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Alan & George






Raúl Alfredo Wiener Fresco






Hace un tiempo que Jorge del Castillo difunde, a través de medios amigos, la especie que Alan García le tiene inquina y que ésta sería la explicación de diversos acontecimientos que se han producido en los últimos cuatro años. De esta manera, un presidente competitivo con sus propios compañeros se habría empeñado en no dejar levantar cabeza a quien no ha ocultado la aspiración de ser candidato del APRA para 2011. Y en esa misma línea, se habría valido de la situación actual para forzar la salida de Del Castillo de la secretaría general con el argumento de “permitir la investigación de la corrupción”.

En el marco de esta interpretación se deslizan dos supuestos que algunos dan como certezas: primero, que el castillismo es diferente a alanismo, en tanto fenómenos políticos que se originan en el APRA, por lo que podría pensarse que en ciertas circunstancias el “Tío George” podría ser una alternativa al actual presidente; segundo, que lo de la corrupción es un “pretexto” para que un sector del APRA se imponga sobre otro, o para que Alan García haga caer a quien no le gusta, o la variante que estuvo diciendo que mientras al ex premier se le echó por meras presunciones a Quesada se le estaba queriendo sostener pese a la inmundicia de Cofopri.

Yo no tenía una idea de lo extendido que podía estar el castillismo en los medios de comunicación. Pero lo que más me sorprende son las piruetas que se hacen para separar a dos que son casi tan siameses como los de los 90. Es cierto que sin García, el APRA no hubiera vuelto al gobierno y sin su empuje político no se entenderían las principales decisiones políticas, incluidas las más brutales, y tampoco sus contradicciones. Pero si este ha sido el gobierno de la inversión y del compromiso con determinados grupos empresariales, lo ha podido ser por Jorge del Castillo. El “Tío George” preparó por años un APRA aliada de la gran empresa. Y es evidente que cuando los miembros de la Confiep se revolcaban en la cama por tener que volver a elegir al fallido estatizador de la banca, recuperaban el sueño cuando conversaban al día siguiente con Del Castillo.

Es precisamente de ese papel que nacen las enormes relaciones del “Tío George”, incluidos sus contactos de prensa. Y es ese también el origen de los desvíos corruptos que se escuchan en los petroaudios. Porque lo que parece que algunos no entienden es que en el trato directo entre políticos e inversionistas, se intercambian favores que los implicados tienden a tomar casi como naturales, pero que cuando los escuchan terceros se hacen evidentes en su verdadera naturaleza. La única ventaja entre García y Del Castillo está en el hecho que el primero ya entendió completamente que el país no va a creerse eso de que se amarraban con Canaán, Vera, Discovery o Cemex, “por el bien del Perú”, y que Cofopri no tapa petroaudios, porque sólo es una cochinada que se añade a otra. Por no ser tan moscas y no llegar a sacar el cuerpo, los dos secretarios han caído tan dolorosamente.


Petroquímica en peligro por envío de gas a México

Exportación con valor agregado es más rentable para el Perú, sin embargo, falta mayor apoyo del gobierno, dice Jorge Manco Zaconetti.

Al desarrollar la petroquímica pasaríamos de importadores a exportadores de fertilizantes.

DETALLE

Mientras la industria petroquímica peruana aún no da sus primeros pasos en materia productiva, otros países latinoamericanos ya han tomado la delantera y nos llevan, literalmente, miles de kilómetros de ductos de ventaja. Así, las 14 primeras compañías petroquímicas de la región facturaron en 2008 más de US$ 50.000 millones. La supremacía es indiscutiblemente brasileña, con nueve empresas participantes en el privilegiado grupo de 14. México contribuye con cuatro y Venezuela con una compañía.


A portas de iniciarse la escandalosa exportación del gas de Camisea proveniente del Lote 56 hacía México en desmedro de los intereses nacionales, es lamentable que el desarrollo de la industria petroquímica siga siendo dejada de lado por el gobierno, pues, así ya no exportaríamos materia prima como el gas y venderíamos productos con valor agregado. El especialista en hidrocarburos Jorge Manco Zaconetti dice que el mayor valor agregado al gas natural proveniente de Camisea lote 88, con la industria petroquímica básica, sustituirá las importaciones de urea y de nitratos de amonio, lo que permitirá alcanzar la autonomía en materia de fertilizantes (urea y nitrato de amonio) y en los explosivos a partir del insumo principal como son los nitratos de amonio.

Es decir, pasaríamos de ser importadores de fertilizantes a convertirnos en exportadores de urea y nitratos de amonio, además, se capitalizaría al Perú con más inversiones, transformación industrial, más empleo directo e indirecto, mayores ingresos fiscales en razón que las regalías del gas para la petroquímica abonan montos superiores a los 4 dólares por millón de BTU en una escala variable en función del precio internacional de la urea, más impuestos y efectos colaterales al conjunto de la economía.

Las inversiones petroquímicas serán superiores a los US$ 3,150 millones (CF Industries en Marcona US$ 2,000 millones, Nitratos del Perú US$ 650 millones en Paracas y de Orica Nitratos en Marcona por US$ 500 millones), significaría quelas inversiones serán equivalentes a las realizadas en el proyecto exportador de Perú LNG. Esto debiera significar un efecto positivo en el empleo directo e indirecto por más 11,000 puestos de trabajo, solamente en la etapa de construcción serán necesarios más de 8,600 empleos al margen de los efectos colaterales.

Con la producción interna de urea generada en el distrito de Marcona por la empresa norteamericana CF Industries, utilizando 99 millones de pies cúbicos diarios de gas proveniente del lote 88, se alcanzará una producción anual de 1,350,000 TM de urea, es decir un millón trescientos cincuenta mil toneladas, con lo cual se cubrirá el consumo proyectado de urea en el 2012 estimado en 736,342 toneladas, y de lejos se cubre el consumo del 2009 que alcanzó las 425 mil toneladas. Es decir, habrá un margen de 600 mil a 900 mil toneladas anuales que podrán exportarse a nuestros vecinos de Chile, Ecuador, Bolivia, Colombia que son deficitarios en este fertilizante.

En el año 2008 las importaciones de urea, abono fundamental para la agricultura, alcanzaron los US$ 153 millones con 277 mil toneladas, sin embargo en el 2009 se importaron 425 mil toneladas por un valor de US$ 122 millones. O sea, las importaciones en volumen se incrementaron en un 53% entre el 2008 y el 2009, pero en términos de valor disminuyeron en razón de los menores precios del petróleo internacional y la crisis financiera internacional.

Problemas ambientales
Otra de las empresas que busca desarrollar petroquímica en el Perú es el consorcio peruano-chileno Nitratos del Perú, cuya planta de amoníaco comenzaría a operar a inicios de 2012 con una inversión de US$ 650 millones.

En opinión de Zaconetti la presencia de Nitratos del Perú posibilitará que un país minero por excelencia como el nuestro con una dinámica actividad exploratoria, alcance la autonomía en la producción de nitratos de amonio, producto necesario como insumo en la fabricación de explosivos; y también es utilizado como fertilizante en la agricultura. Donde los volúmenes importados por año están alrededor de las 300 mil toneladas de nitrato de amonio con valores de importación promedio sobre los 100 millones de dólares anuales.

Se estima que con la utilización de 72 millones de pies cúbicos diarios del gas proveniente del lote 57 (Repsol/YPF 53.84% y Petrobrás 46.16%) se producirá un estimado de 371 mil toneladas de nitrato de amonio por año el cual cubriría el mercado interno que en el 2009 requirió 272 mil toneladas y restaría un excedente exportable.

Sin embargo, la instalación de la empresa Nitratos del Perú tiene aún problemas que superar como el levantamiento a las observaciones planteadas por representantes de la sociedad civil al Estudio de Impacto Ambiental presentado por la empresa ante el Ministerio de Energía y Minas y otras entidades, pues la planta estaría ubicada en las inmediaciones de la Reserva de Paracas.

A las legítimas preocupaciones ambientales planteadas por la población de Pisco, en especial del distrito de San Andrés, se suma que la empresa Nitratos responda con transparencia sobre las relaciones que pudieran tener los capitales chilenos de Sigdo Koppers –socia de Nitratos Perú- con las Fuerzas Armadas de su país

“La dirigencia del Apra actúa como una mafia”

Jesús Guzmán Gallardo, ex secretario general del Apra


El Apra se ha hundido en una profunda crisis por las denuncias de corrupción contra Jorge del Castillo y Omar Quesada, sus dos secretarios generales que se han visto obligados a dejar sus cargos. Jesús Guzmán Gallardo, ex secretario general colegiado del Apra y ex diputado, hace una crítica descarnada de lo que está pasando en el Partido Aprista y de la conducta de sus dirigentes, y cuestiona severamente la gestión presidencial de Alan García, a quien acusa de ser un traidor al aprismo.

¿Esta es la peor crisis del Partido Aprista desde el cisma de 1980?
Esta es la peor crisis de toda la historia del Apra. La crisis de 1980 tuvo una connotación ideológica y se superó inmediatamente, la de ahora es una crisis ideológica, porque han querido tergiversar la doctrina del partido, pero también moral, lo que significa que la enfermedad de la corrupción ya ha hecho metástasis en el partido. Este componente moral de la crisis actual termina con los últimos resquicios de lo que fue la mística del partido y lo va a terminar por destruir.Justificar a ambos lados

¿La situación es tan grave como para hablar de una crisis terminal?
Sí, el Apra marcha hacia su destrucción. Esta crisis va a terminar con el partido si es que no se produce una revolución interna que lleve a una renovación total de la dirigencia. Una renovación real, no como esa renovación que anunciaban los “cuarentones” con esa huachafería de membrete que se pusieron. Si se mantienen estos dirigentes y esta situación, el Apra va camino a su extinción.

¿La salida de Jorge del Castillo y de Omar Quesada de la secretaría general no contribuye para que el Apra comience a superar esta crisis?
No. Mientras sus amigos sigan en la dirección del partido, la salida de ambos de la secretaria general es una farsa. Los miembros del Comité Ejecutivo Nacional del Apra tienen que asumir su responsabilidad histórica por actuar como una mafia…

¿El Apra se ha convertido en una mafia?
No, no, yo no digo el Apra, me refiero a la actual dirigencia del Apra, que es una mafia que se cubre como se cubren los mafiosos.

