salgo sin llorar. Me matan inocente, pero muero como debe morir una inocente. Madre, madrecita, me voy a reunir con mi hermana y papá al otro mundo, pero ten presente que muero por persona honrada. Adiós, madre querida, adiós para siempre. Tu hija, que ya jamás te podrá besar ni abrazar».

La misiva concluía con un ruego: «Que mi nombre no se borre en la historia». Este libro es, sin ninguna duda, la mejor forma de evitar el olvido.

LAS FRONTERAS ENTRE LA REALIDAD Y LA FICCIÓN‏

María Cecilia Palermo


Resumen: El presente trabajo trata sobre la problemática de la demarcación de fronteras entre el mundo real y el mundo de la ficción, y analiza dicha cuestión desde una óptica particular: la relación entre el autor y los personajes. Se comparan dos posturas acerca de los límites entre dichos mundos y los vínculos entre ambas personalidades: la que presenta Paul Ricoeur en su libro Sí mismo como otro, y la que describe Miguel de Unamuno en su novela Niebla.
Palabras clave: Realidad, Ficción, Miguel de Unamuno, Paul Ricoeur.

“… ¿Cuál es la realidad última, la realidad real, la realidad eterna, la realidad poética o creativa de un hombre? Sea hombre de carne y hueso o sea de los que llamamos ficción, que es igual. Porque Don Quijote es tan real como Cervantes; Hamlet o Macbeth tanto como Shakespeare, y mi Augusto Pérez tenía acaso sus razones al decirme, como me dijo -véase mi novela (¡y tan novela!) Niebla, páginas 280 a 281- que tal vez no fuese yo sino un pretexto para que su historia y las de otros, incluso la mía misma, lleguen al mundo…”
(Miguel de Unamuno, Tres novelas ejemplares y un Prólogo)

Hacia el final del capítulo El sí y la identidad narrativa, Ricoeur plantea diversas problemáticas sobre la relación entre la ficción y la vida real. Su cuestionamiento gira en torno a tres ejes: la construcción del vínculo autor-narrador-personaje en dichas esferas, el modo en que las experiencias del pensamiento suscitadas por la ficción influencian la vida real y, en definitiva, qué sucede con la noción de autor cuando se pasa de la escritura a la realidad. A partir de los interrogantes y de las respuestas que hallará a los mismos, es posible advertir que para Ricoeur ambas esferas no sólo son distantes una de la otra sino que efectivamente se diferencian entre sí.

Unamuno, a través de su nívola [1] Niebla, viene a trastocar el edifico teórico construido por Ricoeur al afirmar, tal como argumenta Ferrater Mora en su estudio Unamuno, bosquejo de una filosofía, que la realidad y la ficción, indefectiblemente, se mezclan y fusionan entre sí hasta un punto tal que es imposible distinguir una de la otra. Dos momentos de la nívola logran volver porosa la firme frontera entre las historias de la vida y las historias literarias que anunciaba Ricoeur. Ambos momentos constan de enfrentamientos -mortales, incluso- entre el autor y sus propios personajes. En primer lugar, la desafiante actitud de Víctor Goti cuando, en el Prólogo, no sólo revela cómo murió Augusto Pérez sino que desmiente la versión del hecho presentada por Unamuno. En segundo lugar, la discusión cara a cara entre Augusto Pérez y Unamuno cuando Augusto se presenta en el hogar del autor para debatir las condiciones de su propia muerte -momento clave de la nívola que dejará vestigios en la memoria, novelas y sueños posteriores de Unamuno mismo-.

Ahora bien, ¿cómo es posible analizar lo ocurrido en la vida de Miguel de Unamuno, Augusto Pérez y Víctor Goti a partir de la teoría de la identidad narrativa desarrollada por Ricoeur? ¿Cómo explicar el entrecruzamiento entre los mundos de la realidad y el de la ficción, la confrontación entre el autor y sus personajes?

En Si mismo como otro, Ricoeur se propone disociar la noción unívoca de identidad para construir una identidad dinámica que compagine lo constante y lo diverso. En este marco, señala dos ejes en los que se constituye la identidad de un personaje. Por un lado, ésta se construye en unión con la identidad de la trama y del relato mismo. Por el otro, se sitúa en el campo de la dialéctica del mismo y del si.

