Por: Gustavo Robreño.

Cautelosa y casi imperceptiblemente las “viudas del ALCA” reanudaron sus maniobras, conciliábulos y conspiraciones en aras de lograr sobreponer el fuerte viento desfavorable que sopla en Nuestra América y así comenzar a tejer o más bien rehacer la madeja de compromisos y complicidades con sectores de las dóciles oligarquías locales, algunos de los cuales, al menos aparentemente, habíanse salido del círculo dentro del cual debían girar, lo cual para el Imperio no es de ningún modo permisible.
Sectores económicos de esas oligarquías dependientes y sectores políticos que se le subordinan han sido llamados urgentemente a capítulo y advertidos de que deben realinearse tras los dictados del imperialismo norteamericano –los que se hayan salido momentáneamente del tiesto- para seguir sirviendo a los intereses económicos y políticos del “vecino del Norte”, que les promete de este modo volver a los felices tiempos idos donde ellos también podrán disfrutar de las migajas imperiales.
Es, al menos, la idea de Washington y resulta ya inocultable la manera en que la diplomacia imperial y los servicios de inteligencia se despliegan por América Latina y el Caribe intentando la reconquista en los espacios perdidos, lo cual equivale a golpear y desbandar los esfuerzos de unión e integración de diverso tipo que en los últimos años han avanzado aceleradamente.
En menos de seis meses, mientras el secretario de estado John Kerry se encargaba de recordarnos que éramos simplemente el “patio trasero” de Estados Unidos, el presidente Obama y el vice Biden han visitado fugazmente varios países latinoamericanos, al parecer con el propósito de mostrar con su presencia la seriedad de esas intenciones de reconquista con lo cual satisface y tranquiliza también los ánimos de la belicosa oposición republicana que lo emplaza, demanda y presiona.
El nombre que le hayan otorgado al engendro o que le otorguen en el futuro en definitiva poco importa: ya hemos conocido la igualmente fallecida y enterrada Alianza para el Progreso y otras más por el estilo que han jalonado de frustración, explotación, sumisión y engaño el camino de los pueblos latinoamericanos y caribeños a lo largo del medio siglo reciente.
Lo importante, en este caso, es mantener bajo vigilancia, descubrir y denunciar los siniestros planes regresivos de las “viudas del ALCA” y sus inspiradores de Washington, que aún apuestan por el neoliberalismo y la dependencia en esta hora de unidad y fortaleza, donde aún está en juego la posibilidad definitiva de una segunda independencia.