¿Jorge del Castillo y Omar Quesada deberían ser expulsados del Apra?
Sí, deberían ser expulsados. Y no solamente ellos, si no todos los que son sospechosos de actos de corrupción. No hay que esperar lo que diga el Poder Judicial, en el cual no hay confianza. Con Haya de la Torre el partido no habría mantenido a dirigentes cuestionados moralmente, no solamente de ahora, sino de hace tiempo, como Del Castillo y Quesada. Si Haya de la Torre estuviera vivo, alguien como Jorge del Castillo jamás habría tenido presencia en la vida del partido…

¿Por qué?
Porque moralmente está cuestionado desde que era alcalde y por su estilo de hacer política, que solamente busca provecho personal. Yo he estado al lado de Haya de la Torre y tengo la autoridad para decir eso. Ni Jorge del Castillo ni Omar Quesada tienen catadura moral para representar al partido.

¿La corrupción que sacude a la dirigencia del Apra llega hasta Alan García?
Yo diría que sí. Hay que ser no solo ingenuo, sino intonso en política, para creer que Alan García no sabía nada de lo que hacían sus ministros y altos funcionarios.

¿Alan García es el principal responsable de esta grave crisis del Apra?
Sin duda, él es el mayor responsable. Desde 1983, cuando Alan García asumió la secretaría general, se ha impuesto en el partido una escuela que ha cambiado la forma de pensar de los militantes apristas, que ahora ya no piensan en la lucha política, sino solamente en el dinero. La actual militancia aprista es oportunista, sin trascendencia, quiere beneficiarse del poder. Alan García inauguró en el partido esa escuela alejada de principios y valores, que ve la política no como un afán de transformar las cosas en beneficio de los trabajadores y de los pobres, sino como la forma de resolver sus problemas personales, que puede pasar por arreglar su situación económica o por su afán de gloria, o ambos. Digo esto con la indignación y el sufrimiento de los apristas decentes.

La imagen del Apra está asociada a la corrupción, no a la decencia.
Lamentablemente, tengo que aceptar que en estos momentos eso es verdad. Por culpa de los dirigentes del partido, los apristas estamos estigmatizados como corruptos. Decir lo contrario es mentirse a uno mismo. El gran cambio que necesita el partido comienza reconociendo que esa es la realidad.

¿Qué propone el grupo “Por el Rescate del Aprismo”, que usted encabeza, para cambiar el Apra?
Esta es una crisis estructural, que ha tomado el corazón del partido. El partido no se puede recomponer con la actual dirigencia. Nosotros no reconocemos a este Comité Ejecutivo Nacional. Queremos cambiar la situación del Apra de raíz, cambiar a toda esta gente que ahora dirige el partido. Proponemos un congreso extraordinario, pero de abajo hacia arriba, no con comisiones organizadoras nombradas desde Palacio de Gobierno, ni por las actuales autoridades del partido. Nuestra lucha es ideológica y moral. Yo me sujeto a las ideas del aprismo auroral. Los jóvenes que están limpios, que no han pasado por las prebendas, que no ven como máxima aspiración de la política resolver sus problemas personales, son los que deben tomar el control del partido. Todavía mantengo esa esperanza. Confío en que la toma de conciencia de los militantes apristas sobre la crisis del partido se traduzca en una rebelión interna de las bases contra la actual dirigencia. Esa es la única forma de rescatar y reconstruir al partido…

Pero usted ha dicho que la militancia actual del Apra es oportunista y que busca beneficiarse del poder. ¿En qué bases confía para reconstruir el Apra?
Con las bases de esa escuela que solamente busca el beneficio propio no se puede hacer nada, pero sí con las bases del auténtico aprismo. Hay muchos compañeros decepcionados con lo que está pasando, pero su voz todavía no prevalece. Recuerdo la frase de José Martí: “Mis bueyes están enfermos, pero con estos bueyes tengo que arar y araré”. La lucha hay que darla aunque no se tenga el mejor ejército. El día que pierda la confianza en las bases apristas dejaré de luchar.

¿Cree que el Apra se pueda recuperar del descrédito moral en el que ha caído?
Recuperar al Apra del descrédito que ahora sufre y reconstruir el partido es una tarea difícil que va a tomar un tiempo largo, pero creo que la lucha no está perdida y tengo la esperanza que esa recuperación se pueda lograr.

¿Qué sentimientos le despierta la actual dirigencia del Partido Aprista?
Haber conocido a dirigentes apristas como Carlos Manuel Cox, Luis Heysen o Manuel Seoane, me hace sentir repugnancia de los actuales dirigentes del Apra. Yo he sido diputado y siento vergüenza ajena por la actual Célula Parlamentaria Aprista.

A Luis Alberto Salgado lo expulsaron del Apra por criticar al gobierno y a la dirigencia aprista. ¿No le preocupa que a usted le pase lo mismo?
Que me expulsen sería una condecoración. A ver, qué lo hagan. Si me expulsan, yo no pediría mi reincorporación. A Al Capone no le voy a pedir que me dé un certificado de buena conducta. ¡Por favor! He recibido amenazas por criticar al gobierno y a la dirigencia del Apra, pero no me van a callar con amenazas. Aunque me toquen una fibra muy sensible no me van a detener. Yo sé que decir lo que estoy diciendo me va a causar problemas, pero no tengo miedo.


“Una vez Alan García me dijo que ser honesto no es importante”

Usted denuncia la corrupción del actual gobierno aprista, pero fue funcionario del primer gobierno del Alan García, en el que hubo una corrupción extendida…
Pero, por favor, hay funcionarios y funcionarios. Yo no llegué a los puestos que tuve porque era amigo de Alan García, lo hice porque tenía una trayectoria. En ese gobierno todavía había resquicios de moralidad, porque había hombres como David Tejada, que fue un ministro de Salud intachable, y a quien el ciudadano Carlos Vallejos no le llega ni a los talones. Yo no tuve ninguna acusación, ningún juicio por los cargos que ocupé. Nadie me puede acusar de algo irregular. Cuando era presidente de la Compañía Peruana de Teléfonos, el gobierno quería que la quebrara para venderla, pero yo la dejé con las cuentas en azul. Después que yo salí, Oswaldo Morán, que fue ministro de Transportes y que formó parte de la comisión organizadora del último congreso aprista, fue el responsable de la más grande estafa al facilitar la entrega de la empresa a Carrillo Smith, que tenía una trayectoria nefasta. No tengo nada de que avergonzarme de mi trabajo en ese gobierno.

¿No le faltó levantar más la voz en ese momento contra la corrupción?
Silencio nunca tuve, lo que tuve fue una esperanza orgánica de que el partido se curara en salud, pero eso no se produjo. Yo fui testigo de la corrupción y del desgobierno que hubo, y pedí una comisión en el partido para investigar la corrupción y que se separara del partido a todos los que habían estado incluidos en escándalos de robos. Pero nunca se hizo una autocrítica del (primer) gobierno de Alan García porque en el partido faltó coraje y honestidad para hacerla. Fue un error del partido haber defendido a García después de ese (primer) gobierno.

¿Cuándo García era presidente en ese primer gobierno y usted funcionario público, habló con él de la corrupción que había?
Sí, lo hice, y esa vez Alan García me dijo que ser honesto no era algo importante. En ese momento tuve clara mi decepción, pero todavía tenía la esperanza orgánica de que el partido cambie. Yo me opuse a que Alan García sea elegido secretario general en 1992, porque él quería ese cargo para blindarse de las acusaciones en su contra. A mí me comienzan a marginar del partido y a desconocer mis derechos partidarios desde que en 1990 pedí que se investigue la corrupción del gobierno de Alan García.


“Alan García ha traicionado ideológica y moralmente al Apra”

Usted ha acusado a Alan García de haber traicionado al Apra. ¿Su traición es ideológica o moral?
Alan García ha traicionado ideológica y moralmente al Apra. Si alguna vez Alan García fue realmente aprista, ya dejó de serlo. El proceso de desmantelamiento del partido se inició en 1983 con la llegada de Alan García a la secretaria general y en este gobierno se ha consumado su traición. Con audacia y porque los apristas le dejamos el campo abierto, y ahí yo acepto una autocrítica, Alan García se ha apoderado del partido. El Apra de ahora ya no es el partido de Haya de la Torre, es el partido de Alan García.

¿Y cómo es el partido de Alan García?
En un partido al servicio de una persona y de sus intereses. Es una versión nueva de ese caudillismo que tanto daño le ha hecho a la República. ¿Usted cree que después de haber conocido a Haya de la Torre, puedo creer en Alan García? Jamás. Pero no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista.

¿Cuál es la mayor traición del gobierno de García al pensamiento aprista?
Alan García gobierna subastando al país, vendiendo los puertos, negándole derechos laborales a los trabajadores. Eso es traición a los principios apristas. Criminalizar la protesta social es una traición, porque eso no estaba escrito en nuestro ideario. Lo ocurrido en Bagua es la expresión típica de una dictadura, de una tiranía fascista. Como aprista siento indignación y rechazo por lo que hace este gobierno.

¿Cómo definiría en pocas palabras al gobierno de García?
Como derechista, entreguista, inmoral y autoritario.

¿Qué opción electoral le ve al Apra?
No le veo ninguna posibilidad. El Partido Aprista está destrozado, sin capacidad de lucha, sin ánimo, sin moral para ir a un proceso electoral. Como decía Sun Tzu: “Si no hay moral no hay batalla”. Creo que el Apra debería tener un candidato aprista verdadero que comience a lavarle la cara al partido.

¿Y quién puede ser ese candidato?
Pueden ser Luis Alberto Salgado, David Tejada, Enrique Cox, que es hijo de Carlos Manuel Cox, o Lucho Negreiros, que es el único congresista aprista que defiende a los trabajadores y que critica al gobierno. Pero seguramente ninguno de ellos será candidato en estas elecciones.