La trama implica un modelo de conexión entre acontecimientos que posibilita la síntesis de lo heterogéneo: permite integrar la concordancia (que aporta principios de orden) y la discordancia (que causa trastrocamientos que ponen en peligro la identidad de un relato) dando lugar a la concordancia discordante, en donde lo cambiante convive con cierto régimen de permanencia en el tiempo. Dentro de esta estructura concordante-discordante, el acontecimiento es la fuente de la discordancia. Sin embargo, y a pesar de ello, Ricoeur argumenta que no hay acontecimiento que surja fuera de una trama narrativa particular que logre interpretarlo y que transformar su contingencia en un hecho ineludible. Por ello, es posible considerar a la trama como un acto configurador que media entre lo concordante y lo discordante y que logra transformar -una vez terminado el relato- lo fortuito del acontecimiento en destino. De esta manera, la trama frustra el efecto de contingencia y lo inesperado “… se convierte en parte integrante de la historia cuando es comprendido después, una vez transfigurado por la necesidad…” (Ricoeur, 1996: 141). A partir de ello, el acontecimiento deviene en fuente de concordancia ya que su existencia hace avanzar al relato, permitiendo el devenir de la historia.

Ricoeur aplica la concepción narrativa de la trama a la constitución de la identidad personal: desplaza su centro de análisis desde la acción hacia el personaje. Al ser el relato el que le confiere iniciativas de acción, la identidad del personaje sólo podrá comprenderse a través del relato mismo: “…el relato constituye la identidad del personaje, que podemos llamar su identidad narrativa, al construir la de la historia narrada. Es la identidad de la historia la que hace la identidad del personaje…” (Ricoeur, 1996: 147).

La estructura narrativa el elemento que une los dos polos de construcción de la trama: el de la acción y el del personaje. Tal como afirma Ricoeur, “…Narrar es decir quién ha hecho qué, porqué y cómo, desplegando en el tiempo la conexión entre estos puntos de vista…” (Ricoeur, 1996: 146). De este modo, la identidad del personaje se constituye en relación directa con la identidad de la trama narrativa; no se puede comprender la naturaleza de uno sin el otro, son aspectos interconectados.

Basándose en la correlación entre acción y personaje, y a partir de la dialéctica entre concordancia y discordancia desplegada en la trama de la acción, Ricoeur propone una dialéctica interna al personaje. En ella, la línea de concordancia determina la singularidad del personaje, la “…unidad de su vida considerada como la totalidad temporal singular que lo distingue de cualquier otro…” (Ricoeur, 1996:147); y la línea de discordancia aporta acontecimientos imprevisibles que afectan la totalidad temporal del personaje y construyen el devenir de su vida.

La dialéctica de la concordancia-discordancia se refleja propiamente en lo que dicho autor llama la dialéctica de la mismidad-ipseidad (o dialéctica del mismo y del si). Por un lado se encuentra la mismidad de un carácter -entendida en el sentido de un mismo, de cualidades que persisten y que la variación temporal no desarticula- y por el otro la ipseidad del mantenimiento de sí -entendida como un sí mismo desafiante al tiempo y a la estabilidad-. La dialéctica del personaje se posa entre estos modos de permanencia en el tiempo con el objetivo de mediar entre ellos y lograr cierto equilibrio. En este sentido, tal como afirma Arfuch, “… la identidad narrativa se despliega de esta manera como una oscilación, un intervalo entre el idem y el ipse…” (Arfuch, 2002: 24).

El modelo narrativo que desarrolla Ricoeur permite, a través del régimen dialéctico entre concordancia-discordancia, integrar lo discontinuo a la permanencia en el tiempo. Al aplicar el modelo a los personajes que se encuentran insertos en una trama “…el sí mismo aparecerá así reconfigurado por el juego reflexivo de la narrativa, y podrá incluir la mutabilidad (…) sin perder de vista sin embargo la cohesión de una vida…” (Arfuch, 2002: 24). Se establece, de este modo, una línea de concordancia que marca la vida de un personaje como distinta de cualquier otra, y si bien la irrupción de ciertos acontecimientos, por un lado, amenazan dicha identidad, por otro lado son ellos los que trazan, a medida que suceden, la identidad retroactiva de una vida. Es por todo ello que la identidad del personaje sólo se comprende bajo la dialéctica entre continuidad y discontinuidad; y en tanto se constituye con y en la identidad de la historia narrada, la identidad es narrativa.

