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Deberá Zapatero pactar pese a triunfo



Lunes, 10 de Marzo de 2008

Editorial El Porvenir S.A. de C.V. 2005


Nueve millones de votos, obtuvo la fórmula de Rajoy.El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) fue el ganador en las elecciones generales de hoy en España.

Madrid.- El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) fue el ganador en las elecciones generales de hoy en España, al obtener 43.8 por ciento de la votación contra 40.14 por ciento del Partido Popular, pero estará obligado a pactar para gobernar.

Tales resultados, con 92.7 por ciento de las actas computadas, otorgan al Partido Socialista 168 diputados contra 154 para el Partido Popular.

La mayoría absoluta en el Congreso español es de 176 escaños. El PSOE obtuvo 10 millones 152 mil 189 votos, contra nueve millones 305 mil 631 del Partido Popular.

El Ministerio del Interior español señaló que la participación en la jornada fue del 75.36 por ciento del electorado.

Diversos analistas adelantaban desde hace algunos días la conformación de un bipartidismo en este proceso electoral, protagonizado por las dos fuerzas políticas mayoritarias.

Sin embargo, la formación política nacionalista Convergencia i Unió (CiU), que se convirtió en la tercera fuerza política en el Parlamento español, al obtener 10 escaños, tendrá un papel importante en los casos en que se polaricen las posturas entre el PSOE y el PP.

El secretario general de Izquierda Unida (IU), Joseph Antoni Durán i Lleida, felicitó al candidato ganador, pero advirtió a su vez que no será su coalición la que busque al presidente para hacer gobierno.

"En todo caso, esperamos la llamada por parte de ellos", agregó, tras conocer los resultados oficiales del cómputo de la jornada electoral.

El presidente José Luis Rodríguez Zapatero, quien al celebrar su victoria se refirió en primer lugar al ex concejal Isaías Carrasco, del PSOE, asesinado por ETA el viernes pasado, estimó que el voto de la población dio una victoria clara a los socialistas.

Rodríguez Zapatero confirmó haber recibido vía telefónica la felicitación del líder del PP, Mariano Rajoy, a quien le expresó su respeto.

El jefe de gobierno afirmó que los españoles se expresaron con claridad y que se abre una nueva etapa para España, en la que la sociedad exige el acuerdo en los asuntos de Estado, superando la crispación, en referencia a la tensión entre PSOE y PP.

"Corregiré los errores, fortaleceré el diálogo social y político y gobernaré para todos, pero pensado en los que no tienen de todo", agregó Zapatero ante miles de seguidores que vitoreaban la victoria a las afueras de la sede socialista.

Mariano Rajoy, candidato del Partido Popular, confirmó que llamó por teléfono al candidato del PSOE y que le deseó suerte por el bien de España.

En su mensaje, Rajoy, quien se encontraba su esposa Elvira Fernández, puntualizó sin embargo la posición que conquistó el PP en el Congreso: "somos el partido que más ha subido en votos, en porcentajes y en escaños", aseguró.

En las elecciones anteriores, marcadas por los atentados del 11 de marzo de 2004, el PSOE obtuvo 42.5 por ciento de la votación contra 37.7 por ciento de los populares, una diferencia mayor que en esta ocasión, lo que obligará al nuevo gobierno a concertar con otras fuerzas.








La derrota que no fue ni siquiera dulce

El PP sube en escaños y votos, pero queda más lejos del PSOE de lo que preveía - El panorama interno en la derecha queda abierto tras las elecciones de ayer
CARLOS E. CUÉ - Madrid - 09/03/2008

Mariano Rajoy abraza a su esposa ante la mirada de Acebes- GORKA LEJARCEGI

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La derrota no fue dramática, como parecía en las primeras horas, pero tampoco dulce. Y las caras de los principales dirigentes así lo reflejaban. La mujer de Mariano Rajoy, la única de todos los que estaban allí que no es político profesional y no sabe poner cara de póquer, lo dejó claro con sus lágrimas. El PP logra más escaños que en 2004, unos pocos más de votos y un mayor porcentaje, y evita el desastre que auguraban las primeras encuestas. Pero no logra reducir la brecha con los socialistas (que seguía en 16 escaños, como en 2004, al 99,95% escrutado) y, sobre todo, obtiene su segunda derrota consecutiva y seguirá otros cuatro años en la oposición.

Emocionado, aunque sin apuntar ninguna clave sobre su futuro como presidente del PP, Rajoy trataba de animar a los suyos desde el balcón de Génova y convencerles para que aceptaran la derrota. "Sé que estaréis a la altura de las circunstancias. He llamado a Zapatero para desearle suerte por el bien de España". Pero era inútil. "¡Zapatero, dimisión!", "¡Grupo PRISA, España no se pisa!", gritaban sin cesar en la calle. Los militantes también trataban de insuflar ánimos a su líder: "¡Mariano, quédate!", "¡Mariano, tranquilo, el pueblo está contigo!". Cuando dejó el balcón, Rajoy trató de aguantar el tipo. Pero su cara, después de recibir varios espaldarazos de ánimo que casi parecían de despedida, evidenciaba que la sensación era bastante peor que agridulce.
El PP creyó hasta el último minuto en la posibilidad no tanto de la victoria pero sí al menos de una derrota dulce, que se cifraba en una diferencia mínima en número de escaños, por debajo de ocho, -el CIS llegó a acercarla a uno-que otorgara la sensación de que la victoria está al alcance de la mano. Y no llegó.
Rajoy había anunciado que no dejaría la presidencia del PP pasara lo que pasara en las elecciones. Y sus primeras palabras dejaron claro que, al menos de momento, mantiene esa idea. "Hemos tenido más votos que nunca. Somos el partido que más ha subido en votos y escaños. El PP estará a la altura de las circunstancias y defenderá sus principios", dijo, aunque luego terminó su discurso con un ambiguo "adiós".
Los dirigentes del PP insisten en público en que Aznar tuvo dos derrotas antes de llegar a La Moncloa, pero también son conscientes de que el caso de Rajoy es completamente diferente, porque su primera derrota llegó desde una mayoría absoluta del PP. El panorama interno en las filas de la derecha queda por tanto completamente abierto tras este resultado, que es una derrota clara, pero no el desastre que auguraban las primeras encuestas y que tal vez hubiera llevado a Rajoy a dimitir anoche.
Desde que el sucesor de José María Aznar está al frente del PP, este partido ha perdido todas las elecciones menos una: las municipales, que venció por 160.000 votos. Antes había perdido las europeas, perdió votos en las gallegas, en las catalanas, en las vascas...
Pío García Escudero reconoció la derrota con el 80% del escrutinio. "Felicitamos al PSOE si se confirman los resultados. Parece que la victoria es clara. Han ganado en buena lid". Pero enseguida aclaró que consideraban muy bueno el dato del PP: "Quería resaltar nuestra enorme satisfacción. El PP, tiene un gran resultado, subida muy importante en porcentaje, en escaños". Mucho más explícito de lo que fue luego su jefe, que se dedicó mucho más a los mensajes emotivos que políticos, el jefe de campaña del PP, un partido que ha criticado a Zapatero por haber alentado el nacionalismo poniendo en riesgo la unidad del país, también admitió finalmente, que el resultado de los nacionalistas no era bueno: "Queremos destacar el gran crecimiento partidos de ámbito nacional en detrimento de los nacionalistas".