¿A García le ve alguna opción de regresar a la presidencia el 2016?
Si quiere volver a ser candidato, que sea candidato de la derecha pero no del Partido Aprista. Más de uno estaremos ahí para impedir que gane.


Entrevista
Carlos Noriega

La tiranía odiosa impuesta al mundo

10 Mayo 2010

Nuestra época se caracteriza por un hecho que no tiene precedentes: la amenaza a la supervivencia de la especie humana impuesta por el imperialismo al mundo.

La dolorosa realidad no debiera sorprender a nadie. Se le veía venir a pasos acelerados en las últimas décadas, a un ritmo difícil de imaginar.

¿Significa esto que Obama es responsable o promotor de esa amenaza? ¡No! Demuestra simplemente que ignora la realidad y no quiere ni podría superarla. Más bien sueña cosas irreales en un mundo irreal. “Ideas sin palabras, palabras sin sentido”, como expresó un brillante poeta.

Aunque el escritor norteamericano Gay Talese, considerado uno de los principales representantes del nuevo periodismo, aseguró el 5 de mayo -según informa una agencia de noticias europea- que Barack Obama encarnaba la mejor historia de Estados Unidos en el último siglo, lo que podría compartirse en algunos aspectos, en nada altera la realidad objetiva del destino humano.

Ocurren hechos como el desastre ecológico que acaba de producirse en el Golfo de México, que demuestran cuán poco pueden los gobiernos contra los que controlan el capital, que tanto en Estados Unidos como en Europa son, a través de la economía en nuestro planeta globalizado, los que deciden el destino de los pueblos. Tomemos como ejemplo las medidas que parten del propio Congreso de Estados Unidos, publicadas por los medios de prensa más influyentes de ese país y de Europa, tal como han sido divulgadas en Internet, sin alterar una palabra.

“Radio y TV Martí mienten al difundir informaciones sin fundamento, reconoce un informe de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado norteamericano que recomienda que ambas estaciones sean retiradas definitivamente de Miami y relocalizadas en Washington para integrarse ‘plenamente’ al aparato propagandístico de la Voz de América.

“Además de engañar a su público” [...] “ambas emisoras usan ‘un lenguaje ofensivo e incendiario’ que las descalifican.

“Tras 18 años Radio y TV Martí fallaron ‘en penetrar de manera sensible en la sociedad cubana o influenciar al gobierno cubano’…”

“El informe divulgado este lunes recomienda fusionar la Oficina de Trasmisiones para Cuba (OCB) -por sus siglas en inglés- con la Voz de América, la radio oficial de propaganda del gobierno de Estados Unidos.

“‘Problemas con el respeto de las normas periodísticas tradicionales, una audiencia minúscula, interferencias radiales por el Gobierno cubano, y alegaciones de nepotismo y amiguismo han afectado el programa desde el principio’, reconoce la Comisión presidida por el Senador demócrata John Kerry.”

“El comité recomienda sacar urgentemente las dos estaciones de Miami subrayando la necesidad de contratar de manera más equilibrada el personal para lograr un ‘producto’ despolitizado y profesional, valoran los senadores.

“El informe Kerry hace referencia a Alberto Mascaró, el sobrino de la esposa de Pedro Roig, Director General de Radio y TV Martí, que fue contratado -gracias a su pariente- de director del servicio latinoamericano de la Voz de América.

“El documento reporta detalladamente cómo en febrero de 2007, el ex director de la programación de TV Martí, ‘conjuntamente con un pariente de un miembro del Congreso’ han confesado su culpabilidad en una corte federal por haber recibido cerca de 112 000 dólares en comisiones ilegales de parte de un contratista de la OCB. El ex empleado de la OCB fue sentenciado a 27 meses en la cárcel y a pagar una multa de 5 000 dólares por haber acaparado ‘50 por ciento de todo el dinero pagado por TV Martí para la producción de programas por la firma Perfect Image’.”

Hasta aquí el artículo de Jean Guy Allard aparecido en el sitio web de Telesur.

Otro artículo, de los profesores norteamericanos Paul Drain y Michele Barry, de la Universidad de Stanford (California), replicado en el sitio de Internet Rebelión, informa:

“El bloqueo comercial usamericano contra Cuba, promulgado después de que la revolución de Fidel Castro derrocase al régimen de Batista, alcanza sus 50 años en 2010. Su objetivo explícito ha consistido en ayudar al pueblo cubano a alcanzar la democracia, pero un informe de 2009 del Senado de USA concluyó que ‘el bloqueo unilateral contra Cuba ha fracasado’.”

“…A pesar del bloqueo, Cuba ha obtenido mejores logros sanitarios que la mayor parte de los países latinoamericanos, comparables a los de la mayoría de los países desarrollados. Cuba tiene la esperanza media de vida más alta (78,6 años) y la mayor densidad de médicos per cápita, 59 médicos por 10.000 habitantes, así como las tasas más bajas de mortalidad en menores de un año (5,0 por cada 1 000 niños nacidos vivos), y de mortalidad infantil (7,0 por cada 1 000 niños nacidos vivos) entre los 33 países latinoamericanos y del Caribe.

“En 2006, el gobierno cubano destinó unos 355 dólares per cápita a la salud” [...] “El costo sanitario anual destinado a un ciudadano de USA fue ese mismo año de 6 714 dólares [...] Cuba también destinó menos fondos a la salud que la mayoría de los países europeos. Pero los bajos costos en cuidados sanitarios no explican los éxitos de Cuba, que podrían atribuirse al mayor hincapié en la prevención de la enfermedad y en los cuidados sanitarios primarios que la isla ha estado cultivando durante el bloqueo comercial usamericano.

“Cuba posee uno de los sistemas de cuidados sanitarios primarios preventivos más avanzados del mundo. Mediante la educación de su población en la prevención de la enfermedad y la promoción de la salud, los cubanos dependen menos de los productos médicos para mantener sana su población. Lo contrario sucede en USA, que depende enormemente de provisiones médicas y tecnologías para mantener sana su población, pero a un costo económico muy elevado.”

“Cuba tiene las tasas más altas del mundo de vacunación y de partos atendidos por expertos trabajadores sanitarios. Los cuidados asistenciales dispensados en los consultorios, las policlínicas y los mayores hospitales regionales y nacionales son gratuitos para los pacientes…”

“En marzo de 2010, el Congreso de USA ha presentado un proyecto de ley para fortalecer sistemas sanitarios y ampliar el envío de trabajadores sanitarios expertos a países en vías de desarrollo” [...] “Cuba también sigue enviando médicos a trabajar en algunos de los países más pobres del planeta, una práctica que se inició en 1961.”

“En el frente usamericano interior, dado el reciente impulso en apoyo de una reforma sanitaria, existen oportunidades para aprender de Cuba válidas lecciones sobre cómo desarrollar un sistema sanitario verdaderamente universal, que ponga el énfasis en los cuidados primarios. La adopción de algunas de las políticas sanitarias más exitosas de Cuba podría ser el primer paso hacia una normalización de las relaciones. El Congreso podría encargar al Instituto de Medicina que estudiase los éxitos del sistema sanitario cubano y cómo iniciar una nueva era de cooperación entre los científicos usamericanos y cubanos.”

Por su parte, el portal de noticias Tribuna Latina publicó recientemente un artículo sobre la nueva Ley de Inmigración en Arizona:

“Según un sondeo que publican la cadena CBS y el diario ‘The New York Times’, el 51 por ciento considera que la ley es el enfoque adecuado respecto a la inmigración mientras que el 9 por ciento considera que se debería ir aún más lejos en esta materia. Frente a ellos, el 36 por ciento considera que en Arizona se ha ido ‘demasiado lejos’.”

“…dos de cada tres republicanos respaldan la medida” [...] “mientras que sólo el 38 por ciento de los demócratas se muestra a favor de la ley…”

“Por otra parte, uno de cada dos reconoce que es ‘muy probable’ que como consecuencia de esta norma se detenga a ‘personas de determinados grupos raciales o étnicos con más frecuencia que a otras’ y el 78 por ciento reconoce que supondrá una mayor carga para la Policía.

“Asimismo, el 70 por ciento consideran probable que como consecuencia de esta medida el número de residentes ilegales y la llegada de nuevos inmigrantes al país se reduzca…”

El jueves 6 de mayo de 2010, bajo el título de “Arizona: Un muerto de hambre con ínfulas”, se publicó un artículo de la periodista Vicky Peláez en Argenpress, que comienza recordando una frase de Franklin D. Roosevelt: “Acuérdate, acuérdate siempre, que todos nosotros somos descendientes de inmigrantes y revolucionarios.”

Es un documento tan bien elaborado que no quiero concluir esta Reflexión sin incluirlo.

“Las marchas multitudinarias de este 1 de mayo, en repudio a la nefasta ley antiinmigrante aprobada en Arizona, estremecieron a toda Norteamérica. A la vez, miles de estadounidenses, políticos, juristas, artistas, organizaciones cívicas exigieron al gobierno federal declarar inconstitucional la ley SB1070 que tiene semejanza con leyes de la Alemania nazi o de Sudáfrica en tiempos del apartheid.

“Sin embargo, a pesar de la fuerte presión contra la nefasta ley, ni su gobierno, ni el 70 por ciento de los habitantes de ese Estado no quieren aceptar la gravedad de la situación que crearon para usar a los indocumentados como culpables de la severa crisis económica que están atravesando. Mientras piden dinero a Barack Obama para pagar 15 mil policías, están radicalizando su política racista. La gobernadora Jan Brewer declaro que ‘la inmigración ilegal implica el aumento del crimen y el surgimiento del terrorismo en el Estado’.

“Igualar a los indocumentados con terroristas, autoriza a la policía a disparar contra personas sólo por el color de su piel, por su vestimenta, por lo que llevan en las manos o hasta por su forma de caminar. Sin duda alguna, afectará también a los 280,000 americanos nativos que viven marginados y en extrema pobreza como a otras minorías, además de los hispanos, que encontraron refugio y el trabajo en esta zona árida de los EE.UU.