Utilizando el modelo desarrollado por Ricoeur es posible identificar al señor Augusto Pérez como un personaje compuesto por un determinado carácter que convive con ciertos acontecimientos que surgen a lo largo de su vida-historia (la aparición de Eugenia, de Rosario, de su mascota Orfeo; la traición, la imagen del suicidio). Asimismo, es posible afirmar que la identidad del señor Pérez se corresponde con las experiencias que lleva a cabo a lo largo de la trama de su historia. También es factible considerar al señor Unamuno como un personaje compuesto por un carácter que convive con los acontecimientos que surgen a lo largo de su vida-historia (la visita de Augusto). A su vez, al igual que lo dicho con respecto al señor Pérez, es posible aseverar que la identidad del señor Unamuno se corresponde con las experiencias que lleva a cabo a lo largo de la trama de su historia.

Ahora bien, el eje crítico en el argumento de Ricoeur es la distinción tajante entre los relatos de la vida real y los relatos de ficción. Por un lado advierte que en la experiencia cotidiana las dos significaciones de permanencia en el tiempo (ipseidad y mismidad) pueden imbricarse entre sí, causando que la ipseidad se mimetice con la mismidad. En la ficción, por el contrario, se permiten amplios espacios de variaciones en torno a la relación dialéctica mismidad-ipseidad, quedándose a veces el personaje librado del control de la trama -y quedando esta última a servicio del primero-, desatando una crisis en la clausura del relato y en la identidad del personaje mismo en tanto la ipseidad es puesta al desnudo por la pérdida total de mismidad.

Ricoeur distingue tres ejes en los que se diferencian la ficción y la vida real: la identificación de comienzo y fin, la unicidad de itinerarios, y la relación entre autor, personaje y narrador.

En primer lugar, según dicho autor, en los relatos de la vida real las nociones de comienzo y fin no pueden ser establecidas con precisión. Por un lado, el acto por el cual cada individuo ha sido concebido pertenece a la historia de otros; por el otro, la propia muerte no puede ser narrada por la persona misma, sino que corresponderá al relato de quienes lo sobrevivan. En la ficción, por el contrario, siempre es posible identificar un principio determinado y una última página que implique el final narrativo.

En segundo lugar, Ricoeur argumenta que en la vida real hay varios posibles itinerarios sobre el recorrido de un personaje que pueden ser narrados, e incluso las historias de vida de un individuo pueden imbricarse en las historias de vida de otros. Por el contrario, en los relatos literarios se narran determinados mundos propios sin que los mismos se puedan mezclar con las tramas de otras obras.

Por último, dicho autor plantea que la relación entre autor, narrador y personaje cambia significativamente en el plano de la realidad. En un relato de ficción el individuo puede ser a la vez autor, narrador y personaje (un ejemplo de ello son los relatos autobiográficos). Contrario a ello, en el devenir de una vida, Ricoeur advierte que si bien el individuo es efectivamente narrador y personaje, no puede considerarse autor de la existencia de su propia vida, sino a lo sumo coautor de su sentido.

En Niebla suceden dos situaciones conflictivas que involucran a tres personajes: Miguel de Unaumo, Augusto Pérez y Víctor Goti. Lo peculiar de dichas situaciones es que vida real y ficción se imbrican de manera tal que no es posible distinguir una de la otra; ni los lectores, ni su autor, ni sus personajes tienen la capacidad de diferenciarlas: “…ambos son tan reales, o tan imaginarios, como su común soñador, el novelista que los creó y que fue constantemente modelado, esto es, creado, por ellos…” (Ferrater Mora, 1985: 124).

