TEGUCIGALPA, Martes 06 de Octubre de 2,009.
El presidente Constitucional de Honduras, Manuel Zelaya, desconfía del diálogo con el Gobierno interino para una salida a la crisis y pidió que se abra la embajada brasileña, donde se encuentra recluído, para recibir tanto a partidarios como a opositores.
Funcionarios del Gobierno de facto afirmaron que el miércoles -cuando arribe al país una misión de cancilleres de la Organización de Estados Americanos (OEA)- será instalado un diálogo nacional para buscar superar el conflicto, sin ofrecer mayores detalles de las delegaciones que participarían.
"El diálogo al que ellos han convocado no le tengo ninguna confianza ni credibilidad, me parece que es un juego más al que la comunidad internacional no se debe prestar", dijo Zelaya en una entrevista telefónica con la agencia de noticias Reuters desde la representación de Brasil en Tegucigalpa.
"Para que este diálogo sea efectivo (...) necesito hablar con mis opositores para encontrar el camino de la solución", agregó.
El derrocado líder, atrincherado en la embajada brasileña desde que volvió a Honduras hace dos semanas para reclamar el poder, afirmó que su deseo es estar el menor tiempo posible dentro de la sede diplomática, donde también se encuentran su esposa y decenas de simpatizantes.
Zelaya ha calificado, como una burla de Micheletti, el anuncio de levantar la suspensión de libertades.
"El decreto fue una trampa nada más para cancelar a los medios de comunicación que son opositores al régimen (...) No van a abrir esos medios de comunicación", agregó desde la legación brasileña, rodeada por un cerco militar que espera arrestar a Zelaya por acusaciones de violar la Constitución y de corrupción.
Micheletti ha dicho que una posible salida a la crisis en el país podría alcanzarse con la renuncia de ambos a la presidencia y nombrando a un mandatario interino, lo que fue rechazado por Zelaya.
"El que decide quién es el presidente de un país es la mayoría del pueblo, el señor Micheletti con qué propiedad habla en nombre del pueblo cuando fue una cúpula militar el que lo puso", dijo el derrocado presidente.
Zelaya reiteró su propuesta de que sea firmado por las partes en pugna el "Acuerdo de San José", que plantea su restitución a la presidencia y la conformación de un Gobierno de unidad.
El líder destituido incluso puso como condición suscribir este plan, propuesto por el presidente de Costa Rica, Oscar Arias, en la misma embajada brasileña, donde dijo que se siente a salvo de las amenazas de muerte que habría recibido.
"Mi ánimo es alto y fuerte, a pesar de los riesgos que corro. Mi posición es estar el menor tiempo posible (en la embajada). Mis planes son tener una lucha abierta y democrática, y revertir esto en el menor tiempo posible", acotó.