“Siguiendo al republicano, Pat Buchanan quien dice: ‘Estados Unidos debe hacer más fuerte la cruzada por la liberación de Norteamérica de las hordas bárbaras de hambrientos extranjeros portadores de enfermedades exóticas’, la gobernadora Brewer, después de arremeter contra indocumentados jornaleros, obreros de construcción, empleadas domésticas, jardineros, trabajadores de la limpieza, encausó su campaña contra los maestros de origen hispano.

“De acuerdo a su nuevo decreto, los maestros con marcado acento no podrán enseñar en las escuelas. Pero allí no termina su cruzada porque la ‘limpieza étnica’ en todos los tiempos históricos siempre fue acompañada por la ideología. Desde ahora los ‘estudios y proyectos étnicos’ quedan abolidos en las escuelas. También prohíben la enseñanza de temas que pueden promover resentimiento hacia una raza o clase social. Esto implica politizar el conocimiento, convirtiendo los mitos creados por el sistema norteamericano en realidad. También significa desterrar a los pensadores más respetados en EE.UU. como Alexis de Tocqueville que decía en 1835 que ‘el lugar donde un anglo americano pone su bota queda para siempre el suyo. La provincia de Texas todavía pertenece a los mexicanos, pero pronto no habrá ningún mexicano allí. Y así pasará con cualquier lugar’.”

“La única conciencia de los racistas es el odio y la única arma para vencerlo es la solidaridad de los hombres. Este estado ya fue vencido cuando se negó a dar feriado el día de Martín Luther King, el boicot fue sólido y contundente…”

Fidel Castro Ruz

Mayo 7 de 2010

6 y 15 p.m.

Los indígenas no son un "problema"

10-05-2010


Entrevista con el doctor en Ciencias Sociales Héctor Díaz-Polanco, perteneciente al libro "Por la izquierda", volumen II




JESÚS GUANCHE: Muy buenas. Es un placer nuevamente encontrarnos en la Videoteca Contracorriente, en esta ocasión con el Doctor y Profesor Héctor Díaz-Polanco. La obra de Héctor Díaz-Polanco, como investigador y profesor, es muy vasta, particularmente en temas contemporáneos que relacionan a la antropología con muchos aspectos políticos de nuestros días. Queríamos inicialmente preguntarle —después de darle la bienvenida al profesor— sobre algunas de las obras más recientes, sobre todo para relacionar cuál es el papel y el lugar del laberinto de la identidad en la problemática, tanto de su obra, como del debate internacional que se efectúa al respecto.

HÉCTOR DÍAZ-POLANCO: Ante todo, muchas gracias por la invitación. Es un honor estar en este programa. Sí, yo he publicado en los últimos tiempos lo que podría concebirse como una especie de trilogía —aunque, evidentemente, este tipo de estructura de las obras no es previamente calculado—; pero han ido formando una trilogía porque se han ido articulando alrededor de la preocupación básica de ir desmantelando la ideología alrededor de la problemática de la identidad y sobre todo en relación con los llamados pueblos y comunidades indígenas.

El primer libro se publicó en 1991; era un libro titulado Autonomía regional, que fue un primer acercamiento a la cuestión de las autonomías como propuesta política de los pueblos indígenas, y que abarca una especie de gran fresco de cómo los pueblos indígenas llegaron a ser lo que son hoy: su trayectoria histórica. Enseguida hubo un «salto hacia arriba» —porque hacia la realidad concreta se sube— con el levantamiento zapatista, y de allí resultó mi experiencia como asesor del EZLN en las negociaciones con el gobierno mexicano para la definición del proyecto de autonomía, que terminó en este famoso Acuerdo de San Andrés. De esa experiencia derivó un libro llamado La rebelión zapatista y la autonomía, que retoma los elementos teórico-políticos de la obra anterior y los proyecta a la realidad de esta lucha particular zapatista y su expresión latinoamericana e internacional (que tuvo una influencia, como sabemos, muy importante).

Y el tercer libro es el libro que acaba de ser publicado por Siglo XXI Editores en México, llamado Elogio de la diversidad, que intenta, por decirlo así, «amarrar» estos dos momentos en una perspectiva ya más global, articulando la cuestión de la globalización con la cuestión de las identidades, mostrando que no están separadas sino articuladas. Y hay un planteamiento que contiene este libro, que yo denomino «etnofagia», que es una propuesta teórica para tratar de entender la realidad contemporánea de los pueblos indígenas y en general de las diversidades en el marco de la globalización.

La tesis central del libro es que las cosas han cambiado, que ya no estamos ni frente a las comunidades que conocíamos los antropólogos, los sociólogos, ni estamos ante los mismos métodos del capitalismo globalizado, ni estamos ante los mismos desafíos. Y que, en consecuencia, este conjunto de cambios implica muchos retos nuevos, en este caso, afortunadamente, tanto para ellos como para nosotros, es decir, tanto para el capital que, en su desconcierto, está tratando de buscar nuevos métodos de hegemonización de los grupos identitarios; pero también para nosotros, que promovemos una inclusión de la cuestión de la diversidad en el proyecto de cambio de nuestras sociedades, puesto que tenemos un desafío de comprensión de estos nuevos fenómenos.

Porque las cosas no operan como operaron en el pasado y los propios grupos étnicos se han transformado, ya no son los de antes, los de hace un par de lustros; el proceso se ha acelerado. Y este es el esquema general de las obras, que forman parte de lo que, usando la expresión de Lakatos, llamamos un «programa de investigación». No se trata de un proyecto de investigación que concluye en sí mismo, sino de un gran programa que se desarrolla a lo largo de un lapso prácticamente indefinido y que va tratando de construir esta reconstrucción de los procesos y dándoles una nueva proyección.

J.G.: Es que incluso cada día los resultados de muchas investigaciones sociales ya no se contentan ni se conforman con llegar a conocimientos nuevos, sino que buscan proponer, hacer propuestas de acción, y hacer propuestas de tipo político, de toma de decisiones para mejorar o darle solución a muchos de estos problemas. Evidentemente, los laberintos que ha tenido el tema de la identidad se relacionan fuertemente con el problema de la diversidad cultural. Este evento, este congreso que ha tenido lugar recientemente sobre diversidad cultural, es un ejemplo de lo que puede representar la defensa de la diversidad cultural frente a proyectos hegemónicos, en algunos casos triunfantes y en otros casos «indigeribles», como usted decía recientemente. ¿Cuál es ese carácter indigerible de la globalización frente a los procesos de diversidad cultural?

H.D.-P.: La globalización que estamos viviendo, por supuesto, está fundada en una perspectiva liberal que es la concepción hegemónica en Occidente desde hace ya más de doscientos años. Y esta concepción evalúa a la diversidad en el sentido de que el Otro es aceptable siempre que adopte los principios básicos liberales. Resuelto eso, el liberal está dispuesto a permitir ciertas variaciones, especificidades y particularidades de carácter cultural, siempre que no afecten estos principios básicos del liberalismo.

Por ejemplo, el principio básico liberal de que la libertad está por encima de la igualdad en sus esquemas, el principio de que la igualdad debe estar subordinada, de que el individuo prima sobre lo colectivo —de hecho incluso llegando a negar la existencia de lo colectivo—. Bajo esos principios, por tanto, el proceso globalizador ha ido creando una serie de fenómenos nuevos de identidades que llamamos «identidades de ropero», «identidades de carnaval», identidades como portátiles, fluidas, y evitando enfrentarse a las identidades, digamos, tradicionales en términos de una posible aceptación. Por el contrario: hay una relación contradictoria e incompatible entre las identidades históricas que conocemos, por ejemplo, la de nuestros pueblos indígenas, y el modelo globalizador fundado en estos principios liberales.

Por tanto es una guerra, un enfrentamiento fuerte, en donde el liberalismo intenta, en consecuencia, o subordinar estos grupos —y subordinarlos significa hacerlos a su imagen y semejanza, a imagen y semejanza del liberalismo—, o intentar destruirlos. Por su parte, las identidades están tratando de evitar caer en la red globalizadora que implica, por un lado, destrucción de sus comunidades, individualización de sus sociedades y destrucción en consecuencia de la cohesión identitaria; y están tratando, por supuesto, de proponer nuevas formas de organización social, influir en el proceso nacional a partir de principios nuevos, de principios diferentes a los principios liberales.

Es una guerra de valores, de visiones del mundo: los grupos indígenas responden, digamos, a la voz de la comunidad, al código de la comunidad, que es una voz y un código incompatibles con la individualización liberal, incompatibles con el uso de la naturaleza de manera depredadora, puesto que los pueblos consideran que el mundo natural está vivo, que es la Madre Tierra, y rechazan un modelo de consumismo desaforado, etc., etc. De tal manera que allí se mueven los valores en este laberinto, un laberinto complejo. Yo digo en uno de los libros que es un laberinto para el cual no hay hilo de Ariadna: ni para entrar ni para salir. De tal manera que uno va aprendiendo en el recorrido mismo del laberinto, explorando sus ángulos, sus evoluciones, su trayectoria.

J.G.: En esta problemática relacionada con las autonomías, sabemos que el caso de España resultó al principio una conmoción; después muchas autonomías han tratado de ir acomodándose a la propuesta, no sólo española sino europea. En el caso de América Latina, donde usted inició el estudio, vamos a llamarle «primario» de la problemática de las autonomías, a la situación actual en relación, vamos a llamarle «comparativa», ¿cuál es su evaluación, cuál es su punto de vista?

H.D.-P.: Creo que hemos avanzado enormemente. Hay que recordar que apenas a finales de los años 80, iniciando los 90, prácticamente no se hablaba de autonomías excepto en unos pequeños grupos indígenas —marginales todavía—. Ocurrieron un conjunto de procesos que potenciaron las autonomías como proyecto político. En primer lugar, el hecho de que en 1992 tuvimos el Quinto Centenario y se desarrolló un gran movimiento indígena para oponerse al carácter «celebratorio» de la conquista de América. Esto sirvió de plataforma para que los pueblos indígenas se plantearan su situación y plantearan a su vez un proyecto político alternativo. Allí se inició todo.