Víctor Goti es el autor del prólogo de Niebla, en el cual aclara que “…los deseos del señor Unamuno son para mí mandatos, en la más genuina acepción de este vocablo. (…) estoy por lo menos firmemente persuadido de que carezco de eso que los psicólogos llaman libre albedrío, aunque para mi consuelo creo que tampoco goza don Miguel de él…”. Más adelante afirma que tiene algún grado lejano de parentesco con Unamuno, según los resultados de las investigaciones llevadas a cabo por el señor Paparrigópulos [2]. Y, por último, al final del prólogo escribe: “…Mucho se me ocurre atañadero al inesperado final de este relato y a la versión que en él da don Miguel de la muerte de mi desgraciado amigo Augusto, versión que estimo errónea (…). Pero debo hacer constar, en descargo de mi conciencia, que estoy profundamente convencido de que Augusto Pérez, cumpliendo el propósito de suicidarse que me comunicó en la última entrevista que con él tuve, se suicidó realmente y de hecho, y no sólo idealmente y de deseo. Creo tener pruebas fehacientes en apoyo de mi opinión, tantas y tales pruebas, que deja de ser opinión para llegar a conocimiento…” (Unamuno, 1996: 23, 24, 36).

¿Quién es Víctor Goti? ¿Es un lejano pariente de Unamuno que accedió a escribir un prólogo? ¿Es el inventor del género nívola? ¿Cómo puede ser al mismo tiempo pariente lejano de Unamuno -autor de la novela- e íntimo amigo de Augusto Pérez -personaje de la novela-? A lo largo de la nívola hay repetidas apariciones de Víctor Goti como amigo y compañero de Augusto Pérez. Sin embargo, en el Posprólogo de Niebla, Unamuno también dialoga con él [3]. Entonces, ¿su historia de vida pertenece a la trama de la vida real o a la trama de la ficción? Si bien afirma que no goza de libre albedrío -por lo que se podría suponer que es un personaje creado que depende de su creador- aclara inmediatamente que tampoco goza de tal libertad el señor Unamuno. En sintonía con lo que afirma Ferrater Mora, Víctor Goti no pertenece a una realidad o a una ficción, sino a la “…niebla de la que Unamuno habló tan a menudo y que debe ser interpretada como una manifestación más del fondo común en el cual viven, guerreando y en ansia perpetua de paz, todas las cosas…” (Ferrater Mora, 1985: 125).

La situación que se genera entre Augusto Pérez y Unamuno es similar a la acontecida con Víctor Goti, e incluso más dramática. En el capítulo XXXI, Unamuno describe cómo Augusto Pérez, el personaje principal de Niebla, toma la decisión de suicidarse. Sin embargo, dicho personaje no quiere dejar el mundo -ficticio o real, no hay especificaciones al respecto- sin haber conocido a su supuesto autor: personaje y autor se encuentran y discuten cara a cara. Unamuno le revela a Augusto que conoce sus intenciones de suicidarse y que, en calidad de autor del relato, le niega tal libertad: “…no puedes matarte porque no estás vivo, y que no estás vivo, ni tampoco muerto, porque no existes (…) más que como ente de ficción; no eres, pobre Augusto, más que un producto de mi fantasía (…); tú no eres más que un personaje de novela, o de nívola…”. Sin embargo, Augusto lo desafía y le contesta: “… no sea que esté usted equivocado y que ocurra precisamente todo lo contrario (…) que sea usted, y no yo, el ente de ficción, el que no existe en realidad, ni vivo, ni muerto… No sea que usted no pase de ser un pretexto para que mi historia llegue al mundo…” (Unamuno, 1996: 293).

Augusto argumenta que si Unamuno admite que están discutiendo cara a cara, ello implica que éste último lo reconoce como personaje del mundo real. Entonces, y en tanto ser real, Augusto le explica que su carácter (que no ha podido convivir con la serie de acontecimientos desgraciados que colmaron su vida) le pide que se suicide. Pero Unamuno, en tanto autor, no está dispuesto a permitir que un personaje tome control de la trama, y por ende de su propia identidad y vida narrativa: es por ello que le anuncia a Augusto que será él quien decida la suerte su muerte. Ella misma no sería a causa de un suicidio, aunque era efectivamente cercana e inminente.

