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Los choferes del Apocalipsis

César Lévano


César Lévano
Razón Social



Hay quienes temen que un triunfo del dúo Flores-Cataño convierta el Palacio Municipal en la casa blanca.

No soy tan pesimista. Calculo que la doctora Lourdes Flores va a ser derrotada el domingo 3 de octubre. Para ella y César Cataño hay otra perspectiva: ser enjuiciados por narcotráfico.

Sabido es que la semana próxima, la Dirección AntiDrogas denunciará a Cataño por lavado de dinero del narcotráfico y desbalance patrimonial. La señorita Flores, abogada y asesora de Cataño, puede ser incluida en el proceso.

Si se demuestra la condición de narcotraficante de Cataño, la abogada Flores tendría mucho que aclarar, ya que fue presidenta de la línea Peruvian Airlines, cuya actividad parece haber sido financiada con dólares sucios.

Para las modernas teorías penales, el crimen organizado no implica sólo a los malandrines y los capos. La idea de una organización creada para delinquir extiende la responsabilidad a todos los que participan de ella, sea cual fuere su puesto dentro del grupo –matones, jefes o abogados–.

La aspirante a alcaldesa percibió hasta junio último cuantiosos honorarios de la compañía aérea bajo sospecha. Tales pagos van de 2004 a junio de 2010. Peruvian Airlines se organizó en 2008. Sin duda la doctora tendrá que precisar cuál fue su papel en esa fundación y qué función desempeñó entre 2004 y 2008 en los negocios de Cataño.

Parte de esos dineros sirvieron quizá para que Lourdes Flores defendiera la importación de 24 mil vehículos chatarra. Cataño asegura que los autos no eran chatarra. Pero la policía ha establecido que tenían entre 15 y 18 años de antigüedad.

Cataño se llamaba Adolfo Carhuallanqui. Cambió de nombre después de que, en 1983, fuera aprehendido con las manos en la masa como fabricante y distribuidor de pasta básica de cocaína.

En esa ocasión, Cataño demostró ser el primer jinete, o más bien chofer, del Apocalipsis: el que aporta la peste. Su importación masiva de autos viejos, facilitada por Lourdes Flores, fue su contribución mayor a la peste que envenena la atmósfera de Lima.

Con ese comercio se convirtió, por partida doble, en jinete de la muerte. Muchos accidentes provocados por vehículos chatarra produjeron tragedias.

Otro prohombre del equipo de Flores es Horacio Cánepa, hoy abogado de Cataño. Raúl Wiener documenta en esta edición el pasado de corrupción electoral de Cánepa. Bien puede él representar al jinete de la guerra –de la guerra sucia–.
El jinete del hambre puede ser Jaime Salinas. Heriberto Benítez asevera que Salinas, candidato a presidente por Justicia Nacional, le pidió en elecciones pasadas 50 mil dólares para darle buen lugar en la lista de aspirantes a congresistas. Salinas estaba sin duda al hambre, y quería matar de hambre a sus precandidatos.