Antes del cumplimiento de esta fecha emblemática, en 1990, se produce el primer gran levantamiento en el Ecuador de los pueblos indígenas, que siembra no sólo Ecuador sino América Latina, impacta a toda la región. Y posteriormente al gran movimiento del 92 en resistencia frente a la celebración del Quinto Centenario, está el gran estallido zapatista, cuyo mérito fundamental no es haber planteado la autonomía, sino el haberla potenciado en el sentido de haberle dado una plataforma nacional a la discusión de la autonomía y haberla proyectado internacionalmente. Antes del zapatismo ya había un movimiento autonomista, pero con una debilidad relativa muy marcada. Y esto se convierte en gran explosión —esa palabra la usábamos habitualmente— autonomista que conduce hasta el día de hoy.

Lo importante no es sólo que los pueblos sólo se hacen autonomistas, es el contenido que tiene el proyecto político de autonomía, que implica varios elementos que inmediatamente lo confrontan con los proyectos de nuestras oligarquías y nuestras burguesías nacionales y con el gran proyecto globalizador. Por ejemplo, el control de sus recursos, la definición de territorios propios, el establecimiento de autogobiernos de estos pueblos, sin que esto implique separatismo, al contrario: en la experiencia latinoamericana de los últimos tiempos —viendo país por país—, pese a que la burguesía y la oligarquía vociferan que los pueblos indígenas son separatistas y que quieren destruir la unidad nacional, los separatistas son las oligarquías, no son los pueblos indígenas. Es Guayaquil, en Ecuador, el que está planteando la autonomía como separatismo; es Santa Cruz, en Bolivia, la que está planteando la autonomía como separatismo, y no los pueblos indígenas. En México, en el Soconusco y en otras zonas, ha habido tentaciones de planteamientos —la zona norte del país— de las autonomías como separatismo.

En cambio, los pueblos indígenas —paradójicamente para esta visión— son los que están afirmando la autonomía como profundización de la unidad nacional, como consolidación de la unidad nacional, y además un proyecto que ya no sólo plantea reivindicaciones para los pueblos indígenas, sino reivindicaciones de más amplio alcance. De hecho, durante mucho tiempo el debate con ciertas tendencias en el movimiento indígena —que generalmente se están convirtiendo por fortuna en minoritarias— radicaba en que estas posiciones planteaban las autonomías como autonomías para resolver los problemas de los pueblos indígenas. Lo que planteaba el sector más avanzado de las autonomías —y nosotros, por supuesto, nos identificábamos con este sector—, es que la autonomía era para resolver problemas nacionales, los problemas de la nación. Porque lo que teníamos no era un problema indígena: los indígenas no son un problema, lo que era un problema era la nación, y en consecuencia la autonomía debía ser una respuesta a este problema nacional. Por eso hablábamos de la cuestión étnico-nacional y no sólo de la cuestión étnica o de la cuestión indígena.

Esta articulación entre nación y grupos étnicos es lo que le ha dado un gran potencial a las autonomías en la actualidad, de tal manera que uno puede decir que en este momento, a diferencia de hace… quince años, la autonomía es prácticamente el proyecto generalizado de las organizaciones indígenas en América Latina.

J.G.: Por suerte uno de los temas que ha ido tomando fuerza también es cuánto deben aprender los gobiernos de América Latina de los pueblos indígenas. Es decir, de esa sabiduría que no siempre ha tenido espacio, a la que no siempre se ha tenido acceso, y que hoy por suerte ya está hasta en Internet, en las propias lenguas autóctonas indígenas, cubriendo un espacio, haciendo diálogo interactivo con muchos gobiernos. Hay países del Caribe que, por una u otra razón, no tenemos la presencia indígena viva, fuerte; la tenemos como herencia cultural evidente, pero no tenemos poblaciones indígenas significativas en nuestra composición demográfica. Lo que sí hay es un hecho cierto: han practicado más que nosotros la convivencia equilibrada con el ecosistema y no han caído precisamente en la trampa de la «autofagia» del propio ecosistema.

H.D.-P.: Exactamente. Sí, lo interesante de la cuestión de la diversidad es que, por fortuna, si bien se afirma en la existencia de los pueblos indígenas en América Latina, la ha trascendido. Con eso no se minimiza el papel de los indígenas sino por el contrario. El asunto es que la cuestión de la diversidad, y en particular de las identidades, no puede ser sólo un «asunto de indios», tiene que ir más allá de esto. Porque incluso hay un componente colonialista en esta visión de que lo étnico es «lo del otro», porque «ellos tienen etnicidad, pero nosotros no». Es decir, la etnicidad es cosa de los atrasados, de los otros, de los pequeños, y lo que ahora estamos construyendo es… Bueno, la cuestión de la etnicidad nos afecta a todos, nosotros también estamos afectados por la etnicidad, sólo que es diferente a la de ellos, a la de los pueblos indígenas.

J.G.: Somos parte de esa etnicidad, pero en otro nivel de organización.

H.D.-P.: Así es. Y, en consecuencia, el tema de la identidad tiene que tratarse como un tema que trasciende lo indígena. Y eso ha tenido repercusiones en países en los que los pueblos indígenas no tienen una presencia importante, o simplemente están ausentes, como es el caso de Cuba, por las razones históricas que sabemos: que el problema indígena fue «liquidado» por el proceso colonial, prácticamente en toda el área del Caribe. La celebración del Congreso de Cultura y Desarrollo ahora en La Habana con el tema «En defensa de la diversidad cultural» es una muestra perfecta de esto. Mucha gente me preguntó: «¿Bueno, pero por qué en Cuba van a discutir el problema de la diversidad cultural si allí ni siquiera hay indios?». La respuesta debía ser que justamente porque la cuestión de la diversidad no se entiende como una cuestión de indios, y que de la discusión más amplia de la diversidad se pueden desprender enseñanzas muy importantes para la mayoría de nuestros países. Que estos valores que se desprenden de la discusión de la diversidad, por estar enfocados frente al liberalismo dominante, adquieren un interés y una potencialidad universalizadora. Eso es lo más importante, creo, de la lucha identitaria en América Latina y en otras regiones del mundo, el hecho de que la liebre ha saltado por el lugar más inesperado, es decir: la mayor lucha contra la forma de ver el mundo y los principios universalistas del liberalismo, ha saltado por el lado de los pueblos indígenas y de otros grupos identitarios en el mundo, lo cual es sumamente interesante y muy paradójico. Y eso es lo que explica que en los últimos tiempos los grandes centros de pensamiento del Imperio y, en América Latina, los grandes centros académicos, hayan desarrollado un amplísimo espectro de investigación y de análisis de la cuestión de la identidad. Hoy la identidad prácticamente es el tema central de las ciencias sociales, justo porque están muy preocupados debido a que la problemática étnica ha resultado un hueso duro de roer, y los pueblos indígenas son estas identidades «indigeribles».

J.G.: Del mismo modo, yo te comentaba que ya hay autores que de manera contraria están tratando por sus vías de reducir a cero el tema de la identidad, como si la identidad fuera una entelequia ilusoria, y no un modo de vivir, un modo de implicarse con su espacio, con su tiempo, con su mentalidad.2

En el caso de Cuba también el tema de la diversidad ha sido un tema de mucha discusión. Se ponía de ejemplo los dos Atlas más recientes de instrumentos musicales y el etnográfico, donde el resultado principal fue precisamente la riqueza de la diversidad como un elemento de sostén clave de la unidad nacional. Ahora bien, de modo particular en la experiencia adquirida por usted como profesor, como investigador, ¿cuáles serían los desafíos, los retos para llevar a vías de hecho la famosa Convención —que sí que es un logro— del 2005i que reconoce el tema de las diversidades y la expresión cultural como propuesta universal? Pero el problema no radica sólo en la propuesta universal. ¿Cómo sería, desde su punto de vista, en el ámbito de México o de América Latina, el tema de implementar ese proceso?

H.D.-P.: Desde luego es un avance importantísimo, porque crea un marco que reconoce el derecho que tienen los estados a promover su propia identidad, a defender sus particularidades culturales, digamos, poniendo entre paréntesis (por el momento) la materia cultural de las normas comerciales, mercantiles. Eso es un elemento muy, muy importante. La famosa tesis de la excepcionalidad o de la excepción cultural… Pero esto por supuesto no basta: se requiere que ahora en nuestros países libremos la lucha porque cada uno de estos estados, le dé un contenido concreto a esta posibilidad; que en este marco, en efecto, haya el uso de esta facultad reconocida internacionalmente de los estados para apoyar sus propios proyectos culturales, para impulsar los componentes de su diversidad interna y para darles el lugar que se merecen —en este caso, hablando de los pueblos indígenas— estos grupos históricamente subordinados. Sin que el Imperio por lo menos pueda alegar que tiene un fundamento en el derecho internacional para combatir estas expresiones.

En el caso de México, ahora ya hay un movimiento que está intentando aprovechar de inmediato esta Convención para presionar en dirección a impulsar un proyecto de cine mexicano, que vuelva a colocar a México en el lugar que estuvo en los años 50 en términos cinematográficos. De modo que es muy importante. Pero de todas maneras, lo que es evidente es que esto no va tener los efectos esperados si no hay una gran presión desde abajo, de los pueblos. Y en este punto seguro que los pueblos indígenas van a tener un papel muy importante.

J.G.: Yo pienso que al menos a nivel programático la antropología debía estar de fiesta con esas dos últimas convenciones, lo que se ha denominado «patrimonio inmaterial» y lo que se ha reconocido como «diversidad cultural». Pienso que ha sido un gigantesco salto de la concepción del siglo XVIII de reducir la cultura a lo artístico-literario y vincularla —sin demeritar en lo más mínimo lo artístico-literario— al papel de la vida cotidiana, de la creatividad misma, de las mentalidades, de la sabiduría, de la selección de los espacios. Y eso es un verdadero desafío, porque incluso, como se ha planteado en otros contextos, no siempre, por ejemplo, los museos han estado dedicados a ese punto de mira, a ese centro de atención, y han tenido que aprender a cómo tratar ese tipo de componente de la cultura que no era su área de atención. Es un verdadero problema, además.