Augusto, arrepentido de su deseo de suicidio y desesperado por la certeza de su muerte próxima, concluye: “… ¿Conque he de morir ente de ficción? ¡Pues bien, mi señor creador don Miguel, también usted se morirá, también usted, y se volverá a la nada de que salió…! ¡Dios dejará de soñarle! ¡Se morirá usted, sí, se morirá, aunque no lo quiera; se morirá usted y morirán todos los que lean mi historia, todos, todos, todos, sin quedar uno! ¡Entes de ficción como yo; lo mismo que yo! (…) Os lo digo yo, Augusto Pérez, ente ficticio como vosotros, nivolesco lo mismo que vosotros. Porque usted, mi creador, mi don Miguel, no es usted más que otro ente nivolesco, y entes nivolescos sus lectores, lo mismo que yo, Augusto Pérez, que su víctima…” (Unamuno, 1996: 302).

¿Cómo distinguir entre lo que pertenece al mundo de la realidad y lo que pertenece al mundo de la ficción? Ambos personajes, Unamuno y Augusto, sea cual fuere el campo al que pertenezcan, se acusan mutuamente de ser entes ficticios; se anuncian entre si sus respectivas muertes, su desaparición, su inexistencia. El enfrentamiento con Augusto fue un acontecimiento que hizo temblar la identidad-carácter-mismidad de Unamuno como autor al encontrarse con un personaje suicida que desafía el destino de su historia. A su vez, el enfrentarse con Unamuno desestabilizó la identidad de Augusto, lo hizo dudar de su existencia hasta punto tal que cuando corroboró su condición de ser vivo, de ser real, abandonó la idea de suicidio. El enfrentamiento entre autor y personaje fue literalmente mortal: Unamuno mató a su personaje, pero Augusto se suicidó. Como lectores nunca sabremos efectivamente qué sucedió.

Si bien Unamuno sugiere tener el control sobre la vida de sus personajes, sus personajes también controlan aspectos de la vida de Unamuno. En escritos posteriores los vestigios de Víctor y Augusto son evidentes, e incluso Unamuno confiesa en el Prólogo de la Tercera Edición haber dudado acerca de las condiciones de la muerte de Augusto e incluso se pregunta si debería resucitarlo: “…continuar la biografía de mi Augusto Pérez, contar su vida en el otro mundo, en la otra vida. Pero el otro mundo y la otra vida están dentro de este mundo y de esta vida. Hay la biografía y la historia universal de un personaje cualquiera, sea de los que llamamos históricos o de los literarios o de ficción…” (Unamuno, 1996: 39).

Tanto Niebla como la vida de Unamuno están pobladas de tensiones entre sus respectivas tramas y personajes. Unamuno fue enfrentado por sus personajes de ficción, fue cuestionado por ellos, y se convenció de que, tal como afirma Ferrater Mora, “…a menos que un personaje sea un muñeco -y, por tanto, no sea en absoluto personaje, o persona-, será tan real como su autor. Las llamadas ‘personas reales’ no pueden distinguirse, salvo por la falta de personalidad, de los llamados ‘personajes imaginarios’ o ‘ficticios’. Ambos alientan en el seno de esa ‘niebla’…” (Ferrater Mora, 1985: 125). Los personajes de Niebla se van narrando a si mismos, van narrando sus realidades y no hay una posible distinción entre la vida real y la ficción: Víctor Goti, Rosario, Eugenia, Augusto Pérez, Miguel de Unamuno… todos ellos son personajes de la nívola.

Ricoeur afirma que, si bien las historias de vida difieren de las historias literarias, ello no implica que la ficción no pueda aplicarse a la vida. Los relatos e historia de vida, en definitiva, no se excluyen sino que se complementan: “… el relato forma parte de la vida antes de exiliarse de la vida en la escritura; vuelve a la vida según los múltiples caminos de la apropiación y a costa de las tensiones inexpugnables…” (Ricoeur, 1996: 166). El relato tiene implicancias éticas, a partir de él se intercambian experiencias, se muestran acciones que serán valoradas, e incluso el relato literario puede lograr una transformación respecto al sentir y obrar del lector. De esto último se percató Unamuno cuando afirma que ante la idea de permitir que Augusto escribiera un autobiografía en la que contara cómo se soñó a si mismo, advirtió que “… el lector no resiste esto, no tolera que se le saque de su sueño y se le sumerja en el sueño del sueño (…). No quiere que le arranquen la ilusión de la realidad…” (Unamuno, 1996: 39).