H.D.-P.: Sí, es un paso extraordinariamente importante y que tendrá un efecto muy positivo, espero yo, en las llamadas «culturas populares», que van más allá, digamos, del mero mundo indígena en materia de promoción cultural, en materia de museos, etc., etc., que tú has mencionado. Esto puede ser la base de una gran revolución en nuestros países, pero siempre dependiendo de qué tanto presionen los grupos populares. Porque en una ocasión me preguntaron que cómo veía yo la reacción de México, y yo les vaticiné —unos meses antes de la ratificación— que yo opinaba que México sería de los primeros países que inmediatamente ratificaría los documentos de la UNESCO, como ocurrió en efecto. Pero que una cosa era este paso, que era previsible que lo diera rápido, y otra cosa que estuviera dispuesto a aprovechar los elementos que daban estos documentos internacionales para desarrollar una política de carácter popular. Por el contrario: lo que quiere el gobierno mexicano actual de derecha del señor Calderón y su Partido Acción Nacional es promover el otro modelo, el modelo que subordina a principios comerciales y mercantiles la cultura nacional, la vida cultural del país, entregando todos los medios, etc., a los grandes intereses transnacionales.

J.G.: Acabamos de terminar en estos días el quinto congreso de Cultura y Desarrollo, que estuvo precisamente dedicado a la defensa de la diversidad cultural. Y en este caso es casi una provocación con el autor: ¿qué valoración haría Héctor Díaz-Polanco de su Elogio de la diversidad, como un libro que vamos a tener la posibilidad de tenerlo pronto publicado en Cuba y que ya ha sido reconocido internacionalmente?

H.D.-P.: Esa es una obra que ha tenido suerte, por decirlo así. Ganó el Premio Internacional de Ensayo y eso le ha dado una gran proyección editorial. Ahora tendrá más con la publicación en La Habana del libro, y ha tenido la suerte de insertarse en este nuevo momento de la discusión de la cuestión de la identidad. Porque el libro es más que un elogio de la diversidad en el sentido antropológico tradicional de este término: es un elogio de la diversidad frente al gran otro proyecto que hace el combate a la diversidad. Me refiero al modelo liberal histórico, el modelo filosófico. Lo que yo hago es tratar de desmontar todo el proceso, mostrando que el debate entre pluralismo y concepción individualizada, etc. liberal, es viejo. Tiene una gran profundidad histórica que se desarrolla casi en los albores de la Ilustración, en donde se enfrentan dos concepciones: una racionalista y otra historicista, una afirmando la razón prácticamente y otra afirmando la diversidad cultural. Luego es derrotada poco más o menos la concepción defensora de la diversidad cultural, es decir, Herder sale derrotado frente a Kant, se impone la concepción liberal clásica, y virtualmente durante un tiempo largo se olvida la problemática de la diversidad como una problemática central. Resurge después de la Segunda Guerra Mundial —por cierto, la retoma la UNESCO, le da nueva proyección. Y luego hay otra etapa —en los últimos veinticinco años— de hegemonía, predominio prácticamente absoluto de una visión negadora de la pluralidad, que empieza a ponerse en tela de juicio y a tambalearse.

Esto tuvo su momento cumbre en el pensamiento rawlsiano, en el pensamiento de John Rawls, que fue considerado por todos los liberales como el más grande filósofo liberal del siglo XX, que desarrolló una teoría en donde intenta justificar la justicia y la formulación de un proyecto político llamado por él «democrático», que excluye la diversidad como elemento fundamental.

Lo que yo hago entonces es una crítica de toda esta trayectoria, una crítica de los fundamentos del liberalismo, mostrando que el liberalismo se funda en una concepción universalista que supone que a partir de la razón se pueden determinar estos principios ordenadores de la vida socio-cultural de una nación, de una sociedad determinada, o de todas las sociedades, y que estos principios tienen la particularidad curiosa de que coinciden con la visión liberal. De manera que lo universal siempre termina siendo lo liberal, que no es más que un truco viejo, pero que tiene una novedad. Ese truco viejo consiste en que por razones de etnocentrismo —eso lo registran desde Herodoto, pasando por Montaigne en sus ensayos, hasta el día de hoy, todos los que analizan las particularidades de los pueblos—, se afirma la idea de que mi cultura siempre es mejor que la del otro. Lo que hace el liberalismo no es sólo decir que su cultura es la mejor…

J.G.: La mía es cultura y la del otro no.

H.D.-P.: Exacto: la mía es cultura y la del otro no, pero además la mía no sólo es mejor, es la única válida. Porque antes se dijo: «Mi cultura era mejor, pero, claro, yo respeto que haya otras», decían los antiguos. Ahora estos modernos liberales dicen: «La mía no sólo es la mejor, es la universal, es la que debe adoptar todo aquel que suponga que es humano.» Y esto implica entonces una posición de intolerancia respecto al otro, de intolerancia frente a la diversidad, de la que el liberalismo no se ha podido desprender hasta el día de hoy, pese a las elaboraciones multiculturalistas que hablan del otro, incluso en algunas formulaciones de reconocimiento de cierto tipo de autonomía, muy debilitada por el lado territorial, por el lado de autogobierno.

El otro tema que trata el libro es justamente una crítica al «multiculturalismo», porque hemos notado que en los últimos tiempos ha habido un avance muy fuerte del multiculturalismo en América Latina. Empezó siendo una teoría atractiva en el mundo de la academia, luego empezó a penetrar en ciertas capas del movimiento indígena, de la dirigencia indígena, en algunos sectores populares —a veces sin conciencia de que fuera multiculturalismo, es decir, las ideas del multiculturalismo—, confundiendo multiculturalismo prácticamente con defensa de la diversidad, con defensa de la multiculturalidad justamente. Esta metamorfosis que ha sufrido el pensamiento liberal presentando una teoría propia como una teoría de defensa de la diversidad…

J.G.: «De avanzada».

H.D.-P.: …es otra de las grandes novedades de que yo hablaba al principio que trae consigo el proceso de globalización neoliberal. Uno de los objetivos del libro es mostrar que en realidad se trata de un enfoque teórico-político, no simplemente de una defensa general de la diversidad. Que en realidad intenta controlar la diversidad, someter la diversidad y eventualmente disolver la diversidad, pero a partir de métodos diferentes, lo que yo llamo la «etnofagia», que implica que ya el sistema no utiliza los viejos métodos genocidas y etnocidas —métodos al fin y al cabo violentos, y a veces violentos en el sentido físico del término, de eliminación—, sino que pasó a una tercera fase: del genocidio/etnocidio a lo que llamo la etnofagia, y en esta etapa etnofágica se trata de atraer, seducir, disolver, digerir, mediante la inclusión de estos pueblos en una lógica de individualización, de consumismo, etc., etc., de disolución, en fin, de su sistema cultural. Se trata también de alertar a América Latina sobre los efectos perniciosos del multiculturalismo, y —positivamente— sobre la necesidad de que nosotros definamos nuestras propias perspectivas sobre el tratamiento que queremos dar a la diversidad, que responderá, por supuesto, a principios diferentes, como los que aquí ya mencionamos: de respeto al medio ambiente, de equidad, de construcción de sociedades igualitarias, democráticas, etc., etc., de rechazo del consumismo: los grandes valores que están consolidándose en América Latina.

Y mostrar, finalmente, que estamos en América Latina, en este momento, en una situación en que la izquierda finalmente retoma la cuestión de la diversidad. Todavía con dificultades, porque así como hay casos, como el que mencionabas, de grupos conservadores en Europa y en Estados Unidos que han hecho una gran ofensiva contra las identidades en los últimos tiempos, desgraciadamente también en la izquierda ha habido grandes ofensivas, aunque por razones diferentes, alegando razones diferentes.

Un caso lamentable es el de un texto que escribió hace unos años Eric Hobsbawm, un marxista muy respetado, muy importante, y que proponía —a mi juicio con una incomprensión respecto a lo que implican las identidades, por ejemplo, en América Latina— que la izquierda debería plantear los grandes temas que le son propios, como los temas de la libertad, la justicia, la igualdad, la fraternidad, etc., y no preocuparse por las particularidades. Que eso no era tema de la izquierda, sino que la preocupación de la izquierda son los grandes asuntos, los asuntos comunes, no los asuntos particulares. Es una forma de ver las cosas que tuvo muy mal efecto en las filas de la izquierda, y que la derecha inmediatamente vio como un filón importantísimo.

No es obra de la casualidad que los primeros que salieran desesperadamente a traducir el texto de Hobsbawm y a publicarlo fueran, en México, Letras Libres, Nexos, las revistas de la derecha, alegando que eso era una lección para la izquierda que en ese momento estaba reclamando el reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas (los zapatistas); que no, que la izquierda debiera asumir su papel, que había asumido históricamente, de ser defensora de la justicia, de la libertad, en este sentido prosopopéyico.

Y evidentemente esto parte de una concepción errada: la idea de que al poner el énfasis en la cuestión de la diversidad estamos abandonando estos grandes principios. ¡Al contrario! Es una manera de retomarlos con más fuerza. La cuestión de la diversidad no es una cuestión aparte de principios como el de la justicia y la igualdad. Al contrario, la conclusión a que hemos llegado, que concretiza nuestra visión de la justicia y la igualdad, es que no puede haber justicia e igualdad en sociedades heterogéneas desde el punto de vista socio-cultural sin lograr justo la igualdad socio-cultural, y que la igualdad socio-cultural —no sólo la socio-eco-nómica— debe estar incluida en la perspectiva de la izquierda, a diferencia de lo que hace la derecha. Lo que hace la derecha es separar y decir: «Bueno, a ti como grupo étnico o grupo identitario con determinadas particularidades, te reconozco culturalmente, te reconozco tu sistema cultural.» Y cuando los sujetos preguntan: «¿Y también me vas a reconocer mis derechos económicos, políticos y sociales?», le dicen: «No, no, no: se trata de reconocer que tú tienes usos y costumbres diferentes a mí, que tienes tus fiestas, que tienes tu autoridad tradicional…»

J.G.: Que tienes tu espacio.

H.D.-P.: Así es… Pero no, esto no implica que te voy a reconocer territorio, que te voy a reconocer el derecho a la justicia económica. La diferencia entre ellos y nosotros es que nosotros decimos las dos cosas: hay que reconocer esos sistemas socio-culturales, pero también hay que reconocer como parte de esa justicia integral los derechos económicos, políticos, etc… Pero no ponernos del lado de estos derechos —por supuesto hay que insistir en ellos, los derechos de redistribución, los relativos a lo económico y lo social—, excluyendo o poniendo de lado la cuestión de los derechos culturales.

De tal manera que en el momento actual estamos peleando en dos flancos: frente a la derecha liberal que alega que lo importante no es la identidad, sino lo que nos hace comunes, etc., de una manera abstracta; y del lado izquierdo que insisten en lo mismo, con otra formulación, de que debemos plantear las grandes demandas comunes, implicando que la demanda particular de los grupos no puede ser integrada a lo común. Es su esencia y su alimentación más importante. Lo que está sobre la mesa es cómo evitamos que la demanda de los grupos identitarios no se separe de los grandes planteamientos transformadores de la sociedad. Esta idea que yo planteaba hace unos días cuando me preguntaba una compañera indígena de qué hacer en estos momentos en que prima en algunos grupos —afortunadamente cada vez más minoritarios, porque se van dando cuenta de las cosas— la idea de que ellos pueden encontrar una solución sólo para ellos; y la conciencia cada vez más generalizada de los pueblos indígenas de que la única solución adecuada que pueden encontrar es una solución que integre la problemática de todos los demás sectores. Es decir, salvarnos todos, no buscar la salvación propia de un grupo particular. Esto se ha logrado de una manera notable en los últimos tiempos, y es lo que explica el papel ahora nacional, regional, a gran escala, que están cumpliendo los pueblos indígenas en América Latina.

Notas:

iSe refiere al trabajo del antropólogo español Pedro Gómez García de la Universidad de Granada: Las ilusiones de la «identidad». La etnia como seudoconcepto. Se refiere a la Convención sobre la protección y promoción de la diversidad de las expresiones culturales, París, 20 de octubre de 2005.

¡En ruta hacia la cumbre de los pueblos en Madrid!

10-05-2010


La cumbre alternativa de los pueblos "Enlazando Alternativas 4" que se celebrará del 14 al 18 de mayo de 2010, servirá para fortalecer nuevas convergencias solidarias entre nuestros pueblos, las resistencias populares emergentes y para construir un espacio político y de movilización birregional.

Hace ya más de un decenio que América Latina aparece como una zona de tempestad para la dominación neoliberal planetaria. Esta región ha conocido las movilizaciones colectivas más importantes contra las consecuencias sociales, políticas e ideológicas del capitalismo saqueador en los países del Sur con, en ciertos casos, reacciones en cadena que desembocaron en la renuncia de gobiernos conservadores, el cuestionamiento de importantes privatizaciones y el regreso a primer plano de las izquierdas y de la cuestión social. Mucho más que en otras partes existe en el subcontinente una crisis de hegemonía de la burguesía y del sistema neoliberal.

El cambio de las relaciones de fuerza en A.L., y antes que nada el nacimiento de movimientos sociales ofensivos, radicales y transnacionales han combinado reivindicaciones democráticas (asambleas constituyentes, reconocimiento del Estado plurinacional) con una orientación antineoliberal, antiimperialista e internacionalista. La realidad de la lucha de clases es evidentemente distinta según los países: luchas indígenas en Perú, Bolivia y Ecuador; de los desempleados en Argentina; de los sin tierra en Brasil y en Bolivia; movilizaciones sindicales en México; sindicales y estudiantiles en Chile; feministas en América Central.

Un continente de resistencias populares

En un continente que ha sufrido el terrorismo de Estado, la explosión de la deuda externa y los dictámenes del FMI, estas resistencias se traducen, igualmente, en el terreno político en la instauración de gobiernos a menudo social-liberales pero igualmente antiimperialistas. Y, frente al proyecto de expansión de los Estados Unidos, se afirman con fuerza otras opciones de integración regional.

Es el caso de Brasil, que se muestra cada vez más como un país “subimperialista”, que defiende su autonomía parcial frente al gigante del Norte, pero también frente a la “Alianza Bolivariana para los pueblos de nuestra América” (ALBA) la cual, bajo el impulso de la Venezuela bolivariana y de Cuba, intenta mostrar que una alternativa de integración de los pueblos es posible.

Si Ecuador, Bolivia y Venezuela plantean claramente la cuestión de una alternativa antiimperialista al neoliberalismo, ninguno de estos procesos colectivos se ha comprometido, hasta ahora, en la vía de ruptura anticapitalista y de enfrentamiento global con las élites locales. Las contradicciones de esta estrategia aparecen claramente relacionadas con el tema de la propiedad o, aún más, frente al tema del modelo de desarrollo: problemas claves del siglo XXI. Mas allá del discurso sobre el “buen vivir” y la ecología, la perspectiva, a menudo defendida por los gobiernos, permanece centrada en el productivismo y dirigida hacia un modelo intensamente extractivo de materias primas para la exportación, con una izquierda impregnada de una mentalidad industrial neodesarrollista que viene en parte del nacionalismo popular de los años 1950-1960.

Así se explican los proyectos de “capitalismo andino-amazónico” del gobierno boliviano o el apoyo bolivariano al proyecto continental de infraestructuras: carreteras y megas-gasoductos del IIRSA (Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana). Frente a tales proyectos, muchos movimientos sociales e indígenas llaman a una visión mundial radicalmente diferente, la cual no debe sacrificar el desarrollo del bien común y de los servicios públicos, preservando al mismo tiempo al planeta. Estas ideas y estos combates avanzan, además, a instancias del llamado a “dejar el petróleo en la tierra” en el parque Yasuní en Ecuador.

¿El regreso de las derechas?

Pese a que la coyuntura actual es arriesgada, las derechas siempre tienen la capacidad de recuperar una parte de la influencia pérdida. La victoria electoral de un empresario multimillonario en Chile, así como el golpe de Estado en Honduras, las amenazas de un golpe de Estado “legal” en Paraguay o incluso la invasión militar yanqui en Haití (que después del terremoto se sumó a la ocupación militar de las Naciones Unidas) nos permiten vislumbrar un marco de restauración conservadora en muchos países, junto a México, Colombia, Perú o Panamá. Este riesgo se alimenta a causa de las frustraciones de las clases populares frente al social-liberalismo o por las políticas contradictorias conducidas por Hugo Chávez, Evo Morales o Rafael Correa. Este riesgo es facilitado por el gran poder mediático y económico de los sectores oligárquicos que se encuentran a la ofensiva en Brasil, Argentina y Venezuela, esperando ganar más espacio en las próximas elecciones.

Entonces es urgente y necesario traducir nuestra solidaridad internacionalista con los pueblos latinoamericanos en lucha, realizando campañas comunes con ellos. Es también indispensable comprender y denunciar “nuestro” propio imperialismo cuando la Unión Europea y sus multinacionales avanzan a a toda vela en la conquista económica de América Latina y el Caribe.

Las nuevas carabelas coloniales

La relación que propone la Unión Europea (UE) a los países de América Latina y el Caribe (ALC), y que ha sido aceptada por la mayoría de los países de la ALC, será un obstáculo ante cualquier posibilidad de desarrollo soberano de los pueblos de esta región. Al mismo tiempo, esta relación exacerba los ataques contra las conquistas sociales. Más libre cambio, más desregulación, más privatizaciones, más competencia desleal: es el modelo que defienden los socialistas y la derecha en Francia, en el Parlamento europeo y en la Comisión europea. Este modelo se concretizó con la firma del Tratado de Lisboa en el AÑO 2000. Este tratado se dio como objetivo, con la Estrategia de Lisboa, hacer de Europa un mercado competitivo, una potencia mundial y crear una “zona euro-latino-americana de asociación global integral” para 2012.

Al no lograrlo, la UE propuso acuerdos bilaterales con cada país; tratados de libre comercio (TLC) que sojuzgan, durante largo un período, a las poblaciones que ya sufren esto desde hace varios decenios. Se han firmado acuerdos con México y Chile, al mismo tiempo que se finiquitan el mismo tipo de negociaciones con Perú y Colombia. En relación con los países del MERCOSUR, con Brasil a la cabeza, parece confirmarse la voluntad de relanzar las negociaciones de TLC. No obstante, en América Central estas negociaciones están bloqueadas, por el momento, a causa de la oposición de Nicaragua, que no las rechaza en tanto que tales pero que niega el reconocimiento y la presencia del gobierno hondureño resultante del golpe militar.

Estos acuerdos no tienen otro objetivo que reforzar los capitales europeos y sus transnacionales, los cuales vehiculan el curso de las exportaciones que conducen a la sobreexplotación de los recursos naturales, a la destrucción del medio ambiente, a la invasión de territorios de poblaciones autóctonas y a la desaparición del pequeño campesinado. Ello explica la existencia de los OGM, de la apropiación de la biodiversidad por parte de las firmas privadas y de la biopiratería. Ellos bloquean el acceso a los medicamentos esenciales a millones de personas que mueren por falta de atención médica. Sin estos acuerdos, la salud no dependería de las multinacionales farmacológicas. La UE se empecina, además, en imponer y ampliar los acuerdos sobre los derechos de propiedad intelectual que implican la captura de toda la cadena de lo vivo y en particular de la cadena alimenticia por el agrobusiness.

Hay que combatir estos acuerdos, éste es el sentido de nuestra presencia en Madrid. Y esta batalla debe apoyarse al interior de la UE en el combate contra la privatización del servicio público, la defensa de las conquistas sociales y la conquista de nuevos derechos, y contra la mascarada del capitalismo maquillado de “verde”. Sólo la solidaridad concreta de las luchas en Europa con las de América Latina y del Caribe permitirá que construyamos juntos el “Socialismo del siglo XXI".