Notas

[1] Si bien Nívola es un concepto creado por Unamuno, también lo utiliza Víctor Goti en el capítulo XVII de Niebla cuando le dice a Augusto: “…mi novela no va a ser novela, sino (…) ¡nívola! Así nadie tendrá derecho a decir que deroga las leyes de su género… Invento el género e inventar un género no es más que darle un nombre nuevo, y le doy las leyes que me place…” (Unamuno, 1996: 176). En dicha novela se menciona en los prólogos, tanto en el que escribe Víctor Goti como en el del mismo Unamuno.

[2] Antolín S. Paparrigópulos es un personaje de varias novelas o nívolas de Unamuno.

[3] Como así también en otras novelas, previas y posteriores a Niebla.

Bibliografía

Arfuch, Leonor (2002): Identidades, sujetos y subjetividades. Prometeo, Argentina.

Ferrater Mora, José (1985): Unamuno, bosquejo de una filosofía. Alianza, España.

Ricoeur, Paul (1996): Si mismo como otro. Siglo XXI, México.

Unamuno, Miguel de (1996): Niebla. Losada, Argentina.

© María Cecilia Palermo 2010

Espéculo. Revista de estudios literarios. Universidad Complutense de Madrid

El Senado confirma a Kagan para la Corte Suprema

Viernes 6 de Agosto de 2010

LOS TITULARES DE HOY

EL RESTO DE LA HORA DE DEMOCRACY NOW!

  • Verizon y Google presuntamente logran acuerdo para uso de Internet por niveles: ¿Peligra la neutralidad de la red?

    Verizon-google

    Los gigantes de las telecomunicaciones e Internet, Verizon y Google, aparentemente llegaron a un acuerdo para imponer un sistema por niveles para acceder a Internet. El acuerdo le permitiría a Verizon cobrar por brindar un acceso más rápido a ciertos contenidos en línea a través de los dispositivos inalámbricos, una violación del concepto de "neutralidad de la red" que aboga por el acceso igualitario a todos los servicios y contenidos. Este acuerdo surge en medio de reuniones a puertas cerradas entre la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC, por su sigla en inglés) y las gigantes de telecomunicaciones sobre nuevas regulaciones.

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  • Mientras aumentan los suicidios en las fuerzas militares, los padres de dos soldados que se quitaron la vida dicen que las palabras de Obama suenan huecas

    Soldier-suicides

    Un nuevo informe del Ejército estadounidense halló que el índice de suicidios de soldados en el Ejército superó el índice civil por primera vez desde la Guerra de Vietnam. Hablamos con los padres de dos soldados que se quitaron la vida: Gregg Keesling, el padre de Chancellor Keesling, un soldado de EE.UU. que se suicidó el 19 de junio de 2009, durante su segunda misión en Irak; y Kevin y Joyce Lucey, cuyo hijo Jeffrey Lucey se quitó la vida el 22 de junio de 2004, después de regresar del servicio militar en Irak. Todavía están esperando las cartas de condolencia del Presidente Obama.

    Escuche/Vea/Lea (en inglés)
  • La presencia de EE.UU. en el aniversario de Hiroshima es "sumamente importante", dice Robert Jay Lifton

    Doves

    Hoy se cumplen sesenta y cinco años del día en que Estados Unidos lanzó la bomba apodada "Little Boy" sobre la ciudad japonesa de Hiroshima. Se estima que 140.000 personas murieron de inmediato o sucumbieron ante las quemaduras y enfermedades provocadas por la radiación poco después de la explosión. Este año, Japón conmemoró este aniversario sombrío con la presencia por primera vez de un representante del gobierno de EE.UU. Hablamos con Robert Jay Lifton, destacado psiquiatra y escritor estadounidense y un persistente opositor a las armas nucleares.

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