Consultar el sitio Web de la Cumbre: http://www.enlazandoalternativas.org/

Articulo inicialmente publicado en la revista mensual "Tout est nous !" del Nuevo partido anticapitalista – NPA, Francia. Ver el Blog del grupo de trabajo «Américas latinas» del NPA: http://ameriquelatineenlutte.blogspot.com

La furia de la franja industrial de Estados Unidos

10-05-2010

Un paciente recibe tratamiento dental en la Clínica Área Remota de Los Angeles, que también otorga asistencia médica gratuita y se dedica a atender a los estadunidenses que no tienen seguridad socialFoto Reuters



El 18 de febrero, Joe Stack, un ingeniero en computación de 53 años de edad, se suicidó estrellando su pequeño avión contra un edificio en Austin, Texas, destruyendo una oficina del Servicio de Recaudación Fiscal (IRS, por sus siglas en inglés), matando a otra persona y lesionando a varias más en el acto.

Stack dejó un manifiesto contra el gobierno que explicaba sus acciones. La historia empieza cuando él era un adolescente que vivía en la penuria en Harrisburg, Pensilvania, cerca del corazón de lo que alguna vez fue un gran centro industrial.

Su vecina, una octogenaria que sobrevivía con alimento para gatos, era la viuda de un obrero metalúrgico retirado. Su esposo había trabajado toda su vida en las fundidoras del centro de Pensilvania, confiado en las promesas de las grandes empresas y del sindicato de que, por sus 30 años de servicio, tendría una pensión y atención médica durante su retiro.

“En vez de ello, fue uno de los miles que no recibieron nada porque la incompetente administración de las fundidoras y el sindicato corrupto (por no mencionar al gobierno) incursionaron en sus fondos de pensiones y robaron su retiro. Lo único que ella tenía para vivir era la seguridad social”.

Podía haber añadido que los muy ricos y sus aliados políticos siguen tratando de acabar con la seguridad social.

Stack decidió que no podía confiar en las grandes empresas y que emprendería su propio camino, sólo para descubrir que tampoco podía confiar en un gobierno al que no le interesaba la gente como él, sino sólo los ricos y privilegiados; o en un sistema legal en el cual “hay dos ‘ interpretaciones’ de cada ley, una para los muy ricos y otra para todos nosotros”.

El gobierno nos deja con “el chiste al que llamamos sistema de salud estadounidense, incluidas las compañías farmacéuticas y de seguros (que) están asesinando a decenas de miles de personas al año”, pues racionan la atención en gran medida con base en la riqueza y no la necesidad.

Stack remonta el origen de estos males a un orden social en el cual “un puñado de rufianes y saqueadores pueden cometer atrocidades impensables ... y cuando es hora de que su fuente de dinero fácil se agote bajo el peso de su codicia y su abrumadora estupidez, la fuerza de todo el gobierno federal no tiene dificultad en acudir en su ayuda en cuestión de días, si no es de horas”.

El manifiesto de Stack termina con dos frases evocadoras: “El credo comunista: de cada quien según su capacidad, para cada uno según su necesidad. El credo capitalista: que cada cual dé según su credulidad, que cada cual reciba según su codicia”.

Estudios conmovedores de las zonas industriales abandonadas de Estados Unidos revelan una indignación comparable entre los individuos que han sido desplazados a medida que los programas corporativo-estatales cierran plantas y destruyen familias y comunidades.

Una aguda sensación de traición se percibe en la gente que creía que había cumplido su deber con la sociedad en un pacto moral con las empresas y el gobierno, sólo para descubrir que fueron instrumentos del lucro y el poder.

Existen semejanzas asombrosas en China, la segunda economía más grande del mundo, investigada por la experta de UCLA Ching Kwan Lee.

Lee ha comparado la indignación y desesperación de la clase obrera en los desechados sectores industriales de Estados Unidos con lo que ella llama la zona industrial de China: el centro industrial socialista estatal en el noreste, ahora abandonado por el desarrollo de la zona de rápido crecimiento en el sudeste.

En ambas regiones, Lee encontró protestas laborales masivas, pero diferentes en carácter. En la zona industrial abandonada, los obreros expresan la misma sensación de traición que sus contrapartes en EE.UU.; en su caso, la traición de los principios maoístas de solidaridad y dedicación al desarrollo de la sociedad que ellos consideraban un pacto social, sólo para descubrir que fuera lo que fuera, ahora es un amargo fraude.

En todo el país, veintenas de millones de millones de trabajadores separados de sus unidades de trabajo “están embargados por una profunda sensación de inseguridad” que engendra “furia y desesperación”, escribe Lee.

El trabajo de Lee y estudios de la zona industrial abandonada de Estados Unidos ponen en claro que no deberíamos subestimar la profundidad de la indignación moral que radica detrás de la amargura furiosa, a menudo autodestructiva, hacia el gobierno y el poder empresarial.

En Estados Unidos, el movimiento populista llamado Tea Party –y aun más los círculos más amplios a los que llega– refleja el espíritu de la desilusión. El extremismo antifiscal del Tea Party no es tan inmediatamente suicida como la protesta de Joe Stack, pero no obstante es suicida.

Actualmente, California es un ejemplo dramático. El mayor sistema público de educación superior del mundo está siendo desmantelado.

El gobernador Arnold Schwarzenegger dice que tendrá que eliminar los programas estatales de salud y beneficencia a menos que el gobierno federal aporte unos 7.000 millones de dólares. Otros gobernadores se le están uniendo.

Mientras tanto, un poderoso movimiento reciente por los derechos de los estados está demandando que el gobierno federal no se meta en nuestros asuntos, un buen ejemplo de lo que Orwell llamó “doble pensar”: la capacidad para tener en mente dos ideas contradictorias mientras se creen ambas, prácticamente un lema de nuestros tiempos.

La situación de California es el resultado, en gran parte, de un fanatismo antifiscal. Es muy similar en otras partes, incluso en suburbios ricos.

Alentar el sentimiento antifiscal ha sido característico de la propaganda empresarial. La gente debe ser adoctrinada para odiar y temer al gobierno por buenas razones: de los sistemas de poder existentes, el gobierno es el único que en principio, y en ocasiones de hecho, responde al público y puede restringir las depredaciones del poder privado.

Sin embargo, la propaganda antigubernamental debe ser matizada. Las empresas, por supuesto, favorecen un estado poderoso que trabaje para las instituciones multinacionales y financieras, e incluso las rescate cuando destruyen la economía.

Pero, en un ejercicio brillante de doble pensamiento, la gente es llevada a odiar y temer al déficit. De esa forma, los asociados de las empresas en Washington podrían acordar la reducción de beneficios y derechos como la seguridad social (pero no los rescates).

Al mismo tiempo, la gente no debería oponerse a lo que en gran medida está creando el déficit: el creciente presupuesto militar y el sistema de atención médica privatizado completamente ineficiente.

Es fácil ridiculizar cómo Joe Stack y otros como él expresan sus inquietudes, pero es mucho más apropiado comprender lo que está detrás de sus percepciones y acciones en una época en que las personas con verdaderos motivos de queja están siendo movilizadas en formas que representan un gran peligro para ellas mismas y para otros.

Noam Chomsky es profesor emérito de lingüística y filosofía en el Instituto Tecnológico de Massachusetts en Cambridge, Massachusetts.

Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2010/05/09/index.php?section=opinion&article=028a1mun

Evo Morales dialoga con Ban Ki-moon sobre el clima

Lunes 10 de Mayo de 2010

LOS TITULARES DE HOY

EL RESTO DE LA HORA DE DEMOCRACY NOW!

  • Progresistas divididos por la nominación de Elena Kagan para la Corte Suprema por parte de Obama

    Kagan-nomination

    El presidente Obama ha nominado para la Corte Suprema a la Subsecretaria de Justicia Elena Kagan. Tiene previsto anunciarlo formalmente esta mañana en la Casa Blanca. Kagan sustituiría al magistrado John Paul Stevens, que se jubila. Si la confirman en el cargo, Kagan, de cincuenta años de edad, se convertiría en el miembro más joven del tribunal. Se convertiría en la cuarta magistrada de la Corte Suprema en la historia de Estados Unidos y la tercera en el actual tribunal. También sería la primera magistrada en casi cuatro décadas sin experiencia judicial anterior. El bloguero experto en temas legales Glenn Greenwald y el profesor de derecho Jamin Raskin analizan la nominación de Elena Kagan.

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  • Peter Maass habla sobre “Mundo crudo: el violento ocaso del petróleo”

    Crudeworld-pm
    En su nuevo libro, el escritor Peter Maass explica de qué modo el petróleo ha causado devastación en todo el mundo; su libro se titula "Crude World: The Violent Twilight of Oil” (Mundo crudo: el violento ocaso del petróleo). Maass pasó ocho años viajando por todo el mundo y descubrió los costos que la producción de petróleo le supone al planeta. Peter Maass es un periodista de investigación y escritor galardonado y colaborador del New York Times Magazine. Nos acompaña desde Boston.
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  • Un tribunal ordena al director de un documental que entregue a Chevron material filmado en Ecuador

    Crude-film-berlinger

    La semana pasada, un tribunal federal de Manhattan ordenó a un director de documentales que entregue a Chevron cientos de horas de filmaciones. El premiado filme de Joseph Berlinger, "Crude: The Real Price of Oil” (Crudo: el auténtico precio del petróleo), relata la lucha de indígenas ecuatorianos contra la contaminación de sus tierras con petróleo provocada por Chevron-Texaco. Se centra en los diecisiete años de batalla legal entre Chevron y 30.000 ecuatorianos que afirman que sus tierras, ríos, pozos, ganado y sus propios cuerpos resultaron envenenados por la extracción petrolífera descontrolada en la selva durante décadas. Chevron ha intentado conseguir las grabaciones de descarte de Berlinger para intentar defenderse contra una demanda ecuatoriana por 27.000 millones de dólares en concepto de compensación por daños medioambientales.

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